EL PENSAMIENTO HOLÍSTICO
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
El hemisferio cerebral izquierdo (Control lado derecho) controla el discurso, lengua, escritura, lógica, matemáticas, ciencia; aquí ésta el modo de pensamiento lineal. El hemisferio cerebral derecho (Control lado izquierdo) controla la música, el arte, la creatividad, las opiniones, las emociones, el genio. Aquí radica el pensamiento holístico.
En la primera mitad del siglo XX, con los aportes de Jan Christiaan Smuts, Norbert Wiener, Shannon y Weaver, Neumann y Morgenstern, se abre la senda a un nuevo modelo de comprensión: el holismo (del gr. Olós: todo, entero), es decir visión que busca totalidades en lugar de fragmentaciones.
En 1968 el biólogo Ludwing Von Bertalanffy (1901-1972) formula la Teoría General de los Sistemas, según la cual un sistema es un conjunto de elementos que, relacionados ordenadamente entre sí, contribuyen a determinado objeto, asimismo que todos los sistemas están formados por elementos de interacción, y que estos elementos son a su vez sistemas; es decir, que todo lo que nos rodea tiene una vinculación entre sí.
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
El hemisferio cerebral izquierdo (Control lado derecho) controla el discurso, lengua, escritura, lógica, matemáticas, ciencia; aquí ésta el modo de pensamiento lineal. El hemisferio cerebral derecho (Control lado izquierdo) controla la música, el arte, la creatividad, las opiniones, las emociones, el genio. Aquí radica el pensamiento holístico.
En la primera mitad del siglo XX, con los aportes de Jan Christiaan Smuts, Norbert Wiener, Shannon y Weaver, Neumann y Morgenstern, se abre la senda a un nuevo modelo de comprensión: el holismo (del gr. Olós: todo, entero), es decir visión que busca totalidades en lugar de fragmentaciones.
En 1968 el biólogo Ludwing Von Bertalanffy (1901-1972) formula la Teoría General de los Sistemas, según la cual un sistema es un conjunto de elementos que, relacionados ordenadamente entre sí, contribuyen a determinado objeto, asimismo que todos los sistemas están formados por elementos de interacción, y que estos elementos son a su vez sistemas; es decir, que todo lo que nos rodea tiene una vinculación entre sí.
Holismo es la palabra que describe la tendencia de la naturaleza a crear conjuntos mediante el ordenamiento o agrupación de muchas unidades.
En 1927 el mariscal de campo y filósofo, Jan Christiaan Smuts, experto agrónomo y militar acuñó el término “Holismo” en su libro "Holism and Evolution".
El pensamiento holístico percibe las cosas en su conjunto y no analiza sus partes. Ve el bosque más que los árboles.
Según Smuts, las realidades básicas naturales son conductos irreductibles que no es posible separar para analizarlos según sus componentes sin perder su cualidad "holística". Este tipo de pensamiento es muy importante para el desarrollo de la creatividad pues permite a los líderes, directivos, científicos o artistas, considerar las distintas situaciones y oportunidades como un todo, para así evaluar la incidencia que los diferentes impactos independientes o relacionados, generan sobre el resto y el todo. El trabajo en equipo es un concepto holístico con resultados sinérgicos. En un equipo cohesionado, el todo es mayor que la suma de sus partes. El director de orquesta tiene la responsabilidad sobre el "todo", cada uno de sus músicos ejecutan la parte de la partitura que les corresponde. El Director de Orquesta debe tener el pensamiento holístico sobre sí mismo, sobre el resto, sobre el todo.
En sus inicios la filosofía era la madre de todas las ciencias y proporcionaba una visión global (holística) de lo que es el universo, la naturaleza, el hombre y las cosas; cuando surge, la ciencia basada en la experimentación y la observación preferentemente, se hace realidad la visión fragmentaria de todo cuando hay en el universo. Es así como se produce la separación entre ciencia y filosofía.
Y ante la insuficiencia de la visión fragmentaria de las cosas surgieron nuevos esfuerzos intelectuales por descubrir y aplicar nuevas vías, para encontrar nuevos caminos que hagan posible la comprensión total y el desarrollo del conocimiento.
Precisamente es hasta la segunda mitad del siglo XX cuando se empieza a valorar en los ámbitos académicos, universitarios y foros internacionales la necesidad de replantear el paradigma educativo. Durante mucho tiempo se consideró que la educación era exclusiva para determinadas edades: niños y jóvenes (confirma lo expresado el propio concepto de pedagogía, que etimológicamente significa la conducción de los niños) y que se desarrollaba sólo en determinados espacios o ámbitos (escuelas).
Es así como surge el nuevo paradigma que considera la educación en forma permanente y de por vida. Surge en el campo educativo la Formación Permanente, la cual considera que la educación es un proceso a lo largo de toda la vida, en todo momento y lugar. Y uno de los postulados del nuevo paradigma educativo es: “Todos aprendemos de todos en todo momento y de todo”.
Como producto de los adelantos educacionales, pedagógicos, científicos y tecnológicos sabemos actualmente que lo que aprendemos no constituye una cadena lineal, vertical u horizontal, es decir uno tras otro y de manera limitada, sino una red variada y compleja de relaciones, interacciones y combinaciones de manera ilimitada de pensamientos, sentimientos, emociones, voliciones, imaginaciones y recuerdos.
Si el estudiante universitario, forma parte de una totalidad como producto del fenómeno de la globalización, entonces como ser cognoscente y aprendiente contiene en su ser las características, potencialidades y posibilidades de esa totalidad. El estudiante universitario se halla así obligado a desarrollar un nuevo tipo de pensamiento: el pensamiento holístico, para una mejor y amplia interpretación, comprensión y explicación de la realidad natural, social, histórica, política, educativa, cultural, científica y tecnológica.
Por tanto, no cabe duda que el ritmo acelerado e inusitado del conocimiento debido a la aparición de tecnologías sofisticadas conlleva a la Andragogía universitaria a gestar y ocupar nuevos espacios, espacios educativos informales y no formales, con la mayor rapidez, eficacia y eficiencia, los mismos que se enriquecen con los aportes de la genética, la informática, la nanorobótica y la física cuántica.
«El punto de vista de cada persona constituye una perspectiva única acerca de una realidad más amplia. Si yo puedo «mirar» a través de tu perspectiva y tú de la mía, veremos algo que no habríamos visto a solas» señala Peter M. Senge.
Y ante la insuficiencia de la visión fragmentaria de las cosas surgieron nuevos esfuerzos intelectuales por descubrir y aplicar nuevas vías, para encontrar nuevos caminos que hagan posible la comprensión total y el desarrollo del conocimiento.
Precisamente es hasta la segunda mitad del siglo XX cuando se empieza a valorar en los ámbitos académicos, universitarios y foros internacionales la necesidad de replantear el paradigma educativo. Durante mucho tiempo se consideró que la educación era exclusiva para determinadas edades: niños y jóvenes (confirma lo expresado el propio concepto de pedagogía, que etimológicamente significa la conducción de los niños) y que se desarrollaba sólo en determinados espacios o ámbitos (escuelas).
Es así como surge el nuevo paradigma que considera la educación en forma permanente y de por vida. Surge en el campo educativo la Formación Permanente, la cual considera que la educación es un proceso a lo largo de toda la vida, en todo momento y lugar. Y uno de los postulados del nuevo paradigma educativo es: “Todos aprendemos de todos en todo momento y de todo”.
Como producto de los adelantos educacionales, pedagógicos, científicos y tecnológicos sabemos actualmente que lo que aprendemos no constituye una cadena lineal, vertical u horizontal, es decir uno tras otro y de manera limitada, sino una red variada y compleja de relaciones, interacciones y combinaciones de manera ilimitada de pensamientos, sentimientos, emociones, voliciones, imaginaciones y recuerdos.
Si el estudiante universitario, forma parte de una totalidad como producto del fenómeno de la globalización, entonces como ser cognoscente y aprendiente contiene en su ser las características, potencialidades y posibilidades de esa totalidad. El estudiante universitario se halla así obligado a desarrollar un nuevo tipo de pensamiento: el pensamiento holístico, para una mejor y amplia interpretación, comprensión y explicación de la realidad natural, social, histórica, política, educativa, cultural, científica y tecnológica.
Por tanto, no cabe duda que el ritmo acelerado e inusitado del conocimiento debido a la aparición de tecnologías sofisticadas conlleva a la Andragogía universitaria a gestar y ocupar nuevos espacios, espacios educativos informales y no formales, con la mayor rapidez, eficacia y eficiencia, los mismos que se enriquecen con los aportes de la genética, la informática, la nanorobótica y la física cuántica.
«El punto de vista de cada persona constituye una perspectiva única acerca de una realidad más amplia. Si yo puedo «mirar» a través de tu perspectiva y tú de la mía, veremos algo que no habríamos visto a solas» señala Peter M. Senge.