Artículos periodísticos y de investigación

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23 de diciembre de 2012

TODO ES POSIBLE ¿NO SEÑOR TOLEDO?

TODO ES POSIBLE ¿NO SEÑOR TOLEDO?
Escribe: Eudoro Terrones Negrete

A la fecha hay dos ex presidentes del Perú, Alejandro Toledo y Alan García,  a quienes les corresponde un “módulo congresal” en virtud a la norma aprobada al final del gobierno de la chakana.
Mientras García Pérez renunció oportunamente (enero 2012) a esta prebenda, Alejandro Toledo viene percibiendo en toda su dimensión.
Alan García escribió en su Facebook: “En enero rechacé los tres asesores y la gasolina mensual porque tal pago por 500,000 anual es un beneficio indebido e ilegal ajeno a la pensión”.
Ahora el problema es Alejandro Toledo quien goza de las ventajas económicas concedidas por el Congreso de la República
Mientras el legislador Carlos Bruce manifiesta “es inmoral que Toledo no renuncie a los beneficios económicos del Congreso”, el ex presidente García Pérez califica el beneficio de “indebido e ilegal”, ¿y la inmensa mayoría ciudadana qué opina? posiblemente “No estamos de acuerdo”.
El ex mandatario Toledo tiene asignada una oficina en el Congreso, con secretaria y tres asesores bien remunerados. Aquí casi nunca se lo ve atendiendo a las personas que buscan la solución a sus problemas, escribiendo artículos, investigando o realizando informes de investigación en bien del país. El “módulo” congresal le cuesta al país alrededor de S/. 390 mil soles anuales.
Tratando de interpretar el sentir del pueblo, consideramos que el ex presidente Toledo debería renunciar a este “módulo congresal” en resguardo de la economía de los que menos tienen en el Perú y que son los que más necesitan.
La petición de renuncia a este discutible “derecho” se justifica por las razones siguientes: Por vivir más tiempo en el extranjero que en el Perú; por tener actividades privadas que le permiten solventar ampliamente sus gastos personales y familiares; por gozar de un emolumento mensual de S/. 20 mil soles; por tener ingresos profesionales en la actividad privada.
Alejandro Toledo debería aprender a sintonizar con el sentir mayoritario de la población, que está en contra de todo tipo de privilegios, y dar ejemplo de austeridad y de lucha por los que menos tienen, por ser éstos los que más necesitan.
Pensamos que en nuestro país no debemos ser buenos imitadores de lo malo y malos imitadores de lo bueno.
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NO A LA ASIGNACIÓN POR FUNCIÓN CONGRESAL

NO A LA ASIGNACIÓN POR FUNCIÓN CONGRESAL

Escribe: Eudoro Terrones Negrete


Del “achica” sueldo de los congresistas con el presidente Alan García (2006-2011), se pasó al “agranda” asignación por función congresal con el presidente Ollanta Humala (2011-2016), mientras el común de los trabajadores y funcionarios del Estado permanecen con remuneraciones congeladas e injustas desde hace años.

El anuncio del ajuste a la asignación por función de los congresistas de Perú al incrementarse de S/ 7,000  a S/ 15 mil soles, argumentando la supuesta necesidad del fortalecimiento de la labor de representación del Congreso, y todavía sin estar obligados a rendir cuentas sobre el uso de esta asignación, ha causado persistente rechazo en amplios sectores de la población.

Dicho incremento significa una bofetada a la pobreza del pueblo, cuando cientos de miles de trabajadores del Estado se ven privados de una remuneración justa y de un empleo digno. ¿De qué política de inclusión social hablan entonces la tácita coalición Gana Perú-Perú Posible?

A todas luces, el incremento resulta impopular, inoportuno e injustificado, afecta a la precaria economía de todos los peruanos y posterga las expectativas remunerativas de las mayorías nacionales.

En política, cuando prima el interés personal, la ceguera política y no se interpreta el sentir y la aspiración de las mayorías, la pérdida de credibilidad es un hecho.

Ante esta situación, el ciudadano común y corriente y algunas ONGs posiblemente ya están pensando en plantear la necesidad de revocar a los congresistas, argumentando que la política es una ciencia y un arte de buen gobierno y no un oficio lucrativo.

Pero para que esto no ocurra, los congresistas deberían dar muestras de estar al servicio del bien común y aprender la lección de Víctor Raúl Haya de la Torre quien, por ejercer la Presidencia de la Asamblea Constituyente, cobró UN SOL mensualmente, porque siempre pensó que se llega al Congreso para servir al pueblo y no para servirse de él.

Desde esta columna, invocamos a los congresistas no percibir el incremento de la asignación por función congresal. Yehude Simon y Humberto Lay anunciaron que renunciarán a esta asignación económica, y posiblemente también lo harían  otros legisladores identificados con la causa del pueblo.

Cuando se ama la causa del pueblo, se es capaz de actuar con desprendimiento, se renuncia a los intereses individuales y se da todo por dicha causa. No olvidemos que en el Perú hay pocos que poseen mucho y la inmensa mayoría que necesita mucho.

La Gran Transformación Nacional sólo será posible revirtiendo esta tendencia, con austeridad en materia económica, eficiente trabajo y ética en la vida política.

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ENTRE EL SÍ Y EL NO A LA REVOCATORIA

ENTRE EL SÍ Y EL NO A LA REVOCATORIA
Por: Eudoro Terrones Negrete
Luego que la RENIEC validó las 400 mil firmas necesarias y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) dio luz verde a la iniciativa popular, la campaña publicitaria empezó  tanto a favor como en contra de la revocatoria y las encuestadoras han intensificado su trabajo.
La alcaldesa de Lima manifestó no temer a la consulta y asegura que cumplirá su función inaugurando obras y más obras, aun cuando empezó perdiendo el primer round en el Jurado Nacional de Elecciones, cuando éste desestimó su pedido de nulidad de la revocatoria y anunció que la fecha de la consulta popular será el 17 de marzo del 2013.

La disyuntiva de la revocatoria no es entre los decentes y los corruptos, entre los blancos y los cholos, como tampoco lo es entre los que gustan de la cerveza o del whisky para celebrar el triunfo o llorar la derrota en el próximo proceso electoral.

La disyuntiva es entre la eficiencia y la ineficiencia, entre el orden y el desorden, entre la democracia y la izquierda totalitaria, entre los que están dispuestos a hacer mucho más sin prometer y los que habiendo prometido mucho no hicieron nada, entre los emprendedores y los conformistas, entre la inteligencia y la improvisación, entre los que aman a la ciudad de Lima y los que no quieren soltar el poder municipal.

La disyuntiva es entre los que buscan la inclusión social de verdad y los que la niegan, entre los que por convicción dicen SÍ a la revocatoria y los que ahora dicen no a la revocatoria cuando antes fueron los que la promovieron.

La disyuntiva es entre los que saben poner las cosas en su lugar con imaginación y prudencia y los que toman decisiones apresuradas para mal ubicar monumentos como expresión de represalia política.

La disyuntiva es entre la competencia y la incompetencia, entre la tolerancia política y la intolerancia, entre los que están por la renovación y el cambio y los que están por el continuismo de la ineficiencia, entre los que saben interpretar y respetar el sentir de las mayorías y los que la vulneran por falta de experiencia política.

La disyuntiva es entre los que votarán a conciencia y con responsabilidad histórica por  el desarrollo y el progreso de Lima y los que votarán por el solo hecho de votar para cumplir con su deber ciudadano.

Según las últimas encuestas las cifras hablan por sí solas: el 60 % de limeños apuestan  por la revocatoria.
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16 de diciembre de 2012

CUETO FERNANDINI Y LA VERDADERA REFORMA UNIVERSITARIA

INFORME ESPECIAL (1)

Ante el próximo centenario de su nacimiento:

CARLOS CUETO FERNANDINI Y LA VERDADERA REFORMA DE LA UNIVERSIDAD

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

Cueto Fernandini postuló y defendió la verdadera Reforma de la Universidad como asunto exclusivo de la Universidad, a la vez que promovió la necesidad de una filosofía integral del conocimiento universitario como nuevo orden moral y pedagógico.

En muchos escenarios públicos manifestó que la Universidad no debería ser agencia política sino centro de enseñanza e investigación, que debería preparar para la vida práctica, revertir hacia la sociedad en forma de conocimiento, de doctrinas, de teorías y forjar profesionales para la vida social con contenido comunitario.

DATOS BIOGRÁFICOS

Nació en la ciudad de Ica (PERÚ) el 1º de septiembre de 1913, y el próximo año se cumple 100 años de su nacimiento.

Sus padres  fueron Napoleón Cueto y Rosa Victoria Fernandini. Contrajo matrimonio con Lily Caballero, en quien tuvo tres hijos.

Empezó sus estudios en los colegios Alemán y San Andrés y los terminó en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe de Lima.

En su hoja de vida registra importantes cargos: doctor en Derecho, doctor en Letras, doctor en Filosofía con su tesis "La doctrina del espacio y el tiempo en Leibniz y en Kant" (1942); bachiller en Derecho, con la tesis "El  régimen matrimonial  de separación de bienes y la posibilidad de su implantación en el Perú como régimen convencional" , decano de la Facultad de Educación de la Universidad de San Marcos, colaborador perseverante para la promulgación de la Ley de Educación de 1940.  En 1941 obtiene el título de abogado.  En 1944  inicia sus  estudios de especialización en el Teachers College de la Universidad de Columbia y en la Universidad de Chicago (1944-1946).

Fue  cofundador y Vicerrector de la Universidad de Lima, director del departamento de Sociología del Instituto Psicopedagógico Nacional (1945-49), director de Educación Secundaria y Superior en el Ministerio de Educación (1947 - 1948), profesor visitante en el Teachers College de la Universidad de Nueva York (1952 - 1953) y en la Universidad de Indiana (1953), jefe de los programas de Educación aplicados en América Latina del departamento de educación de la UNESCO (1957-1958), director del Departamento de Educación de la OEA (1959-1961) y profesor visitante en diversas universidades norteamericanas.

Desempeñó con eficiencia los cargos de profesor en los colegios Anglo Americano y Nuestra Señora de Guadalupe; director de la Biblioteca Nacional (1962-1966), en cuya gestión se crea la Dirección de Bibliotecas Públicas y se reimprime el "Mercurio Peruano".

Ejerció por dos periodos las funciones de ministro de Educación Pública (1965 y1966), habiendo desarrollado la campaña "Operación Niños", implementado a los colegios con bibliotecas, laboratorios y talleres, creado el Servicio Social Escolar y aprobado el Reglamento General de los Consejos de Evaluación Docente y el Decreto Supremo N° 07-MED que modificaba el Sistema de Evaluación Docente.

Siendo Ministro de Educación, impulsó la creación de la Universidad Nacional Técnica del Callao con cuatro Facultades: Recursos Hidrobiológicos y Pesquería; Química Industrial; Ingeniería Naval, Industrial, Mecánica y Electricidad; Ciencias Económicas y Administrativas.
En el Perú, llevan el nombre de Carlos Cueto Fernandini varios centros educativos y colegios ; asimismo, dos institutos de educación superior (uno, en Los Olivos (Lima) y otro en Ica).  
Cabe mención especial la Casa “Carlos Cueto Fernandini”, creada por Resolución Ministerial Nº 0176-2005 ED, el 11 de Marzo de 2005, con el fin de promover el desarrollo de proyectos y programas de capacitación especializada, gratuita, permanente y de calidad para los padres de familia, dirigentes de APAFAS y miembros de CONEIS de las Instituciones Educativas Públicas de Lima Metropolitana, en el marco de la política de modernización de la educación del Ministerio de Educación.
Carlos Cueto Fernandini murió en la ciudad de Lima, el 3 de noviembre de 1968, a un mes después del Golpe de Estado perpetrado por el militar Juan Velasco Alvarado.

OBRAS PUBLICADAS

Entre sus publicaciones cabe destacar: Poemas dispares (1940), La doctrina del espacio y del tiempo en Leibniz y Kant (1942, tesis universitaria), Bases de la Universidad Peruana (1946 y 1970), El Colegio Universitario y los Estudios Generales (1947 y 1971), Para una Reforma del Sistema Educativo, Baltazar Gracián y la Idea del Hombre (1949), La experiencia intencional (1951).

No menos importantes son: Padres, Maestros e Hijos, Las causas del ausentismo escolar en Lima, La crisis de la Educación, Psicología (1965, 66, 67 y 72, texto de educación secundaria), La educación, semillero de los derechos del hombre (1968), Pongamos en marcha las bibliotecas escolares (1969), La educación como forma: un voto en contra (1964 y 1970), entre otros.

BASES DE LA UNIVERSIDAD PERUANA

El régimen de la tradición prescribía que el discurso inaugural del año académico de la universidad debería versar sobre un tema que lograra incluir a los intereses de la cultura nacional.

En el año 1947, al restablecerse la inauguración de las actividades académicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Carlos Cueto Fernandini participó en la ceremonia de inicio y lo hizo con una extraordinaria disertación, cuyo texto forma parte del libro Bases de la Universidad Peruana (Lima,1970).

En su discurso académico abordó el problema y la historia de la Universidad, la actitud ante el pasado, los fines y las funciones de la universidad moderna, la orientación de la pedagogía universitaria, los aspectos de la Escuela de Altos Estudios, la investigación universitaria, el colegio universitario, el docente universitario, la reforma universitaria y el significado general de la Universidad.

LA UNIVERSIDAD, CENTRO DE ENSEÑANZA E INVESTIGACIÓN

Reaccionando contra la tradicional intromisión de la política partidarista dentro del claustro universitario, que lo convertía en el campo de batalla de los partidos en pugna, aseveró con hidalguía y al calor de sus sólidas convicciones pedagógicas lo siguiente: «No debiendo ser la universidad una agencia política, debe ser centro de investigación y de enseñanza que incite a la acción mediante el señalamiento de las soluciones posibles de los problemas».

UNIVERSIDAD Y LIBERTADES FUNDAMENTALES

Pensaba que en la Universidad debería haber tres libertades fundamentales: libertad de investigación, libertad de enseñanza y libertad de discusión y tolerancia para todas las ideas y doctrinas.

“En las universidad no pueden existir distancias ideológicas ni alejamientos sociales. No puede prevalecer una sola doctrina, cualquiera que ella sea, ni tampoco, primar una determinada clase social ni un círculo determinado”, sentenciaba Cueto Fernandini.


UNIVERSIDAD  Y VIDA PRÁCTICA

Cueto Fernandini pensó que el propósito de la Universidad contemporánea era “formar hombres que sirvan eficientemente a la sociedad en todas las capas sociales y en los más variados menesteres que exige el tejido complicado de las relaciones sociales”. 

La Universidad debería preparar “para la vida práctica a sus futuros profesionales ejercitando su intelecto en la comprensión de las ideas fundamentales que sustentan las disciplinas que integran el currículo de cada una de las carreras liberales…”

LA CARRERA DEL DOCENTE UNIVERSITARIO

Cuerto Fernandino puntualizó que “La Universidad en el Perú para ser verdaderamente tal, ha de hacer posible el establecimiento de la carrera del docente universitario. La Universidad debe crear los canales por medio de los cuales se haga posible que ellos consagren íntimamente ese esfuerzo vital a la tarea de enseñar en su seno… La Universidad sirve al país, que es una unidad. El país tiene la obligación de servir a la Universidad”.


LA UNIVERSIDAD Y SU CONTENIDO COMUNITARIO

Reveló que “La educación universitaria no ha tenido entre nosotros, por lo menos durante la República, fundamentos comunitarios ni vínculos de cohesión. No ha sido posible una educación universitaria que de un modo general tipifique y aglutine en una unidad la acción espiritual de la universidad sobre sus maestros y egresados. Sin una inspiración común que esté en el origen de toda educación universitaria, impregnando integralmente sus manifestaciones, no es posible una universidad… La idea suprema de nuestra filosofía universitaria debe ser –me permito creerlo- la unificación de la universidad en núcleos básicos fundamentales…”

Pensó que la educación “tiene que ir de la mano con los problemas económicos, de comunicación geográfica, de reforma agraria, de salud, de integración cultural y de solidaridad con los valores de la sociedad nueva”.

Precisó que la institución universitaria es una de las formaciones de aquello que Hegel llamó el “espíritu objetivo”; la universidad no pertenece a un individuo particular ni a círculos particulares de individuos;  enfatizó que “la universidad tiene un contenido comunitario en lo que respecta a la misión que debe cumplir y a los medios como pueden ser alcanzados esos fines”.

LA UNIVERSIDAD DEBE REVERTIR HACIA LA SOCIEDAD

El talentoso y ejemplar maestro universitario explicó que “No podemos plantear el problema de la educación ni, por ende, el problema de la universidad, en términos abstractos.... Por todo ello, creo que la universidad es una corporación académica en la que todos sus miembros deben conocer profundamente la vida de su tiempo. La universidad debe revertir hacia la sociedad en forma de conocimientos, de doctrinas, de teorías. No debiendo ser la universidad una agencia política, esta forma de contemplación, una forma que incite a la acción mediante el señalamiento de las soluciones posibles de los problemas, constituye el camino legítimo de la universidad”.

LOS PROBLEMAS DE LA UNIVERSIDAD

Al analizar los problemas de la Universidad, Cueto Fernandini encontró que “desde el punto de vista externo, no existe una solución de continuidad entre la secundaria y la universidad, puesto que, hasta ahora, los alumnos egresados de la secundaria pueden ingresar directamente en la universidad sin pasar por ninguna institución educativa propedéutica. Esta proximidad inmediata de la secundaria con la universidad ha sido un hecho que ha contribuido a producir entre nosotros, tradicionalmente, una lamentable confusión y el olvido de un lugar común que todos conocemos pero que nadie se decide a vitalizar; a saber, que la Media no es un ciclo preparatorio para las profesiones liberales, que la Secundaria tiene un fin en sí misma y que no es simplemente un tránsito, una vía que necesariamente ha de desembocar en la universidad. 

Explicó con fundadas razones que “La nueva ley (1947) que rige la organización académica de San Marcos establece la institución de la Escuela Preparatoria, destinada a proporcionar al futuro estudiante universitario los fundamentos del conocimiento y un mejor adiestramiento en el idioma castellano y en las lenguas clásicas y modernas. Esta escuela preparatoria es absolutamente indispensable en la perspectiva que nos ofrece el estado actual de los asuntos educativos en el Perú”.

“La educación universitaria no ha sido tema de indagación persistente entre nosotros y, en general, tan sólo de tarde en tarde descubrimos en la historia intelectual de San Marcos monografía sobre los fines de la universidad y sobre la pedagogía universitaria. A lo largo de su historia, las universidades del Perú son organizaciones académicas dedicadas casi exclusivamente a la tarea de impartir conocimientos, pero no canalizadas hacia la consideración de la problemática de su actividad y de su misión. Son pocos, muy pocos los estudios sobre el tema de qué sea la universidad, de cuáles sean sus fines y cuáles los métodos de su quehacer educativo... Pero el problema universitario no ha promovido en general una corriente ideológica en la que hayan participado con constancia grupos numerosos de maestros”.

CRISIS DE LA UNIVERSIDAD PERUANA

Al analizar y explicar la crisis de la universidad peruana aseveró que“...Está claro que no ha habido una suficiente preocupación sistemática por la cuestión. Gran número de monografías que se han escrito sobre la universidad son de carácter histórico, y sólo en raras oportunidades se ha optado por el camino de la reflexión problemática. Esta es, me parece, una de las señales más visibles de la crisis de la universidad peruana. Nos hemos abandonado a nuestra función con un estilo que tiene estruendosas analogías con la función burocrática. Los contactos que los profesores hemos tenido con la universidad se han limitado a ser, por lo general, a lo largo de nuestra tradición, contactos impuestos por los canales estrechos de los horarios. Cada profesor ha mirado su propia asignatura y la preparación de sus alumnos para el examen, como si su propia asignatura fuera el todo de la universidad.

Refirió que “Cada uno de nosotros ha cumplido su deber, por lo general, en el más cerrado de los aislamientos. Pocos han sabido hasta ahora qué está enseñando el colega de la cátedra más afín a la suya y han ignorado, asimismo, cómo la está ensayando...No ha habido personas encargadas de revisar y coordinar constantemente los currículos de las Facultades. Los planes de estudio han estado en vigencia durante años, en una vigencia de anquilosada rigidez. No ha habido un Consejero de Estudiantes y las actividades pedagógicas extracurriculares han sido prácticamente nulas”.

“No, las universidades del Perú no se han planteado las grandes y graves cuestiones que implica la existencia de una universidad y la política pedagógica que ella debe cumplir en la sociedad”.

UNIVERSIDADES IMPUESTAS DESDE FUERA

Cueto Fernandini dijo que “Esta circunstancia de haber sido nuestras universidades implantaciones –y no plantaciones- impuestas desde fuera a una sociedad que había de ser conducida por poderes extraños y remotos, ha sido una de las causas que han conspirado contra el carácter nacional de las universidades del Perú...”

“No condenemos; expliquemos, que explicar es al cabo la misión fundamental de todas las gentes que viven en una universidad. Ciertamente, la universidad en el Perú no ha cumplido con aquellas tareas consubstanciales con su esencia a que aludía en los párrafos anteriores…”

FUNCIONES DE LA UNIVERSIDAD

“Una de las funciones de la universidad –precisó- es la enseñanza, el adiestramiento de sus alumnos en los menesteres prácticos del ejercicio de las profesiones. Nadie puede disminuir la importancia de esta finalidad. La universidad debe formar verdaderos peritos en las cuestiones relativas a las prácticas profesionales. También aquí apunta la responsabilidad social de la universidad, igual a la de toda institución educativa”.

UNIVERSIDAD, TÍTULO PROFESIONAL Y SOCIEDAD

 Puntualizó que “Cuando la universidad confiere un título profesional, otorga al beneficiario la facultad de llevar a cabo una serie de actos que por su naturaleza son eminentemente sociales. La sociedad tiene el derecho legítimo de esperar que aquel que ostenta un grado profesional se halle profundamente imbuido de los conocimientos de su carrera. Un profesional con conocimientos insuficientes es un peligro social, y, por tanto, un instituto de cultura superior que expide patente de profesional o grado académico a quien no tiene probada responsabilidad intelectual y científica para representar el alma máter, falta a los deberes que le tiene acordados la sociedad”.

LANZAR PROFESIONALES A LA VIDA SOCIAL

Reveló que  las universidades en el Perú no han hecho otra cosa en los últimos tiempos que “lanzar profesionales a la vida social. Este es uno de los aspectos graves de nuestra crisis”, pero al mismo tiempo identificó diversas causas de la profesionalización intensiva que realizan las universidades: “la ausencia de preocupación de los universitarios por la filosofía universitaria, es una causa. Otra causa muy importante ha sido el deseo de una gran mayoría de jóvenes de venir a la universidad con el propósito de conquistar cuanto antes y con la mayor economía de esfuerzo, un título profesional, que es, en nuestras sociedades no solamente un medio fácil de ganar dinero sino también una vía para alcanzar rápido prestigio y valimiento social…”

ORIENTACIÓN DE LA PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA

Para el doctor Carlos Cueto Fernandini, “La universidad está en la obligación de mostrar a sus alumnos los caminos por los cuales puede continuar estudiando a lo largo de su vida, aún cuando se encuentre lejos de su recinto físico. La vía que permite a una universidad formar el alma máter es la educación del intelecto. Falta a su responsabilidad social la universidad que no capacita a sus estudiantes para continuar por sí mismos en el duro ejercicio de la adquisición de conocimientos después que han recibido su título profesional, pues un profesional que no se mantiene en permanente contacto con la evolución de la disciplina que sustenta su práctica puede ocasionar graves perjuicios a la sociedad”.

Advirtió que, en sus métodos de enseñanza, las universidades han cambiado bien poco desde la Edad Media: “Originariamente, la lección era una lectura que el maestro hacía sobre un texto obscuro de Aristóteles o de Galeno a alumnos que difícilmente lo hubieran comprendido por sí mismos o que no poseían libros. Le lección del magíster estaba entonces completamente justificada en todos los casos. Modernamente, algunos profesores limitan su enseñanza únicamente a la lección magistral…”

EL SEMINTARIO COMO MÉTODO DE ENSEÑANZA

Al analizar críticamente el problema metodológico en las universidades, Cueto Fernandini optó por el seminario como moderno método de enseñanza universitaria: “La pedagogía más acertada parecería estar indicada por el siguiente método: adscribir a cada una de las cátedras un seminario, que sería el corolario obligado de las primeras. Los seminarios ponen al educando frente a frente con los grandes y primeros problemas de cada disciplina, de modo que en ellos se ilumina la conciencia de la realidad de esos problemas…”

EL SISTEMA DE EXÁMENES DEBERÍA CAMBIARSE

Demandó la reforma de la pedagogía universitaria y el cambio del sistema de exámenes de ingreso a las universidades por ser éste de carácter subjetivo, memorístico y mecánico: “Los exámenes tal como están organizados actualmente han venido así a ser una de las fuerzas más poderosas que desvían de su derrotero natural a la educación. Los exámenes tienden a circunscribirse a cuestiones de hecho, actos de memoria o ejecución automática de una determinada técnica. No hay, por lo general, por otro lado, ningún criterio objetivo que permita valorizar la capacidad real de un alumno con respecto a los demás. La calificación es el acto subjetivo de un tribunal o de un jurado. El sistema de exámenes debería ser cambiado en forma que pudiera apreciarse objetivamente la dinámica mental de los estudiantes, sorprendida en el momento de la experiencia crucial en que se les pone al frente de un problema o de una serie de problemas que requieren, para su resolución, de la aplicación de normas y principios generales. Pero la renovación del sistema de exámenes requiere desde luego la correlativa reforma de la pedagogía universitaria”.

UNIVERSIDAD, FILOSOFÍA INTEGRAL DEL CONOCIMIENTO UNIVERSITARIO Y CULTURA HUMANISTA

 En la concepción de Carlos Cueto Fernandini “La universidad es una institución para toda la sociedad y por tanto no forma CLASES. El propósito de la universidad contemporánea es formar hombres que sirvan eficientemente a la sociedad en todas las capas sociales y en los más variados menesteres que exige el tejido complicado de las relaciones sociales. Ella está orientada a la vida en común de los hombres. Pero precisamente esta socialización de la universidad y de los profesionales que egresan de su seno, precisamente esta progresiva división de las universidades en cuerpo que tienden a desviarse de su foco de origen hace imperiosa, ahora más que nunca, una filosofía integral del conocimiento universitario. Creo firmemente que esta filosofía no puede conducirnos sino a la fe de que la universidad ha de estar sustentada sobre la cultura humanista”.

REFORMA UNIVERSITARIA COMO NUEVO ORDEN MORAL Y PEDAGÓGICO

Cueto Fernandini concibe la Reforma Universitaria como un nuevo orden moral y pedagógico, con responsabilidades de maestros y alumnos en su proyección hacia la sociedad.

 “Una reforma universitaria, -señaló-,  es el establecimiento de un nuevo orden moral y de un nuevo orden pedagógico, y la moral y la pedagogía son, al cabo, valores mucho más profundos que el derecho escrito. Es un nuevo orden moral, porque ella crea responsabilidades para todos, para maestros y para alumnos. Una reforma universitaria es un nuevo esquema que la vida debe crear. Es obra de generaciones y en la consagración a ella está la responsabilidad moral de todos nosotros, alumnos y maestros, en todas las horas que dedicamos a la universidad…Una reforma universitaria es también un nuevo orden pedagógico. El orden pedagógico significa una reorientación de la universidad hacia los fines que enriquecen su acción al ejercitarse sobre los educandos, los maestros, la ciencia y la sociedad. Ello es de nuevo un esfuerzo que se proyecta sobre largos períodos de tiempo…”

Indicó que la universidad peruana para cumplir a cabalidad sus objetivos, principios, fines y metas, y “sazonar su acción”, debería tener continuidad en el tiempo y no ser interrumpido cada cierto tiempo por “interferencias deplorables”.

Precisó que “el orden universitario requiere continuidad de acción, persistencia en la responsabilidad, proyección sobre el futuro de una misma inspiración. Para que la universidad peruana pueda serlo en los tiempos venideros, es absolutamente indispensable, por tanto, que su régimen no sea mutado desde sus cimientos cada cierto número de años, como ha ocurrido hasta ahora…No es posible que la universidad pueda sazonar su acción si se ve cada cierto número de años truncada por interferencias deplorables”.

LA VERDADERA REFORMA DE LA UNIVERSIDAD ES ASUNTO EXCLUSIVO DE LA UNIVERSIDAD

Sobre los intentos de reforma de la universidad peruana Carlos Cueto Fernandino  piensa que “La verdadera reforma universitaria no ha de venir, en el Perú, de ninguna ley dictada por el Estado. La verdadera reforma de la universidad ha de ser asunto exclusivo de la universidad y su creación privativa de decenios. Ella ha de ser una formación interior. Es indispensable para alcanzarla, que la universidad goce de una auténtica autonomía y, por tanto, de la facultad de dictarse su propia ley y de ajustarla constantemente desde dentro a los dictámenes de su esencia. El Estado tiene desde luego el derecho de promulgar una carta para la universidad: pero esa carta debe reducirse a la declaración de unos pocos determinados principios de política universitaria…”

COMISIÓN DE HOMENAJE AL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE CUETO FERNANDINI

Carlos Cueto Fernandini, fue un destacado maestro universitario, político y filósofo peruano,  cuya biografía, pensamiento y sabias enseñanzas merecen ser recordadas con respeto, admiración y gratitud. 

Por estas y otras razones, bien merecido sería que el Ministerio de Educación o el Congreso de la República nominaran una comisión multisectorial o multipartidaria para rendir el homenaje histórico que por justicia le corresponde, al cumplir el año 2013 los 100 años de su nacimiento.

(1) Publicado en el Diario DEL PAÍS  de Lima-Perú, el día viernes 14 de diciembre de 2012, páginas 8 y 9.

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27 de noviembre de 2012

Sócrates murió condenado injustamente por la justicia ateniense

 Declara maestro universitario bausatino[1]:

Sócrates, es el primero
de los filósofos griegos que murió condenado injustamente por la justicia ateniense.

Con motivo de haberse celebrado el cuarto aniversario de la promulgación de la Ley Nº 29278, que otorga a la Escuela de Periodismo la denominación de Universidad Jaime Bausate y Meza, se desarrolló un nutrido programa de actividades académicas, entre las que sobresale la presentación del libro Sócrates: el maestro, el filósofo y el mártir de la filosofía, cuyo autor es Eudoro Terrones Negrete, colaborador del diario Del País.

Seguramente no hay, entre los personajes que llenan la historia de la cultura humana, ninguno tan popular como Sócrates, ninguno que haya sido tan traído y llevado por el oleaje de la literatura universal y cuyo pensamiento ha llegado hasta los rincones más apartados donde vive el espíritu.

Sócrates es un filósofo clásico, sobresalió por su calidad humana, integridad espiritual, pedagogía social y grandeza moral; consagró su vida a la formación de la juventud, sin ganar un solo centavo. Sus sabias enseñanzas, que se opusieron a los sofistas de la época, contribuyen a modelar conductas éticas y a edificar un mundo mejor.

Por estas y otras razones entrevistamos al autor de esta importante obra filosófica. He aquí sus declaraciones.

DEL PAÍS. ¿ Cómo describiría la personalidad de Sócrates?

E.T.N. Sócrates era de contextura robusta, chato, bonachón, parco, honesto, feo, de ojos vivos y nariz roma,  muy hablador y de pensamiento profundo; andaba descalzo y cubierto con pobre manto.; amaba la frugalidad en las mesas, dominaba la lira, tenía dotes para persuadir y discutir; vivía entregado por entero a la filosofía.

Tenía gran capacidad de resistencia al hambre, a la sed y al frío; era insensible a los placeres de la vida; amante apasionado y humorista; interrogaba a toda persona que encontraba en su camino; dudaba y hacía dudar a las personas con quienes dialogaba en la búsqueda del saber y la verdad. Se autodenominaba El tábano de los dioses.

Ciudadano de ideal aristocrático,  humilde con su saber, decía: “Sólo sé que nada sé”;  “Si alguno de vosotros tiene más facilidad que yo para responder a mis objeciones puede hacerlo”.

DEL PAÍS. ¿A qué fuentes documentales tuvo que recurrir para realizar esta obra?

E.T.N. Recurrí a las obras de Platón, Jenofonte, Aristófanes, Aristóteles y Diógenes de Laercio. Vale la pena mencionar a la obra Paideia de Werner Jaeger y más de un centenar de obras de otros autores.

DEL PAÍS. Sabemos que la historia de la filosofía  presenta a Sócrates como el soldado de infantería. ¿Qué  nos puede decir al respecto?

E.T.N. Sócrates era un excelente soldado de infantería, gran Hoplita. A la edad de 40 años participó en la Guerra del Peloponeso, durante diez años y aquí pierde toda su fortuna. Pero también tuvo un rol preponderante en las batallas de Anfípolis, Potidea, Delios y Samos.

Al presidir la Asamblea del Consejo de los Quinientos o boulé, alzó su voz para defender a 8 generales acusados de negligencia en la expedición a las islas Arguinusas, en las que fallecieron dos mil ciudadanos atenienses. El Consejo de los Quinientos quería juzgar en conjunto a los generales, sin deslindar la responsabilidad personal de cada uno de ellos, hecho que fue calificado por Sócrates de inconstitucional, negándose por este motivo a someter a votación la moción respectiva. Sócrates no hizo caso a los Treinta Tiranos cuando le reclamaron que cancelara a León de Salamina, junto con otros cuatro ciudadanos, porque se oponían a los oligarcas que encontraban en su camino.

DEL PAÍS. ¿Cuáles son los méritos histórico-filosóficos de Sócrates? ¿por qué debe recordársele a Sócrates?

E.T.N. Debe recordársele a Sócrates porque es un moralista ejemplar, férreo crítico de los gobernantes demagogos; cuestionó y denunció los actos de corrupción que se perpetraron en la democracia ateniense. Sócrates es el creador de la filosofía antropológica, el fundador de la época clásica de la filosofía griega, el padre de la metafísica occidental, el creador de los métodos inductivo, introspectivo y mayéutico, el creador de la definición de valor universal y el fundador de la ética racional o intelectualista.

Sócrates convirtió en problemas científicos los problemas prácticos, cuya solución parecía reservada únicamente a la ley, a la religión popular y a la costumbres. Introdujo en la filosofía la concepción “teleológica” o finalista del orden del universo. Sócrates alejó la filosofía de las cavilaciones y del escepticismo de los sofistas. Nadie aventajó a Sócrates en el dominio de la dialéctica. Sócrates es el creador del concepto de alma ligado al hombre y que ulteriormente lo tomaría la concepción judeo-cristiana. Combatió el relativismo y el escepticismo de los sofistas. Era un convencido que el auténtico conocimiento surge a través del diálogo, de preguntas y respuestas.

DEL PAÍS. ¿Por qué Sócrates sentía mucha obsesión por la sentencia del Oráculo de Delfos que decía “Conócete a ti mismo”?

E.T.N. Sócrates pensaba que el primer deber del filósofo es conocerse a sí mismo para luego conocer a los demás. Él quería que el hombre fuera consciente de sus potencialidades, aptitudes, destrezas y habilidades, que debería acudir a su vida interna en busca de la explicación de su propio ser, del saber, la verdad, el bien y la cultura. El conocimiento auténtico no era para Sócrates el saber teórico o puro, sino el saber práctico (techné), el saber útil que permita al hombre vivir mejor y ser feliz.

DEL PAÍS. ¿Sócrates amaba la libertad?

E.T.N. Nadie amó como Sócrates la libertad, con su independencia de criterio tuvo que enfrentarse al terrible poder de los políticos demagogos de su tiempo, en busca de la verdad poliédrica y de la justicia. Pero libertad entendida como el poder hacer todo lo que no perjudicase a los demás, respetando los derechos naturales de la persona y las leyes de la ciudad; libertad como facultad de expresión de sus ideas en cuanto mejor convenga al perfeccionamiento de la conducta moral de las personas y en aras del bien común.

DEL PAÍS. ¿Es verdad que Sócrates conccebía a la razón perfecta como a Dios?

E.T.N. Sócrates admitía un Dios único y personal. Creía en la Providencia que gobierna el mundo según las leyes de la razón. Sócrates aspiraba a reformar la religión popular. Se separaba del culto oficial en todo lo que se apartaba de la moral y sólo practicó lo que juzgaba compatible con su razón y conciencia. Todo esto abrió las puertas precisamente para ser acusado de ateísmo.

DEL PAÍS. ¿Por qué delitos se acusó a Sócrates ante el tribunal de justicia para beber la cicuta?

E.T.N. En el año 399 a.C., por primera vez Sócrates comparece ante el tribunal de justicia, acusado de una serie de delitos. Se le acusó  por actuar en contra de las leyes patrias; negar la existencia de los dioses de la ciudad; introducir otros nuevos y falsos dioses bajo la denominación de demonios; corromper a la juventud a través de sus nuevas ideas religiosas, alejándola de los principios de la democracia; seducir con halagos a obrar mal; inducir a muchos para que actúen como él; actuar en contra de la religión; decir que el sol es una piedra y la luna una tierra; indagar secretos celestiales; entrometerse en asuntos que no son de su competencia; convertir en buena la peor causa; dedicarse a engañar a la gente por su facilidad de palabra que poseía; crear dudas y dificultades en la población; adormecer el alma y el cuerpo de sus oponentes; dedicarse a la enseñanza a cambio de una remuneración; ser criminal de Estado y enemigo de la ciudad; ser una persona malvada e infame; haber conspirado contra la democracia ateniense y haber sido maestro de  Criticas y de Alcibíades. Por estas y otras razones se  le condenó a muerte , bebiendo la cicuta.

No obstante que tuvo la posibilidad de aceptar el destierro como pena alternativa, Sócrates lo rechazó en cumplimiento de la ley y prefirió acatar el fallo de los jueces. Tomó conciencia de que al evadirse de la justicia perjudicaría a los ciudadanos atenienses, al Estado y a la misma autoridad de las leyes.

Los atenienses no lograron entender bien a Sócrates, sea por su gran erudición o por el proceso de reforma que propugnaba. Antes bien lo consideraron como un personaje perturbador de la vida pública y  la tradición, y para desprenderse de él tuvieron que recurrir a la calumnia y difamación en todo momento.

Sin embargo, debemos manifestar que los adversarios de Sócrates jamás le imputaron la comisión de delitos que se castigaban en aquél entonces con la pena de muerte como son el saqueo de templos,  la esclavitud de un hombre libre y la traición al Estado, entre otros.

DEL PAÍS. ¿De qué manera y con qué argumentos se defendió Sócrates?

E.T.N. Sócrates reveló en su autodefensa que los acusadores no dijeron una sola palabra que fuera verdad, por el contrario sembraron falsos rumores, difundieron malas noticias. Finalmente se  enfrentó a las “calumnias envejecidas” que habían echado “profundas raíces”.

Empezó su defensa así: “Venga lo que los dioses quieran, es preciso obedecer a la ley y defenderse”.Refirió que no le permitieron conocer ni nombrar a sus acusadores, a excepción de un cierto autor de comedias. Dijo que las falsedades difundidas sobre su persona se debían a “envidia o malicia”. Reveló que su reputación adquirida se originó en una cierta sabiduría que él tenía y ofrecía por testigo de tal sabiduría al mismo Dios de Delfos.

Querefón, compañero de infancia de Sócrates y desterrado junto con muchos atenienses, preguntó un día al Oráculo de Delfos si había en el mundo un hombre más libre, más justo y sabio que Sócrates, y la Ptythia le respondió, que no había ninguno, y que Sócrates era el hombre más libre, más justo y sabio entre todos los hombres de la Grecia antigua. Sócrates reflexionando sobre la respuesta del Dios de Delfos dijo que en él no existía “semejante sabiduría, ni pequeña ni grande”. Y no se cansaba de difundir la expresión “Sólo sé que nada sé”.

Sócrates empieza dialogando con un ciudadano que pasaba por uno de los más sabios de la ciudad, que todo el mundo le creía sabio y era uno de los grandes políticos. Concluye que en realidad no lo era y se esfuerza en hacerle ver que de ninguna manera era lo que él creía ser y que había una diferencia entre el político y él: que el político “cree saberlo aunque no sepa nada”, en cambio Sócrates “no sabiendo nada, cree no saber” y en esto, decía, “era más sabio, porque no creía saber lo que no sabía”. Esto no le cayó bien a los políticos y lo tomaron como a su enemigo.

Sócrates se fue a casa de otro ateniense, al que se le tenía por más sabio que el anterior, y se encontró con lo mismo, granjeándose nuevos enemigos.

Sin desánimo va en busca de otros, prefiriendo a todas las cosas la voz del dios y se encuentra con la misma sorpresa: “todos aquellos que pasaban por ser los más sabios, –decía– me parecieron no serlo, al paso que todos aquellos que no gozaban de esta opinión, los encontré en mucha mejor disposición para serlo”.

Posteriormente, busca a los poetas trágicos, ditirámbicos y otros, pensando encontrarse más ignorante que ellos. Examina a las mejores obras de estos poetas, les pregunta lo que significan y cuál era su objeto. Sócrates confiesa la verdad: “No hubo uno de todos los que estaban presentes, incluso los mismos autores, que supiese hablar ni dar razón de sus poemas… que todos dicen muy buenas cosas, sin comprender nada de lo que dicen”. Entonces, les deja persuadidos que él era “superior a ellos, por la misma razón que lo había sido respecto a los políticos.

Sócrates intercambia ideas con los artistas. Estos sí sabían cosas que él ignoraba y en esto eran ellos más sabios que él. Pero los artistas más entendidos le pareció que estaban incurriendo en el mismo defecto que los poetas, encontrándoles a todos ellos que se creían muy capaces e instruidos en las más grandes cosas, y esta extravagancia quitaba todo el mérito a su habilidad.

Todas estas indagaciones que realizó Sócrates sobre la supuesta sabiduría de los políticos, poetas y artistas había originado odios y enemistades peligrosas que produjeron todas las calumnias que se sabía en el pueblo ateniense y que le han hecho adquirir el nombre de sabio; porque todos los que me escuchan, decía Sócrates, « creen que yo sé todas las cosas sobre las que descubro la ignorancia de los demás».

Finalmente Sócrates puntualiza que sólo Dios es el verdadero sabio. Y convencido de lo expuesto, continúa sus investigaciones, esta vez con extranjeros y concluye de manera similar a lo anterior que ninguno es sabio, que sólo Dios es sabio.

DEL PAÍS. En su defensa, ¿de qué manera contraataca Sócrates?

E.T.N. En su defensa, Sócrates contraataca, respondiendo así: “Yo, atenienses, digo que el culpable es Melito, en cuanto, burlándose de las cosas serias, tiene la particular complacencia de arrastrar a otros ante el tribunal, queriendo figurar que se desvela mucho por cosas por las que jamás ha hecho ni el más pequeño sacrificio, y voy a probárselo”.

Sobre la acusación de corrupción a los jóvenes, Sócrates pregunta a Melito: “Aún más, Melito, ¿tú afirmas que corrompo a los jóvenes con esta conducta? Todos sabemos sin duda que clase de corrupciones afectan a la juventud; dinos entonces – pregunta Sócrates- si conoces a algún joven que por mi influencia se haya convertido de pío en impío, de prudente en violento, de parco en derrochador, de abstemio en borracho, de trabajador en vago, o sometido a algún otro perverso placer”. “¡Por Zeus! dijo Melito. Yo sé de personas a las que has persuadido para que te hicieran más caso a ti que a sus padres”.

DEL PAÍS. Ante la pregunta de Sócrates ¿quién es el que puede hacer mejor a los jóvenes? ¿qué respondió Melito?

E.T.N.  Melito respondió así: Son Sócrates, todos los jueces aquí reunidos, los que vienen a las asambleas del pueblo y los senadores que nos escuchan. Después de escuchar atentamente la respuesta de Melito, Sócrates, se sorprende que tan solo él sea capaz de corromper a la juventud a sabiendas y que todos los demás lo enrumben por buen camino.

DEL PAÍS. Ante la respuesta de Melito, ¿qué le contestó  Sócrates?

E.T.N. Sócrates de manera serena y pausada, califica a Melito de calumniador y manifiesta: “En este punto, Melito, yo no te creo ni pienso que haya en el mundo quien pueda creerte. Una de dos, o yo no corrompo a los jóvenes, o si los corrompo lo hago sin saberlo y a pesar mío, y de cualquier manera que sea, eres un calumniador. Si corrompo a la juventud a pesar mío, la ley no permite citar a nadie ante el tribunal por faltas involuntarias…donde la ley quiere que se cite a los que merecen castigos, pero no a los que sólo tienen necesidad de prevenciones”.

No sólo “calumniador” sino también “insolente” es Melito, en opinión de Sócrates, luego de ser acusado de no reconocer ningún dios, Sócrates manifiesta que Melito tramó la acusación sólo para insultarle y “con toda la audacia de un imberbe”.

Además le critica a Melito de contradecirse en la acusación, porque es como si dijera: “ Sócrates es culpable en cuanto no reconoce dioses y en cuanto los reconoce ¿Y no es esto burlarse? Así lo juzgo yo…” “Por consiguiente, puesto que yo creo en los demonios, según tu misma confesión, y que los demonios son dioses, he aquí la prueba de lo que yo decía, de que tú nos proponías enigmas para divertirte a mis expensas, diciendo que no creo en los dioses, y que, sin embargo, creo en los dioses, puesto que creo en los demonios...Esto es tan absurdo como creer que hay mulos nacidos de caballos y asnos, y que no hay caballos ni asnos…Pero no tengo necesidad de extenderme más en mi defensa, atenienses, y lo que acabo de decir basta para hacer ver que no soy culpable, y que la acusación de Melito carece de fundamento”.

DEL PAÍS.  ¿Cuál fue la actitud de Sócrates ante la condena a muerte?

E.T.N. Sócrates considera que deberá mantenerse firme en el puesto que le ha colocado la divinidad (Dios) y por tanto está convencido que no debe temer ni la muerte, ni lo que haya de más terrible, anteponiendo a todo el honor y que dedicaría pasar sus días en el estudio de la filosofía, estudiándose a sí mismo y estudiando a los demás, que “jamás cesará de filosofar y de hacer sus indagaciones acostumbradas, dándoos siempre consejos”.

Sócrates justifica su actitud leal con el mandato divino de no temer la muerte argumentando lo siguiente: “Porque temer la muerte, atenienses, no es otra cosa que creerse sabio sin serlo, y creer conocer lo que no se sabe. En efecto, nadie conoce la muerte, ni sabe si es el mayor de los bienes para el hombre. Sin embargo, se la teme, como si se supiese con certeza que es el mayor de todos los males. ¡Ah! ¿No es una ignorancia vergonzante creer conocer una cosa que no se conoce?”.

DEL PAÍS. En el campo de la justicia ¿cómo concebía Sócrates a un juez?

E.T.N. Según Sócrates, un buen juez se caracteriza por escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.

Sócrates creía que una ley puede ser criticada, pero no violada; cuando una ley es injusta no hay que desobedecerla, hay que hacer algo para que se cambie. Estaba convencido que es peor cometer una injusticia que padecerla, porque quien la comete se convierte en injusto y quien la padece no. Respetar la ley es respetarse a sí mismo, y el primer deber del ciudadano es la obediencia a la ley.

DEL PAÍS. De la filosofía de Sócrates ¿qué pensamientos se podría rescatar para la juventud?

E.T.N. Sócrates sentenciaba lo siguiente: la virtud de un joven es no excederse en nada y que las virtudes que deben formar el carácter de un joven son: la modestia, el pudor, el amor a la templaza y la justicia; habla joven para que yo te conozca; el no hablar con propiedad constituye una falta y produce mal en las almas; el que habla mal de otra persona es porque no aprendió a hablar bien; el joven no debe hacer daño a nadie; el joven no debe dejara crecer la hierba en el camino de la amistad; el joven debería predicar más con el ejemplo que con la palabra; sólo el joven que sabe que no sabe procura saber; es injusto ser ingrato con los amigos; el joven nunca deberá pedir recompensa por los servicios que presta a sus semejantes.

DEL PAÍS. ¿Por qué Sócrates era contrario a la democracia de Atenas?

E.T.N. Sócrates era contrario a la democracia, porque decía que Atenas estaba gobernada por hombres que “no sabían”; consideraba que la democracia no sabía distinguir entre el sabio y el ignorante, Atenas elegía a los magistrados por sorteo y no por meritocracia o capacidad; la justicia hacía beneficios a los amigos y perjuicios a los enemigos.

Sócrates defendió la aristocracia intelectualcomo régimen político, creía que los gobernantes deberían ser “los mejores”, es decir, los sabios o los filósofos.

DEL PAÍS. ¿Tuvo Sócrates algunas anécdotas?

E.T.N. He aquí dos de ellas. Una, la del arrepentimiento: Se dice que en cierta ocasión uno de sus discípulos le preguntó a Sócrates qué era mejor para el hombre, si casarse o quedarse soltero. Sócrates contestó: “Da igual, porque haga lo que haga terminará arrepintiéndose”. La otra, sobre los dos burros: Se cuenta que un comerciante millonario pidió a Sócrates que se encargara de la educación de su hijo. Como quiera que al comerciante le pareció que le pedía mucho dinero, le dijo: “Tened en cuenta que con esa cantidad puedo comprar un buen burro”. Entonces, al escuchar tan atrevidas y ocurrentes expresiones, Sócrates le respondió: “Hacedlo y tendréis dos burros en casa”.

La obra que motivó esta entrevista ha sido editada por A.F.A. Editores Importadores S.A., contiene 304 páginas, cinco capítulos, ilustraciones a color, glosario básico, diez conclusiones y bibliografía especializada. La editorial, a través de su Gerente General, Alfonso Cueva Sevillano, hizo entrega de una Distinción Especial al doctor Eudoro Terrones Negrete, por su  producción intelectual con 45 obras publicadas a la fecha.


[1] Entrevista realizada por el diario DEL PAÌS al doctor Eudoro Terrones Negrete y publicada el martes 27 de noviembre de 2012 en Lima-Perú, pp.8 y 9.
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