Artículos periodísticos y de investigación

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30 de octubre de 2022

INTRODUCCIÓN A LA PRIMERA EDICIÓN DE LA OBRA "FRATERNIDAD APRISTA EN EL PERÚ E INDOAMÉRICA"

 

INTRODUCCIÓN A LA PRIMERA EDICIÓN DE LA OBRA "FRATERNIDAD APRISTA EN EL PERÚ E INDOAMÉRICA"

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete

Disponible en Amazon

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El renombrado escritor Luis Alberto Sánchez en su obra Haya de la Torre y el APRA refiere: “Cuando nació Víctor Raúl Haya de la Torre, su hogar, igual que el Perú, era escenario de una ardiente guerra civil. Mientras afuera combatían sin cuartel caceristas y pierolistas, el Ejército y el Pueblo, en aquella casa discutían hasta el paroxismo los Cárdenas, los Hayas, los De la Torre y los González Orbegozo, en airadas contiendas familiares”.

Víctor Raúl Haya de la Torre nace en Trujillo (Perú) el 22 de febrero de 1895 y muere en la ciudad de Lima el 2 de agosto de 1979.

Desde su juventud Víctor Raúl empieza por recorrer el territorio peruano de Norte a Sur y de Este a Oeste, llevando el mensaje de reforma social y de lucha contra los males, problemas y vicios de la sociedad peruana e indoamericana: el imperialismo, la oligarquía, el extremismo ideológico, el analfabetismo, la amenaza y el abuso de los dictadores y la antipatria.

Haya de la Torre es deportado de Perú el 9 de octubre de 1923, por el gobierno de Leguía; arrestado el 6 de mayo de 1932 en un suburbio de Lima y permanece incomunicado hasta el 30 de abril de 1933, durante el gobierno de Sánchez Cerro. En la etapa de la Gran Clandestinidad, entre noviembre de 1934 y mayo de 1954, sufre persecución por los gobiernos de Benavides, Prado y Odría.

El 23 de agosto de 1931, por vez primera Víctor Raúl Haya de la Torre expone los lineamientos del Programa Mínimo del Partido Aprista Peruano (PAP) y analiza la situación económica y social del país, poniendo los ojos en los problemas nacionales e indoamericanos con sentido realista y constructivo, plasmándolo en un mensaje de insurrección constructiva y creadora que proclama por vez primera la democracia funcional de izquierda “basada en las categorías del trabajo”, aspirando a que todos los ciudadanos tengan derecho a la vida, a la seguridad, al trabajo, a la educación, al bienestar y al futuro, sin excluir a nadie que esté listo al servicio sacrificado y altruista del Perú e Indoamérica.

El I Congreso de Estudiantes Latinoamericanos, celebrado el 8 de octubre de 1937 en Santiago de Chile, reconoció y nominó a Haya de la Torre como “Maestro de la Juventud y Ciudadano de América”. Más tarde, Haya de la Torre se definió como un “Ciudadano indoamericano”.

Desde su incursión en la lucha política nacional e indoamericana y durante su existencia, Haya de la Torre es considerado como el Jefe máximo de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) y del Partido Aprista Peruano (PAP), gran líder con espíritu revolucionario e inmensa capacidad para irradiar a las masas su pensamiento libertario, unionista y de justicia social.

Con el correr del tiempo se convierte en el político ejemplar de las luchas democráticas, sin desfallecimiento ni claudicación; en el predicador de la América indígena y autónoma; en el agitador de las conciencias juveniles hacia la justicia social de Pan con Libertad y en el padre rector del pensamiento democrático continental indoamericano.

Como pocos políticos del siglo XX, Víctor Raúl tuvo que soportar heroicamente las adversidades, las calumnias y los exilios; supo perdonar a sus adversarios en todo tiempo y lugar; defendió el Estado de derecho, la Constitución política, la democracia y los fundamentales derechos humanos; pero al mismo tiempo, combatió sin descanso el totalitarismo, las dictaduras, las tiranías, los imperialismos, las injusticias sociales, la explotación del hombre por el hombre y del hombre por el Estado. 

                                   Manos con dedos finos, de artista, las de Haya de la Torre,                                                             con ellas dirigió el Apra, y buena parte de la política nacional,                                                 como director de una orquesta.

Día de la Fraternidad Aprista

El Día de la Fraternidad Aprista fue institucionalizado y oficializado el 22 de febrero de 1946, por “El Cachorro” Manuel Seoane Corrales, durante su histórico discurso denominado “El recado del Corazón del Pueblo” y realizado en el Estadio Nacional de Lima (Perú).

Movidos por el espíritu revolucionario de una causa noble, justa, digna y humana los apristas de Perú e Indoamérica celebran el 22 de febrero de todos los años el cumpleaños de Víctor Raúl Haya de la Torre. Y lo hacen con singular regocijo, emoción, respeto y admiración; con renovada fe, unión, disciplina y acción en sus locales partidarios y en manifestaciones públicas concurridas por amigos, simpatizantes y militantes apristas de todas las edades y clases sociales.

En esta fecha los apristas honran a sus mártires caídos en la lucha y con el brazo izquierdo en alto y el agitar de pañuelos blancos ratifican el juramento de continuar batallando sin vacilaciones por el bienestar de la patria continental; rindiendo así su fervoroso homenaje al fundador, Jefe, Maestro, Guía y gran conductor de la revolución peruana e indoamericana.

El concepto de Indoamérica según Haya de la Torre

En 1948, Gabriela Mistral, residente en su casa consular de California, a sabiendas que algo de sangre incaica o quechua navegaba por sus venas, le dijo de súbito a Víctor Raúl Haya de la Torre: “¿Sabe usted que una de las buenas cosas que ha inventado es este vocablo: Indoamérica?”.

Haya le alegó a Gabriela Mistral que Indoamérica no solamente alude a los indios, sino que proviene también del hecho histórico de que España, Portugal, Inglaterra y toda Europa, denominaron a nuestro Continente “Indias” y no América, estuvo de acuerdo con él en que verdaderamente es así.

Y, a decir verdad, por la cuestión del nombre de Indoamérica para llamar a nuestro continente “que en justicia –justicia histórico social digamos-correspondía a este lado del Nuevo Mundo”.

Víctor Raúl batalló por mucho tiempo, de universidad en universidad, de tribuna en tribuna o de coloquio en coloquio, aquí y allá, por todas partes del mundo capitalista y del mundo socialista, cuando nuestra “nación de veinte Estados” fue llamada Hispano o Íbero América, América latina e Indoamérica o se pretendió identificarnos como “Eurindia”, “Indoiberia” e “Indolatina”, aun cuando cada uno de esos nombres “responde a una razón histórica, étnica, espiritual y política”, y a una época colonial, virreinal o moderna.

Indoamérica es un nuevo término propio del léxico aprista introducida por Víctor Raúl para denominar a nuestra nación de veinte estados, que conforma el lado del Nuevo Mundo y que empieza en el Río Bravo y remata en Magallanes.

Descartando el uso de Hispanoamérica y de América Latina, por corresponder a un significado “preterista y ya anacrónico”, opta por la denominación de Indoamérica, dado a que considera como un término más apropiado y amplio, que va más lejos, que entra más hondamente en la trayectoria total de nuestros pueblos.

Indoamérica, comprende la prehistoria, lo indio, lo ibérico, lo latino y lo negro, lo mestizo y “lo cósmico”- digamos, recordando a Vasconcelos-. Corresponde a la etapa revolucionaria de Nuestra América, apenas iniciada en México, en que aparece la gran síntesis de la oposición de contrarios que impulsan el devenir de nuestra historia.

El término Hispanoamérica es denominación, dice Víctor Raúl, que “excluye injustificadamente al Brasil, al cual en revancha algunos empecinados nacionalistas portugueses han tratado vanamente de llamar “América Lusitana” o “Lusitanoamérica”.

Y el otro vocablo Iberoamérica, dice, no comprende a Haití, ni place tampoco a los brasileños por la tendencia hispanista de identificar imperialmente a Iberia con España”.

América Latina – la denominación hoy predominante y más amplia-, señala Haya de la Torre, “es, como se sabe, referida a las lenguas europeas que hablamos, pero no abarca los aborígenes tan enriquecedores en palabras y modismos, de nuestro “injerto verbal”, ni, como queda expresado, a las colectividades afro-americanas por raza y anglo-sajonas por idioma que son las que conservan en inglés, el nombre que España dio a nuestro continente: “West-Indies”.[1]

Asimismo, Haya explicó: “Los conquistadores españoles y portugueses, a partir de Cortés, Pizarro y otros protagonistas mayores y menores de su épica hazaña dominadora en el Nuevo Mundo, que no llevaron a él inicialmente mujeres, fueron los fundadores de la raza mestiza, cuya población forma hoy (1966) quizá unas dos terceras partes de nuestros 200 millones de indoamericanos”.

Méritos históricos del Aprismo

El principal mérito histórico de Víctor Raúl Haya de la Torre y del Apra es que ya tienen un lugar de honor preferencial en la historia del Perú, de Indoamérica y el Mundo.

El Apra es el partido político sin caudillo ni nombres propios, que nació para rescatar lo perdido moral y materialmente para la Nación, para levantar la bandera del gobierno científico, basado en la economía, en el método, en la investigación y en la moralización, en el contexto de un nuevo tipo de Estado denominado Estado Antimperialista, Estado representativo y defensor de los intereses nacionales del Frente Único de Clases y de Trabajadores Manuales e Intelectuales.

La propaganda de descrédito demagógico e interesado que la reacción, la plutocracia criolla limeña, la oligarquía, los imperialismos desencadenaron contra el Aprismo, contra los líderes y militantes apristas, no ha podido ni podrá jamás vulnerar el bien ganado prestigio del partido histórico de Haya de la Torre, partido que siempre ha sido, es y será ejemplo de lucha sin cuartel por la libertad, los derechos humanos, la democracia, la fraternidad con todos y la justicia social en el Perú e Indoamérica.

En su discurso del 22 de febrero de 1973, Haya de la Torre recordó con claridad meridiana la heroica lucha del Aprismo: “La historia de su lucha es la de un largo y épico sacrificio por principios y propósitos que condenados, atacados y brutalmente perseguidos cuando fueron enunciados, hoy son reconocidos por la unanimidad de nuestros pueblos, aunque el aventurerismo de “revolucionarios” de última hora traten de plagiarlos y de desfigurarlos”.

En las siguientes líneas expondremos algunos méritos históricos del Apra, sin agotar el tema, dado a su diversidad y extensión. Abordaremos el nuevo lenguaje, la negación dialéctica del marxismo, la ambivalencia del imperialismo, el movimiento político autónomo, la integración política y económica de América Latina, el ideario y programa científico de gobierno, la Corte Internacional de la Haya, el partido de mayor duración existencial y todas las etapas de la evolución económica de la humanidad están presentes en Indoamérica.

Aprismo y nuevo lenguaje

En el Siglo XX, el movimiento aprista no solamente surgió como el primer partido político de masas, mayoritario, mejor organizado y disciplinado de Perú e Indoamérica, ejemplo de organización y de liderazgo político, con una filosofía original, un programa máximo y programa mínimo de gobierno, sino también como el creador de un nuevo lenguaje en la vida política del continente.

Y no sólo eso. El Apra también introdujo un nuevo lenguaje que se compendia en los términos siguientes: APRA, Indoamérica, Partido del Pueblo, Izquierda Democrática, Justicia Social de Libertad con Pan, Estado Antimperialista, Pueblo-Continente, Espacio-Tiempo histórico, Democracia Funcional, Frente Único de Clases Explotadas (pluriclasismo), ambivalencia del imperialismo, Plan de Acción Inmediata, Comisión Nacional de Plan de Gobierno (CONAPLAN) y jubileo aprista.

El Apra introdujo los términos: Congreso Económico Nacional (CEN), Colonialismo mental europeo, Parlamento latinoamericano, Interamericanismo democrático sin imperio, Despresidencialización, descaudillización del poder, descentralización y regionalización, trabajadores manuales e intelectuales, fraternidad indoamericana, nacionalización progresiva de tierras e industrias, justicia social con pan y libertad, entre otros.

Negación dialéctica del marxismo

El Apra tuvo la audacia genial de salir de los estrechos y alienantes cánones marxistas y negarlos dialécticamente, aprovechando la experiencia de la historia, sin caer en la imitación servil pero sí afirmándose realistamente en la dialéctica de los hechos.

Fundamenta su filosofía en los principios científicos del relativismo dinámico, sobre la base de la aplicación de la Teoría de la relatividad física de Albert Einstein a la Historia. Y al aplicar dichos principios (Todo fenómeno cambia según el ángulo desde el cual se le observe; cada sistema de coordenadas, SC, tiene su propio espacio-tiempo- inseparable de su dimensión, energía, velocidad, inercia y gravitación) al estudio de los hechos históricos no acepta verdades sociológicas de valor definitivo, absoluto y eterno, en un mundo interdependiente y en permanente cambio e innovación según los adelantos científicos y tecnológicos de los nuevos tiempos históricos.

La tesis aprista sostiene: así como para la física moderna no existe un espacio ni un tiempo absolutos, sino que cada fenómeno se produce dentro de su propio espacio-tiempo, no existe consecuentemente un solo proceso histórico sino múltiple.

Ambivalencia del imperialismo

Para Haya de la Torre el fenómeno del imperialismo tiene dos valencias: valencia positiva, pues trae técnica, capitales, crecimiento, desarrollo, progreso y justicia social; y valencia negativa, porque origina opresión, regresión, explotación e injusticia social.

El Apra plantea la necesidad de capitales para la industrialización de los pueblos, pero con el control del Estado Antimperialista y las condiciones sujetas a nuestras leyes, de manera que se orienten hacia la explotación de las materias primas, la generación de industrias y fuentes de trabajo, con el pago de un salario digno y justo que permita al trabajador gozar de un nivel de vida propio a su condición humana.

El Apra es un movimiento político autónomo

El Apra es un movimiento político autónomo, sin ninguna intervención ni influencia extranjera; no es un movimiento político convertido en imitador servil de realidades ajenas a la nuestra o que sigue la línea de un nuevo colonialismo dependiente; no es un movimiento político dependiente o súbdito de ninguna ideología o potencia extranjera.

El Apra es un movimiento que nació como algo auténtico y genuino, algo propio e intransferible, vive por sus propios caminos de acción y métodos de lucha, exento de toda sumisión y dependencia a consignas, modelos, enseñas, mandatos y dogmas extranjeros. El Apra no recibe financiamiento de ningún país extranjero.

Integración política y económica de América Latina

El Apra es el único partido político que surge en el siglo XX llevando en su Programa el principio de la Integración política y económica de los pueblos de América Latina.

Ideario y programa de gobierno

El Apra es el primer partido político que trajo al Perú un completo ideario y un coordinado programa científico de gobierno, un nuevo enfoque de la realidad económico-social y que no ha sido hasta ahora igualado y menos aún superado por ningún otro partido.

Corte Internacional de La Haya

En el Mundo, el Apra es el único partido político que ha sido llevado ante la Corte Internacional de La Haya, en la persona de su jefe y fundador, Víctor Raúl Haya de la Torre, acusado de “crímenes comunes”, para ser después absuelto y salir triunfante por cuanto “el Gobierno del Perú no ha podido demostrar que los delitos de que acusa a Haya de la Torre sean delitos comunes” según el fallo de la Corte Mundial del 20 de noviembre de 1950, ratificado por el segundo fallo del 27 de noviembre del mismo año y el 13 de junio de 1951.

Apra: Partido de mayor duración existencial

El Apra es el partido político de mayor duración, al 2022 cumple 98 años de existencia, con plena vitalidad. Jamás se doblegó frente a las tiranías ni ante el Oro y el Hierro de los opresores. Defendió sus principios y su obra ofrendando inclusive la vida de sus militantes y dirigentes, terciando a su espalda el rifle revolucionario en las jornadas heroicas de Chan-Chán (Trujillo), muriendo abrazados y valientemente en los fusilamientos de Huaraz o desangrándose unidos en las calles de Lima para sellar heroicamente la unión de los trabajadores manuales e intelectuales.

Las etapas de la evolución económica de la humanidad están presentes en Indoamérica

“Según la tesis del Aprismo, en América Latina, los períodos y sistemas sociales y económicos no se suceden negando los posteriores a los anteriores, sino agregándose el último a todos. Cuando la conquista hispanoportuguesa llega a Indoamérica, impone el sistema colonial feudal con los tres virreinatos originarios de México, de Perú y del dominio portugués del Brasil. Pero el nuevo sistema no logra liquidar las vastas regiones de comunidades privadas, ni los sistemas socioeconómicos establecidos por los indios nativos del Perú y de México. Igualmente, la vida tribal de la inmensa zona amazónica sobrevive hasta nuestros días. Así, al sistema agrario de tipo precolombino se yuxtapone el latifundio colonial y, más tarde, a ambos se agrega el sistema de industrialismo de materias primas y medio elaboradas. Por todo esto el aprismo reconoce que en Indoamérica existe una yuxtaposición de sistemas económicos sociales de producción, que abarcan desde la vida tribal rudimentaria hasta el industrialismo contemporáneo, subsistiendo las organizaciones comunales indígenas y el sistema colonial del latifundio. Tomando el Continente en conjunto, aún muchos de sus países aisladamente, se puede decir que todas las etapas de la evolución económica de la humanidad están presentes en nuestra América…”.[2] 

El Aprismo como expresión de política moderna

En el Perú y en Indoamérica los partidos de derecha se agruparon en clubes de compadres en busca del presupuesto nacional, se agruparon en clubes políticos electorales de carácter eventual y transitorio, de manera indisciplinada e individualista, que repugnaba la idea de crear un partido doctrinario y programático. Estimaban más cómo financiar periódicamente golpes de Estado y colocar en el Poder a gentes fieles a su mandato, postergando así el legítimo derecho del pueblo a elegir sus gobernantes.

Los partidos de la derecha conservadora y reaccionaria siempre estuvieron y están integrados por representantes de grupos de poder económico, de bancos nacionales y extranjeros, de empresas oligopólicas transnacionales, de grandes industriales que sólo buscaron y buscan acuñar beneficios económicos a costa de mantener en pie la miseria, la desocupación, el desempleo, los mayores deberes ciudadanos con los menores derechos y la ignorancia de la inmensa mayoría nacional.

Ante esta situación imperante felizmente el Aprismo se constituye en la verdadera izquierda indoamericana de los siglos XX y XXI, en defensa de las clases consumidoras y productoras, en lucha frontal contra los usurpadores del poder, los grupos de poder económico y los gobiernos extranjeros neoliberales que tratan de mantener divididos a los pueblos para seguir reinando, explotando, oprimiendo e incrementando sus riquezas.

Políticamente el Aprismo es un partido con ideas y filosofía propia, partido doctrinario y programático en permanente pie de lucha contra la miseria, la injusticia, el coloniaje mental europeo, la opresión y explotación, en procura de una vida digna y justa para todas las clases sociales.

El Aprismo no nació como movimiento político moderno para repartir puestos públicos, para hacer falsas promesas, para hacer demagogia. El Aprismo nació para servir al Estado, no para servirse del Estado; nació para ser ejemplo de organización capaz, transparente, técnica y disciplinada, ejemplo de renovación de liderazgo político y ejemplo de renovación moral.

El Aprismo nació para exigirle al pueblo sus deberes y defender sus derechos, nació para rescatar lo perdido moral y materialmente para la Nación, nació para levantar la invicta bandera del gobierno científico basado en la economía, en el pensamiento crítico, dialéctico y estratégico, en el método científico, en la investigación científica y tecnológica y en la moralización.

El Aprismo es el primer partido político mejor organizado y disciplinado de Indoamérica, partido político sin caudillo ni nombres propios, con una filosofía original, con sólidos principios y valores éticos, con un Programa máximo y un Programa mínimo de gobierno, que responde a un anhelo de transformación nacional y de justicia social con pan y libertad.

El Aprismo no protege ni fomenta ateísmos peligrosos. No pretende imponer ni atacar credo religioso alguno. Antes bien, el aprismo preconiza la más absoluta libertad de conciencia ciudadana; desliga la actividad religiosa de la actividad política.

El Aprismo es el único partido político que surge en el siglo XX llevando en su Programa el principio de la Integración política y económica de los pueblos de Indoamérica. “El indiscutible mérito histórico de la concepción aprista es el del rescate de la esencialidad política unionista que fue la doctrina de los patricios de la Independencia: Miranda, Belgrano, Hidalgo, Santander, San Martín, O´Higgins, y Bolívar, como realizador, profesaron el principio de la unidad política – y por ende económica- de nuestro continente” (Manuel Villalobos Vargas).

El Aprismo es el único partido político cuya filosofía plantea la estrecha vinculación, característicamente latinoamericana, entre patriotismo y continentalismo como conceptos, ideales y deberes complementarios e inseparables.

El Aprismo es una doctrina completa y un método de acción realista. El Aprismo es el primer partido político que trajo al Perú un completo ideario y un coordinado programa científico de gobierno, un nuevo enfoque de su realidad económico-social y que no ha sido hasta ahora igualado y menos aún superado por ningún partido político.

El Aprismo es el único partido político que periódicamente se disuelve: que a través de los llamados “jubileos apristas” libera a cada afiliado de sus obligaciones de fidelidad y militancia y que abre nuevos registros de inscripción en los que quien quiere renueva su adhesión y el que no quiere se desafilia.

El Aprismo es el único partido político en el Perú e Indoamérica que más ha sufrido terror, persecución, martirio y cuyas victorias electorales le han sido desconocidas por el atropello, el veto o el fraude con el único propósito de impedir su ascenso al Gobierno. El Aprismo como partido político ha demostrado al Perú y al Mundo que se puede y se debe ir al martirio en defensa de los sagrados ideales de justicia y de libertad, con la verdad en el lenguaje, con el corazón prendido de fuego justiciero, batallando con coraje, altura y grandeza, con ideas y principios, con cultura política, anteponiéndose a personalismos, mezquindades, acrimonia y bastardas envidias.

El Aprismo es el único partido político en el mundo que ha sido llevado ante la Corte Internacional de La Haya, en la persona de su jefe y fundador  Víctor Raúl Haya de la Torre, acusado de “crímenes comunes”, para ser después absuelto y salir triunfante por cuanto “el Gobierno del Perú no ha podido demostrar que los delitos de que acusa a Haya de la Torre sean delitos comunes” según el fallo de la Corte Mundial del 20 de noviembre de 1950, ratificado por el segundo fallo del 27 de noviembre del mismo año y el 13 de junio de 1951.

El Aprismo es el único partido político de mayor duración existencial que jamás se doblegó ante las tiranías ni ante el Oro y el Hierro de los opresores. La historia lo registra. Los apristas defendieron sus principios ofrendando inclusive sus vidas, terciando a su espalda el rifle revolucionario en las jornadas heroicas de Chan-Chán (Trujillo), y supieron morir abrazados y valientemente en los fusilamientos de Huaraz y se desangraron unidos en las calles de Lima sellando heroicamente la unión de los trabajadores manuales e intelectuales. Supieron adelantar su misión histórica por un nuevo Perú como “hombres que respaldan sus palabras con las gotas de su propia sangre y para los que la muerte no fue obstáculo ni barrera, porque supieron pensar y prever cuál habría de ser la prueba que debíamos sufrir antes de la victoria” (Haya de la Torre).

El Aprismo a través de sus años de lucha es el único partido político que “fue grande en la concepción doctrinaria original, grande en la lucha y grande en el perdón generoso y heroico del adversario, del verdugo, del perseguidor de otrora” (Antonio Di Salvio).

El Aprismo es el primer partido político que nace postulando un nuevo tipo de estado denominado Estado Antimperialista, Estado docente, Estado cooperativista, Estado descentralizado y regionalizado y Estado moralizador.

En Indoamérica el Aprismo sostiene el principio de la acción autónoma de nuestros pueblos en su lucha por resolver en democracia sus propios problemas, aprovechando la experiencia de la historia sin caer en la imitación servil pero sí afirmándose realistamente en la dialéctica de los hechos. Como movimiento revolucionario el Aprismo nunca ha luchado por la implantación de una dictadura, sino que ha exigido siempre la práctica de la más auténtica democracia de mejor clase.

El Aprismo es un movimiento político autónomo, sin ninguna intervención ni influencia extranjera; no es un movimiento político convertido en imitador servil de realidades ajenas a la nuestra o que sigue la línea de un nuevo colonialismo dependiente; no es un movimiento político dependiente o súbdito de ninguna ideología o potencia extranjera. El Aprismo es un movimiento que nació como algo auténtico y genuino, algo propio e intransferible y vive por sus propios caminos de acción y métodos de lucha exenta de toda sumisión y dependencia a las consignas, modelos, enseñas, mandatos o dogmas extranjeros.

El Aprismo lucha por el ejercicio de las cuatro libertades: Libertad de expresión, libertad religiosa, libertad económica y libertad política. La revolución democrática va dirigida a resolver el gran problema de la injusticia social sin el sacrificio de la libertad. El Aprismo no apoya componenda, sino que exige el restablecimiento de las libertades constitucionales y de la efectividad del sufragio.

Objetivos de la obra

Fraternidad Aprista en el Perú e Indoamérica (Antología) tiene por objetivos: a) Generar y fomentar conciencia de fraternidad indoamericana en torno a la necesidad de transformación de los pueblos con sólidos pilares místicos, espirituales, morales, antimperialistas, integracionistas, libertarios y justicieros del aprismo;  b) Promover la defensa de la democracia funcional  y del Estado de derecho, el amor a la libertad y la justicia social, el cultivo de los valores éticos: lealtad, honestidad, responsabilidad, transparencia, hermandad en los ideales, solidaridad, concertación social y vocación de servicio a los pueblos de Perú e Indoamérica; y, c) Valorar y divulgar la política aprista como ciencia de buen gobierno al servicio de un nuevo Estado docente, antimperialista, moralizador, regionalizado, democrático, integracionista, libertario y humanista, tal como lo predicaba el maestro, guía y jefe del Aprismo, Víctor Raúl Haya de la Torre.

Referente al contenido

En la primera parte de Fraternidad Aprista en el Perú e Indoamérica (Antología) se aborda el origen, el significado y la trascendencia histórica de la fraternidad aprista mediante una serie de selectos artículos periodísticos elaborados por destacados profesionales, escritores y periodistas, entre ellos, Luis Alberto Sánchez (Haya de la Torre y la Fraternidad), Armando Villanueva del Campo (El primer Día de la Fraternidad), Luis Alberto Negreiros Criado (La fraternidad es imperativo, sentimiento, autocrítica, propuesta y solución), Guely Villanueva Díaz (Día de la Fraternidad Aprista), Eudoro Terrones Negrete (Así fue Víctor Raúl y Fraternidad aprista con todos los peruanos e indoamericanos), Gustavo Saberbein Chevalier (Víctor Raúl Haya de la Torre), Javier Valle Riestra (Haya de la Torre vive…los muertos somos nosotros), Víctor M. Ibáñez Ávalos (Homenaje en la Fraternidad: Víctor Raúl), Wilfredo Pérez Ruiz (El ejemplo moral de Haya de la Torre),  Alberto Valencia Cárdenas (Significado e historia de la Fraternidad Aprista) y Germán Luna Segura (El origen popular de la Fraternidad).

Luis Alva Castro (El Día de la Fraternidad en el Siglo XXI), Francisco Mujica Serelle (La fuerza de la Fraternidad), Arturo Valverde (Sobre la tradición y la mística aprista), Edgar Valdivia Isuiza (La Fraternidad Aprista, recuerdos y convicciones), Ricardo F. Ñique Cornelio (Haya de la Torre, El Humanista, en el Día de la Fraternidad), Guillermo Pérez Sialer (Fraternidad), Fernando Calle Hayen (La Fraternidad actualmente) y Beto Lajo Paredes (Aprismo: Doctrina, Mística y Fraternidad)

Finalmente, Mochero Vásquez (Fraternidad con todos. ¡Siempre!), Enrique Valderrama (¡Fraternidad primero!), Wilder Félix Calderón Castro (En el mes de la fraternidad, Víctor Raúl… ¡Presente!: Pan con Fraternidad), Hilda Guevara Gómez (Fraternidad aprista y la unidad de los peruanos), Víctor López García (Una autocrítica en el día de la fraternidad: reflexiones), Jaime Uribe Rocha (Haya y la Fraternidad Aprista), José Antonio Torres Iriarte (Víctor Raúl), Oswaldo Rivas Berrocal (El Día de la Fraternidad Aprista), Walter Ampuero Vásquez (Haya de la Torre, el profeta de la Fraternidad), Enrique Aguirre Castro (Reflexiones, en el día de la Fraternidad Aprista) y J. Hidalgo Valera (La democracia militante)

En la segunda parte de esta obra se incluye discursos inmortales sobre la fraternidad aprista, entre ellos, los de Víctor Raúl Haya de la Torre (Discurso en el Día de la Fraternidad, en Arequipa de 1978; discurso del reencuentro, 20 de mayo de 1945; discurso del veto, 4 de julio de 1962; discurso del reto, 18 de febrero de 1972), de Alan García Pérez (Mensaje del presidente del Partido Aprista Peruano en el mitin de la Fraternidad del 21 de febrero de 2003), de Manuel Seoane Corrales (Recado del Corazón del Pueblo, 22 de febrero de 1946) y de Antenor Orrego Espinoza (Discurso en el Día de la Fraternidad Aprista, 22 de febrero de 1960). Finalmente, la última entrevista al Jefe, por el periodista Alfredo Barnechea García.

Palabras finales

Fraternidad Aprista en el Perú e Indoamérica (Antología) es una obra que llama a compartir un mismo ideal aprista, hermanados por una visión, misión y objetivos comunes, con una táctica y estrategia de lucha política apropiadas, con pensamiento estratégico y voluntariado de servicio, con vocación resolutiva de los problemas peruanos e indoamericanos, abierto al cambio integral y al intercambio de iniciativas, experiencias, proyectos y propuestas.

En política, fraternidad es una palabra clave y mágica que es capaz de unificar ideas, sentimientos, aspiraciones, decisiones y acciones para lograr la gran transformación de los países, sin derramar una gota de sangre, sin agotar precarios recursos presupuestales y sin comprometer el futuro de las nuevas generaciones.

Cerramos la Introducción a la primera edición expresando nuestra especial valoración a los discursos políticos de Víctor Raúl Haya de la Torre, Alan García Pérez, Manuel Seoane Corrales y Antenor Orrego Espinoza. También, nuestro agradecimiento a Alfredo Barnechea por la última entrevista al Jefe, y a cada uno de los distinguidos profesionales, escritores y periodistas que suscriben los artículos de esta obra.

Toronto, Canadá, noviembre de 2022. 

Dr. Eudoro Terrones Negrete



[1] Víctor Raúl Haya de la Torre, artículo “La vigencia del vocablo Indoamérica”, publicado en La Tribuna de Lima, el 23 de junio de 1966 y en El Tiempo de Bogotá, junio 25, 1966.

[2] Manuel Vásquez Díaz, Balance del Aprismo, Lima, 1964.

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19 de octubre de 2022

La crisis integral del hombre y de la sociedad latinoamericana

 

LA CRISIS INTEGRAL DEL HOMBRE 

Y DE LA SOCIEDAD LATINOAMERICANA

                               Países de latinoamérica envueltos y sacudidos                                          por graves casos de corrupción política y económica

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

 

DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA

En los últimos cuarenta años los países del continente latinoamericano están siendo envueltos y sacudidos por graves casos de corrupción política y económica, que socavan profundamente los cimientos del Estado de derecho, la democracia y afectan los derechos fundamentales de los trabajadores manuales e intelectuales y de la ciudadanía en general.

El filósofo y periodista francés Jean Francois Revel afirma que “ser corrupto es utilizar, de forma directa o indirecta, el poder político o administrativo fuera de su campo legítimo para procurarse ventajas, en dinero o en especie o para distribuirlas a amigos, servidores parientes o partidarios".

Ser corrupto es hacer del poder y de la política gran negocio ilícito, entreguismo, hipoteca, prebenda y campo propicio para la supervivencia de organizaciones criminales; es abusar del poder público para obtener ilícitamente beneficio personal, familiar o grupal.

La problemática referida se resume en una crisis de orden social, político, económico, educativo, cultural, comunicacional, ecológico y moral.


En las sociedades latinoamericanas infectadas por el cáncer de la corrupción e inmoralidad es notoria la falta de respeto a la dignidad de las personas;  la manipulación de conciencias con favores políticos; el recorte o la supresión de los fundamentales derechos humanos; la existencia de algunos “partidos políticos” convertidos en “vientres de alquiler” que reclutan a sus militantes prometiéndoles trabajo o ciertas sumas de dinero; la proliferación de conflictos de intereses creados; la asignación de publicidad del Estado sólo a medios de comunicación que son sumisos y complacientes con los actos corruptos del gobernante de turno; la vacancia de presidentes de la República por flagrantes actos de corrupción; las interrupciones periódicas del orden constitucional de los países latinoamericanos; la realización de procesos electorales nacionales salpicados de irregularidades, presuntos fraudes e inaceptables resultados.

La moral es el conjunto de reglas o normas que rigen y orientan correctamente el pensamiento, la consciencia y la conducta del ser humano en concordancia consigo mismo y las necesidades de crecimiento, desarrollo y progreso de la sociedad.

La moral es el cartabón que mide el bien y el mal en las sociedades. Hombres éticos, sociedades etocráticas progresistas. El hombre sin principios morales, sin sentido ético y sin sentido social es como una pluma que se lo lleva el viento, sin que haya quien lo recoja y muy poco podrá contribuir a consolidar la democracia y sus derechos fundamentales al buen vivir dentro de una sociedad civilizada.

CAUSAS

La crisis moral del hombre y de la sociedad latinoamericana se debe en gran parte al deterioro de la escala de los valores de gobernantes y de gobernados, como producto de los actos de corrupción y de inmoralidad perpetrados por algunos empleados, funcionarios, congresistas, alcaldes, regidores, gobernadores y hasta presidentes de la República; autoridades que son vistos por la población como malos ejemplos para una sociedad con ansias de crecimiento, desarrollo y progreso.

Además cabe mencionar algunas causas que generan la existencia y proliferación de actos de corrupción en los países latinoamericanos: la percepción ciudadana de manera sesgada acerca del grado de corrupción imperante en sus países; las sanciones legales débiles y no ejemplares contra los casos de corrupción; la carencia de una sólida conciencia social, de ética ciudadana, de ética política y de ética profesional en los trabajadores, empleados y funcionarios públicos; los bajos salarios; la existencia de empresas extranjeras corruptas como ODEBRECHT que sembraron el germen de la corrupción en los funcionarios públicos latinoamericanos. Finalmente, la actuación poco eficaz y retardatoria del Ministerio Público y del Poder Judicial para perseguir el delito, combatir y erradicar los actos de corrupción oportunamente.

CONSECUENCIAS

Como consecuencia del fenómeno de la corrupción la convivencia armónica y pacífica se dificulta y hasta deviene en inaplicable; se incrementa la miseria, el hambre, el desempleo, el subempleo, la explotación, la violencia e inseguridad ciudadana, el crimen organizado, el narcotráfico, el terrorismo,  las tensiones entre los sexos y las generaciones; sale a relucir la ineficiencia de los poderes del Estado en la prestación de los servicios a la población y la incapacidad de los gobiernos  en la solución de los problemas.

Los actos de corrupción retrasan el crecimiento, desarrollo y progreso de los países; impiden alcanzar la visión, la misión y los objetivos a corto, mediano y largo plazo de los gobiernos de turno; activan la falta de respeto del pueblo a sus autoridades elegidas, a las que consideran “no nos representan”, “son incapaces, ineficientes, inútiles, corruptos y corruptores y deben renunciar”; generan inestabilidad en las instituciones y en los gobiernos democráticos; espantan a las inversiones extranjeras; desestimulan el trabajo responsable, honesto, transparente y productivo; encarecen el costo de los servicios públicos y dificultan su prestación oportuna; contribuyen a incrementar el déficit fiscal y la deuda externa de los países; bloquean la meritocracia para el ascenso en los cargos públicos.

CÓMO SALIR DE LA CRISIS

Ante la problemática expuesta y como salida de la crisis integral del hombre y de los países latinoamericanos urge lo siguiente:

a)   Verdaderas políticas de moralización a fondo, efectiva, imparcial, frontal, inflexible y ejemplarizadora, para sancionar y erradicar a pillos de cuello y corbata, a pandillas de malhechores, a defraudadores, malversadores,  corruptos y corruptores, a prevaricadores enquistados en los poderes del Estado, que utilizan la caja fiscal con el fin de obtener ventajas pecuniarias, sinecuras y privilegios;

b)   Educación de calidad y conciencia moral permanente que despierte en los ciudadanos, trabajadores, empleados y funcionarios públicos la conciencia de la responsabilidad (pedagogía de la responsabilidad)  y generar el elevado espíritu de lucha por la transformación estructural del país (pedagogía sociopolítica para el cambio), en el entendido que el engrandecimiento de una sociedad o de un país depende del engrandecimiento moral de sus ciudadanos;

c)   Incorporar en las reformas de las Constituciones y en las nuevas Constituciones el nuevo régimen político denominado ETOCRACIA;

d)  Fortalecer y desarrollar las virtudes individuales y familiares; aplicar reglas y obligaciones precisas para las buenas prácticas y la armónica convivencia entre los miembros de la sociedad;

e)   Generalizar la aplicación de códigos de ética en todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional e internacional y a través de profesores calificados.



REFLEXIÓN FINAL

En un gobierno con mucha autoridad moral y con una política efectiva  contra la corrupción todos salen ganando, los más pobres, los que tienen menos y la inmensa mayoría nacional.

Concordamos con las expresiones de Rushworth Kidder: “No sobreviviremos en el siglo XXI con la ética del siglo XX. Pienso que a medida que la situación se haga peor, nos vamos a dar cuenta de la necesidad de tomar aún más en serio el tema de la ética”.

En los nuevos tiempos de la globalización, se ha incorporado una nueva forma de gobierno: etocracia. El término etocracia, etimológicamente procede de las voces griegas ethos, costumbre, y kratos, poder. La etocracia es un sistema de gobierno basado en la moralidad de los gobernantes y gobernados, para el buen manejo de la cosa pública y el aseguramiento de la calidad en la prestación de los servicios del Estado  dentro de un país democrático, inclusivo, participativo y ético. 

Hombres éticos, sociedades etocráticas progresistas.

 Toronto, Canadá, 19 de octubre de 2022.

 

 

 

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18 de octubre de 2022

Introducción ABC del Paradigma Cientifico

 

INTRODUCCIÓN

"ABC DEL PARADIGMA CIENTÍFICO"

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ABC DEL PARADIGMA CIENTÍFICO

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete

Vivimos en un mundo globalizado particularmente en las áreas de la informática, las telecomunicaciones, el comercio y las finanzas. El Estado-Nación todavía es relevante y no ha sido sustituido, pero ya se habla de la existencia del Estado-red como producto de la tecnoglobalización y de la aparición de una “nueva economía”. 

En la historia de la humanidad se desarrollaron los denominados impulsores del cambio. A comienzos del siglo XX uno de los impulsores del cambio fue la industrialización; en los años cuarenta, la transición de la economía de guerra; en los cincuenta, la mecanización; en los setenta, la automatización industrial; en la década del ochenta, el boom de la calidad total y las fusiones y adquisiciones; y, en los noventa, la sociedad del conocimiento o sociedad global. 

Neptalí Ramírez Herrera refiere: “En el proceso del devenir de la historia las sociedades cambian a diferentes ritmos debido a su progreso científico y cultural, y van creando y desarrollando nuevas formas sociales que responden a realidades inéditas, que desafían la imaginación y la acción innovadora del ser humano. Este es un reto vital. De allí que no existen ideologías terminadas, sino en permanente cambio, es decir, actualizándose y renovándose constantemente, tal como Haya de la Torre, enunció sabiamente: “La ideología y la doctrina deben refrescar siempre sus principios, afirmando sus grandes propuestas, pero enriqueciéndolas de acuerdo con la realidad y las circunstancias”.1 

El filósofo, escritor y político latinoamericano Víctor Raúl Haya de la Torre en su obra “Espacio Tiempo Histórico” puntualizó: “…podemos partir del principio que de la revolución radical que estamos viviendo en el campo de la ciencia surgirá una nueva filosofía, como ocurrió después de la época copernicana de Galileo, Kepler y Newton. Y esa nueva filosofía tiene que considerar las profundas transformaciones de los conceptos científicos de la materia, de la energía, del movimiento, del espacio, del tiempo y sus relaciones con el pensamiento. Vale decir, que si estos conceptos esenciales han modificado la concepción cosmológica habrá que considerarlos y aplicarlos en el campo de la filosofía, porque son éstos la negación dialéctica de aquellos”.2 

Nunca lo real y lo virtual, lo cercano y lo lejano, lo genuino y lo espurio, lo sagrado y lo profano, lo verdadero y lo aparente, lo público y lo privado, lo importante y lo urgente, lo prioritario y lo secundario se han mezclado tan profunda y casi perfectamente, a tal punto que parece indistinguible, imperceptible. Lo gubernamental y el servicio público se confunden con lo comercial y lo institucional se convierte en organizacional. Nuevas denominaciones de cosas, objetos, formas de pensar, percibir e interpretar el mundo, de actuar y de vivir del hombre surgen a la luz de los adelantos en la ciencia, la humanística y la tecnología de la información y la comunicación. Cabe referir, por ejemplo, algunas de ellas: la inteligencia artificial, la ciudad inteligente, las organizaciones inteligentes, los hogares inteligentes, los parques inteligentes, los automóviles inteligentes; los cibernautas, el ciberespacio, el ciberpunk (neoguerrilla electrónica), el ciberperiodista, el cibereducador, el teletrabajo, el telemercado, el teleprofesor, el teleclase, el comercio electrónico y todo el nuevo y abundante lenguaje de la informática.

En la sociedad del siglo XXI el conocimiento es poder. El poder del conocimiento casi lo puede todo. Se ingresa a lo multidisciplinario y holístico del conocimiento, generándose el cambio de la rutina habitual a la creatividad del género humano. Ocurre el gran auge de la era digital con libros electrónicos (e-books), bibliotecas, laboratorios, aulas y universidades virtuales. La aparición de la sociedad del conocimiento ha sido posible por dos tipos de confluencias fundamentales: la confluencia técnica y la confluencia económica. La confluencia técnica de la informática, las telecomunicaciones y la industria audiovisual; y de la confluencia económica conformada por recursos de capital y de empresas múltiples de diversos sectores de la producción. 

En 1995, en un artículo en Horizon, Alvin Toffler inventó la expresión Shock del futuro, para designar la desastrosa tensión y desorientación que se provoca en los individuos al obligarles a un cambio excesivo en un lapso muy breve. Pero también el hombre deberá comprender la transitoriedad, entendida como temporalidad de la vida diaria del ser humano como “ciudadano de la Era de la transitoriedad”, entendida en términos de velocidad con que cambian nuestras relaciones con las cosas, los lugares, la gente, las organizaciones y las ideas, o entendida como “la rapidez de giro de las diferentes clases de relaciones en la vida de un individuo”. 

En la sociedad del conocimiento, la transitoriedad del conocimiento y de las imágenes de la realidad obligan al ser humano a reorganizar su almacén de imágenes, a aprender de nuevo hoy, lo que ayer creía saber. Hoy las verdades de ayer se convierten súbitamente en ficciones y que deben ser reemplazadas, renovadas, revisadas, revitalizadas cada vez más de prisa. 

El nuevo conocimiento se vuelve fugaz, temporal o transitorio. Los mismos vocablos de los diversos idiomas caen en desuso y son sustituidos por nuevas palabras a una velocidad varias veces mayor que en períodos anteriores. En épocas pasadas se construía cosas para que durasen, la permanencia era el ideal máximo del hombre. Pues al acelerarse el ritmo de cambio en la sociedad global, la economía de permanencia es reemplazada por la economía de la transitoriedad y de la novedad. 

Hoy en día se requiere de una creciente inversión en recursos humanos para que se aprenda a aprender y a emprender de manera creativa e innovadora, para adaptarse fácilmente al cambio tecnológico y desarrollar con éxito un sistema de aprendizaje continuo o de por vida on line, sin límite de edad, sin privilegios ni exclusiones. 

En el siglo XXI estamos pasando de una sociedad tradicional fragmentada a una nueva sociedad global o sociedad del conocimiento, en la que la falta de conocimiento ya no se debe necesariamente a la falta de información, sino más bien al exceso o diluvio de información y que no logramos decodificar en tu totalidad.

Así la existencia del ser humano está inmersa en un tecnosistema, en un nuevo universo de carácter virtual (ciberespacio), en un medio altamente tecnologizado, en el cual prevalece lo artificial, ante un medio técnico creado por el hombre como “tecnosfera”, que trae consigo radicales modificaciones de la percepción del espacio y del tiempo: pues todo el planeta parece más cercano cuando uno se comunica vía Internet con cualquier parte del mundo.

Vivimos un cambio de época y una época de profundos cambios, con grandes e inusitadas transformaciones en las ramas del saber y del quehacer humano. Es la época de cambios de paradigmas, del “menos y más”: menos teoría y más práctica, menos déficit y más rentabilidad, menos pérdida de horas/trabajador y más producción; menos desinformación y más acción formativa; menos ignorancia y más educación de calidad; menos improvisación y más competencias para la producción óptima de conocimientos y la formación de mejores profesionales e investigadores científicos.  

Un paradigma es el recurso y la herramienta intelectual que se usa para abordar, analizar y resolver problemas de diversa naturaleza y complejidad. Un investigador científico que vive dentro de la visión del mundo de Aristóteles o de Darwin se planteará problemas que sólo tienen sentido dentro de esa forma de ver la realidad, muy diferente a la de otro investigador que vive dentro de la visión del mundo de Thomas Kuhn o de Edgar Morin. “Un científico que trabaja en un paradigma concibe la realidad de una forma completamente distinta a otro científico que viva dentro de otro paradigma” (Juan Carlos González García, 2004:306). 

Estos cambios de paradigmas permiten orientar y regular el comportamiento de los profesionales e investigadores científicos, humanísticos y tecnológicos, y, por lo tanto, nos parece bien que estén considerados e incorporados preferentemente en la educación superior universitaria y no universitaria. A la hora de realizar una investigación se puede utilizar cualquiera de las clases de paradigmas y de acuerdo con la naturaleza y/o complejidad del problema que se investiga. Coincidimos con los autores Josefa García de Ceretto y Mirtha Susana Giacobe (“Nuevos desafíos en investigación”) cuando manifiestan que los paradigmas en investigación “sirven de guía en la selección de métodos, técnicas, procedimientos e instrumentos de investigación; definen el concepto de realidad y su modo de abordaje; confirman y validan los conocimientos; permiten clarificar el sentido de las perspectivas de investigación”. 

Con el fin de contribuir al conocimiento básico de los paradigmas dentro de la sociedad global se ha elaborado ABC del paradigma científico, obra básica que consta de dos capítulos. En el primer capítulo se desarrolla el marco teórico del paradigma científico, el mismo que comprende el lenguaje de los paradigmas, la conceptualización multidisciplinar de paradigma, el origen del término paradigma, también el paradigma científico en sus características, funciones, importancia, componentes, dimensiones y ejemplos. En el segundo capítulo se explica el proceso evolutivo y el significado de los paradigmas científicos desde la antigüedad hasta nuestros días, destacando los paradigmas científicos de Aristóteles, Ptolomeo, Copérnico, Galileo, Newton, Darwin, Einstein, Thomas S. Kuhn y de Edgar Morin. De igual manera, los paradigmas positivista, interpretativo, sociocrítico, cuántico u holístico, cuantitativo y cualitativo; los paradigmas en la sociedad del conocimiento: lógica difusa, teoría del caos, principio de incertidumbre de Heisenberg, pensamiento holístico, educación de calidad, paradigmas éticos. 

Al final de la obra, algunas conclusiones básicas acerca de los paradigmas de investigación científica. Suscribimos las expresiones de la doctora Isabel Seijas Ríos: “El mundo en que hoy vivimos, se caracteriza por sus interconexiones a un nivel global, en el que los fenómenos físicos, biológicos, psicológicos, sociales y ambientales, son todos recíprocamente interdependientes. Para describir este mundo de manera adecuada, necesitamos una perspectiva más amplia, holista y ecológica; que no pueden ofrecer las concepciones reduccionistas del mundo ni las diferentes disciplinas aisladamente”.3 

Ante este complejo y cambiante escenario mundial, Edgar Morin asevera: “Necesitamos una nueva visión de la realidad, un nuevo “paradigma”, es decir, una transformación fundamental de nuestro modo de pensar, de percibir y de valorar. El término “paradigma”, aquí, no se limita a cada una de las distintas disciplinas científicas, sino que incluye la totalidad de la ciencia y su racionalidad”.

Esperamos que esta obra sea útil para los estudiantes, profesionales e investigadores, al facilitarles una mejor asimilación, comprensión y aplicación de los paradigmas en los trabajos académicos, tesis, tesinas y proyectos de investigación. 

 Toronto, Canadá, febrero de 2022. 

Notas de pie de página:

1 Ramírez Herrera, Neptalí. “Siglo XXI: Ocaso y desafío” Nuevos paradigmas políticos y sociedad integradora. Impreso en Inversiones Gráfica G & M SAC. Trujillo-Perú, agosto 2010, p.9 

2 Haya de la Torre, Víctor Raúl. Obras Completas. Espacio Tiempo Histórico. Ed. Juan Mejía Baca, 4ta. Edición, Lima, 1985, Tomo IV. pp. 465- 466.

3 Seijas Ríos, Isabel. Cómo elaborar y asesorar la tesis de grado de bachiller, maestro y doctor. Arigraf Industria Gráfica S.A.C., Lima-Perú, agosto 2016, p.52. 












 








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