Artículos periodísticos y de investigación

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2 de diciembre de 2008

El Estado Docente

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

Antes de convertirse en partido político, la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) fue Escuela para el trabajo y la vida ciudadanas, donde se impartía capacitación a los obreros, campesinos, estudiantes, dirigentes políticos y al pueblo en general sobre sus deberes y derechos para su mejor conducción dentro de la sociedad, en procura de justicia social.
El Apra proviene del gran movimiento cultural de las Universidades Populares fundadas en 1921, que fue la resultante social de la continental Reforma Universitaria iniciada en 1918, en Córdova (Argentina).
Dijo Haya de la Torre : “Vamos a recordar que el Aprismo, título y honor de su organización política, no se fundó como partido, se fundó como escuela, como universidad y fue la persecución de la tiranía la que nos obligó a ser políticos para defender nuestra obra cultural y sindical”. Y algo más: “No puede haber revolución económica y social, si no hay ante todo y con ella, una profunda revolución cultural”.
Ante el tradicional Estado-gendarme, Estado-cuartel, los apristas pensaron siempre en un Estado nuevo al que denominaron “Estado –escuela”, “Estado docente”, Estado educador” o “Estado alfabetizador”, con el objeto de redimir de la ignorancia y la explotación a las mayorías nacionales, de forjar ciudadanos con mentalidad y actitud favorable al cambio social; de entrenar, capacitar y liberar a las clases sociales del analfabetismo y de la demagogia política y convertirlos en partícipes activos y constructivos en la sabia dirección de la vida del Estado.
El movimiento aprista ocupa así un sitial preferencial y prioritario, llamado a cumplir su rol de Escuela Popular para la Vida y la Libertad , para el Trabajo operativo y la Solidaridad social. Promueve en las masas trabajadoras la necesaria conciencia laboral, conciencia histórica y geográfica, conciencia cívico – patriótica, conciencia moral y conciencia económica que les permita arribar a mejores horizontes de vida y de bienestar y felicidad como seres conscientes de sus capacidades, habilidades, destrezas, posibilidades y limitaciones, prestos a comprender y saber qué es lo que se tiene, hasta dónde se puede llegar y cuánto se debe aspirar como meta de desarrollo y progreso individual o colectivo.
Se explica ahora claramente por qué el APRA insurgió al escenario político demandando educación gratuita en todos los niveles y modalidades, con igualdad de oportunidades y derechos para todos hasta el límite que marquen sus capacidades, planteando la necesidad de una reforma integral de la educación y exigiendo a los gobierno de turno un alto porcentaje presupuestal para la educación del país.
Desde 1931, el Apra consideró en el Plan de Acción Inmediata o Programa Mínimo de Gobierno importantes planteamientos a favor de la educación nacional, por ejemplo, los siguientes:
El fomento del mutualismo escolar, el establecimiento de tarifas especiales en los servicios de transportes que utilicen los estudiantes para concurrir a su centro educativo, reforma de la enseñanza agrícola atendiendo a la especialización que exige la realidad nacional, educar al campesino usando su propio idioma además del castellano, introducción del cooperativismo agrario entre los propietarios indígenas o campesinos.
Dentro del vasto Programa de Educación Popular consideró el mejoramiento económico de los maestros, la creación del Ministerio de Educación, de granjas-escuelas, de Institutos Superiores e Institutos de Orientación Profesional, el establecimiento de escuelas elementales en los Cuarteles atendidos por Pedagogos, la atención a la especialización de los Oficiales y del Personal subalterno del Ejército, de la Armada , Aviación y Policía, la creación de Universidades Populares, Escuelas nocturnas y dominicales, Editoriales Pedagógicas, Bibliotecas Populares (fijas y rodantes), e institutos de enseñanza superior en las regiones de acuerdo a sus necesidades específicas de desarrollo.
Desde su fundación, el Apra propuso conservar la autonomía de las universidades, mantener los principios de la Reforma Universitaria , gestionar la validez de los títulos profesionales otorgados por las universidades y Escuelas en los países latinoamericanos, emprender campañas contra el abuso del alcohol y de la coca, intercambiar material bibliográfico a nivel de estudiantes latinoamericanos, crear becas de estudio, fomentar conciencia sanitaria en la población, establecer misiones ambulantes para la difusión de conocimientos básicos de agricultura; revalorar la cultura andina y las lenguas quechua y aymara, incrementar la oferta educativa en áreas marginales, rurales y de frontera, ampliar la cobertura de los servicios de comunicación e información del Estado, estimular el desarrollo de la capacidad crítica y creativa de los educandos, fomentar la creación y el funcionamiento de cooperativas de escolares, de centros educativos y colegios de modalidad cooperativa y orientar el sistema educativo nacional con propósitos de descentralización y regionalización.
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