Artículos periodísticos y de investigación

Translate

19 de febrero de 2021

La Fuerza de la Fraternidad, escribe Francisco Mujica Serelle

                   LA FUERZA DE LA FRATERNIDAD

Escribe: 
Francisco Mujica Serelle 

“Podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que la época de los partidos políticos se inicia en el Perú en 1930 con la participación del Partido Aprista Peruano, APRA, Partido del Pueblo o Partido de los Pobres o de la Justicia Social, como es comúnmente denominado por los obreros y campesinos del Perú.

El Apra y su creador, Víctor Raúl Haya de la Torre, solicitaron desde aquellos años la presencia de otros partidos políticos en el debate de los problemas nacionales, a fin de acostumbrar a nuestro pueblo en el ejercicio de la democracia en la vida institucional del país, al lado de una u otra agrupación política.

La derecha hasta entonces, habíase agrupado en clubes políticos electorales de carácter eventual y transitorio. Indisciplinada e individualista, repugnaba la idea de crear un movimiento permanente doctrinario y programático. Estimaba más como financiar periódicamente golpes de Estado y colocar en el Poder gentes fieles a su mandato, postergando así el legítimo derecho del pueblo a elegir sus gobernantes.

Empero, la prédica de Haya de la Torre, reiterada luego de la gran clandestinidad en la Plaza San Martín, en 1945, al exigir, nuevamente, la organización política de las derechas fue tomando cuerpo, fructificando en 1956 con la creación del Partido Acción Popular y otros partidos menores.

Llegados a 1968, la ciudadanía contempla estupefacta como estos jóvenes partidos empiezan a disgregarse y dividirse formándose dentro de ellos facciones, cuyos integrantes se atacan encarnizadamente, dando público ejemplo de descomposición; asestándose golpes arteros, so capa de democracia interna. De esta manera movimientos que algunas veces contaron con sustento popular y primordial ayuda castrense para ampararse en el Poder, se debilitan y atomizan en razón directa a la ambición de sus dirigentes.

En cambio, el Partido Aprista Peruano continúa dando ejemplo de unión en la lucha por la materialización de un ideal. La disciplina del APRA es monolítica, sin que ello suponga sometimiento servil al pensamiento de ningún dirigente.

Ello se debe al renunciamiento de las ambiciones personales, al acrisolado concepto democrático de sus militantes, a la renuncia formulada, cuando se es aprista, de trasnochados individualismos, al destierro del personalismo y principalmente, al sentido FRATERNAL que norma las actividades de sus miembros.

La fraternidad es que el APRA la virtud por antonomasia, es y continuará siendo la norma primordial de la conducta de sus militantes. Ello se explica a través de la lucha indesmayable que a lo largo de innúmeros años el Partido del Pueblo sostuvo por implantar la democracia en el Perú.

Los apristas peruanos se hermanaron al compás de la muerte, del destierro y la cárcel. En medio de esta gran aventura por el rescate de la dignidad de las clases necesitadas del país, se soldaron los eslabones de este gran movimiento. Las figuras que hubieran podido resquebrajar la disciplina de los apristas fueron cerrándose a medida que un pueblo en sombras luchaba por su libertad.

Esta es la fuerza de la fraternidad aprista y gracias a ella el Partido Aprista Peruano marcha imperturbable, impertérrito, en su destino liberador.

La fraternidad de los apristas no se concretó en la antesala de la ambición y el odio.

Esta es la característica primordial que diferencia a los apristas de los miembros de otras agrupaciones políticas. El APRA, no lo olvidemos, antes que partido, es un movimiento de regeneración de las consciencias y por tanto, una cruzada espiritual.

En cambio, las demás agrupaciones políticas son, en primer término, empresa personal, trust de oportunistas, sociedades anónimas en busca de lucro. Por ellos se quiebran cuando el reparto del botín no satisface sus mal disimuladas apetencias.

Víctor Raúl Haya de la Torre, acertó cuando imprimió al Partido que fundó el carácter fraternal que lo caracteriza. Distingo que o pone muy por encima de las otras agrupaciones, y da perennidad al movimiento.

Por ello, los apristas celebran el 22 de febrero como el Día de la Fraternidad, fecha en la cual honran a sus mártires caídos en la lucha; ratifican el juramento de luchar por la emancipación de nuestro pueblo e inmortaliza su promesa de ser vencedores del egoísmo, la mezquindad y la traición, en aras del bienestar de la patria y rinden su homenaje al guía y gran conductor de la revolución peruana: VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE.

Compartir:

11 de febrero de 2021

Asociación Nacional de Periodistas exhorta al Poder Ejecutivo de Perú a considerar a periodistas, fotoperiodistas y trabajadores de medios de comunicación en la primera o segunda fase del Plan Nacional de Vacunación

ASOCIACIÓN NACIONAL DE PERIODISTAS (ANP) EXHORTA AL PODER EJECUTIVO DE PERÚ A CONSIDERAR A PERIODISTAS, FOTOPERIODISTAS Y TRABAJADORES DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN EN LA PRIMERA O SEGUNDA FASE DEL PLAN NACIONAL DE VACUNACIÓN

Mediante cartas dirigidas a la Presidencia del Consejo de Ministros y al Ministerio de Salud la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP) exhortó al Poder Ejecutivo a considerar a los trabajadores y trabajadoras de los medios de comunicación en las primeras fases del Plan Nacional de Vacunación. La ANP expresa  su preocupación al Gobierno "por omitir de los grupos prioritarios de vacunación a periodistas, fotoperiodistas y otros trabajadores y trabajadoras de medios de comunicación que desde que inició la pandemia se encuentran en primera línea”.

Servicio esencial

El gremio periodístico puntualizó que su reclamo no es antojadizo, puesto que los decretos supremos que declaran y dictan las medidas del Estado de Emergencia Nacional consignan al rubro de telecomunicaciones-medios de comunicación como un servicio esencial.

“De todos los sectores señalados como prioritarios en la fase de vacunación (personal sanitario, fuerzas armadas y policía, personal de limpieza, entre otros), el nuestro -el de los medios de comunicación- es uno de los que queda relegado a pesar de haber tenido una alta tasa de mortalidad”, advierte.

 108 periodistas fallecidos

En ese sentido, explica que, según el registro de la ANP, hasta la fecha han fallecido 108 periodistas por Covid-19 a nivel nacional. “La cifra-país más alta en el mundo de colegas que han perdido la vida, según data de la Federación Internacional de Periodistas”. “El Estado peruano nos ha ‘denominado servicio esencial’, pero sigue ‘sin tratarnos como un servicio esencial’”, agrega.

El gremio periodístico califica de insólito que no se consideraran las condiciones de vulnerabilidad de hombres y mujeres de prensa “quienes, sin distingo de condición profesional o laboral, hacen cobertura periodística en potenciales focos infecciosos y corren el riesgo de convertirse, por su desplazamiento constante, en potenciales agentes de contagio para su entorno”.

Con estos argumentos, la Asociación Nacional de Periodistas del Perú invoca a la Presidencia del Consejo de Ministros y al Ministerio de Salud a incorporar en la fase 1 o fase 2 del Plan Nacional de Vacunación a periodistas, fotoperiodistas, camarógrafos/as y trabajadores/as de los medios de comunicación a nivel nacional.

 La Asociación Nacional de Periodistas señala finalmente que “así como en los últimos días el Gobierno ha sido capaz de rectificar imprecisiones en el Plan Nacional de Vacunación, también será coherente en reconocer y subsanar esta grave omisión”.

Compartir:

9 de febrero de 2021

Ya está en circulación por Amazon.com la obra EL APRISTA EN EL SIGLO XXI, del Dr. Eudoro Terrones Negrete.

Ya está en circulación por Amazon.com
EL APRISTA EN EL SIGLO XXI 
(Visión, Misión y Destino)


Ya está en circulación por Amazon.com la obra EL APRISTA EN EL SIGLO XXI (VISIÓN, MISIÓN Y DESTINO); ha sido escrita por el maestro universitario, periodista y escritor Dr. Eudoro Terrones Negrete y editada por el Centro Regional de Ediciones Culturales y Educativas /CRECE, en Toronto - Canadá, primera edición, febrero 2021.

Renovarse o morir dijeron los renacentistas en el siglo XVI y lo repitió  el siglo XIX. Un siglo después las juventudes apristas de Perú e Indoamérica  pregonaron El Apra nunca muere y en el actual siglo XXI es grito colectivo: “Renovarse para seguir siendo inmortales y tener un mejor porvenir con Libertad, Pan y Justicia social”.

Esta obra EL APRISTA EN EL SIGLO XXI (VISIÓN, MISIÓN Y DESTINO) contiene dos capítulos. El primer capítulo versa sobre el aprismo y la política en el Perú, qué clase de país es el Perú, sinopsis de la política en el Perú, aspectos históricos del APRA y su caracterización como partido histórico, partido de la juventud y partido de política moderna. De igual manera, Haya de la Torre y la política científica; el aprismo y la descaudillización del poder; la política económica orientada por la ética; la represión, persecución e ilegalización del Apra; la heroicidad y el martirologio del pueblo aprista; Haya de la Torre, el revolucionario y el representante de la nueva hermandad para las naciones de América Latina; la moralización como base de la reconstrucción y reorganización del Perú.

El segundo capítulo trata acerca de la problemática de la juventud peruana; el significado de ser aprista; el aprista y la razón de su existencia según Haya de la Torre; la misión histórica de los apristas; los deberes y derechos de los apristas; el decálogo de la moral aprista; los diez mandamientos del joven peruano;  el Código de Acción de la Federación Aprista Juvenil (1934); la fraternidad aprista con todos los peruanos; los  pensamientos de Haya de la Torre para la acción revolucionaria; las tradiciones apristas, efemérides aprista y algo más.

El Dr. Terrones Negrete tiene una amplia producción intelectual; es autor de más de cuarenta obras, cabe mencionar algunas de ellas: ¿Qué es Filosofía? (1971), Pincelada Humana (1972), Visión crítica del Cooperativismo (1982), La posición peruana en el Parlamento Andino (1985), Justicia histórica para Óndores (1989), Filosofía. Texto Universitario (1992), Perfil del Periodista (1994), Técnicas de la Entrevista (1995),  Diccionario de Periodismo (1996), Diccionario de Investigación Científica (1998), Hacia una Nueva Educación Universitaria en el Perú (2008),  La Ética en los Multimedios de Comunicación (2008), Universidad Jaime Bausate y Meza. Testimonio de un Periodista (2009), Filosofía del Estudiante Universitario. Aprendiendo a aprender en la Universidad (2010), Filosofía de la Globalización. Un cambio de época y una época de grandes cambios (2010),Sócrates: el Maestro, el Filósofo y el Mártir de la Filosofía (2012), Mejores periodistas con principios y valores éticos (2015), Iniciación en la Investigación Científica (2017), Perfil y Ética del Investigador Científico Universitario (2020), El problema en la investigación científica (2020), Conceptos de filosofía en su perspectiva histórica (2020), El Aprista en el siglo XXI (Visión, misión y destino) (2021).

El autor, Dr. Eudoro Terrones Negrete,  expresa anticipadamente su sincero agradecimiento a la gran legión de lectores en los países de Perú, América Latina y el mundo por la acogida que dispensen a la presente producción intelectual, abrigando a la vez la firme esperanza de una renovación a fondo del Partido Aprista Peruano para que pueda desarrollar y tener éxito su proyecto de Gran Transformación en el nuevo espacio-tiempo histórico del siglo XXI y con la filosofía, ideología y doctrina de su fundador, Víctor Raúl Haya de la Torre.

Lima, 9 de febrero de 2021.

Compartir:

8 de febrero de 2021

FRATERNIDAD APRISTA 2021 CON TODOS LOS PERUANOS E INDOAMERICANOS

FRATERNIDAD APRISTA 2021 CON TODOS LOS PERUANOS E INDOAMERICANOS

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

 


Los ideales de "Libertad, Igualdad, Fraternidad"  fueron proclamados y difundidos por primera vez durante la Revolución francesa en 1789 y actualmente es el lema oficial de la República Francesa y de la República de Haití.

El término Fraternidad deriva del latín frater, que significa hermano. Fraternidad es el parentesco existente entre hermanos, es el lazo de unión entre las personas basada en el respeto a la dignidad, la igualdad de oportunidades y derechos, la cooperación, la empatía  y la solidaridad entre unos y otros para conseguir sus objetivos, fines y metas trazados.

La fraternidad es un valor o una virtud que se cultiva y desarrolla entre personas que comparten una misma filosofía, ideología o doctrina política; es un vínculo fraterno entre las personas para ayudarse mutuamente en la solución de sus problemas, inquietudes y necesidades. Fraternidad es el afecto y el vínculo entre hermanos o compañeros y que mantiene la unión, la disciplina y mutua ayuda entre ellos.

El ser fraterno en una organización significa estar abierto a la comprensión, a la tolerancia y al respeto entre sus miembros; es la extensión de la mano en el preciso momento que lo necesitan.

En Indoamérica, a nivel de partidos políticos el concepto de fraternidad en el siglo XX fue recogido por  la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA)  para significar el conjunto de militantes que comparten la misma ideología aprista y que son recordados a nivel nacional e internacional el 22 de febrero de cada año con motivo de conmemorarse el natalicio del fundador, jefe, maestro y guía  del APRA Víctor Raúl Haya de la Torre. En esta fecha, los familiares y  amigos de Haya, los militantes y dirigentes apristas,  los ciudadanos y personalidades de la sociedad peruana rinden su homenaje anual a Haya de la Torre, por representar toda una vida sacrificada y consecuente dedicada a servir al pueblo peruano e indoamericano.

Manuel Seoane Corrales, destacado líder aprista, en su artículo periodístico titulado “El Aprismo como espíritu”, publicado en el diario La Tribuna, el 5 de agosto de 1931, llegó a manifestar que “los apristas somos, ante todo, una fraternidad. Nos sentimos hermanos en una causa de justicia” y que querían “adecentar la política” como lo había dicho Haya de la Torre: “Nosotros (los apristas) significamos una nueva conducta, una nueva actitud. Queremos adecentar la política, ha dicho Haya de la Torre. Es decir, queremos que la política no sea un tráfico, un tablado de demagogias, una sociedad de asalto al presupuesto, sino una hermosa empresa colectiva para el bien del país. Para realizar esta empresa renovadora no basta, repetimos, la coincidencia en los programas. Es preciso, ante todo, un limpio sentido de la acción personal, una noble vocación para el bien. Por eso los apristas somos, ante todo, una fraternidad. Nos sentimos hermanos en una causa de justicia. Los peligros de ayer y las asechanzas de hoy han hecho que nuestras filas respondan también a un recóndito imperativo de hermandad. Dentro de nuestras agrupaciones los hombres somos hermanos. Nos interesan los compañeros no tanto como electores, sino como individuos. Por eso el aprismo abarca también el consejo sincero, la orientación en la conducta. Todos y cada uno de los apristas somos cordiales centinelas y mutuos apoyos en esta obra gigantesca”.

Haya de la Torre fue deportado del país el 9 de octubre de 1923, por el gobierno de Leguía; arrestado el 6 de mayo de 1932 en un suburbio de Lima y permaneció incomunicado hasta el 30 de abril de 1933, durante el gobierno de Sánchez Cerro. Durante la etapa de la Gran Clandestinidad, entre noviembre de 1934 y mayo de 1954, sufrió persecución por los gobiernos de Benavides, Prado y Odría. En estos años de la Gran Clandestinidad la fraternidad aprista tuvo expresiones de dura resistencia y de respuesta permanente para proteger a los militantes y dirigentes apristas perseguidos por la dictadura imperante.

Como ningún otro político peruano e indoamericano del siglo XX, Haya de la Torre soportó heroicamente las adversidades, las calumnias y los exilios, las privaciones de sus derechos ciudadanos; supo perdonar a sus adversarios en todo tiempo y lugar; defendió la Constitución política y los derechos humanos. A tal punto que el 22 de febrero de 1963, en respuesta a los odiadores, calumniadores y perseguidores del aprismo “El Cachorro”  Manuel Seoane sentenció: “El APRA es como el amor serrano, mientras más lo golpean más lo quieren los peruanos”.

En uno de sus artículos periodísticos Oswaldo Rivas Berrocal refirió que “Ante la brutal persecución a los apristas y el inminente peligro en que se encontraba la vida del Jefe del Partido, los apristas iniciaron una lucha de resistencia clandestina que originó una acción partidaria interna de amplia solidaridad aprista. El estímulo de sus postulados llegó al hogar de los compañeros caídos en desgracia. La práctica constante de esta manifestación solidaria sirvió de basamento al Día de la Fraternidad Aprista, que se inició en reuniones clandestina en el modesto hogar de los compañeros en los sectores de la capital, en los pueblos alejados de nuestras serranías a lo largo y ancho de nuestra escarpada geografía nacional. En esta etapa sombría de la política nacional recibimos el aliento del pueblo y tuvimos amigos. Paralelamente a este acontecimiento, los apristas hemos sacudido las estructuras coloniales de nuestra organización política social y cultural, para crear una sociedad nueva y justa, sin amos y sin esclavos. En esta lucha de renovación y de transformación, los apristas nos sentimos fuertes y generosos, porque sabemos que la utopía de ayer es una realidad palpitante hoy. Haya de la Torre, no sólo nos enseñó a luchar sin vacilaciones por la causa del pueblo. Nos enseñó también a ser fraternos, justos y generosos en la derrota o en el triunfo. Es el hombre que no ha claudicado un solo instante de sus principios filosóficos y ha demostrado una personalidad firme. Se ha mantenido en una sola línea de acción en este mundo cambiante. ¡Qué integridad moral y política pueden exhibir los políticos improvisados, los demagogos y los tránsfugas, que mudan de partido como quien cambia la camisa, frente a la vertical y maciza formación doctrinaria de un hombre como Haya de la Torre!”.

El 21 de febrero de 1946 fue la primera más grande celebración del cumpleaños de Haya de la Torre, llevada a cabo en el Estadio Nacional de Perú. El líder del Apra, Manuel Seoane Corrales propuso la instauración del Día de la Fraternidad. En la parafernalia aprista, el Día de la Fraternidad quedó establecido el 22 de Febrero de 1946, cuando Manuel Seoane en un emotivo discurso, conocido con el nombre de “Recado del Corazón del pueblo”, pronunciado en el viejo Estadio Nacional de Lima, le dice a Haya de la Torre que le traía un recado que viene del corazón del pueblo y que “ El pueblo aprista esta vez sin consulta ni Congreso, por mandato imperativo de abajo hacia arriba, ha resuelto consagrar que de hoy en adelante y hasta cuando seamos polvo en viaje a las estrellas, el día 22 de febrero como el Día Aprista de la Fraternidad”.

En esta fecha histórica los apristas recuerdan a Víctor Raúl Haya de la Torre en su vida, pensamiento y obra, valoran su rol de líder máximo, fundador, jefe, maestro y guía del aprismo; destacan su limpia, esforzada y sacrificada trayectoria, van su lealtad a la filosofía, ratifican su voluntad y decisión de seguir perteneciendo a las filas del Apra.

Con singular regocijo los apristas se reúnen en sus locales partidarios, en plazas públicas, en la ancha avenida Alfonso Ugarte de Lima, donde se ubica el local central de La Casa del Pueblo. Con el brazo izquierdo en alto, con el agitar de pañuelos blancos y al compás de canciones apristas  recuerdan y valoran las gestas revolucionarias del Apra, tratan de  limar asperezas, reafirman la unidad del Partido y formulan autocríticas para superar errores.

Los actos celebratorios del Día de la Fraternidad Aprista incluyen sendos desfiles de batallones de estudiantes, de militantes de los Chicos Apristas (CHAP), de la Juventud Aprista Peruana (JAP), de Comandos Universitarios Apristas (CUA), de Agrupación Nacional de Profesionales Apristas (ANPA), Agrupación Nacional de Periodistas Apristas (ANAPA), Agrupación Nacional de Abogados Apristas (ANAA), etc., etc.,  así como también el encendido de fogatas y quema de cohetes y castillos artificiales para terminar  estrechándose  las manos y abriendo los brazos a todos los peruanos que quieran luchar con el Apra por una patria unida, libre, digna y justa.

En su discurso por el Día de la Fraternidad en el año de 1960, Víctor Raúl Haya de la Torre empezó diciendo: “Compañeros: Por lo general en esta noche de las vísperas del Día de la Fraternidad, nos hemos acostumbrado a pronunciar discursos. Esta ha sido siempre una fiesta casi hogareña. Nos hemos juntado aquí para recordar aquellas otras noches siniestras de la persecución, en las cuales celebrar estas vísperas era un acto de rebeldía viril y magnífico (aplausos). Pero desde que vivimos en libertad esta noche es una noche plácida y como suele ser una noche estival, diré, casi aludiendo a la presencia de nuestro amigo Mr. Phillips, estas noches siempre han sido para nosotros “sueños de una noche de verano” (Aplausos).


El 25 de febrero de 1961, en su discurso por el Día de la Fraternidad, Haya de la Torre manifestó: “Compañeros: Nosotros creemos que todo lo que pasó en las luchas fratricidas, en la guerra civil que vivimos en una época, debe ser superado definitivamente por una fraternal línea de reconciliación de la cual es ejemplo la fraternidad de Europa. De la cual es ejemplo de fraternidad de todos los pueblos que dejaron atrás el pasado de lucha y que marchan seguros y unidos en la coexistencia hacia la afirmación de los valores humanos (Aplausos) “Compañeros: Permítanme que en esta gran noche, en esta magnífica velada de fraternidad multitudinaria, yo les tienda mis brazos, les abra de nuevo mi corazón con la certeza de que esta obra del partido ustedes la heredarán. Serán ustedes y los hijos de ustedes los encargados de defender en la historia del Perú la dignidad de los peruanos y sobre todas las cosas la función del Perú como hermano forjador de una nueva conciencia continental, como hermano cooperador de una democracia con justicia, de ¡Pan con Libertad¡ (Ovación)”.

El 6 de diciembre de 1965, desde Hamburgo-Alemania, antes de ser sometido a una operación, Víctor Raúl Haya de la Torre le escribe una carta a Jorge Idiáquez con el fin de que mantenga en reserva la información sobre su enfermedad y las causales de su último viaje.

He aquí algunos párrafos trascendentes del contenido de la Carta de Haya de la Torre enviada a Jorge Idiáquez:

“Te pido, a ti que conoces mi modo de pensar, que transmitas a todos los compañeros del partido mi declaración de que mi mayor, y acaso única preocupación al morir, es la de las consecuencias que pueda traer mi desaparición y, sobre todo y ante todo, la unidad del partido que ha sido, es y será la garantía de su fuerza”. “El aprismo debe ser siempre el gran movimiento de la democracia y de la justicia social en el Perú y para que así sea debe mantener firme e indestructible su fraternidad y su disciplina. Todos y cada uno deben cooperar a este gran propósito sacrificando todo individualismo e interés personal. El aprismo no debe repetir la historia de los partidos peruanos que han muerto con sus fundadores”. “Por fortuna nuestro movimiento mantiene siempre vigente su doctrina, su programa y su línea de acción. La evolución del mundo y el acontecer americano nos han dado la razón. Y esto es bastante garantía para la supervivencia del aprismo como el movimiento campeón de la gran transformación peruana y continental. Lo que importa es realizarla y ésa es la misión histórica de cada aprista”. “En esta carta deseo también que recuerdes a los compañeros que cooperen a mantener e impulsar la acción social del partido, sus academias, sus escuelas, sus comedores, sus cooperativas, sus organismos infantiles y juveniles”. “Y que cada aprista sea un activo mantenedor de la unidad. De esa unidad que hemos defendido siempre y en la que hemos visto y vemos el poder del aprismo”. “Y defender este principio: que formamos un partido de hombre libres en el cual su línea, su doctrina, su política, las señalan sus integrantes en sus Congresos y Convenciones”. “Quien quiere ser aprista debe adherirse democráticamente a estas normas. Esta carta lleva algo de mi única preocupación al morir: la de la continuidad de nuestra obra”. “Espero que mi muerte sirva para unir más a los apristas”.

Desde la ciudad de Arequipa en 1978, en su discurso por el Día de la Fraternidad, Haya de la Torre destacó el significado de la fraternidad aprista: “Aquí estamos, compañeros, unidos para conmemorar la Fraternidad que significa sentirnos los apristas en manos de todos los apristas, sentirnos y darle un significado así al verdadero signo del aprismo: el signo de su Fraternidad; porque no es solamente un partido político, no es solamente el Frente Único de los Trabajadores Manuales e Intelectuales sino es también la fraternidad profunda de un pueblo que estrecha sus vínculos, aúna sus ideales y se lanza a la gran aventura de salvar al Perú (oración…¡Haya Presidente!... ¡Contigo hasta la muerte!).

Alberto Valencia Cárdenas en uno de sus interesantes, reveladores y esclarecedores artículos sobre la Fraternidad Aprista expresaría: “En Lima, cada 22 de febrero ha sido una eclosión mayor. La celebración de los diversos onomásticos de Víctor Raúl, desde 1956, ha ido “in crescendo”. Cada concentración ha sido multitudinariamente mayor a la del año anterior. ¿Por qué? La respuesta es sencilla. Antes, la fiesta del onomástico de nuestro guía era una fiesta familiar. Participaban los pocos apristas vinculados a la lucha en los días azarosos de la persecución y de la muerte. Más tarde, las celebraciones se hicieron multitudinarias y públicas. Pero continuaron siendo celebraciones apristas. Lentamente, el Día de la Fraternidad ha ido abandonando el sentido restringido que le dio origen, para abarcar más anchos horizontes. Ahora se trata de una fiesta popular. Puedo asegurar sin temor a equivocarme que la fiesta de la Fraternidad Aprista se está convirtiendo, cada vez más, en una fiesta, que desborda los linderos del Aprismo para convertirse en una fiesta de fraternidad popular. El pueblo peruano identifica, cada vez más a Haya de la Torre con sus irredentas esperanzas de justicia y libertad”.

La fraternidad para los apristas es comunión de ideas, hermandad sincera y armoniosa, coincidencia en acciones, estrategias y tácticas de lucha por la libertad, la democracia, el pan y la justicia social, es mantener con lealtad la filosofía, ideología y doctrina aprista.

Para los apristas la fraternidad entre todos los peruanos es el designio de hoy y del futuro. Y en tal sentido los apristas se proclaman ser fraternos con todos y para todos los peruanos e indoamericanos.

Ser fraternos con el pobre y con el rico, con el grande y con el chico, con quienes están dispuestos a luchar firmemente en las buenas y en las malas.

Ser fraternos con los que comparten y respetan la filosofía, ideología y doctrina aprista y también con los que piensen distintamente.

Ser fraternos con los analfabetos de arriba y los analfabetos de abajo, con los que abrigan una esperanza y un futuro próspero, con los que critican los proyectos y las acciones del gobierno pero también con los realizadores y constructivos.

Ser fraternos con los que aman y quieren al Perú y son capaces de entregar sus vidas por la libertad, la democracia, el pan y la justicia de las mayorías y minorías nacionales.

Ser fraternos con los buenos y humildes, con los hombres del campo y de la ciudad,  con el niño, el joven, el adulto y el anciano, con quienes desean que el Perú salga adelante, con el fin de borrar el oprobio de los malos y soberbios, hacer menos pobres a los pobres y acabar con la injusticia social.

Ser fraternos con quienes labran la tierra de sol a sol, con quienes producen la riqueza para compartirlo con los que menos tienen y que son los que más necesitan.

Ser fraternos con los jueces justos, inteligentes y con vocación de servicio a la sociedad, pero jamás fraternidad con aquellos que anulan un sumario, fraguan otro nuevo y emiten una sentencia para absolver al culpable y  crucificar al inocente.

Ser fraternos con los maestros que se esfuerzan y superan para ser cada vez mejores y competitivos, que no se corren de las evaluaciones porque son conscientes de estar bien preparados profesionalmente, que entienden y practican la política como ciencia de buen gobierno y en aras del bien común.

Ser fraternos con los médicos que cumplen el Juramento hipocrático, que recetan la medicina adecuada para curar los males de sus pacientes y que tienen sensibilidad y espíritu de solidaridad social.

Ser fraternos con los policías y militares que ejercen sus funciones con alto sentido de responsabilidad, transparencia y espíritu de superación, para garantizar el orden, la seguridad y la tranquilidad pública.

Ser fraternos con los dirigentes políticos, sindicales, comunales y empresariales que entregan su alma, corazón y vida por un país nuevo, redimido, libre, digno y justo.

Ser fraternos con los padres de familia que son ejemplos para sus hijos y la sociedad,  que se esfuerzan a diario por dar a sus hijos una educación de calidad y convertirlos en excelentes profesionales.

Ser fraternos con todas las personas que se esfuerzan por lograr un trabajo sobre la base de sus propios méritos, dejando atrás el tarjetazo político, el compadrazgo, la “coimisión” o las malas costumbres.

Ser fraternos con todos aquellos que quieran entrar al Apra y formar parte de este gran movimiento democrático, constructivo, inclusivo y transformador

Manuel Seoane Corrales escribió en Santiago de Chile en 1944: “Nos sentimos más cerca entre nosotros, más enlazados en una tarea común, porque la condición de aprista supone un parentesco moral con los demás militantes del partido, la seguridad de una honradez de conducta y de métodos, de línea vertical e invariable, que hace disfrutarla fruición de sentirse miembro de una vasta familia de hombres que no busca fáciles éxitos, sino que se han lanzado virilmente a la dura larga, riesgosa, heroica tarea de hacer un Perú mejor. En un ambiente corrompido por el miedo impuesto por décadas de regímenes despóticos, por la ignorancia mantenida sistemáticamente por el feudalismo político, por la venalidad de los llamados a dar el ejemplo, por la adulación como sistema de trepar posiciones, en un ambiente enrarecido por la prepotencia de los fuertes la timidez de los débiles, el aprismo  representa la firma actitud viril de un pueblo moralmente estructurado, que reacciona vigorosamente contra la corrupción, para dotar a la política de un contenido ético, es decir haciendo la revolución en cada espíritu como base de una gran transformación de la peruanidad”.

Cerramos el presente artículo destacando que Víctor Raúl Haya de la Torre inculcó en todo momento a los apristas a mantener una conducta limpia, honesta y transparente, a «Convivir sin odios, coexistir sin rencores». Pero también manifestó que “El Día de la Fraternidad debe celebrarse siempre. Debe ser el acto anual consagratorio de la supervivencia del Partido. Mi definitiva ausencia física no debe ser causa de que la conmemoración decaiga o se suprima. La misión de los apristas es continuar la obra emprendida”.

Compartir:

Entradas anteriores