Artículos periodísticos y de investigación

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11 de febrero de 2009

CORRUPCIÓN DE MEDIOS Y SOCIEDAD ETOCRÁTICA

CORRUPCIÓN DE MEDIOS
Y SOCIEDAD ETOCRÁTICA

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

En el campo de los medios de información y comunicación, para el profesor Carlos Soria (“La auditoría ética de las empresas informativas”) es pura y simplemente corrupción: “poner trampas para que el entrevistado caiga en ellas, utilizar documentos robados, ocultar la propia identidad de informador, inventarse historias, plagiar el trabajo de otros, actuar con malevolencia, mala fe y falta de respeto hacia las personas y hacer de los intereses creados el norte de la información”.

A lo expresado podemos agregar como formas de corrupción en los medios la falta de independencia del medio en su línea editorial con respecto a pretensiones manipuladoras del Gobierno de turno; la inexistencia de fronteras entre opinión, información y publicidad, prevaleciendo las consignas sobre lo que hay que escribir o no; la publicidad que se disfraza de información sin que se le diga al lector que está leyendo un publirreportaje; la difusión de audios, de material fotográfico o de imágenes, a sabiendas que fueron obtenidos de manera antiética e ilícita (interceptación telefónica, uso de micrófonos, grabadoras y cámaras escondidas, interferencia de las frecuencias radioeléctricas, soborno, violación de la correspondencia, ingreso a recintos privados por medios electrónicos sin la autorización debida, etc.) y que atentan contra el derecho al honor, la dignidad o la vida privada de las personas, autoridades e instituciones.

También, denigrar al competidor del medio por razones económicas o políticas; difundir testimonios ficticios como si fueran reales y con fines innobles; usar, difundir o publicar fotografías e imágenes de niños con connotaciones sexuales; fotografiar a una persona en contra de su voluntad y para fines lucrativos; manipular maliciosamente una noticia, el audio o las imágenes a través de medios electrónicos; “vender” las columnas informativas al mejor postor; inflar o desinflar una noticia por razones económicas y políticas; obtener el mayor rating de sintonía con programaciones de corte sensacionalista, deshumanizante y sin valores éticos,

Hay sistemas de autocontrol que incluyen la línea editorial del medio, el Libro de Estilo, el Ombudsman, los códigos éticos de los periodistas, de los gremios de la prensa y de los medios de comunicación, el Tribunal de ética y los Consejos de ética, etc., pero ninguno de ellos son tomados en cuenta por los infractores.

En el caso peruano, en los diez años de gobierno de Alberto Fujimori algunos canales de televisión y diarios fueron comprados en su línea editorial para favorecer a posibles intereses de perpetuación en el poder de Cambio 90 y de acallar cualquier denuncia sobre violación de los derechos humanos. Hasta ahora el megajuicio al ex presidente no concluye en el Poder Judicial.

SOCIEDAD ETOCRÁTICA

La nueva sociedad peruana, que bien podría denominarse sociedad etocrática, requiere de medios con sólidos principios y valores éticos, que informen y comenten con veracidad, objetividad, transparencia, imparcialidad, pluralismo, responsabilidad, honestidad intelectual e independencia de criterio; de medios que respeten el honor, la dignidad, la vida privada, los derechos humanos y en la que predomine el interés social y el deseo de contribuir con el desarrollo y el progreso del Perú.

Los medios, en toda moderna sociedad etocrática, están al servicio del bien común y cumplen sus funciones con absoluta seriedad, responsabilidad y sentido de justicia; no son ni instrumentos panfletarios al servicio exclusivo de sus propietarios ni mucho menos medios manipuladores de cerebros al servicio de intereses extranacionales.


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