Artículos periodísticos y de investigación

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30 de septiembre de 2017

EPÍLOGO DE LA OBRA "INICIACIÓN EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFRICA", POR EL DR. ROBERTO MEJÍA ALARCÓN

EPÍLOGO DE LA OBRA 

"INICIACIÓN EN LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA"

Dr. Roberto Mejía Alarcón[1]



Con mucho agrado recibí el pedido de escribir el epílogo de esta última obra de mi dilecto y apreciado amigo, el Dr. Eudoro TERRONES NEGRETE, que lleva el título “Iniciación en la Investigación Científica”, lo que me ha exigido leerla completamente.

Puedo señalar en primer término, al margen de la amistad recíproca y siendo fiel a mi objetividad académica; que la obra que nos entrega en esta oportunidad el Dr. Eudoro TERRONES NEGRETE, está orientada como su mismo nombre lo indica, a servir como texto de contacto inicial entre el estudiante universitario y la Ciencia y la Investigación Científica.  Contiene, las nociones básicas para la comunicación científica, diversas definiciones y clasificaciones de la ciencia y su metodología; la actitud y el lenguaje científico entre otros importantes temas; concluyendo con un manual, que servirá para ayudar paso a paso a los estudiantes, a confeccionar sus proyectos de investigación y el informe final de los mismos.

Tengamos presente que la nueva Ley Universitaria (Ley Nº 30220 del 09-07-2014), plantea el desarrollo de la ciencia y la investigación científica desde el pre-grado, lo cual  mejorará la calidad de los egresados universitarios, al exigirles desarrollar el pensamiento científico, crítico y problematizador desde los primeros años en la universidad.  Ello, porque para iniciarse en la investigación científica, se requiere previamente determinar lo que se sabe respecto de algún aspecto de la realidad, lo que no se sabe del mismo y finalmente fijar que es lo relevante y que se puede llegar a conocer a través de la investigación científica.

En el texto, también podemos encontrar importantes reflexiones, sobre la necesidad de la lógica, la epistemología, la ética de la ciencia y la metodología de la investigación científica, como pilares fundamentales en nuestro mundo actual, que es cambiante, competitivo, contradictorio y complejo.

Es una obra necesaria para el estudiante universitario, para los que recién ingresan a ella es de gran utilidad, porque los inicia de manera adecuada en la ciencia y la investigación científica y para los egresados y estudiantes de posgrado, porque les permitirá repasar los conceptos y teorías básicas que sustentan el lenguaje de la ciencia y la metodología de la investigación científica.  En esta obra se ha resumido sistemáticamente, muchos siglos de estudio y conocimiento del mundo de la teoría científica y de su metodología.


Por otro lado, revisando el contenido de la obra, he podido reflexionar sobre los fines de la educación universitaria, que entre otras son: buscar la perfección humana, desarrollar las  capacidades y talentos de los estudiantes hasta alcanzar sus máximos niveles; lograr el desarrollo de la sociedad humana en su conjunto, superando las limitaciones naturales del hombre hasta alcanzar nuevas dimensiones.

También, sobre el resultado de una buena o excelente educación universitaria, que debe  verse reflejada en sus egresados: En su actuación como técnicos, profesionales, científicos o filósofos; en su calidad humana y don de gentes, en la cortesía y trato digno hacía sus semejantes; en su capacidad para resolver problemas viejos y nuevos, para hacer frente a los desafíos de la vida, la profesión,  el trabajo, la  familia y la vida en sociedad; en su capacidad de llevar al hombre hacía nuevos escenarios, superando sus limitaciones naturales, mejorando su calidad de vida, procurando el bien común y la inmortalidad trascendiendo con su ejemplo de vida.

La Ciencia y la Investigación Científica han sido y seguirán siendo las bases del progreso de la humanidad en su conjunto, por lo que debemos cultivarla y desarrollarla permanentemente. No olvidemos jamás el legado de Sócrates a la humanidad, haciéndonos recordar que “Sólo hay un bien: el conocimiento. Sólo hay un mal: la ignorancia”.



[1] Dr. Roberto Mejía Alarcón…………………………………………………………………………………………………………………
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