Artículos periodísticos y de investigación

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18 de septiembre de 2021

Haya de la Torre: Líder del primer partido político ambientalista de América Latina

                                                   HAYA DE LA TORRE:                                   

LÍDER DEL PRIMER PARTIDO POLÍTICO AMBIENTALISTA   

DE INDOAMÉRICA

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete

                                                      En homenaje a los 91 años de fundación                                                        del Partido Aprista Peruano (1930-2021)

 


Víctor Raúl Haya de la Torre, a los 26 años de edad era un fogoso y risueño dirigente juvenil, de contextura delgada, hacía gimnasia y nadaba todos los días, se levantaba muy temprano, gustaba de la lectura de las obras de Sarmiento,  Voltaire, Tolstoi, Unamuno, Renán, Rodó, José Ingenieros, González Prada, Kropotkin, Eliseo Reclús, Trotsky, Marx y Lenin, entre otros.

Muy querido por los estudiantes provincianos, de memoria privilegiada, hablaba bien, había empezado a dictar clases en el colegio Anglo-peruano y en los Liceos de niñas, en su condición de primer rector de la Universidad Popular González Prada y director de la revista Claridad, entonces órgano de la Juventud Libre del Perú.

HAYA DE LA TORRE Y “LA FIESTA DE LA PLANTA”

El 27 de enero de 1921, Haya de la Torre instaura el “Día de la Planta”, constituyéndose desde entonces en el líder y precursor continental de la conservación del medio ambiente, tras sentar las bases históricas de una novedosa, original y revolucionaria propuesta ambientalista.

“Las fiestas representativas de los obreros textiles de Vitarte se denominaban la Fiesta del Árbol y consistía en plantar árboles en señal de sosiego, fertilidad y paz. A la fiesta del árbol de 1923, Haya se hizo acompañar por José Carlos Mariátegui, que acababa de regresar de Italia. Los obreros lo resistían pensando en que su viaje a Europa, cuatro años atrás, había sido resultado de un acuerdo con Leguía.  Haya, que conocía y estimaba al joven periodista fundador de La Razón, lo propuso como profesor de Historia Social de la Universidad Popular y como co-editor de Claridad. Al ser deportado Haya, Mariátegui asumió la dirección de la revista en su tercer número” refiere Luis Alberto Sánchez  en su obra “Los burgueses”[1]

La revista Claridad, en su número 4, de la primera quincena de enero de 1923, informa sobre la fecha con el titular “LA FIESTA DE LA PLANTA” en los términos siguientes: “Vitarte y la M.P. han celebrado la bella fiesta anual instituida por Haya de la Torre: la Fiesta de la Planta. El programa de esta fiesta proletaria ha sido excepcional. El 30 se ha efectuado la plantación oficial y una velada y el 31 campeonatos atléticos. El 1 de enero se realizaron los juegos deportivos organizados por Y.M.C.A. Toda la vanguardia proletaria de Lima se ha asociado entusiastamente a esta fiesta de Vitarte que ha sido así una fiesta del proletariado limeño”.

Enrique Koster, uno de los fundadores de la Universidad Popular González Prada, describió esta fiesta así: “El día en que dicha fiesta se realiza, congrega cerca de 5,000 trabajadores, pues a los que en el pueblo viven, se suman los venidos de Lima, Callao y pueblos y estancias vecinas. El pueblo, que con sus casas pintadas de rojo, con los zócalos negros, parecen un símbolo, adquiere con sus arcos alegóricos, sus banderas rojas y verdes el aspecto de las villas engalanadas en día de fiesta… “Después de recibir a los viajeros, la multitud se congrega en el campo de deportes del sindicato. Vienen una serie de discursos de índole diversas, pero de idéntica tendencia; luego dase comienzo a los juegos atléticos: múltiples carreras, saltos diversos, luchas variadas; hombres, mujeres y niños toman parte en el certamen. Mientras tanto, la multitud plena de entusiasmo entona himnos revolucionarios, que interrumpe para aplaudir a los vencedores. Transcurre así la mañana y conforme avanza el día llénase de más y más entusiasmo el ambiente. Llega la hora de yantar, que dispersa la compacta multitud para reunir a las gentes en grupos pequeños que se pierden en las casas. A las catorce, una banda de músicos desafina pero alegra el ambiente, las gentes se congregan en el parque “9 de Enero” (llámese así en conmemoración de una fecha trágica en que el ejército asesinó a un gran número de trabajadores durante una huelga). Después de uno o más discursos iniciales dase comienzo a la plantación de árboles variados. Fresnos, casuarinas, pinos y otros árboles plantados en las diversas y sucesivas fiestas de la planta adornan el parque, las calles y los contornos del parque deportivo. Hasta la fecha se han plantado más de 600 árboles. Cada obrero se hace responsable de la vida de un árbol, al que debe solícitos cuidados. Terminada la plantación, dase comienzo a la asamblea popular, donde se rinde homenaje a los caídos en la lucha social, donde se recuerda a los presos y a los que están deportados y donde, con múltiples y variados discursos alumnos y profesores invitan a la lucha y a la afirmación revolucionaria. La asamblea se desenvuelve en medio de cánticos diversos y atronadoras exclamaciones. A las diecinueve un tren descarga al pueblo, llevándose gran número de gentes, que en otros pueblos o ciudades viven; música alegre, gritos más alegres aún, exclamaciones exaltadas, sonoros vivas, variados cánticos, despiden a los viajeros. Al caer la tarde dispérsese nuevamente la vibrante muchedumbre. Por la noche, en el amplio local del cinematógrafo reúnanse las gentes al llamado de una campanita chillona, a las veintiún, empieza una función de teatro, los artistas son obreros. En los entreactos repártanse los premios a los trabajadores en los juegos atléticos, entre los que mejor cuidaron el árbol  que el año anterior fuera plantado; en fin, entre los que mejor trabajaron por la UP, el sindicato o la biblioteca. La fiesta termina al termina la función. Obreros, estudiantes, empleados vanse departiendo alegremente…” [2]

La Fiesta de la Planta se organizaba con banda de músicos, con la participación de toda la población y con comisiones integradas por hombres y mujeres, las mismas que empezaban sus funciones engalanando los muros de las paredes con los colores de la bandera peruana y en fondos verdes con leyendas en letras blancas: “Siembra un árbol y te pagará con su sombra”, “Aprende del árbol, elévate como él”, “Siembra un árbol y escribe un libro”, “El árbol es vida, consérvalo”, “Sembrar un árbol es sembrar vida”,  entre otros.

Luego invitaban a los delegados de las fábricas de tejido de lana y de algodón, instituciones sociales, sindicatos, estudiantes, trabajadores intelectuales, comerciantes, etc., de Lima y lugares cercanos, quienes llegaban al campo de deportes que era el lugar central y lo hacían portando sus carteles pintados alusivos al Día de la Planta, cantando canciones a la planta y lo hacían a través de la empresa del Ferrocarril Central, en el tren de las 10.00 a.m. El tren se detenía lanzando su pitada en la hacienda Zavala. Llegaban los invitados, el rector Haya de la Torre y los maestros de la Universidad González Prada. Bajaba “El Compañero Rector” y una niña le entregaba un ramo de claveles rojos y unas cuantas palabras improvisadas.

Después de los discursos de los presidentes de los Comités de la Fiesta de la Planta, hablaba el joven rector Víctor Raúl Haya de la Torre, quien destacaba la importancia de la fecha y de la planta por sus efectos positivos para la vida de todo ser humano y la necesidad de ir tomando conciencia de sembrar y cuidar el crecimiento del árbol en óptimas condiciones.

Finalmente, se procedía al cultivo de los arbustos, en completo orden y de manera disciplinada,  al compás de una banda de músicos que entonaban valses, tonderos, pasodobles y marineras,  de grupos de artistas aficionados y en franca y fraternal cooperación entre estudiantes y trabajadores de las fábricas, las amas de casa, los padres de familia, en algunas oportunidades se notaba la cooperación del Ministerio de Instrucción con la prestación de algunas palas para los niños. El primer árbol lo sembraba Haya de la Torre, a este árbol lo denominaban “El árbol de la ciencia”. Se llegaron a plantar más de 500 árboles entre fresnos, casuarinas y pinos en Vitarte, lugar preferido por cuanto era en aquel entonces un lugar que carecía de árboles.

Felipe Cossío Del Pomar, describe en los términos siguientes: “En diciembre organiza la primera “Fiesta de la Planta” para formar el culto del árbol. Como Vitarte no tiene árboles, es una campaña que corresponde a la Universidad Popular. Víctor Raúl pide y obtiene ayuda del Director de la Escuela de Agricultura, un belga comprensivo. La celebración de la “Fiesta de la Planta” adquiere grandes proporciones. Acompaña la plantación de cientos de árboles una fiesta deportiva, gran almuerzo popular y actos culturales en el Cinema-Teatro. Así queda establecida “la Fiesta de la Planta” que ha de repetirse cada año. Con estos actos Víctor Raúl va levantando su bandera justiciera. Cada vez más alta y cada vez más visible”[3]

“De esta manera se puso en práctica el principio pedagógico de cuidar la naturaleza para conservar la salud de las personas, o sea la armonía hombre-naturaleza. Así la “Fiesta de la Planta” combinaba deporte, cultura y sano esparcimiento en un ambiente de fraternidad y mística revolucionaria” señala Roy Soto Rivera[4].

Con ello, el APRA, partido político fundado por Haya de la Torre se convierte en el primer Partido Ambientalista de América Latina, que a la fecha tiene constituido la Comisión Nacional de Ecología y Medio Ambiente en su organización, luego esta iniciativa es recogido por Alan García, discípulo de Haya, y hace realidad la creación del Ministerio del Medio Ambiente durante su segundo gobierno (2006.2011), ubicándose así el Apra en la vanguardia frente a los otros partidos.

PLAN DE GOBIERNO DE 1931

Haya de la Torre empezó su acción plantando árboles junto a los obreros de Vitarte, y en 1931 lo plasmó en el Programa Mínimo del Aprismo, y en 1979 se consagra constitucionalmente el deber del Estado de defender el medio ambiente, el uso sostenible de los recursos naturales y el reconocimiento de los derechos ambientales.

En el Programa Mínimo del Partido Aprista Peruano, expuesto al país en la Plaza de Toros de Acho (Lima) por el candidato del aprismo a la presidencia de la República, Víctor Raúl Haya de la Torre,  el 23 de agosto de 1931, se expresó: "Solucionaremos la cuestión de los humos de la Oroya y fijaremos normas que impidan la repetición del caso". Esta iniciativa constituye un precedente inédito en la historia de los partidos políticos del país.

ASAMBLEA CONSTITUYENTE DE 1978-1979

Víctor Raúl Haya de la Torre, en su discurso pronunciado el 28 de julio de 1978 al asumir el cargo de Presidente de la Asamblea Constituyente, (luego de su elección el 18 de junio de 1978), expresó: “La temática constitucional es muy extensa y acaso sólo puedan mencionarse puntos esenciales, el dominio progresivo del Estado sobre las riquezas básicas, la participación efectiva y directa de los trabajadores, la igualdad de la mujer en todos los campos, la atención especialísima de la juventud, ancha fila humana que en nuestro país exige promoción y estímulos especiales. Y también la defensa del medio ambiente y de nuestro patrimonio arqueológico e histórico. Asegurar que el Perú habrá de incorporarse a la revolución científica y tecnológica que está modificando, en forma acelerada y esencial, el mundo de nuestros días”.


 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1979

En la Constitución política de 1979 se considera los artículos siguientes: “Artículo 118. Los recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la Nación. Los minerales, tierras, bosques, aguas y, en general, todos los recursos naturales y fuentes de energía, pertenecen al Estado. La ley fija las condiciones de su utilización por este y de su otorgamiento de los particulares”. “Artículo 119. El Estado evalúa y preserva los recursos naturales. Asimismo fomenta su racional aprovechamiento. Promueve su industrialización para impulsar el desarrollo económico”. “Artículo 123. Todos tienen el derecho de habitar en ambiente saludable, ecológicamente equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida y la preservación del paisaje y la naturaleza. Todos tienen el deber de conservar dicho ambiente. Es obligación del Estado prevenir y controlar la contaminación ambiental”.

Por primera vez  en el Perú se incluyó en la Constitución Política de 1979 la obligación del Estado de “la defensa del medio ambiente”, constituyendo un precedente histórico y estableciéndose las bases para futuras normas o leyes que abordarían la solución a los problemas de interacción del hombre con su hábitat.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1993

Posteriormente, cuando se deroga la Constitución de 1979 y se aprueba la Constitución política de 1993 durante el gobierno de Alberto Fujimori,  se establece el capítulo II dedicado al Ambiente y los Recursos Naturales, con los artículos siguientes: Artículo 66°.- Los recursos naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la Nación. El Estado es soberano en su aprovechamiento. Por ley orgánica se fijan las condiciones de su utilización y de su otorgamiento a particulares. La concesión otorga a su titular un derecho real, sujeto a dicha norma legal. Artículo 67°.- El Estado determina la política nacional del ambiente. Promueve el uso sostenible de sus recursos naturales. Artículo 68°.- El Estado está obligado a promover la conservación de la diversidad biológica y de las áreas naturales protegidas”. Artículo 69°.- El Estado promueve el desarrollo sostenible de la Amazonía con una legislación adecuada.

PROYECTO DE LEY DE CREACIÓN DEL MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE

Mediante el proyecto de Ley Nº.505, del 23 de abril de 1981, los diputados Alan García Pérez, Ilda Urizar de Arias y otros integrantes de la Célula Parlamentaria Aprista propusieron la creación del Ministerio del Medio Ambiente y de Recursos Naturales Renovables, "cuya misión es la lucha contra la contaminación ambiental, la preserva ecológica de la población peruana y la preservación y control de los recursos naturales renovables".

LEY DEL
CÓDIGO DEL MEDIO AMBIENTE Y LOS RECURSOS NATURALES

Por Ley Nº. 23996, presentado por la Célula Parlamentaria Aprista y promulgado por el presidente de la República, Arq. Fernando Belaunde Terry, el 23 de noviembre de 1984,  en el artículo primero se declara de “necesidad nacional la creación del Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales", nominándose una Comisión para su redacción a fin de cohesionar, ordenar y replantear las dispersas leyes existentes. La Comisión estuvo integrado por 3 senadores, 3 diputados y 3 técnicos. El referido Código fue aprobado por la Comisión Revisora durante el gobierno aprista y promulgado por Decreto Legislativo Nº 613 del 7 de setiembre de 1990, que consta de 145 artículos y 3 disposiciones transitorias.

En el título preliminar del referido Código se manifiesta:

“I. Toda persona tiene el derecho irrenunciable a gozar de un ambiente saludable, ecológicamente equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida, y asimismo, a la preservación del paisaje y la naturaleza. Todos tienen el deber de conservar dicho ambiente”.

“Es obligación del Estado mantener la calidad de vida de las personas a un nivel compatible con la dignidad humana. Le corresponde prevenir y controlar la contaminación ambiental y cualquier proceso de deterioro o depredación de los recursos naturales que pueda interferir en el normal desarrollo de toda forma de vida y de la sociedad. Las personas están obligadas a contribuir y colaborar inexcusablemente con estos propósitos”.

1985, ALAN GARCÍA EN LA FAO

En 1985, el presidente de la República, Alan García, del Partido Aprista Peruano, en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ONUAA, o más conocida como FAO, reafirma la importancia de considerar al medio ambiente y los recursos naturales en el planteamiento estratégico para el crecimiento y el desarrollo integral de los países de América Latina.

2004: EL PAP Y LA DIRECCIÓN NACIONAL DE ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE

Se ha creado en la estructura organizativa del Partido Aprista Peruano, la Dirección Nacional de Ecología y Medio Ambiente “que tiene por misión, establecer los lineamientos de la política de gestión ambiental del aprismo propiciando la participación y reforzando la Identidad Nacional, rescatando los valores ancestrales de protección y manejo integral de los recursos naturales en defensa del medio ambiente, así como también contribuir a erradicar el flagelo de la pobreza que nos permita mejorar la calidad de vida de todos los peruanos mediante el desarrollo económico sostenible”[5]

Esta Dirección determinó como una de sus primeras actividades “despertar la conciencia ambiental de la población proporcionándole las herramientas más adecuadas para una mejor comprensión de la problemática ambiental. Para ello, ha elaborado el Manual de Ecología y Medio Ambiente, que tiene por finalidad definir y explicar los términos más utilizados en este tema, de modo tal que contribuya a elevar la cultura ambiental de nuestro pueblo”.

LOS PROBLEMAS ECOLÓGICOS Y LA POSICIÓN DEL APRISMO

Dentro de una posición social, seria y responsable, el aprismo no podría permanecer ajeno a los serios y complejos problemas ecológicos imperantes en el mundo.

Los apristas, indudablemente, asumen una posición de lucha consecuente para superar o erradicar los problemas de contaminación imperantes en el Perú, Indoamérica y el mundo: polución,  superpoblación, aguas servidas, humos de complejos industriales, petróleo que se esparce en el mar, descargas residuales de fábricas de plásticos, la basura acumulada, el escape de los gases de los motores de vehículos (monóxido de carbono), el funcionamiento de las plantas nucleares (contaminación térmica o radioactiva).

Al mismo tiempo asumen el compromiso histórico de emprender sostenidas y efectivas estrategias y campañas de educación ambiental, de sensibilización y prevención a la población por los problemas que afectan al medio, o la promoción de buenas relaciones de la población con su hábitat aprendiendo y enseñando al mismo tiempo, en procura de un medio ambiente saludable y habitable, la utilización y explotación racional y sostenible de los recursos naturales en los pueblos de Perú e Indoamérica.

No es posible lograr una vida digna para todos los peruanos mientras persista en efecto invernadero (calentamiento de la atmósfera causado por la emisión de gases tóxicos, en particular del Dióxido de Carbono, Metana (CH4), Óxido nitroso (N20), Hidrofluorocarbonos (HFC), Perflurocarbonos (PFH) y Hecafloruro de azufre (SF6), el agujero en la capa de ozono, los malos hábitos de consumo, la desertización, el agotamiento de los recursos, la pobreza crítica y extrema, la explotación y distribución injusta de la riqueza, etc.


[1] Sánchez, Luis Alberto. Mosca Azul Editores, Lima, noviembre de 1983.

[2] Murillo Garaycochea, Percy. Historia del Apra 1919-1945.  Editora Atlántida S.A., Lima, 1976, pp.41 y 42.

[3] Cossío del Pomar, Felipe. Víctor Raúl. Biografía de Haya de la Torre,  Ediciones Enrique Delgado Valenzuela, Editora Atlántida, Lima, 1977.

[4] Soto Rivera, Roy. Víctor Raúl El hombre del siglo XX. Tomo I, Instituto Víctor Raúl Haya de la Torre. Lima, setiembre del 2002.

[5] Partido Aprista Peruano. Lima, agosto del 2004; http://www.apra.org.pe/dir_ecologia.asp.





[5] Partido Aprista Peruano. Lima, agosto del 2004; http://www.apra.org.pe/dir_ecologia.asp.

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