EL TRANSFUGUISMO POLÍTICO EN EL PERÚ
Escribe:
Dr. Eudoro Terrones Negrete
En el Perú, en las últimas décadas del siglo XX e inicios del siglo XXI, adportas a cada proceso electoral, muchos alcaldes, congresistas, autoridades, militantes y dirigentes de partidos políticos se quitan la “careta de la conveniencia”, sin vergüenza alguna, para renunciar a sus partidos políticos, infiltrarse o afiliarse a otros movimientos, engrosando así las filas del clientelismo y el transfugismo político, y declarándose “independientes” que son los peores males para la democracia, que debilita el sistema de la institucionaldiad del país y la política peruana.
Según la Real Academia de la Lengua Española, el término “renunciante” se atribuye a ”desertor”, “traidor”, “fugitivo”, prófugo”, “tránsfuga”, “evadido”, “escapado”, “fugado”, “golondrino” y apóstata”.
“La crisis de legitimidad democrática que dio lugar a la caída del régimen del ex-Presidente Alberto Fujimori el 22 de noviembre del 2000, encontró en el transfuguismo parlamentario y la corrupción gubernamental uno de los factores centrales de la pérdida plena de la confianza ciudadana en su gobierno; lo cual desencadenó en su renuncia a la Presidencia y su fuga al Japón, así como a la delincuencial huida de su asesor Vladimiro Montesinos”, asevera César Landa[1]. Además manifiesta: “La crisis de la política en el Perú viene manifestándose desde hace una década en una serie de fenómenos como la quiebra de los partidos políticos y la aparición de los movimientos y candidaturas independientes, el reforzamiento del presidencialismo en detrimento del Congreso, la hegemonía de los poderes fácticos y la tecno-burocracia sobre los poderes de iure, además de la institucionalización de la corrupción, ya no sólo judicial o administrativa, sino también política. Todo lo cual se pone de manifiesto en la aparición del transfuguismo parlamentario con dimensiones anómalas nunca antes vistas”.
El alto índice de transfuguismo político en el Perú se atribuye a la falta de lealtades partidarias, lealtades a los electores que los elige y al pueblo al que están obligados a servir con responsabilidad, eficiencia y honestidad comprobada. También refleja debilidad de los dirigentes para seleccionar a sus candidatos implementando y ejecutando rigurosos mecanismos de control del comportamiento de sus militantes, declarando la vacancia automátia, firmando entre los partidos políticos un “Pacto de antitransfuguismo”.etc. Y del electorado nacional, que debería castigar a estos tránsfugas políticos negándoles su confianza en los próximos procesos electorales, por su demostrada inconsecuencia en sus ideas y principios.
Frente al problema del transfuguismo consideramos que es necesario una nueva hornada de líderes políticos, con más cerebro que corazón, más mística, espíritu y voluntad de servicio al bien común, más vocación y conciencia integracionista, más principios y valores éticos, más ideas nuevas y propuestas concretas para solucionar los antiguos y nuevos problemas del siglo XXI. El Perú necesita de líderes políticos que piensen y actúen por el Perú y para el Perú, que se pongan la camiseta del Perú, sin tener que recurrir al plagio o al calco de revoluciones que corresponden a otras latitudes, al narcotráfico, al terrorismo, a la corrupción o al robo del dinero del Estado. El Perú necesita de verdaderos Partidos-Escuela, con sólidos principios y valores éticos, partidos con filosofía, doctrina e ideología que formen a los futuros gobernantes-estadistas, partidos políticos con sólidas estructuras ideológicas, que prohiba y sancione drásticamente las traiciones, las divisiones, el transfuguismo, la corrupción e inmoralidad.
La renovación de los partidos políticos debe llevar al Perú de una democracia de electores hacia una DEMOCRACIA DE CIUDADANOS (ciudadanía civil, social y ética), con amplias libertades y derechos para decidir por sí mismos con responsabilidad, seriedad y pensando en una sociedad mejor, digna y justa.
No más organizaciones políticas electoreras que nacen en el día y mueren o desaparecen al siguiente día.
Por lo expuesto, suscribimos las expresiones de Manuel González Prada, incluidas en sus “Ensayos escogidos”: “Viendo de qué lugar salimos y dónde nos encontramos, comparando lo que fuimos y lo que somos, puede calcularse adónde llegaremos y lo que seremos mañana”.