Artículos periodísticos y de investigación

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29 de noviembre de 2008

FILOSOFÍA DE LA NUEVA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA EN EL PERÚ

FILOSOFÍA DE LA NUEVA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA EN EL PERÚ

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

El vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología requiere de la permanente calificación de la fuerza de trabajo, para lograr un desarrollo económico sostenido. La flexibilidad, la creatividad y la capacidad de aprender son los conceptos básicos del desarrollo contemporáneo, no sólo para disminuir la distancia entre países industrializados y sociedades en desarrollo, sino para ser menos vulnerables a las dinámicas externas y controlar el propio proceso de desarrollo.

Por tanto debe formularse y dispensarse una educación integral y empresarial para la creatividad. Una cultura orientada hacia la innovación y la creatividad establece un nuevo mandato a la educación: transmisión y sentido del futuro, asimilación y adaptación efectiva al cambio social, político, económico, educativo, cultural y moral de la sociedad peruana..

La nueva educación universitaria integradora al proceso productivo deberá reducir los obstáculos que traban al progreso, fomentar la curiosidad por todo lo nuevo e infundir el sentido de la diversidad de soluciones, entrenar la inteligencia para la estimulación de la imaginación y educar el espíritu crítico.

Se requiere un sistema educativo que funcione, que sea capaz de formar ciudadanos, productores y consumidores con igualdad de oportunidades y que respondan con eficacia a los desafíos del futuro.

En un país como el Perú donde las expectativas de ingreso a la educación superior son mayores que las vacantes ofrecidas por estos centros de estudios, es lógico y necesario un proceso de selección de los más aptos, pero tal como están concebidos los actuales exámenes de admisión, la mayoría de las universidades peruanas privilegian la medición de los conocimientos que tiene el postulante.

En realidad, los procesos de admisión deberían tratar de predecir quiénes son los postulantes que tendrán un mejor desempeño como universitarios y posteriormente como profesionales, lo que evitaría muchos fracasos.

Sin embargo, es imposible determinar estas cualidades en base a un solo examen, por lo que se requiere necesariamente de una revisión de los crite­rios establecidos por las universidades peruanas.

En la mayor parte de países se emplean varios sistemas de selección a la vez, como una prueba de aptitud académica y otra de conocimientos básicos, así como entrevistas personales y diversos factores que cada institución estima importantes según su propia perspectiva.

Un criterio que se usa con frecuencia y que las universidades peruanas empiezan a considerar pertinente es el desempeño del postulante durante sus cinco años de educación secundaria, pero no como nota numérica dado que hay diferentes formas de calificar sino en base al lugar que ocupó en el cuadro de méritos.

El problema es que todavía se mira a la universi­dad como la única opción, cuando hay muchas carreras técnicas. Hay chicos que salen con su cartón y el país no tiene capacidad de absorber esa mano de obra calificada. Por ello, se requiere además de una filosofía universitaria peruana, de un proyecto educativo un plan de desarrollo nacional, que determine las necesidades productivas del país y los profesiona­les que necesita.

La nueva educación universitaria en el Perú será aquella capaz de realizar lo siguiente:
Constituir una comunidad de aprendizaje permanente y de por vida.
Contar con catedráticos A1 en idoneidad profesional y producción intelectual.
Desarrollar permanentemente la capacidad de innovación en todo sentido u orden de cosas.
Ejercer el liderazgo educativo ejemplar.
Fomentar la motivación y capacitación intensiva de su personal jerárquico, administrativo, de servicios y personal docente.
Guiar el quehacer cotidiano de los miembros de la comunidad universitaria a través de valores morales.
Impulsar y desarrollar proyectos y programas educativos que sean productivos y rentables.
Lograr la máxima calidad educativa.
Lograr satisfacer las necesidades y expectativas de los usuarios.
Desarrollar una organización funcional, ágil, expeditiva, flexible y descentralizada
Pensar y actuar en grande, creativamente, con la seguridad de alcanzar sus objetivos, fines y metas.
Planificar con realismo y rigurosidad científica el futuro que les espera.
Practicar la crítica rigurosa, la autocrítica y la mutuo-crítica en el pensamiento y en la acción educativa.
Prestar un servicio académico y administrativo con la mayor eficacia, efectividad y eficiencia.
Realizar trabajos de investigación científica y tecnológica para el desarrollo institucional y nacional.
Adaptarse de manera fácil y rápida a los cambios que originan los avances en la ciencia y la tecnología.
Solucionar rápidamente los problemas administrativos, académicos, presupuestarios y de otra índole.
Ser altamente competitiva en calidad y en precio de sus bienes y servicios educativos.
Cambiar radicalmente la fisonomía de la Universidad peruana, implica todo un arduo trabajo que compromete a toda la comunidad universitaria, tanto pública como privada; significa abordar la problemática dentro de una política de Estado y no más políticas de gobierno; implica desarrollar un nuevo enfoque filosófico y una nueva praxis de la acción pedagógica profesional, emparejado con los grandes avances de la ciencia y de la tecnología de la sociedad del conocimiento y las urgencias y requerimientos de crecimiento, desarrollo y progreso del país.

Y esto sólo será posible en la medida que todas las universidades compartan una mesa de análisis crítico y deliberaciones conjuntas, para elaborar un Proyecto de Desarrollo Universitario Nacional (PRODEUN) serio, realista, responsable y futurista, más allá de intereses individuales lucrativos.

Somos conscientes que sólo una educación de calidad máxima puede ser el instrumento fundamental para impulsar las tantas veces voceada pero postergada reforma estructural en el Perú, en los sectores social, económico, político, judicial, educativo y cultural.

El desarrollo del Perú no puede medirse solamente por los bienes y recursos naturales que dispone – que son muchos y variados- sino, principalmente, por la calidad de los recursos humanos que los producen y los usan.
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