Conferencia:
MEJORES
PERIODISTAS Y MEDIOS CON PRINCIPIOS Y VALORES ÉTICOS
Dr.
Eudoro Terrones Negrete
ÉTICA
GENERAL Y ÉTICA PERIODÍSTICA
A través del tiempo la ética
ha recibido distintas denominaciones: filosofía moral (Séneca), axiología o
teoría de los valores (Max Scheler), deontología o teoría del deber (Jeremías
Bentham) y teoría de las costumbres (Manuel Kant).
La ética es la parte de la
filosofía que estudia el comportamiento moral
del hombre en sociedad, comportamiento que es normado y regulado por un conjunto de reglas, principios, leyes
y valores éticos para poder vivir y convivir en armonía y paz social.
El hombre no sólo es un ser
social, político, económico, religioso, histórico y ecológico. También es un
ser moral, cuenta con normas éticas que le permite regular y mejorar su
conducta frente a los demás miembros de la comunidad, tener dominio de sí
mismo, efectuar un auto-control y orientar sus pasos por la senda del bien, la
justicia y la felicidad.
La ética periodística es la
manera moral de ser y de hacer del periodista ceñido por normas éticas, normas
jurídicas y códigos éticos, con el fin de ejercer la profesión con veracidad,
eficiencia, equidad, responsabilidad, honestidad, imparcialidad, lealtad,
respeto a la vida privada y pluralismo, en defensa y protección de los derechos
de las personas y en aras del bien común.
La ética periodística
estudia la conducta moral del periodista, lo que debe ser y lo que debe hacer,
cómo debe ser y cómo debe actuar, por qué debe actuar de una manera u otra y
por qué no debe hacer tal o cual cosa.
Cada persona tiene su moral,
su estilo de vida, que es producto de su propia decisión ética, tomada de
manera consciente, racional, libre, voluntaria, autónoma y responsable.
A través de la ética el
periodista perfecciona su comportamiento, para un eficiente desempeño
profesional y para que los usuarios de la información puedan tomar las mejores
decisiones y solucionar sus problemas.
Cuando los usuarios de la
información emiten sentencias éticas o juicios de valor moral sobre la conducta
de los periodistas es con el fin de exigirles mayores niveles de
superación y eficiencia.
Todos coincidimos cuando
afirmamos que hay dos tipos de
periodistas: el periodista ético y el periodista antiético.
El doctor Carlos Tunnermann
Bernhein, ex rector de la Universidad Nacional de Nicaragua, durante la Primera
mesa redonda centroamericana de Enseñanza de Periodismo, realizado en Managua
,del 18 al 22 de abril de 1966, llegó a decir enfáticamente: “El trasfondo de
toda la formación del periodista, sin la cual de nada sirven ciencia, técnica y
destreza, es una base ética. En manos del periodista la sociedad deposita un
gran poder: De su formación ética depende que lo use para bien o para mal… De
la formación deontológica del periodista dependerá que haga de su profesión un
notable magisterio o un simple negocio, capaz de traficar con el honor de las
personas, los intereses del pueblo y la salud de la República…”
SITUACIÓN
PROBLEMÁTICA DE LA PRENSA
Desde hace un buen tiempo la
prensa viene siendo objeto de persistentes críticas por parte de los usuarios
de la información. Por ejemplo, que los periodistas y medios no son exactos en
sus informaciones, que deforman la realidad, que cada mensaje que difunden
tratan de imponernos su visión del mundo, que hacen comentarios ligeros,
superficiales, poco interesantes y en algunos casos nada trascendentes, que
difunden mayormente lo malo o negativo, sin destacar la parte positiva de la
gestión de las autoridades o de las acciones de los gobiernos de turno.
En la obra de Cristina Romo,
Sobre ética y violencia en la información,
se lee lo siguiente: “Es el periodismo amarillista y sensacionalista que
exagera y deforma las informaciones, exacerba los sentimientos, se regocija de
la desgracia, se entromete en la privacidad y sobre todo, no aporta nada;
bordea la legalidad escudándose en argumentos falaces y explota sólo el lado
oscuro de la naturaleza humana, para obtener unas cuantas monedas. Escasea la
reflexión sobre el sentido de la ética y el trabajo de los medios, ética del
periodista y ética de su centro de trabajo”.
Los problemas básicos del
periodismo en la hora actual podemos resumirlos en la carencia de veracidad, de
credibilidad, de responsabilidad social, jurídica y ética, de independencia de criterio. Hay duopolio,
monopolio y oligopolio, libertinaje de expresión, espíritu lucrativo o
mercantilista de la noticia, sensacionalismo, desprofesionalización, plagio o
falta de respeto a la propiedad intelectual.
En el periodismo de hoy se
observa la existencia de manipulación
informativa, incursión en la vida privada de las personas, comisión de delitos
contra el honor de las personas, parcialidad en las informaciones, comentarios
y críticas, inapropiado uso del lenguaje, negación en algunos casos del derecho
de rectificación de las informaciones inexactas y agraviantes, uso de método
antiéticos e ilícitos para obtener informaciones, corrupción y sumisión a
grupos de poder económico y político, aceptación de gratificaciones para
encubrir el delito, el fraude, el contrabando, la arbitrariedad, el abuso o la
corrupción de funcionarios y autoridades.
T
heodore Petterson, catedrático
de la Universidad Illinois, en su obra Cuatro
teorías de la prensa, resume en siete puntos sus críticas a la prensa:
1.Egoísta y no estar al servicio de la nación. 2.Sumisión a intereses del
dinero (big business). 3. Conservadora y opuesta a cambios sociales. 4.
Contenido superficial y poco importante. 5. Atenta contra la moralidad del
público. 6. Violación de la intimidad de las personas sin justo motivo. 7.
Control por una poderosa clase socioeconómica.
Problemas
éticos en Internet
Internet es un multimedio en
el que todo se puede decir sin censura, ora porque este medio es incontrolable,
ora porque la censura resulta innecesaria ante la sobreabundancia de noticias
diarias. A través de Internet se difunde de todo y para todos, sea chismes,
rumores, mentiras, insultos, difamaciones, debilidades y hasta teorías
conspirativas.
La carencia de mecanismos de
control real de calidad de los contenidos o mensajes y la ausencia de
impedimentos para publicar en Internet tienden a facilitar la publicación por
parte de usuarios irresponsables de ciberporno-grafía y de una serie de
comunicados, pronunciamientos, declaraciones, informes, trabajos
seudocientíficos y servicios de información en línea de dudosa calidad.
Por intermedio del correo
electrónico, de las redes sociales y los foros de discusión, los niños y
adolescentes pueden verse sometidos a recibir mensajes inapropiados en los que
se les hostilicen y acosen sexualmente o se les inculquen a consumir
estupefacientes o drogas que son dañinas para su salud.
A través de Internet
usuarios irresponsables y hackers cometen delitos informáticos, por ejemplo,
robar información o documentos, prestar falsos testimonios, fabricar y vender
copias de software en el comercio, introducir virus informático, apropiarse de la
producción intelectual de terceros, violar la confidencialidad de la
información confiada al informático, usar expresiones ofensivas a la dignidad
de las personas, realizar estafas en las compras por la red, usar de manera
ilegítima los password (contraseña o clave de ingreso a la computadora), cargar
en el disco duro copias piratas con el fin de abaratar el precio de venta de la
computadora, entre otros.
Las redes sociales
(Facebook, LinkedIn, Twitter, Blog, Hi5, Tuenti, Whatsapp, entre otros)
constituyen una herramienta poderosa pero también peligrosa en el campo de las
comunicaciones. Los usuarios deben ser muy cuidadosos y responsables en el uso
de los términos y en la emisión de juicios de valor sobre la conducta de las
personas y las autoridades.
Los usuarios de las redes
sociales deben respetar las opiniones de los demás cibernautas, no suplantar identidades, no hacer publicidad
engañosa, no abrir perfiles falsos para perjudicar a las personas, no incurrir
en enlaces incorrectos, menos aún en errores ortográficos o de redacción.
MEJORES
PERIODISTAS Y MEDIOS CON PRINCIPIOS Y VALORES ÉTICOS
Para
contar con mejores periodistas y medios se requiere que los periodistas y
medios estén premunidos de sólidos principios y valores éticos.
La
ética señala los rumbos correctos que deben seguir los periodistas y medios en
la búsqueda de la verdad, en la difusión de las informaciones y los comentarios
con responsabilidad social, jurídica y ética.
Los
periodistas y medios tienen por función informar, orientar a la opinión
pública, educar, culturizar, recrear y fiscalizar los actos de los gobernantes
en procura del bien común. Dentro de estas funciones el comportamiento de los
periodistas y medios tiene que ser altamente ético, cultivar la solidaridad gremial y luchar por
la justicia social.
DIMENSIÓN ÉTICA DE LA
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
La
dimensión ética de la libertad de expresión ha sido precisada por la Federación
Nacional de la Prensa Francesa en 1946 al indicar que “La prensa es libre
cuando no depende de la potencia o poder gubernamental, ni de los resortes del
dinero, sino de la conciencia de los periodistas y de los lectores”. De esta
manera se desliga a la libertad de expresión de los aspectos políticos,
económicos y de su significación jurídico-sociológico.
No
se concibe una auténtica libertad de expresión regida por la arbitrariedad y la
irresponsabilidad del periodista y de los medios de comunicación, regida por el
sensacionalismo, el revanchismo y las medias verdades. No es posible una
auténtica libertad de expresión con presiones gubernamentales, con la
concentración de medios, con la presencia de duopolios, monopolios, oligopolios
empresariales e ideologías manipuladoras de los grupos de presión.
La
libertad de expresión es limitada sólo por razones de protección de la dignidad
personal, de la proyección social, del amparo de los derechos fundamentales de
la persona y del bien común o interés social.
Desde los orígenes del periodismo, pero ahora con más
fuerza e intensidad desde los inicios del Siglo XXI, en el periodismo coexisten
dos tipos de periodistas: el “periodista” antiético y el periodista ético.
Expliquemos cada uno de ellos.
EL PERIODISTA ANTIÉTICO
Periodista antiético es el que domina las artes, mañas
y artimañas del mal vivir; practica el engaño, las medias verdades, el plagio,
la manipulación, el sensacionalismo, la mercantilización de la noticia, la
adulación, el chantaje, el soborno, el espionaje y una serie de vicios. Su
pluma y pensamiento se valora en términos monetarios, dentro del libre mercado
de la oferta y la demanda.
El periodista antiético utiliza métodos ilícitos y
contrarios a la ética en el acopio, el procesamiento y la difusión
informaciones, fotografías y documentos.
El periodista antiético denuncia o critica a personas
e instituciones sin fundamento alguno, sin acreditar las pruebas necesarias.
Incurre en actos de corrupción y
practica el “periodismo de chequera”.
El periodista antiético se somete a las presiones de
los empleadores y de los regímenes político-dictatoriales. Cumple su rol de
servidumbre y de esclavo de los grupos de poder económico, político y de las
empresas transnacionales. Su misión es servir a los intereses lucrativos del
gran capital y a los intereses subalternos inconfesables.
Este tipo de periodista es repudiado y censurado por
su público-objetivo, debido a su posición acomodaticia y las malas prácticas
del periodismo.
El periodista antiético incurre en delitos contra el
honor de las personas: injuria, calumnia y difamación.
DELITOS
CONTRA EL HONOR DE LAS PERSONAS
INJURIA
La injuria consiste en
imputar una cualidad o conducta susceptible de ser considerada peyorativa por
la víctima, no interesa la verdad o falsedad de la imputación, interesa lo que
se afirma, el agravio que la víctima debe soportar. Decir, por ejemplo, “yo no
estuve en la cárcel por ladrón”, pretendiendo afirmar que el agraviado si lo
estuvo.
El Código Penal, en su
artículo 130º señala: “El que ofende o ultraja a una persona con palabras,
gestos o vías de hecho, será reprimido con prestación de servicio comunitario
de diez a cuarenta jornadas o con sesenta a noventa días-multa”.
CALUMNIA
La calumnia consiste en
atribuir o imputar a una persona natural (no a una persona jurídica) la
comisión de un delito falso a sabiendas de tal falsedad y la imputación de un
delito determinado. Por ejemplo, decir: “Juan Mirones me ha estafado porque me
sustrajo el dinero que llevaba yo en el bolsillo”, siendo falsa la afirmación,
sí es calumnia, porque esa conducta es un hurto o robo.
El Código Penal, en su
artículo 131º establece: “El que atribuye falsamente a otro un delito, será
reprimido con noventa a ciento veinte días-multa”.
DIFAMACIÓN
La difamación consiste en
atribuir a una persona natural o jurídica un hecho, una cualidad o una
conducta, ante varias personas que pueden estar reunidas o separadas, en este
último caso se exige la posible difusión de la noticia; tal afirmación debe ser
capaz de perjudicar el honor o la reputación de la persona agraviada.
El Código Penal en su
artículo 132º determina: “Si el delito se comete por medio del libro, la prensa
u otro medio de comunicación social, la pena será privativa de libertad no
menor de uno ni mayor de tres(3) años y de ciento veinte (120) a trescientos
sesenticinco (365) días-multa”.
EL PERIODISTA ÉTICO
Pero lo que interesa académicamente y a la sociedad
actual es el trabajo profesional del periodista ético.
Empezaremos manifestando que el periodista ético es el
caballero de la verdad, es el profesional con sólidos principios y valores
éticos; domina los métodos y técnicas éticas de la información y la
comunicación; practica la ética y la
axiología para el buen vivir y el bien común.
El periodista ético cumple su rol social con
idoneidad, dedicación, responsabilidad e integridad profesional; es querido,
valorado, defendido y respetado por su público-objetivo. Su misión es servir a
los intereses de la sociedad y contribuir a la solución de los problemas del
país. Actúa de conformidad con su propia conciencia ética y su sentido social.
Combate el egoísmo, el interés lucrativo o mercantilista, los prejuicios y la
concepción materialista de la vida. Concilia las normas legales con las normas
morales. Confiere el derecho de rectificación a las personas afectadas por sus
informaciones y comentarios inexactos. Critica y denuncia con pruebas. Elimina
las fotografías que ofrecen una perspectiva desagradable de las personas.
El periodista ético evita tener otro empleo
subsidiario si ello pone en peligro su integridad profesional o la de su medio
de comunicación. Evita y combate el soborno en beneficio propio o en beneficio
ajeno. Formula afirmaciones, comentarios y críticas siempre ajustados a la
verdad, a la lógica y a la justicia.
El periodista ético hace las cosas buenas y bien, de
manera voluntaria, libre, consciente, responsable y en aras del bien colectivo.
Honra y respeta los criterios de quienes trabajan con él en un medio de
comunicación. Informa lo que acontece en la realidad, no lo que quisiera que
aconteciese. Lucha por la democratización de los medios, los derechos humanos,
la autodeterminación de los pueblos, la existencia pacífica y las buenas
relaciones internacionales entre las naciones. Maneja, de manera seria,
desapasionada e imparcial, los asuntos polémicos, religiosos y políticos. Muestra
inflexibilidad ante la tentación de privilegios, prerrogativas o ventajas
personales.
El periodista ético no acepta invitaciones que puedan
poner en peligro su reputación e independencia de criterio. No ataca a los
competidores sean estos instituciones, empresas o profesionales, con la
finalidad de desacreditarlos. No atribuye a otro colega lo contrario de lo que
él dijo o de lo que escribió. No confunde periodismo con publicidad y
propaganda.
El periodista ético no critica en tono abusivo, de
burla o con expresiones vulgares. Evita el lenguaje rudo y los golpes bajos. No
desacredita a los competidores, sean éstos profesionales, instituciones o
empresas. No difunde informaciones y documentos secretos o reservados. No
ensaya la delación, no da pábulo a la murmuración, a los rumores y chismes, ni
ejercita la adulación.
El periodista ético no explota la ignorancia, los
defectos físicos y los problemas psicológicos de las personas. No hace caso a
los grupos de poder económico y poder político cuando éstos demanden
preferencias, prerrogativas o ventajas en contra de la verdad informativa. No
publica conjeturas dado como hechos establecidos. No publica la información o
los datos cuando estos puedan dañar moralmente al público, afectar el orden
público o atentar contra la seguridad del Estado. No publica una ofensa
personal como un asunto público. No usa efectos de sonidos para alarmar
innecesariamente al público.
El periodista ético obra por obligación o según el
dictado de su conciencia, jamás por imposición. Posee un saber cultural,
técnico y ético inmerso en la corriente positiva del mundo. Prefiere callar o
hacer dormir la noticia antes que deformarla o manipularla. Procura ser segundo
en la publicación de una noticia verdadera, que primero en la publicación de
una noticia falsa. Procura que sus comentarios editoriales estén libres de
posiciones político-partidarias y de malas intenciones
El periodista ético rechaza toda subordinación
contraria a la línea editorial del medio de comunicación en el que labora. Rechaza
toda suerte de presiones morales, sociales, políticas, económicas, sindicales o
empresariales y toda forma de privilegios, prerrogativas o ventajas personales.
El periodista ético respeta la verdad, las fuentes de
información, la propiedad intelectual, la vida privada, la dignidad de las
personas, el interés público, los valores universales (humanismo, paz,
democracia, derechos humanos, progreso social, liberación nacional, etc.), la
diversidad de las culturas y las convicciones políticas, religiosas o
filosóficas del público al que se dirige. Respeta las opiniones ajenas aun
cuando no las comparta. Retira su firma de informaciones que considera
inexactas y que lleven una mala intención contra alguien. Solo firma escritos
que haya visto, leído, oído o redactado previamente.
El periodista ético trabaja con espíritu de justicia y
según la línea editorial del medio. Usa la libertad de expresión, de opinión y
de difusión pero con responsabilidad y dentro del marco de la Constitución política y de las leyes en
vigencia.
El periodista ético usa palabras adecuadas para
referirse a alguna raza, color, creencia, nacionalidad o profesión; en sus
encuestas, reportajes, crónicas y entrevistas usa preguntas discretas y
pertinentes sobre cuestiones íntimas de las personas. Sirve a los intereses de
la colectividad y de su país.
PROHIBICIONES
ÉTICAS A LOS PERIODISTAS
En el trabajo profesional
los periodistas están prohibidos éticamente de realizar, cuando menos, lo
siguiente:
Acusar sin fundamento o sin
pruebas instrumentales.
Difundir o publicar medias
verdades o falsedades.
Burlarse de las debilidades
y defectos físicos de las personas.
Cometer delitos contra el
honor de las personas.
Criticar de mala fe a
personas y autoridades, en un tono abusivo, de burla o con expresiones
vulgares.
Desacreditar a los
competidores de su medio de comunicación.
Difundir rumores o
conjeturas como hechos establecidos.
Difundir informaciones
logradas mediante intimidación, amenaza, violencia telefónica, violación de
correspondencia, entre otros.
Difundir o publicar una
ofensa personal como asunto de interés público.
Fabricar o inventar
informaciones, acontecimientos, declaraciones, entre-vistas, reportajes,
fotografías, imágenes y documentos.
Recortar o retocar gráficos,
dibujos, fotografías o mensajes con fines antiéticos.
Hacer preguntas “dirigidas”,
de tal manera que pueda obtener del entrevistado una respuesta esperada.
Incurrir en actos de
corrupción e inmoralidad.
Promover extremismos,
fanatismos, odios, rumores, chismes y crueldades a nivel de personas y pueblos.
Solicitar el puesto de un
periodista, si éste aún no ha pensado ni desea abandonarlo.
EL
SECRETO PROFESIONAL DEL PERIODISTA
Se denomina secreto
profesional del periodista al deber y derecho
moral que tiene el periodista de ocultar o de no revelar en forma
pública a terceras personas y a las autoridades judiciales, los nombres,
hechos, datos íntimos, declaraciones, documentos, ilustraciones o fotografías
conocido por él de manera confidencial y como producto de sus relaciones profesionales
e investigaciones realizadas.
El secreto profesional nace
del pacto realizado entre el periodista y el que proporciona la información
confidencial.
DIVULGACIÓN
DEL SECRETO PROFESIONAL
El secreto profesional puede
ser revelado, asumiendo un compromiso ético con el confidente, en los casos
siguientes:
1º. Para defender o procurar
el bien común, la convivencia social o los intereses de la Nación.
2º. Para prevenir un posible
grave daño a las personas, instituciones o comunidad.
3º. Para dilucidar un caso
ante la autoridad judicial, por necesidad e interés social.
4º. Cuando constituye el
único medio disponible para la defensa de la inocencia o de la reputación de
una persona o institución que está siendo injustamente atacado por algún medio
de comunicación.
5º. El periodista puede
revelar su fuente al director del medio en el que trabaja, porque éste es
solidariamente responsable ante la ley. El director, a su vez, se obliga a
guardar en secreto la fuente cuando ésta es confiable.
LA
CLÁUSULA DE CONCIENCIA
La cláusula de conciencia es
un derecho que tiene el periodista presionado y obligado a actuar antiéticamente, de romper su contrato laboral
cobrando una compensación igual a la que recibiría si es despedido sin justa
causa.
La sociedad le confía al periodista para que vele por sus
intereses. Y para el mejor cumplimiento de su función social, el periodista
requiere ser protegido en su integridad de conciencia por la acción de las
leyes.
Desde
el punto de vista ético, el periodista no debe hablar y escribir contra su
conciencia o sus propias convicciones éticas. En caso de hacerlo, estaría
traicionando a sus propios principios.
La
cláusula de conciencia protege al periodista para el libre ejercicio de la
libertad de expresión, pero con responsabilidad social, ética y jurídica.
Pero al mismo tiempo evita al
periodista del abuso del empleador, a la vez que ampara el interés social.
El
Código Internacional de Ética Periodística de la UNESCO (1983) indica que “el
papel social del periodista exige que la profesión mantenga un alto nivel de
integridad; esto incluye el derecho del periodista a abstenerse de trabajar en
contra de sus convicciones o de revelar sus fuentes de información”.
Según
el Código de ética del colegio de periodistas del Perú “el periodista no podrá
ser obligado a cumplir un acto profesional o expresar una opinión que fuese
contraria a la verdad, su convicción o su conciencia”.
CASOS EN QUE SE APLICA LA
CLÁUSULA DE CONCIENCIA
La
cláusula de conciencia se aplica en los casos siguientes:
1. Cuando hay cambio de propietario del medio en que trabaja el periodista,
sin previo compromiso de la empresa de respetar la cláusula.
2.
Cuando hay un cambio radical en la orientación política, ideológica,
filosófica, económica o religiosa del medio.
3.
Cuando hay coacción para producir un trabajo periodístico que vaya en
detrimento de la ética profesional.
4. Cuando la conciencia del periodista haya experimentado tal cambio que
ya no concuerde con la línea ideológica del medio.
Motivo para invocar la cláusula de conciencia
Se
puede invocar la cláusula de conciencia en las situaciones o circunstancias que
siguen:
1. Cuando
el despido es intempestivo.
2. Cuando
el motivo de la relación contractual sea un cambio notable en el carácter o la
orientación del medio de comunicación.
3. Cuando
ese cambio haya producido al periodista una situación que pueda afectar su
honor, reputación o principios morales.
4. Cuando el empleador trata de imponerle la realización de tareas que
sean contrarias a sus convicciones ético-deontológicas.
La
Ley de Radio y Televisión Nº 28278 (2004) estipula lo siguiente: “En los contratos de trabajo o de locación de
servicios que celebren quienes ejerzan la actividad periodística con el titular
de un servicio de radiodifusión regirá la Cláusula de conciencia. En virtud de
esta Cláusula de conciencia todo el que ejerza la actividad periodística tendrá
derecho a solicitar la resolución de su contrato o el término de su vínculo
laboral cuando hubiese sido conminado u obligado a realizar trabajos contrarios
a su conciencia o al Código de ética establecido por el titular del servicio”.
Esperando
que el contenido de esta conferencia haya satisfecho las expectativas del
público presente, quiero concluir expresando mi felicitación a todos los
presentes y a la junta directiva de la Asociación Provincial de Periodistas de
Jauja, por su espíritu de capacitación y de superación en un aspecto del
periodismo, la filosofía moral.
Finalmente,
expreso mi sincero agradecimiento a la Asociación Provincial de Periodistas de
Jauja y a la Asociación Nacional de Periodistas del Perú por la oportunidad
brindada a mi persona, para que en mi condición de Vicerrector Académico de la
Universidad Jaime Bausate y Meza participe como expositor en el Segundo
Seminario-Taller de Periodismo.
J
Jauja, 31 de octubre de 2015
Dr. Eudoro Terrones Negrete
Vicerrector Académico de la Universidad Jaime Bausate y Meza