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23 de abril de 2016

CONCLUSIONES SOBRE LA NECESIDAD DE CONTAR CON UNA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA DE CALIDAD EN EL PERÚ


CONCLUSIONES SOBRE LA NECESIDAD DE CONTAR CON UNA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA DE CALIDAD EN EL PERÚ

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

De lo expuesto se concluye en la necesidad impostergable de apostar por una educación universitaria de calidad en el Perú. Ahora, es la exigencia de los optimistas y bien intencionados que aspiramos a vivir en una sociedad igualitaria, inclusiva, digna, justa y libre. Mañana, es la tibia demanda de los conformistas, a quienes poco o nada les importa su futuro, el futuro de sus hijos y el futuro del Perú.

Dentro de este contexto, los peruanos no somos la excepción, estamos experimentando similares problemas en la educación superior, por lo que nos hallamos comprometidos en la lucha común contra las inequidades en la educación y por la autonomía, la regionalización y la descentralización de la educación, la aplicación de políticas educativas de equilibrio y de cohesión social con responsabilidad compartidas, la educación de calidad continua e inclusiva con sentido social y valores éticos.

Somos conscientes que en el Perú es necesario reducir la brecha tecnológica entre inforricos e infopobres,  universalizar las nuevas tecnologías en los procesos pedagógicos, generar mayores fuentes de empleo digno y salario justo para la juventud, democratizar el ingreso a las universidades, educación universitaria de calidad  y reconocidos internacionalmente, educación sin ninguna discriminación por razones de raza, sexo, idioma, religión, capacidad física o por razones de orden social, cultural, económico y político.

La calidad en la educación universitaria no se obtiene sobre la base de la improvisación, de las simples buenas intenciones o aspiraciones. Es siempre el producto de un esfuerzo perseverante e inteligente en el que se conjugan también los mejores recursos humanos, recursos materiales y modernos métodos y técnicas de enseñanza-aprendizaje.

En el Perú se requiere de una educación universitaria de calidad que conlleve a la aplicación de estructuras de gestión desburocratizante, descentralizada, inclusiva, participativa y flexible, que conduzca a incrementar la matrícula pero sin sacrificar la calidad ni saturar el mercado interno con profesionales que poco o nada contribuyen con el crecimiento y el desarrollo sostenible y sustentable del país.

Educación universitaria de calidad es lo que necesitamos todos los peruanos. Es la clave y la herramienta fundamental para mejorar los niveles de producción y de productividad, generar nuevos conocimientos, nuevas teorías de enseñanza-aprendizaje y nuevas tecnologías, mejorar la calidad de vida de la población, desarrollar y fortalecer la democracia funcional y con respeto a los Derechos Humanos. Pero también para competir con eficacia en el mundo global y enfrentar con éxito los retos científicos y tecnológicos del presente y de los próximos siglos.

En el Perú, la educación universitaria para ser de calidad tiene que aplicar una política científica, incentivar las aptitudes creativas de los profesores, estudiantes y personal administrativo, renovar los métodos y técnicas de enseñanza-aprendizaje, forjar profesionales, investigadores sociales y especialistas competentes, con empleo bien remunerado, con oportunidades de realización y desarrollo de su personalidad así como también de sus proyectos de vida. Así mismo responder a las necesidades de crecimiento y desarrollo integral de la sociedad en los campos científico, tecnológico, social, económico, político, cultural, ecológico, axiológico y ético; elaborar y desarrollar una planificación estratégica, racional y realista.

La UNESCO afirma que “para mejorar la calidad de la educación hay que empezar por mejorar la contratación, la formación, la situación social y las condiciones de trabajo del personal docente, porque este no podrá responder a lo que de él se espera si no posee los conocimientos y la competencia, las cualidades personales, las posibilidades profesionales y la motivación que se requieren”[1]

Hablar de una educación universitaria de calidad en el Perú implica alcanzar elevados estándares de calidad, desarrollar una cultura de calidad y una filosofía de prevención, creatividad  e innovación institucional, a la vez que  incorporar a los mejores estudiantes, mejores profesores, mejores y mayores recursos físicos, recursos de capital, recursos didácticos y metodológicos y equipos tecnológicos de última generación. Pero también implica el compromiso permanente de las universidades públicas y privadas de formar excelentes graduados, desarrollar el trabajo institucional, académico y administrativo en equipo, con visión y misión compartidas por todos los miembros de la comunidad universitaria. Implica aplicar una gestión de calidad total y satisfacer las exigencias, expectativas y necesidades de los usuarios del servicio educativo, del mercado laboral y de la sociedad peruana.

Las universidades que cumplen con el proceso de evaluación, acreditación y certificación de la calidad de sus servicios garantizan la prestación de sus servicios de manera eficiente, en función a los grandes objetivos de transformación, crecimiento y desarrollo del país. Cabe una vez más puntualizar que en el siglo XXI el recurso económico no es ya el capital, los recursos naturales ni siquiera el trabajo, como fueron tradicionalmente, es y será el conocimiento y la inteligencia de éxito, dentro de una máxima cultura científica y tecnológica, de libertad, de paz y fraternidad.

Si queremos contar con una educación universitaria de calidad en el Perú, esta deberá caracterizarse por ser autónoma, democrática, humanista, científica, tecnológica, axiológica, ética, multicultural, investigativa, polivalente, participativa horizontalmente, interdisciplinaria, multidisciplinaria, multicultural, competitiva, continua e inclusiva, centrada en los intereses de los estudiantes, receptiva de la cooperación internacional y deberá ser  medida sobre la base de resultados.

La educación universitaria de calidad utiliza métodos formativos fundado en la acción y en un enfoque globalizador, aplica estrategias didácticas para formar competencias, tales como el método constructivista, el método de análisis crítico,  la clase magistral, los seminarios, las monografías y los ensayos; desarrolla el pensamiento sistémico, el currículo y la enseñanza basada en competencias (EBC), aplica un horario flexible en las sesiones de aprendizaje, articula la teoría con la práctica en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

En una educación universitaria de calidad el profesor efectúa su reciclaje profesional de por vida, a través de un currículo periódicamente renovado y actualizado según los avances  y las innovaciones científicas y tecnológicas. Las universidades trabajan con el sector empresarial y  sectores de la sociedad. Los miembros de la comunidad universitaria son proactivos al cambio.






[1] Delors, 1996, con referencia a Tompson, 1995.

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