Artículos periodísticos y de investigación

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15 de marzo de 2009

DIEGO A. VIENRICH DE LA CANAL

A los 100 años de su muerte

DIEGO A. VIENRICH DE LA CANAL

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


Hombre multifacético: escritor, periodista, educador, farmacéutico, filólogo, folklorista, lingüista y filósofo. Descollante personalidad, reformador social, de talento enciclopédico, políglota, de pluma combativa, promotor de la cultura tarmeña, alumno predilecto del sabio Sebastián Barranca, Inspector de Instrucción, Alcalde de Tarma en dos periodos, Vicepresidente y Bibliotecario de la Sociedad “Amantes de la Ciencia”, Presidente del Comité Provincial de Tarma del Partido Radical de la Unión Nacional, precursor y padre del folklore literario del Perú. Todo esto y mucho más fue Diego Adolfo Vienrich de la Canal.

Se le describe como un hombre que nunca pretendió nada para sí; era sensible a todo lo justo y fraterno con todos. Ante todo, fue un intelectual de carácter enérgico, alma altiva y fraterno con todos. Hiperactivo, trabajador incansable, resuelto a impulsar las buenas ideas e iniciativas y las nobles acciones. Tenía inclinación hacia la clase necesitada.

El poeta Gustavo Allende Llavería llegó a decir de su profesor Diego Adolfo Vienrich que fue “un gran pensador, de silueta galana, impecablemente trajeado siempre, perfil de asceta investigador encuadrábalo con su sedosa barba rubia, cortada en punta; su mirada profunda, acerada, tenía reflejos que sugestionaban”.

En el prólogo de “Fábulas Quechuas” (Ediciones Lux, Lima, 1961), Jorge Puccinelli refiere que “Vienrich se identificó plenamente con Don Manuel a quien unía singulares afinidades de espíritu. Su carácter retraído y lacónico, su indesmayable espíritu luchador, su sinceridad tajante, la misma pureza de intenciones. Un sino peruanista regía sus actos y orientaba su acción”.

“El 2º. Arminius” o “El primer apóstol de nuevas y redentoras doctrinas”, como lo llamaban sus amigos, nace en Lima el 12 de noviembre de 1867. Primogénito de los siete hijos de don Adolfo Vienrich, natural de Berlín, y de doña Concepción de la Canal, perteneciente a una ilustre familia tarmeña.

A la edad de siete años llega a Tarma. Realiza sus primeros estudios en el Colegio Nacional “San Ramón” de Tarma y en 1884 regresa a Lima para culminarlos en el Çolegio Nuestra Señora de Guadalupe. Los estudios superiores de Ciencias Naturales los efectúa en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima. En Tarma ejerce su profesión de Farmacéutico, en la farmacia “El Progreso”.

El Diario “La Tarma” (18/12/1917), al editorializar sobre la personalidad de Vienrich manifiesta que “Adolfo Vienrich fue el apóstol de la idea; encarnó el movimiento cultural de su época; luchó contra añejas preocupaciones, interesadas costumbres y arcaicas instituciones. Hizo labor paciente de reforma y de renovación: fomentando el espíritu de emancipación y libertad; instituyó la cátedra del libre pensamiento; iluminó el alma de la juventud…señalándole nuevas rutas, haciéndola germinar en nuevas ideas y profesar nuevos principios; fundó el periódico erigiéndolo en tribuna de sus enseñanzas, difundió sus doctrinas avanzadas mediante el libro, el folleto, la palabra; dio a cada uno por ley y por fe el deber; dijo –piensa y lee, amarás el progreso y la libertad. Fomentó la iniciativa individual, impulsó, en fin, todos los grandes motores que conducen al hombre hacia el derecho, consagró el culto sagrado a la patria, defendiendo su soberanía enseñó la Constitución del Estado; proclamó el amor a la libertad, a la justicia y al derecho dondequiera; en una palabra, impulsó el ancho cauce de esa abrumadora corriente que se llama el progreso; tal fue el vasto plan de reformas que bosquejó su talento enciclopédico, en nobilísima colaboración con esa pléyade de distinguidos jóvenes tarmeños que le rodearon y admiraron, como los satélites que giran en torno del planeta atraídos por esa superioridad que ejercen los hombre de inteligencias elevadas”.

Dominó el quechua, el castellano, el inglés y el francés, idiomas que le permitieron atesorar una vasta cultura. Logró organizar una biblioteca personal con más de tres mil volúmenes.

Fue discípulo predilecto del sabio Sebastián Barranca. Con la Tesis sobre el Aliso Peruano se gradúa de Bachiller en Ciencias naturales en 1888 y obtiene su título profesional de Farmacéutico en 1896.

A partir de 1981, fecha de su regreso de Tarma a Lima, trabaja como profesor de varios colegios secundarios: Instituto Científico, que dirigía el Dr. José Granda; el Liceo regentado por el matemático don Santiago Zapatero; Colegio “San Ramón” de Tarma (1899 y años siguientes) y en la Escuela Nocturna del Centro de Artesano Confederado (1904).

Miembro conspicuo del Círculo Literario de Lima y del Partido Radical de la Unión Nacional (1891), partido del que llegó a ser su Presidente en el Comité provincial de Tarma. El referido Comité tuvo por objetivo procurar el mejoramiento intelectual del pueblo de Tarma, para lo cual fundó una biblioteca que con la denominación de Vienrich de la Canal tiene a su cargo el Concejo provincial de Tarma.

Entregado los radicales de Tarma a la paciente y perseverante labor de divulgación doctrinaria, con Vienrich a la cabeza, en poco tiempo logran incrementar los militantes del Partido y Vienrich acomete la tarea titánica de fundar el periódico “La Unión”, que empezó a editarse casi al mismo tiempo que “La Aurora”, de igual tendencia, dirigida por Enrique H. Díaz. A poco tiempo deciden fusionar los periódicos y se constituye la Compañía Impresora Tarma y sale a la luz pública “La Aurora de Tarma”. La pluma combativa de Vienrich a través del periódico logra en permanente campaña suprimir el Pongaje, inicua servidumbre que pesaba sobre los indios, como rezago de la época colonial. Se convoca a elecciones municipales y triunfa el voto ciudadano, sale elegido Alcalde de Tarma don Diego Adolfo Vienrich de la Canal.

Vienrich colaboró en varios periódicos: “La Integridad”,de Abelardo Gamarra; “El Municipal”, “La Unión”, “La nueva simiente”, “La Aurora de Tarma”, “Diario Judicial” y “La Crónica médica” de Lima.

Publicó importantes oras: “Azucenas quechuas” (1905), “Apólogos Quechuas” (1906), “Silabario tarmeño”, “La Metodología del Cálculo y trozos selectos”, “Metodología de la Lectura”, y “Cartografía”.

De la obra “Silabario tarmeño”, transcribimos “El borracho”, que a la letra dice así: “El espíritu del mal se presentó un día a un hombre, en su forma más terrible y le dijo:
- Vas a morir; sin embargo, puedo perdonarte con una de estas tres condiciones: Mata a tu padre, maltrata a tu hermana, o bebe chacta.
- ¿Qué hacer? Pensó el pobre hombre. ¿Dar la muerte a quien me ha dado la vida? Es imposible. ¿Maltratar a mi hermana, golpearla? Es terrible.
- Por lo tanto, beberé aguardiente (chacta).
Y bebió aguardiente; pero habiéndose embriagado, maltrató a su hermana y mató a su padre” (Imprenta “La Aurora de Tarma”, Tarma, 1905).

Vienrich de la Canal fallece en Tarma, el 29 de setiembre de 1908. Sus restos yacen en el Cementerio General de esta ciudad.

“Con él se apagó el faro más luminoso de la intelectualidad tarmeña; con él se derrumbó el refugio de los que sufren, y con él, en fin, se ha ido el espíritu más luchador y altivo que sirvió de guía a una generación robusta, repleta de ideales generosos y altruistas” puntualizaba José Castillo Atencio, en la obra “Corona Fúnebre” (Tipografía “Cahuide”, Tarma, 1908). (www.eudoroterrones.com;eudoro.terrones@yahoo.com;
http://eudoroterrones.blogspot.com)
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