Artículos periodísticos y de investigación

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18 de marzo de 2009

LOS GRANDES CAMBIOS EN LA SOCIEDAD GLOBAL

LOS GRANDES CAMBIOS EN LA SOCIEDAD GLOBAL

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


En la era de la globalización ocurren profundos cambios en las personas, instituciones, empresas y la sociedad en su conjunto. Cambios en lo tecnológico, gnoseológico, social, cultural, educativo, profesional, empresarial, económico, político, ecológico, ético, jurídico y en las comunicaciones; profundos cambios en las relaciones hombre-cosas-instituciones, que dan origen a un nuevo mundo cibernético, a un nuevo Estado-Red y a un nuevo hombre virtual.

La aparición de nuevas tecnologías como la fotónica, la nanotecnología, los microsistemas, los nanosistemas, la telecomputadora, la generación de energía por sustitución de hidrógeno del sol, etc., están creando una sociedad global reticular y permitiendo la multiplicación de los espacios locales.

Cabe mencionar algunos de los principales cambios que se producen por el avance inusitado de las tecnologías de la información y la comunicación:

El tránsito de los medios de comunicación masiva a la comunicación sectorial e individualizada.

Hay radicales modificaciones de la percepción del espacio y del tiempo: todo el planeta parece más cercano cuando uno se comunica vía Internet con cualquier parte del mundo.

La interacción entre los receptores y productores de la información y la comunicación sin fronteras temporales ni espaciales a través de nuevos lenguajes y medios informáticos.

Se produjo el gran paso histórico de la memoria escrita (imprenta) a la memoria electrónica (computadora, 1955).

La energía nuclear es reemplazada por el petróleo; fuentes geotérmicas generan electricidad tomando el calor de la propia tierra o utilizando la fuerza de las olas.

El funcionamiento creciente de nuevos canales temáticos televisivos (canal cultural, canal deportivo, etc.). La emisión de programas de televisión por cable o televisión digital vía satélite. La expansión del videocable. El incremento de difusión de video-caseteras en los hogares y el número de abonados.

La difusión, la producción, la selección y el almacenamiento de la información mediante la búsqueda automática e instantánea en Internet.

La multiplicación de los espacios locales y globales en la comunicación, lo local puede ser al mismo tiempo mundial.

La veloz obsolescencia en el uso de las tecnologías.

Los cambios en los lenguajes, formatos, formas de escribir o de narrar. La nueva modalidad de integración e interacción tecnológica del hogar con redes de información y de entretenimiento.

Se ha generado un modelo de comunicación cada vez más fragmentado, segmentado e individualizado y una producción audiovisual más transnacional en lo productivo, con mercados globalizados y con una creciente desregulación de la intervención del Estado.

La posibilidad de combinar la red telefónica con la red televisiva para transformar el televisor en un terminal de acceso a los servicios asociados con el Internet.

Ya no hay necesidad de pedir autorización para traspasar los límites o las fronteras territoriales de los pueblos, el mito de la ubicuidad es ahora una realidad.

Estamos viviendo un cambio de paradigma cultural. La cultura de la televisión da paso a la cultura teleputer, que es la suma de todos los antiguos medios masivos de comunicación incluida la televisión.

La individualización en mayor grado del proceso orientación-aprendizaje; el acortamiento de plazos entre las fases de investigación, desarrollo experimental e innovación en la producción de recursos didácticos.

El diseño de documentos con nuevos formatos que además pueden publicarse, circular y transferirse por medio de las telecomunicaciones o de soportes como el CD ROM, que dan origen al texto digital como un producto de la era posmoderna.

Algunos piensan que la sociedad global muestra una época de nostalgia e incertidumbre, de actitud nihilista (los valores supremos pierden validez), una época de la liberalización de las racionalidades y las diversidades (etnias, negros, mujeres, gays, etc.) y una época de aproximación lamentable hacia una ética light, época de descrédito de lo absoluto, de surgimiento de una nueva idolatría del capital o de una «nueva religión» la del «mercantilismo» (dogma básico: el poder del dinero; sacramentos: los productos comerciales; Iglesias: los bancos, y sacerdotes: los banqueros y financieros).

En la sociedad global asistimos a un cambio de era y de civilización. Se observa el desencadenamiento del boom del mercado del cuerpo humano (con prótesis, piezas sintéticas, siliconas e implantes de órganos): se origina la transformación de imágenes corporales en procura de cuerpos perfectos (el «morphing» como técnica de animación por computadora); se practica la modificación de los hábitos de consumo; se desarrollan identidades transterritoriales, multiétnicas, heterogéneas y multilingüísticas; se incrementa el derrumbe de viejas utopías; se relanza la denominada «economía criminal» (negocio de la droga, de las armas, el narcotráfico y la prostitución).

Los Estados, ahora mundializados en sus estructuras internas y funciones, están originando la interdependencia generalizada de naciones, clases,, grupos e individuos y un nuevo tipo de estado surge ya: el Estado supranacional o Estado global.

Bonilla y García mencionan que «Antes se era de izquierdas o de derechas. Ahora se es ecologista, defensor de los derechos humanos, «militante» de juntas vecinales y locales, punkero, rappero, «new age», skinheads, o simplemente, un desencantado».

Antes la orientación o direccionalidad de la comunicación era de una sola vía, del centro (global) a la periferia (local). Hoy en día, el centro pierde control en favor de la periferia, los usufructuarios de los medios tienen la posibilidad de generar sus propios mensajes (www.eudoroterrones.com; e-mail: eudoro.terrones@yahoo.com; http://eudoroterrones.blogspot.com).
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FUNDAMENTOS ÉTICOS DEL BUEN PERIODISMO

FUNDAMENTOS ÉTICOS DEL BUEN PERIODISMO

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete

Constituyen fundamentos éticos del buen periodismo los siguientes:
Buscar el entendimiento, la paz, la fraternidad e integración entre los pueblos; callar antes que deformar o desinformar; mantener el orgullo por la profesión; contribuir a la formación correcta y crítica de la opinión pública y de actitudes positivas para la transformación social.

Decir la verdad, toda verdad y nada más que la verdad; demostrar imparcialidad, responsabilidad y pluralismo en la información, en la crítica y en el comentario periodístico; formular comentarios y críticas siempre ajustados a la verdad, a la lógica, a la justicia y al bien común.

Guardar el secreto profesional; mantener la independencia de criterio; mantenerse inflexible frente a toda suerte de presiones, prejuicios e intereses en conflicto; no ceder posiciones a los intereses de grupos de poder y grupos de presión; no intrigar, no murmurar ni adular a las personas.

No revelar públicamente las informaciones recibidas de manera confidencial, salvo casos cuando esté de por medio un interés mayor de bien común, cuando se trate de prevenir un grave daño a la comunidad y cuando es el único medio para defender la inocencia o el buen nombre de una persona, de la autoridad o de la institución injustamente atacados en público.

Prestar el servicio informativo con lealtad al medio, al público y a los intereses de la sociedad; promover y defender los derechos humanos; practicar los principios y valores éticos en el ejercicio de la profesión; defender y practicar la libertad de pensamiento, de opinión, de expresión y de difusión con las responsabilidades establecidas por las Constituciones políticas y las leyes de cada país.

Respetar, defender y difundir la Constitución política y las leyes de los países; ser respetuoso de los lectores, oyentes, televidentes y usuarios de Internet; servir al público y no servirse de él; usar con claridad, precisión, sencillez y corrección el lenguaje periodístico; usar los equipos y medios de comunicación en óptimas condiciones; usar medios lícitos y éticos para obtener informaciones, declaraciones, documentos, fotografías e imágenes y vulgarizar la ciencia, la tecnología, la educación y la cultura (www.eudoroterrones.com; e-mail: eudoro.terrones@yahoo.com; http://eudoroterrones.blogspot.com).
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17 de marzo de 2009

LA ENSEÑANZA BASADA EN COMPETENCIAS

LA ENSEÑANZA BASADA EN COMPETENCIAS

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


En las últimas décadas, se han producido grandes progresos en todos los campos del saber humano.

Si la sociedad está en perpetuo cambio e innovación, con mayor razón las actividades de los docentes deberán mantenerse en actitud similar, mejorando las técnicas de la enseñanza para obtener el máximo rendimiento del tiempo y de las capacidades de los estudiantes, desarrollar el pensamiento sistémico, creativo, constructivo y crítico, cultivar el aprendizaje significativo y continuo y adaptarse a los ambientes cambiantes.

En la actualidad mucho se viene hablando de las competencias del alumnado y de las que deben poseer los profesionales para hacer frente a los nuevos retos de la sociedad.

Se afirma que el recurso económico no es ya el capital, los recursos naturales ni siquiera el trabajo. Es y será el conocimiento y la inteligencia de éxito, los mismos que permitirán a los seres humanos ser más proactivos que reactivos, más participativos con autonomía personal, valores éticos y calidad cognitiva en procura de la solución de problemas.

El término “competencia” se origina en el siglo XV. Pero, en el ámbito empresarial, a principios de la década de los setenta surge este término “para designar a una persona que es capaz de realizar una tarea concreta de forma exitosa y eficiente.

Más tarde estas ideas empiezan a utilizarse en el sistema escolar, en los estudios de formación profesional, y luego se extienden a los demás niveles educativos.
Su procedencia es del latín: Competere, es decir lo que le corresponde a una persona hacer con idoneidad y responsabilidad en un área determinada.

Una competencia es la capacidad de aplicar conocimientos, informaciones, cualidades, capacidades, destrezas, habilidades, actitudes, aptitudes, valores éticos, emociones, motivaciones, esquemas de percepción, evaluación y razonamiento. Una competencia es la integración de saberes y aprendizajes de diferentes áreas, para el desempeño eficiente de la ocupación o profesión, la solución de problemas imprevistos en un contexto determinado y la participación eficaz en la vida social, económica, política y cultural de la sociedad.

Lasnier (2000), entiende por competencia: “Un saber hacer complejo resultado de la integración, movilización y adecuación de capacidades, habilidades y conocimientos utilizados eficazmente en situaciones que tengan un carácter común”

Los componentes de una competencia son el saber ser, el saber conocer, el saber hacer y el saber convivir.

“El término “competencia” surge como superación a esta visión simplista de la educación y, en este caso, entre una enseñanza fundamentada sólo en la memorización y otra basada en la acción por la acción. Dicho término representa la alternativa superadora a las distintas dicotonomías, vigentes en el pasado siglo, entre memorizar y comprender, conocimientos y habilidades, teoría y práctica. Sabemos que para ser competente en todas las actividades de la vida es necesario disponer de unos conocimientos (hechos, conceptos y sistemas conceptuales), aunque éstos no sirven de nada si no los comprendemos ni somos capaces de saberlos utilizar… La mejora de la competencia implica la capacidad de reflexionar sobre su aplicación, y para alcanzarla es necesario el apoyo del conocimiento teórico”, explican Antoni Zabala y Laia Arnau en la obra “11 ideas clave. Cómo aprender y enseñar competencias” (Barcelona, 2008).

La enseñanza basada en competencias (EBC) es una nueva y trascendental oportunidad para el sistema educativo de cualquier país del mundo que quiera desarrollar una educación responsable y holística que permita formar ciudadanos idóneos y comprometidos con el desarrollo y progreso de sus pueblos, formar seres humanos para la equidad, la libertad y la justicia social, redescubriendo sus capacidades, habilidades, destrezas, actitudes y potencialidades, en procura de una sociedad colaborativa, solidaria, ética, participativa, libre y justa.

La responsabilidad de la formación integral de los estudiantes implica la responsabilidad de todos y cada uno de los agentes educativos en todos los ámbitos y dimensiones de la sociedad.

En el aprendizaje por competencias se movilizan de manera interrelacionada una serie de componentes actitudinales, procedimentales y conceptuales, que permitan atribuir sentido y orientación a aquello que se aprende. Todo aprendizaje de una competencia conlleva a un aprendizaje para actuar en la vida con efectividad, eficacia y eficiencia.

Habilidades, son componentes de las competencias, y son acciones que realiza el estudiante para conseguir un fin: procedimientos, técnicas, estrategias, métodos.

Conocimientos, son componentes conceptuales de las competencias, y que están referidos a hechos, conceptos, principios y sistemas conceptuales.

Actitudes, son componentes actitudinales de las competencias, que hacen referencia a la predisposición y a la manera de actuar del estudiante ante una situación concreta.

Los expertos en educación señalan que la educación en el siglo XXI requiere de propuestas curriculares por competencias, con un enfoque globalizador, de pensamiento sistémico y complejo y un aprendizaje de por vida, orientado a erradicar el aprendizaje memorístico de conocimientos, a movilizar de manera interrelacionada y funcional los componentes actitudinales, procedimentales y conceptuales del ser humano.

Se trata de superar la enseñanza tradicional que aún viene promoviendo un pensamiento a favor del saber por el saber, con la preeminencia de la teoría sobre la práctica, y que cumple funciones propedéuticas, selectivas, instructivas y memorísticas, centrada en el docente y en asignaturas o materias seleccionadas con criterios arbitrarios.

Es decir la enseñanza tradicional prepara al alumnado para los niveles superiores del sistema educativo y el sistema educativo tiene por misión distinguir a los alumnos “capacitados” para llegar a las enseñanzas universitarias.

La educación tradicional es instructiva porque gira en torno a la enseñanza por materias, siendo éstas las articuladoras de la gestión pedagógica, con formato de horario rígido y que utiliza la hora como pauta de distribución del quehacer pedagógico en el aula.

En cambio, en la educación para el siglo XXI, hay la necesidad de contar con el pensamiento sistémico y complejo, basado en la capacidad a fin de acercarse a la realidad natural o social, analizarla y resolver los problemas a partir de una visión sistémica con significatividad y que lo pueda utilizar en situaciones específicas de su vida real, teniendo en cuenta las zonas de desarrollo próximo.

Y zonas de desarrollo próximo significa la distancia que existe entre lo que el estudiante ya sabe y lo que puede aprender con la ayuda de una persona más experta.

La formación de los profesionales para el siglo XXI está basada en competencias, en la transferencia y aplicación del conocimiento adquirido a otras situaciones distintas. Utiliza estrategias metodológicas apropiadas, métodos formativos basados en la acción y en un enfoque globalizador.

El alumno es objeto de estudio del profesorado y las áreas curriculares solamente son el medio pero no el fin. Hay un uso variable del tiempo en la enseñanza-aprendizaje, un análisis crítico de los problemas, trabajo en equipo, compartido y colaborativo entre estudiantes y docentes respecto a la práctica educativa.

La enseñanza basada en competencias desarrolla componentes múltiples, fomenta la autoestima, efectúa el seguimiento de las características diferenciales y promueve la relación positiva entre todos los agentes de la comunidad educativa, incluida la sociedad y las familias.

La enseñanza en el siglo XXI tiende a dejar atrás la enseñanza por objetivos y propende a desarrollar una propuesta curricular por capacidades como antesala de las competencias, y que conlleva a dominar una técnica, su comprensión y funcionalidad, haciendo imprescindible que aquello que se aprende sirva para poder actuar de manera exitosa en situaciones nuevas, conflictos y problemas específicos del ámbito personal, interpersonal, laboral y profesional.

“Una enseñanza de competencias para la vida exige la creación de un área específica para todos sus componentes de carácter metadisciplinar, que permita la reflexión y el estudio teórico y, al mismo tiempo, su aprendizaje sistemático en todas las otras áreas” señalan Antoni Zabala y Laia Arnau, en “11 ideas clave. Cómo aprender y enseñar competencias”.

La enseñanza en el siglo XXI deberá ser profundamente democrática, es decir, para todos. Deberá formar en todas las capacidades del ser humano y con una función orientadora para desarrollarse según sus posibilidades poder dar respuesta a los problemas que la vida le planteará en el presente o en futuro.

La didáctica por competencias está enfocada a problemas, considera el contexto, articula los saberes (saber ser, saber conocer, saber hacer y saber convivir), se orienta a formar competencias y se basa en la metacognición.

Entre las principales estrategias didácticas para formar competencias se consideran el método constructivista de Kolb, el método clínico de Piaget, el método de mapas conceptuales, las estrategias metacognitivas, las pasantías, el análisis crítico, el portafolio, la simulación, la clase magistral y las monografías (www.eudoroterrones.com; e-mail: eudoro.terrones@yahoo.com; http://eudoroterrones.blogspot.com).
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15 de marzo de 2009

DIEGO A. VIENRICH DE LA CANAL

A los 100 años de su muerte

DIEGO A. VIENRICH DE LA CANAL

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


Hombre multifacético: escritor, periodista, educador, farmacéutico, filólogo, folklorista, lingüista y filósofo. Descollante personalidad, reformador social, de talento enciclopédico, políglota, de pluma combativa, promotor de la cultura tarmeña, alumno predilecto del sabio Sebastián Barranca, Inspector de Instrucción, Alcalde de Tarma en dos periodos, Vicepresidente y Bibliotecario de la Sociedad “Amantes de la Ciencia”, Presidente del Comité Provincial de Tarma del Partido Radical de la Unión Nacional, precursor y padre del folklore literario del Perú. Todo esto y mucho más fue Diego Adolfo Vienrich de la Canal.

Se le describe como un hombre que nunca pretendió nada para sí; era sensible a todo lo justo y fraterno con todos. Ante todo, fue un intelectual de carácter enérgico, alma altiva y fraterno con todos. Hiperactivo, trabajador incansable, resuelto a impulsar las buenas ideas e iniciativas y las nobles acciones. Tenía inclinación hacia la clase necesitada.

El poeta Gustavo Allende Llavería llegó a decir de su profesor Diego Adolfo Vienrich que fue “un gran pensador, de silueta galana, impecablemente trajeado siempre, perfil de asceta investigador encuadrábalo con su sedosa barba rubia, cortada en punta; su mirada profunda, acerada, tenía reflejos que sugestionaban”.

En el prólogo de “Fábulas Quechuas” (Ediciones Lux, Lima, 1961), Jorge Puccinelli refiere que “Vienrich se identificó plenamente con Don Manuel a quien unía singulares afinidades de espíritu. Su carácter retraído y lacónico, su indesmayable espíritu luchador, su sinceridad tajante, la misma pureza de intenciones. Un sino peruanista regía sus actos y orientaba su acción”.

“El 2º. Arminius” o “El primer apóstol de nuevas y redentoras doctrinas”, como lo llamaban sus amigos, nace en Lima el 12 de noviembre de 1867. Primogénito de los siete hijos de don Adolfo Vienrich, natural de Berlín, y de doña Concepción de la Canal, perteneciente a una ilustre familia tarmeña.

A la edad de siete años llega a Tarma. Realiza sus primeros estudios en el Colegio Nacional “San Ramón” de Tarma y en 1884 regresa a Lima para culminarlos en el Çolegio Nuestra Señora de Guadalupe. Los estudios superiores de Ciencias Naturales los efectúa en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima. En Tarma ejerce su profesión de Farmacéutico, en la farmacia “El Progreso”.

El Diario “La Tarma” (18/12/1917), al editorializar sobre la personalidad de Vienrich manifiesta que “Adolfo Vienrich fue el apóstol de la idea; encarnó el movimiento cultural de su época; luchó contra añejas preocupaciones, interesadas costumbres y arcaicas instituciones. Hizo labor paciente de reforma y de renovación: fomentando el espíritu de emancipación y libertad; instituyó la cátedra del libre pensamiento; iluminó el alma de la juventud…señalándole nuevas rutas, haciéndola germinar en nuevas ideas y profesar nuevos principios; fundó el periódico erigiéndolo en tribuna de sus enseñanzas, difundió sus doctrinas avanzadas mediante el libro, el folleto, la palabra; dio a cada uno por ley y por fe el deber; dijo –piensa y lee, amarás el progreso y la libertad. Fomentó la iniciativa individual, impulsó, en fin, todos los grandes motores que conducen al hombre hacia el derecho, consagró el culto sagrado a la patria, defendiendo su soberanía enseñó la Constitución del Estado; proclamó el amor a la libertad, a la justicia y al derecho dondequiera; en una palabra, impulsó el ancho cauce de esa abrumadora corriente que se llama el progreso; tal fue el vasto plan de reformas que bosquejó su talento enciclopédico, en nobilísima colaboración con esa pléyade de distinguidos jóvenes tarmeños que le rodearon y admiraron, como los satélites que giran en torno del planeta atraídos por esa superioridad que ejercen los hombre de inteligencias elevadas”.

Dominó el quechua, el castellano, el inglés y el francés, idiomas que le permitieron atesorar una vasta cultura. Logró organizar una biblioteca personal con más de tres mil volúmenes.

Fue discípulo predilecto del sabio Sebastián Barranca. Con la Tesis sobre el Aliso Peruano se gradúa de Bachiller en Ciencias naturales en 1888 y obtiene su título profesional de Farmacéutico en 1896.

A partir de 1981, fecha de su regreso de Tarma a Lima, trabaja como profesor de varios colegios secundarios: Instituto Científico, que dirigía el Dr. José Granda; el Liceo regentado por el matemático don Santiago Zapatero; Colegio “San Ramón” de Tarma (1899 y años siguientes) y en la Escuela Nocturna del Centro de Artesano Confederado (1904).

Miembro conspicuo del Círculo Literario de Lima y del Partido Radical de la Unión Nacional (1891), partido del que llegó a ser su Presidente en el Comité provincial de Tarma. El referido Comité tuvo por objetivo procurar el mejoramiento intelectual del pueblo de Tarma, para lo cual fundó una biblioteca que con la denominación de Vienrich de la Canal tiene a su cargo el Concejo provincial de Tarma.

Entregado los radicales de Tarma a la paciente y perseverante labor de divulgación doctrinaria, con Vienrich a la cabeza, en poco tiempo logran incrementar los militantes del Partido y Vienrich acomete la tarea titánica de fundar el periódico “La Unión”, que empezó a editarse casi al mismo tiempo que “La Aurora”, de igual tendencia, dirigida por Enrique H. Díaz. A poco tiempo deciden fusionar los periódicos y se constituye la Compañía Impresora Tarma y sale a la luz pública “La Aurora de Tarma”. La pluma combativa de Vienrich a través del periódico logra en permanente campaña suprimir el Pongaje, inicua servidumbre que pesaba sobre los indios, como rezago de la época colonial. Se convoca a elecciones municipales y triunfa el voto ciudadano, sale elegido Alcalde de Tarma don Diego Adolfo Vienrich de la Canal.

Vienrich colaboró en varios periódicos: “La Integridad”,de Abelardo Gamarra; “El Municipal”, “La Unión”, “La nueva simiente”, “La Aurora de Tarma”, “Diario Judicial” y “La Crónica médica” de Lima.

Publicó importantes oras: “Azucenas quechuas” (1905), “Apólogos Quechuas” (1906), “Silabario tarmeño”, “La Metodología del Cálculo y trozos selectos”, “Metodología de la Lectura”, y “Cartografía”.

De la obra “Silabario tarmeño”, transcribimos “El borracho”, que a la letra dice así: “El espíritu del mal se presentó un día a un hombre, en su forma más terrible y le dijo:
- Vas a morir; sin embargo, puedo perdonarte con una de estas tres condiciones: Mata a tu padre, maltrata a tu hermana, o bebe chacta.
- ¿Qué hacer? Pensó el pobre hombre. ¿Dar la muerte a quien me ha dado la vida? Es imposible. ¿Maltratar a mi hermana, golpearla? Es terrible.
- Por lo tanto, beberé aguardiente (chacta).
Y bebió aguardiente; pero habiéndose embriagado, maltrató a su hermana y mató a su padre” (Imprenta “La Aurora de Tarma”, Tarma, 1905).

Vienrich de la Canal fallece en Tarma, el 29 de setiembre de 1908. Sus restos yacen en el Cementerio General de esta ciudad.

“Con él se apagó el faro más luminoso de la intelectualidad tarmeña; con él se derrumbó el refugio de los que sufren, y con él, en fin, se ha ido el espíritu más luchador y altivo que sirvió de guía a una generación robusta, repleta de ideales generosos y altruistas” puntualizaba José Castillo Atencio, en la obra “Corona Fúnebre” (Tipografía “Cahuide”, Tarma, 1908). (www.eudoroterrones.com;eudoro.terrones@yahoo.com;
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PEDRO ABEL BALDEÓN PANTOJA, UNA VIDA CON VOCACIÓN HUMANISTA Y AL SERVICIO DE TARMA


PEDRO ABEL BALDEÓN PANTOJA,
UNA VIDA CON VOCACIÓN HUMANISTA Y AL SERVICIO DE TARMA

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


Uno de los ciudadanos profesionales más distinguidos de las esferas sociales, culturales, médicas y científicas de la provincia de Tarma, que a través de su carrera pública y municipal ha demostrado con obras concretas el elevado espíritu tarmeñista que anima a su persona y su indoblegable vocación de servicio a la comunidad, es el doctor Pedro Abel Baldeón Pantoja.

Nació en Tarma el 23 de febrero de 1921. Hijo de don Eleuterio Baldeón y de doña María Pantoja. Casado con Sara Silva. Padre de ocho hijos: Mirtha, Sara, María de Lourdes, Piedad, Pedro Abel, Gustavo y José.

Sus primeros estudios los cursó en los colegios nacionales “San Ramón” de Tarma y Nuestra Señora de Guadalupe de Lima.

La educación superior lo realizó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Facultad de San Fernando, graduándose de Médico cirujano en 1950.

Desde aquél entonces se instaló en su ciudad natal para prestar sus servicios profesionales, permaneciendo en Tarma hasta la actualidad.

Pedro Baldeón Pantoja es un hombre amable, modesto, servicial, caballero a carta cabal, de energía estimulante y de sólidos principios y valores éticos. Supo despertar la admiración, el cariño y el respeto de personas de todas las edades.

Inteligente, experimentado líder político del Partido de Manuel A. Odría, es un apasionado continuador del lema “Hechos y no palabras”.

Como profesional con vocación humanista supo tolerar los errores de las demás personas; pero en algunas circunstancias se encrespa ante las bajezas e injusticias de sus semejantes.

Su vida es de permanente afirmación de valores, de fe en las acciones nobles y justas, de estimulante esperanza en un futuro diferente para los pueblos de su querida e inolvidable Tarma.

No demuestra signos de flaqueza ante la adversidad. Gusta redoblar esfuerzos con optimismo, fe y confianza en los nuevos destinos, con pujanza cívica y patriótica, hasta conseguir lo que se propone en aras del interés colectivo.

De corazón sensible a las pulsaciones de sus coetáneos, es ejemplo de trabajo honesto, incorruptible y desinteresado. Se preocupa por predicar la verdad, por ser ejemplo de trabajo solidario, por enseñar a perdonar y no ofender a sus opositores políticos.

Durante su proficua gestión municipal siempre sopló aires de reforma, antes que vientos de pesimismo, indiferencia o de conformismo.

Desempeñó importantes cargos públicos: Director del Hospital San Vicente de Tarma (1951), médico sanitario de la Dirección de Epidemiología del Hospital Regional Base de Tarma, médico asistente del Seguro Social del Empleado de Tarma, director de la Casa de la Cultura de Tarma, presidente del Rotary Club de Tarma, miembro de la Sociedad de Beneficencia Pública de Tarma, miembro del Club Social de Tarma, miembro de la Liga de Fútbol y de Básquetball de Tarma, fundador de la Compañía de Bomberos de Tarma.

Fue presidente de la Asociación Médica de Tarma, miembro del Consejo Parroquial de Tarma, presidente del Comité Pro-Parque y Monumento del General Manuel A. Odría, miembro de la Federación Médica Peruana, benefactor de la Asociación de Artistas Aficionados de Tarma, delegado del Concejo provincial ante la Comisión Investigadora, elegido en junio de 1956 para que comprobara la fecha verdadera de la fundación del Colegio Nacional San Ramón de Tarma, presidente del Comité Provincial Multisectorial Pro-Local de la Escuela Normal Mixta de Tarma (1983), presidente del Comité Central de Electrificación de Tarma y sus barrios (1981-1983).

Supo lograr la confianza de su pueblo, siendo elegido Alcalde provincial de Tarma en tres periodos: 1965-1966; 1977-1978 y 1982-1983.

Sus acciones como Alcalde de la provincia de Tarma, estuvieron inspiradas por nobles y sanos propósitos de bien común.

Antes de tomar decisiones importantes consultaba, pedía opiniones a sus amigos y colaboradores, como una de las formas efectivas para superar problemas de diversa índole al servicio de su pueblo.

Pedro Abel Baldeón Pantoja, es un ilustre ciudadano tarmeño, promotor del desarrollo y progreso de la provincia de Tarma, ejemplar profesional al servicio desinteresado de “La Perla de los Andes”.

No sólo se dedica a curar a los enfermos, a trabajar por Tarma, también sus horas libres los utiliza para actualizarse sobre los últimos adelantos científicos y tecnológicos, y escribir artículos especializados para revistas y periódicos que le solicitan a nivel regional y nacional ( e-mal:eudoro.terrones@yahoo.com; http://eudoroterrones.blogspot.com).

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14 de marzo de 2009

EL CONOCIMIENTO INTUITIVO

EL CONOCIMIENTO INTUITIVO
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


Intuir es percibir en forma rápida, instantánea, íntima una idea o verdad, sin el auxilio de la razón, pero sí con la intuición.

El conocimiento intuitivo es la aprehensión estricta y total de una verdad, sin recurrir a comprobación alguna. El conocimiento intuitivo es adquirido sin el intermediario de la palabra. Intuyo las palabras que me enteran de un accidente, pero no el propio accidente, que sólo conozco por el intermediario de estas palabras, el médico intuye los síntomas de la enfermedad, pero no el mal mismo, etc.

Características

El conocimiento intuitivo se caracteriza por lo siguiente: aprehensión total, autonomía, saber sin intermediarios, obtención directa, fuente de conocimientos, no verificable, uso de la intuición y descubrimiento.

Aprehensión total. Todo conocimiento intuitivo aprehende totalmente lo aprehendido.

Autonomía. El conocimiento intuitivo posee valor autónomo de conocimiento y se basta a sí mismo.

Saber sin intermediarios. El conocimiento intuitivo es un saber que se obtiene sin ayuda de la demostración, sin el intermediario de la palabra, o sin que se interpongan en la «visión directa de la realidad» elementos intermediarios.

Obtención directa. El conocimiento intuitivo se nos da de manera directa, sin rodeos de ninguna clase.

Fuente de conocimientos. Constituye el punto de partida para los conocimientos discursivos.

No verificable. Este tipo de conocimiento, para su validez y credibilidad no requiere de comprobación alguna respecto a las fuentes informativas.

Intuición. Utiliza a la intuición como instrumento para alcanzar el conocimiento.

Descubrimiento. «Tiene un carácter de descubrimiento, ya sea que se trate del descubrimiento de un objeto del mundo, de una nueva idea o del análisis de un sentimiento» (Julia Didier, «Diccionario de Filosofía» .(http://eudoroterrones.blogspot.com).
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LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


«Todo hombre desea naturalmente saber», dijo Aristóteles hace muchos siglos. Posteriormente, Santo Tomás de Aquino, en su obra «Suma Contra Gentiles», reproduce la misma idea cuando manifiesta que «La naturaleza ha depositado en cada hombre la necesidad de saber la causa de aquello que ve; y precisamente por la admiración de lo que veían (los hombres), y cuyas causas les eran desconocidas, los hombres empezaron a filosofar, y finalmente descansaron al encontrar la causa de cuanto buscaban».

El hombre, dotado de razón, inteligencia, imaginación y capacidad perceptiva, aspira, por su propia naturaleza, a conocer las cosas de su mundo circundante. El hombre no sólo construye y transforma cosas (homo faber), sino también contempla el mundo que le rodea, procura aprehender la esencia y la existencia de cada objeto, cosa, hecho, situación o fenómeno de su derredor y opta por emitir una serie de ideas, conceptos, juicios, razonamientos (homo sapiens). En este sentido, toda teoría del conocimiento estudia la relación entre el sujeto y el objeto y los problemas que esa relación plantea.

Todo aquello que es el resultado de la observación, experimentación y comprensión de la mente del hombre referente a los objetos, hechos, fenómenos o situaciones de su realidad circundante, se denomina conocimiento. Aristóteles define el conocimiento como la adecuación de las cosas y el intelecto.

El conocimiento es una de las actividades fundamentales, útiles e imprescindibles de todo ser humano. El conocimiento es el resultado de la actividad de conocer, a través de la formación de conceptos, juicios, inducciones y deducciones. Y conocer es captar mentalmente una serie de cualidades, propiedades, características, modos, relaciones o el comportamiento de los objetos. Conocer es procurar que la realidad venga a nosotros en su forma de ser y de actuar.

En virtud del conocimiento, el hombre orienta su existencia en el mundo; aprende a interpretar, describir, explicar, dominar y transformar la realidad. Sin el conocimiento es imposible el desarrollo humano, la educación, la cultura, la ciencia, la tecnología y el desarrollo de la sociedad, Sin el poder del conocimiento sería imposible que el hombre pudiera afrontar aquellos problemas, enigmas, dilemas, paradojas, retos históricos de la vida o los desafíos del presente y del futuro.

La rama de la filosofía que estudia el conocer y el conocimiento se denomina gnoseología (del vocablo griego gnosis = conocer, conocimiento, y logos = estudio), o también epistemología (epistemology, término en inglés introducido por J.F. Ferrier).

Como disciplina autónoma, la gnoseología tiene su origen en la Edad Moderna, cuyo fundador es el filósofo inglés John Locke, quien en su obra el «Ensayo sobre el entendimiento humano», aparecido en 1690, aborda de un modo sistemático las cuestiones del origen, la certeza, y la esencia del conocimiento humano.

En opinión de otros autores, el verdadero fundador de la Teoría del Conocimiento, dentro de la filosofía continental, es el filósofo alemán Manuel Kant, fundador de la filosofía crítica, a través de su obra maestra aparecida en 1781 «Crítica de la razón pura». En esta producción intelectual, Kant trata de dar un fundamento criticando el conocimiento científico de la naturaleza y denomina «Método trascendental» al método que utiliza para investigar la validez lógica del conocimiento humano.

La Teoría del Conocimiento es la ciencia que estudia el origen, la esencia, los métodos de la investigación y del conocimiento científico, los límites, la posibilidad, los problemas y las formas del conocimiento humano (http://eudoroterrones.blogspot.com).
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EL ESTADO INCÁSICO

EL ESTADO INCÁSICO

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


El Estado incásico o Imperio Inca (1438-1532 después de Cristo) duró apenas noventa y cuatro años y “se desmoronó tan fácilmente ante los españoles” (Carl Grimberg).

En su época de esplendor llegó a comprender gran parte de los territorios del Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina, Colombia y Chile, ocupando una extensión que oscilaba entre dos y cuatro millones de kilómetros cuadrados.

Tuvo por capital la ciudad del Cuzco, donde vivían el Rey, su familia, su corte y los sirvientes.

El Estado incásico se dividió administrativamente en cuatro “Suyos”, regiones o partes, ante la complejidad y diversidad de su geografía y diferenciadas culturas andinas: Chinchaysuyo (Norte), Collasuyo (Sur), Antisuyo (Este) y Contisuyo (Oeste), cuya constitución como imperio tuvo lugar en el siglo XVI, comprendiendo más de cuarenta grados de meridiano, de norte a sur.

El Estado incásico era autoritario y absoluto. El Inca ejerció todo el poder; nada y nadie podían oponerse a su autoridad omnímoda.

El Inca era el dueño, el amo, el señor y el custodio único de todo lo existente: otorgaba facultades, funciones, órdenes, poder, bienes y servicios a los sacerdotes, funcionarios, militares y campesinos.

El Inca ejerció el gobierno sin limitación ni responsabilidad de ninguna clase. Su palabra era ley que tenía que cumplirse, el Inca era considerado como “un ser semi-divino” que servía de nexo a los hombres con la divinidad para la solución de sus problemas.

El Estado era también monárquico-teocrático y paternalista. En el Estado incásico se practicaba la poligamia señorial, la educación era elitista al conferirse sólo a los hijos de la nobleza y a las Acllas, mientras el Pueblo recibía otro tipo de educación.

Socialmente, en el Estado incásico prosperó la desigualdad o las diferencias de clases sociales en función a los lazos de sangre y de poder político; hubo discriminación y privilegio.

El sector más importante de la economía incaica fue el sector agrícola-ganadero.

En el Estado incásico había varios tipos de propiedad: propiedad estatal (propiedad del Inca), aunque existía el derecho de sucesión correspondiente a uno de los hijos del Inca y de la Coya imperial (monarquía hereditaria); propiedad colectiva (o propiedad del Pueblo); propiedad individual (propiedad de algunos privilegiados).
Los bienes se distribuían entre toda la población en partes iguales, todos tenían el derecho a explotar una parcela de tierra para garantizar su alimentación pero en función de la comunidad.

Jamás hubo escasez de alimentos, ni hambruna ni mendicidad social, porque el trabajo era obligatorio y la ociosidad era sancionada severamente.

Durante el Estado incásico se dio formas de discriminación y de privilegio económico-social. Veamos, por ejemplo: La COYA (“gran señora”), era la esposa principal del Inca, vivía con las máximas comodidades, rodeada de criados y de servidores.

Habían clases de NOBLES: en función de la sangre, curacal y de privilegio. En la clase del Pueblo figuraban los HATUNRUNAS (hombres del pueblo), los MITIMAES (grupos del pueblo) y los YANACONAS (especie de esclavos o siervos hereditarios).

Mientras la Nobleza de sangre y la nobleza curacal, por ejemplo, estaban exoneradas del pago de tributos al Estado, los hatunrunas sí pagaban sus tributos una vez que se casaban. Los yanaconas podían ser donados por el Inca a sus vasallos como “premio” a los servicios que ofrendaban al Imperio.

Aunque no llegaron a conocer la escritura, la población incaica era políglota y tuvo por lengua oficial el RUNA-SIMI o Quechua, de entre los cinco idiomas que llegaron a dominar: el quechua, el aimara, el mochica, el yunga y el puquina (http://eudoroterrones.blogspot.com).
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