Artículos periodísticos y de investigación

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30 de mayo de 2021

KEIKO FUJIMORI SERÍA ELEGIDA PRESIDENTE DEL PERÚ

 

KEIKO FUJIMORI HIGUCHI

SERÍA ELEGIDA PRESIDENTE DEL PERÚ

Peruanos votarían por el mal menor para evitar el mal mayor

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete

José Pedro Castillo Terrones y Keiko Fujimori Higuchi

En la segunda vuelta electoral de Perú  a realizarse el 6 de junio de 2021, compiten por la presidencia de la República dos candidatos, femenino y masculino, que representan a regímenes políticos contrapuestos: democracia y comunismo.

El régimen político democrático está representado por Keiko Fujimori Higuchi, del partido  “Fuerza Popular”;  y el comunismo o marxismo-leninismo-maoísmo representado por José Pedro Castillo Terrones, del partido “Perú Libre”.

Ahora toca a los electores decidir por quién votar. Para la toma de sus decisiones, es obvio, tendrán que analizar y calificar según sus propios criterios de evaluación por cuál de los dos males deberán votar, si es por el mal menor o por el mal mayor, más allá de lo que dicen los resultados de las encuestas IPSOS, DATUM, CIT, IEP, IDICE, los opinólogos de la concertación de los medios impresos, televisivos, radiales y las redes sociales.

En plazas, avenidas, calles y parques  corren voces casi generalizadas en el sentido que Keiko Fujimori, es la candidata de la democracia y representa el mal menor; y José Pedro Castillo  es confesamente el candidato del marxismo-leninismo-maoísmo  y representa el mal mayor.

En el contexto de estos dos males, la toma de decisiones ciudadanas deberá efectuarse con la mayor seriedad, racionalidad, consciencia, libertad y responsabilidad histórica, sopesando lo positivo y negativo de cada uno de los candidatos, sus planes de gobierno y equipos técnicos, entre otros aspectos,  para no tener que lamentarse y arrepentirse después, como ocurrió con la elección de anteriores presidentes de la República de los últimos veinte años y que nos heredaron la actual y espantosa crisis social, política, económica, sanitaria, educativa y moral, con pronóstico reservado. Que la historia no se repita por el bien del Perú.

EL MAL MENOR: KEIKO FUJIMORI HIGUCHI

El menor de dos males es un principio ético que justifica la elección de un mal menor con tal de evitar el otro mal mayor.

En la actual disyuntiva política de extremos,  coincido con los que piensan que votar por Keiko Fujimori es votar por la opción democrática, es votar por el mal menor para evitar el mal mayor.

Técnica, social y políticamente el mal menor es la opción recomendable para un Perú en democracia y con pleno Estado de derecho. La opción del mal menor nos libraría en el Bicentenario del Perú de la opción extrema y peligrosa del comunismo.

Votar en blanco o viciado sería una irresponsabilidad, no es recomendable, no tiene sentido social, pues no solucionaría nada y por el contrario agravaría más  la crisis integral del Perú.

En opinión de Lyssete Bueno Murga, alumna de Economía de la Universidad del Pacífico de Perú, Keiko Fujimori Higuchi propone una “Economía social de mercado” que genere trabajo formal, simplifique los procesos para desarrollar emprendimiento, promueva las asociaciones público-privadas y genere confianza para el impulso de la inversión sostenible y socialmente responsable. Su “Plan Rescate 2021” tiene una etapa a corto y largo plazo” (En Diario Gestión, Lima, 29/05/2021).

Keiko  Fujimori propone un moderno y estructurado Plan de Gobierno con un equipo técnico muy capaz y con la debida experiencia en cada sector público.

Keiko Fujimori propone un Plan de Rescate y Reconstrucción Nacional  2021-2026 que conlleva a realizar todo Un Cambio Hacia Adelante con Salud, Comida y Trabajo, shock de inversiones, gran impulso a la inversión privada de pequeños y medianos empresarios, fuerte impulso fiscal y financiero, variados programas de crédito de 7 años de plazo, 4 años de gracia y cero por ciento de interés, generación de empleo productivo, creación de 500,000 puestos de trabajo, canon para el pueblo, bono Oxígeno, fuerte apoyo a Mi Vivienda y Techo propio que generarán 200,000 puestos de trabajo,

El plan de gobierno de Keiko Fujimori posta la afirmación y consolidación del Estado de derecho, de la Democracia y las libertades individuales, de creencia y empresariales, el respeto a la propiedad privada. Asimismo propone un gran impulso a obras de infraestructura, la reforma del sistema previsional peruano, la atención prioritaria de la crisis sanitaria, la  creación de un sistema efectivo de seguridad ciudadana y la ejecución de proyectos de viviendas sociales.

Aparte de realizar sumos esfuerzos de concertación social y política para garantizar la estabilidad política y la seguridad jurídica en el referido plan de gobierno “Rescate 2021” se considera generar infraestructura educativa de calidad que propicie un correcto aprendizaje; aumentar y mejorar la ejecución presupuestal; restaurar el equilibrio de los ecosistemas; fortalecer un sistema de calidad en todos los niveles educativos.

Sin pacto ni alianza, Keiko Fujimori viene recibiendo el apoyo incondicional, de la mayoría de los partidos democráticos del Perú: Partido Renovación Popular, Partido Aprista Peruano, Partido Avanza País, Partido de Acción Popular, Partido Alianza para el Progreso, Partido Popular Cristiano, Partido Contigo Perú, Partido Victoria Nacional, Partido Patria Segura y de miles de ciudadanos independientes que asumen el compromiso de votar por el Perú, en defensa de la Democracia y de un futuro mejor para todos los peruanos.

En días pasados se realizaron cientos de movilizaciones, marchas, foros, asambleas y pronunciamientos en todo el Perú por la afirmación de la democracia, el respeto a las libertades individuales, religiosas y empresariales y en rechazo al comunismo. ¡Democracia, Sí!, ¡Comunismo, No!, fue el grito unánime.

Leído minuciosamente las últimas encuestas, analizado las opiniones y los comentarios vertidos en las redes sociales y en los medios impresos, radiales y televisivos, me permito afirmar que el elector peruano mayoritariamente inclinaría su voto a favor de Keiko Fujimori Higuchi para Presidente del Perú (2021-2026)

EL MAL MAYOR: José Pedro Castillo Terrones

José Pedro Castillo, es el dirigente radical del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Perú (SUTEP), quien el 2 de septiembre de 2017 anunció sorpresivamente la suspensión “temporal” de la huelga magisterial. Durante esta huelga magisterial, el entonces ministro del Interior Carlos Basombrío lo sindicó de estar relacionado al Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF), que es rama de Sendero Luminoso.

Sendero Luminoso bañó de sangre el Perú en busca  del poder mediante la lucha armada, produciendo en la década de 1980-1990 más de sesenta mil muertos según estimaciones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).

El plan de gobierno de Castillo es caótico y aterrador, es un listado de  ideas sueltas, sin sustento técnico y sin pensar en sus posibles consecuencias desastrosas para la economía y la sociedad peruana. Castillo,  un día dice una cosa y poco después se desdice; promete mucho sin saber de dónde va a salir el dinero para cumplir sus promesas.

Las propuestas de Castillo son demagógicas, irrealistas, antitécnicas, antisistema, antidemocráticas, propio de un dirigente del llamado “Socialismo del Siglo XXI”, que por aplicaciones similares en algunos países vecinos ya fracasaron. Propone una “Economía Popular Con Mercados”, los mismos que se aplicaron en los gobiernos de  Nicolás Maduro en Venezuela, de Evo Morales en Bolivia y de Rafael Correa en Ecuador, caracterizado por ser nacionalizador o estatizador de empresas, revisor de contratos nacionales e internacionales y regulador del mercado.

A continuación mencionamos algunos puntos  controversiales del plan de gobierno de Castillo Terrones y que viene creando seria preocupación en las capas sociales pudientes, en la clase media y en las que menos tienen:

1.     Elaborar una Nueva Constitución política  y elegir una Asamblea Constituyente a su medida, con la intención de quedarse en el Poder por muchos años como en Cuba, Venezuela y Bolivia.

2.     Desactivar el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo, la Superintendencia de Transporte de Personas, Cargas y Mercancías (Sutran), entre otras.

3.     Nacionalizar empresas  de los sectores de minería, petróleo, gas, hidroenergía.

4.     Regular de manera más estricta a los medios de comunicación impresos, radiales y televisivos privados.

5.  Mantener conversaciones con las empresas para asegurar que «el 70% de las ganancias se quede para el país y se lleven el 30%, no al revés como es hoy».40

6.     Asignar el 10 % del PBI para educación, 10 % para salud y 2 % para investigación científica, a sabiendas que sólo con esto superaría el monto del presupuesto actual y no quedaría nada para los otros sectores.

7.     Otorgar el indulto presidencial al etnonacionalista Antauro Humala[1].

8.  Las empresas sin excepción, universidades en general y la Iglesia Católica deben pagar impuestos,  eliminándose las exoneraciones actuales.

 

 

 



[1] Como  es de conocimiento público el 3 de enero del 2005 Antauro Humala, hermano del ex presidente Ollanta Humala,  fue condenado a 19 años de prisión por los delitos de homicidio y secuestro, cometidos durante el Andahuaylazo y no podrá salir de prisión hasta el 2 de enero del 2024.

 

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22 de mayo de 2021

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL COMUNISMO

 

PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL COMUNISMO

Escribe: 

Dr. Eudoro Terrones Negrete



Karl Marx (1818-1883), filósofo judío alemán,  asevera que la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción es el motor de la historia humana. Piensa que hay una permanente lucha de clases que conlleva a la revolución del proletariado contra el capitalista, tratando de suprimir la causa que genera la opresión y explotación del hombre por el hombre y que conduce a la toma del poder político mediante la dictadura del proletariado, para llegar finalmente a una sociedad sin clases, en la que el hombre genera su autodesarrollo, su auto-perfeccionamiento e independencia y el trabajador ya no es una mercancía, pues recibe el fruto de su trabajo según su capacidad productiva y sus necesidades, aunque en la práctica no sea realmente así.

Para Marx el principio de distribución para una sociedad comunista es: “A cada uno según su capacidad productiva y según sus necesidades”.

Marx critica al capitalismo por haber convertido el interés por el dinero y la ganancia material en el principal motivo del hombre en su existencia y lucha por una sociedad en la que este interés material deje de ser dominante o prioritario.

Sostiene también que la llegada de la revolución industrial afianzó el sistema capitalista y dio origen a la aparición de dos grupos sociales diametralmente opuestos o antagónicos: los propietarios o capitalistas, que son la clase dominante por su poder económico, y los productores o proletarios, que son la clase trabajadora, sometida, dominada y explotada, la clase pobre. Mientras la clase capitalista cada vez es más rico y explota a la clase trabajadora y reduce al hombre a un ser alienado y subordinado a los intereses opresores del gran capital; el proletariado es la clase condenada a ser cada vez más pobre y oprimida.

En el sistema capitalista, afirma Marx, se produce el sometimiento de un hombre a otro hombre, porque es dueño de las materias primas y de los medios de producción, en cambio el proletariado sólo es dueño de su fuerza de trabajo, pero no de los instrumentos, equipos y herramientas de producción.

Después de una rápida revisión de la literatura marxista-leninista-maoísta presento a continuación a manera de síntesis los siguientes principios del comunismo:

1.    Restricción y supresión paulatina de la propiedad privada mediante la aplicación del impuesto progresivo y  que acabará con la propiedad privada únicamente cuando se haya creado la necesaria cantidad de medios de producción;

2.     Las personas que más tienen deben pagar más aplicándoles el impuesto progresivo;

3.       Expropiación por el Estado de la propiedad de los medios de producción;

4.       Requisamiento  o confiscación de todos los bienes de las personas que emigran;

5.   Centralización y control de todos los bancos por el Estado a través del Banco Nacional con capital del Estado y cierre de todos los bancos privados;

6.    Formación de ejércitos industriales  en la agricultura y al servicio del poder político comunista;

7.       Promover una educación pública, no privada, controlados por el Estado;

8.       Promover viviendas comunes para los que trabajan para el Estado;

9.  Concentración de todos los medios de transporte como propiedad absoluta del Estado;

10.  Expropiación gradual de los propietarios agrarios, fabricantes, propietarios de ferrocarriles y buques;

11.  Arrebatar a los capitalistas privados el usufructo de todas las fuerzas productivas y medios de comunicación;

12. Supresión de la división de la sociedad en clases distintas y antagónicas y supresión de la diferencia de clases;

13.  Desaparición total de la división del trabajo; “Unos mismos hombres se dedicarán al trabajo agrícola y al industrial, en lugar de dejar que lo hagan dos clases diferentes”,

14.  Fomento de la producción en proporciones suficientes para cubrir las necesidades de todos;

15.  Liquidación del estado de cosas en el que las necesidades de unos se satisfacen a costa de otros;

16.  Supresión de las dos bases del matrimonio actual ligadas a la propiedad privada: la dependencia de la mujer respecto del hombre y la dependencia de los hijos respecto de los padres y la supresión de la comunidad de las mujeres;

17.  Consolidación de la clase obrera o proletariado como clase dominante;

18.  El enemigo a combatir y derrocar es la pequeña, mediana y alta burguesía del sistema capitalista.

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LA IGLESIA CATÓLICA Y SU LUCHA CONTRA EL COMUNISMO

 

LA IGLESIA CATÓLICA 

Y SU LUCHA CONTRA EL COMUNISMO


La Ciudad del Vaticano


Escribe: 

Dr. Eudoro Terrones Negrete


Históricamente la Iglesia Católica siempre luchó, enfrentó y condenó frontalmente el comunismo ateo.

El Catecismo de la Iglesia católica de 1992 afirma: "La Iglesia ha rechazado las ideologías totalitarias y ateas asociadas en los tiempos modernos al ‘comunismo’ o ‘socialismo’.

El papa Pío IX en su encíclica Quipluribus (Noviembre 9, 1846), condenó a la  doctrina del comunismo, confirmada después en el "Syllabus": "aquella nefanda doctrina del llamado comunismo, enteramente contraria al mismo derecho natural, y que una vez admitida, conduciría a la radical inversión de los derechos, de las cosas, de la propiedad de todos y de la misma sociedad humana.”

Más tarde el papa León XIII, cuyo pontificado duró veinticinco años, en la Encíclica "Quod Apostolici numeris" (28 diciembre de 1878) definió el comunismo como "peste destructora que atacando la médula de la sociedad humana, la conduciría a la ruina". Y en 1891 calificó al socialismo de ser "un cáncer que pretendía destruir los fundamentos mismos de la sociedad moderna."

El Sumo Pontífice Pío XI en su encíclica “Divini Redemptoris”  del 19 de marzo de 1937 señaló: “El furor comunista no se ha limitado a matar a obispos y millares de sacerdotes, de religiosos y religiosas, buscando de un modo particular a aquellos y a aquellas que precisamente trabajan con mayor celo con los pobres y los obreros, sino que, además, ha matado a un gran número de seglares de toda clase y condición, asesinados aún hoy día en masa, por el mero hecho de ser cristianos o al menos contrarios al ateísmo comunista. Y esta destrucción tan espantosa es realizada con un odio, una barbarie y una ferocidad que jamás se hubieran creído posibles en nuestro siglo. Ningún individuo que tenga buen juicio, ningún hombre de Estado consciente de su responsabilidad pública, puede dejar de temblar si piensa que lo que hoy sucede en España tal vez podrá repetirse mañana en otras naciones civilizadas.”

Por su parte, el papa Pablo VI, en su encíclica “Ecclesiam suam”  del 6 de agosto de 1964 pidió que la Iglesia tomara conciencia de sí y de su importancia "para la salvación de la sociedad humana".

En sendos documentos la Iglesia Católica ha elevado su solemne protesta contra las persecuciones desencadenadas en Rusia, Méjico, España y diversos países del mundo, llamando la atención sobre el peligro comunista,  peligro que aumenta y se agrava  bajo el empuje de agitadores con ideas subversivas y que alientan una falsa redención y  un pseudo ideal de justicia, igualdad y fraternidad en el trabajo.

Cabe puntualizar, los partidarios del comunismo quieren imponer en la población su doctrina a sabiendas que es contraria a la concepción cristiana y para ello se valen de todos los medios posibles a su alcance con tal de arrancar de las mentes de la población menos culta la religión, la fe,  el amor al Divino Redentor y la creencia en la vida cristiana.

Para el comunismo ateo existe una sola realidad: la materia. No no hay lugar para la idea de Dios, no existe diferencia entre espíritu y materia, entre alma y cuerpo, no existe sobrevivencia del alma después de la muerte y no hay ninguna esperanza en otra vida para el ser humano.

El comunismo se esfuerza en agudizar los antagonismos entre las clases, en agudizar la lucha de clases alentando odios, rencores y venganza,  para que a río revuelto ellos sigan avanzando.

El comunismo quita toda fe, dignidad y libertad a la persona humana; el individuo es una simple rueda y un engranaje de su sistema. El comunismo niega a la vida humana todo carácter sagrado y espiritual; hace del matrimonio y de la familia una institución puramente artificial y civil, es decir, fruto de un determinado sistema económico.

Para el comunismo no existe vínculo alguno entre la mujer, la familia y el hogar.  El comunismo proclama la emancipación de la mujer, la aleja de la vida doméstica y de la atención de los hijos, para arrastrarla a la vida pública y a la producción colectiva  y entregar a la colectividad el cuidado del hogar y de la prole.

Una vez más el comunismo pretende edificar “Una humanidad sin Dios”, un mundo descristianizado, negador de los derechos fundamentales de la persona humana y subvertidor del orden social.

El comunismo promueve con mucho interés el laicismo,  con el fin de edificar una sociedad organizada aconfesionalmente, es decir, ajena a las confesiones religiosas. Jamás piensa en construir iglesias cerca de las fábricas o de las áreas rurales, menos aún es de su preocupación apoyar la labor de los sacerdotes y de las monjas.

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21 de mayo de 2021

¿POR QUÉ EL COMUNISMO NO FUNCIONA?

                  ¿POR QUÉ EL COMUNISMO NO FUNCIONA? 

Escribe: 

Dr. Eudoro Terrones Negrete

El comunismo como sistema y doctrina social, económica y política nació en el siglo XIX en plena Revolución Industrial capitalista.

El comunismo se desarrolla en dos etapas: en la primera etapa inferior se denomina socialismo y en la segunda etapa superior comunismo propiamente dicho. Ninguno de los países del mundo puede llegar al comunismo pleno sin pasar por la primera fase.

La  filosofía, ideología y doctrina del comunismo fue desarrollado por Karl Marx, en “El Capital”,  Marx y Engels en “El Manifiesto Comunista” (1848), Vladimir Lenin en “El Estado y la Revolución”, “La economía y la política en la época de la dictadura del proletariado” y “El materialismo y empiriocriticismo”, José Stalin en “Obras Completas de Stalin”, León Trotsky en “Pensamiento vivo de Marx”, “Terrorismo y comunismo”,  “La revolución traicionada”, “Historia de la revolución Rusa”, Mao Tse-tung en sus “Obras escogidas de Mao Tse-tung”, entre otros autores.

En el comunismo hay un solo partido político en el que  gobierna una élite privilegiada, el politburó. El comunismo está representado por una organización internacional que  lleva el nombre de Internacional Comunista. Teóricamente divide la sociedad en dos clases: la burguesía y el proletariado[1] y ambos enemigos que se enfrentan directamente.

Cabe remarcar que en el campo práctico el comunismo feneció tras el derribo del Muro de Berlín, realizado el 9 de noviembre de 1989 por la población alemana, de manera pacífica, sin derramar una sola gota de sangre y sin disparar una sola arma de fuego. Los acontecimientos generaron la disolución de la Unión Soviética y la caída del bloque comunista en Europa en 1991.

El Muro de Berlín dividió la capital de Alemania en dos partes durante 28 años en el siglo XX. El muro de la Guerra Fría había sido construido el 13 de agosto de 1961 para que los alemanes del este no se escaparan hacia el oeste. Este muro era denominado en la República Democrática Alemana (RDA) «Muro de Protección Antifascista» y por parte de los medios de comunicación y de la opinión pública de la República Federal Alemana (RFA) como «Muro de la Vergüenza». El muro tenía una pared de hormigón entre 3,5 y 4 metros de altura, 45 kilómetros dividió la ciudad de Berlín en dos, mientras que otros 115 kilómetros rodeaban su parte oeste aislándola de la RDA.

Pues bien. Ahora tratando de responder a la pregunta que motiva el presente artículo ¿Por qué el comunismo no funciona?, expondremos algunas razones al respecto.

Para unos, el comunismo no funciona porque  los países de capitalismo privado lo bloquean económicamente y lo marginan del comercio mundial para que sus poblaciones sufran las nefastas consecuencias de la crisis permanente  ante la escasez de recursos económico-financieros.

Para otros, el comunismo no funciona porque en su gobierno se nombran a leales de su ideología en puestos claves de la economía y del Estado, que en la práctica son los menos capacitados para dirigir la economía de un país, deviniendo en incompetente el partido-Estado.

El comunismo no funciona por su autoritarismo dictatorial, por las fallas estructurales en su organización verticalista, represiva y manipuladora de las conciencias colectivas; no funciona por quitar riqueza, bienes y propiedades a los que  tienen y sólo repartir pobreza y miseria; por  mantener una oligarquía gubernamental privilegiada con niveles de vida muy superiores al del ciudadano promedio.

El comunismo no funciona porque sólo cree en la masa “el pueblo”, y no en el individuo; porque anula la individualidad (no hay libre albedrío de la persona) y cercena las libertades (libertad de opinión,  expresión y difusión, libertad de afiliación a partidos políticos de oposición, libertad de empresa y libertad de creencia).

El comunismo no funciona porque es una ideología utópica, materialista y atea que conduce a un mañana indescifrable; es un ideal mental que puesto en política o economía no calza nunca en la realidad de los pueblos. Además niega la esencia del ser humano; aplica los libros a las realidades y no las realidades a los libros como debería ser; anula la motivación para la autosuperación de las personas.

El comunismo no funciona porque es la teoría política de la improvisación, el fracaso y la desesperanza; porque es la repartición de la pobreza y el credo de los perezosos mentales. No funciona porque centraliza en pocas personas las decisiones gubernamentales,  no deja operar a los mercados y ejerce excesivo control desde el partido-Estado.

El comunismo no funciona porque es un sistema opresor y explotador de los pueblos y que acumula masas populares sufriendo hambre, miseria y pobreza; porque viola los derechos fundamentales de las personas y pueblos a vivir en paz, a la vez que vulnera y manipula su educación, cultura e historia.

El comunismo no funciona porque en diferentes etapas de la historia mundial se han registrado y se registran miles de persecuciones, encarcelamientos, deportaciones, represiones, incendios de edificios y de templos, con cientos de muertes y heridos.

El comunismo no funciona porque el régimen oligárquico rehúsa a devolver el poder al pueblo en elecciones libres y sin manipulación ni fraude. No funciona porque bajo la estrategia de cambiar a su medida la Constitución política de los países se queda indefinidamente en el poder bajo el amparo de la dictadura del proletariado.

Actualmente en ninguno país comunista o socialista del mundo se ha logrado aplicar de manera pura y completa la ideología  de Marx (alemán), Engels (alemán), Lenin (ruso), Stalin (ruso), León Trotsky (ruso), Mao Zedong (chino) y  Fidel Castro (Cuba), debido a la corrupción de su oligarquía gobernante, a sus intereses, conflictos, contradicciones, disputas internas y divisiones por la captura del poder y el abuso descontrolado del poder político.

El comunismo no funciona porque no ha abolido las contradicciones de clase, persiste las diferencias de clase entre la clase obrera y el campesinado, persiste las diferencias culturales y de vida entre la ciudad y el campo, persiste las diferencias entre los que más tienen y los que menos tienen. No hay un solo país comunista en el mundo en el que haya  desaparecido la moneda, las clases sociales, el Estado y menos las contradicciones entre el trabajo físico y el trabajo intelectual.

Los líderes en sus arengas públicas dicen ser “socialistas”, “humanistas”, “humildes”, “democráticos populares” y que “buscan un gobierno del pueblo”, pero nunca dicen que son realmente comunistas para no generar reacción en el pueblo que pretende conquistar. Al respecto, en 1959,  Fidel Castro ante una pregunta de la prensa dijo…..”Yo no soy comunista, nuestra revolución es verde como las palmas de Cuba, soy humanista, pero tampoco lo vamos a negar para complacer al imperialismo”.

El comunismo no funciona porque  considera que “La violencia es la partera de la historia” y se oliva más bien que es la “sepulturera de la historia”, que “El ser social determina la conciencia” y que la “conciencia del pueblo” es el único intérprete válido de las necesidades colectivas y el único administrador, fiscalizador y distribuidor de sus bienes y la riqueza de la nación.

Carlos Marx y Federico Engels, en  “El Manifiesto Comunista” de 1848 subrayaron: “Los comunistas…, proclaman abiertamente que sus objetivos tan solo se pueden alcanzar mediante el derrocamiento violento de todo el orden social preexistente”.

El comunismo no funciona  porque rechaza la diversidad ideológica; practica el unipartidismo, promueve la ilegalización de los partidos opositores, propicia la persecución, el linchamiento y la desmoralización de las personas que tienen pensamientos diferentes y discrepantes con la filosofía, ideología y doctrina comunista.

El comunismo no funciona porque incentiva y refuerza la lucha de clases, prohíbe el funcionamiento de instituciones religiosas, censura a la prensa democrática,  controla a los medios de comunicación y aplica progresivamente fuertes impuestos a las personas y empresas que concentran recursos económico-financieros.

El comunismo no funciona porque no es democrático, se gobierna por una dictadura que utiliza la democracia para implementar sus fines repudiables. Al respecto, Bertrand Russell, filósofo inglés y uno de los pilares del mundo libre y progresista, en su obra “Diccionario del Hombre Contemporáneo”, señala: “El comunismo no es democrático. Lo que se llama “dictadura del proletariado” es, en realidad, la dictadura de una minoría convertida en una oligarquía gobernante. La historia demuestra que el gobierno siempre sirve los intereses de la clase que gobierna, excepto en las cosas en que está influido por el miedo de perder su poder. Esto es lo que enseña, no solamente la historia, sino Marx…La unificación completa de los poderes económico y político, produce una terrible máquina de opresión, en la cual no hay troneras para las excepciones. Bajo tal sistema, el progreso se haría pronto imposible, ya que los burócratas son enemigos de todo cambio, como no sea un aumento de su poder.”

Según afirma el ensayista y escritor francés, Thierry Wolton, el comunismo no funciona porque los partidos-Estado comunistas han tratado de “imponer su política a través de lo que yo llamaría una guerra civil permanente contra el pueblo.”

El comunismo no funciona porque siempre alientan idealistamente una “sociedad nueva” y un “hombre nuevo” bajo el pensamiento único y lo que  consiguen es acentuar más la opresión y explotación del hombre por el partido-Estado, sin lograr que el hombre pueda vivir con satisfacción plena de sus necesidades materiales, biológicas, espirituales, sociales, económicas, culturales, religiosas y morales. La oferta del “paraíso rojo terrenal” quedó frustrado a la mitad del camino, ante el insospechado y veloz avance de la ciencia y la tecnología del siglo XXI.

El comunismo no funciona por el aburguesamiento de la clase obrera y de los intelectuales; por la práctica totalitaria de la policía política (la Armada Roja); y por intentar monopolizar universalmente las ilusiones y esperanzas humanas.

El comunismo no funciona porque quienes dirigen el partido, toman y asumen el poder son intelectuales pequeñoburgueses. La corrupción, que teóricamente dicen combatir, en la práctica se afianza, profundiza, extiende y agrava sin llegar a rigurosas e imparciales investigaciones y sanciones.

El comunismo no funciona porque despoja, desespiritualiza, desdiviniza, atemoriza y espanta a las personas que profesan una determinada creencia religiosa; porque persiste en disolver la familia y las instituciones religiosas, en implementar la revolución vertical a través de un puñado de “iluminados” y “privilegiados” y que amalgamados en el partido único tienen sus propios intereses, que no son necesariamente los intereses de la mayoría.

El comunismo no funciona porque en la práctica es imposible y difícil de igualar a todos en la riqueza, atender a todos en sus reales y variadas necesidades. Los bienes no son de propiedad común, sino que todos los bienes pertenecen al Estado.

En fin, el comunismo sigue haciendo agua por todos lados y su proceso evolutivo entra en cuidados intensivos en el siglo XXI y con pronóstico reservado. El comunismo, esencialmente deviene en imposible de ser realizado, generando, por consiguiente, frustración de sueños y de esperanzas, rabia contenida  o enorme indignación.  



[1] Burguesía es la clase de los capitalistas modernos, que son propietarios de los medios de producción social y emplean trabajo asalariado. Proletarios es la clase de los trabajadores asalariados modernos, que, privados de medios de producción propios, venden su fuerza de trabajo para poder existir.

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