PRINCIPIOS RECTORES DE LA UNIVERSIDAD PERUANA EN EL SIGLO XXI
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete
Los principios rectores de la universidad peruana expresan la razón de ser y el quehacer de las universidades, sus estrategias y acciones orientadas a cumplir su misión, sus funciones y a lograr sus objetivos y metas durante el siglo XXI.
La universidad peruana deberá regirse por los principios fundamentales siguientes: autonomía, cientificidad, compromiso con el cambio social, crítica, equidad, excelencia, integridad, nacionalismo, pluralismo, solidaridad, transparencia, unidad, flexibilidad, viabilidad y pertinencia social.
Principio de autonomía. La existencia de las universidades están garantizada por la Constitución política del Estado, por las leyes de la República, y por los Estatutos y Reglamentos de cada universidad.
Las universidades tienen las facultades de gobernarse en forma autónoma e independiente, dentro del fiel respeto a las leyes y a los Derechos Humanos.
Principio de cientificidad. Las universidades reconocen el valor universal de la ciencia y de la cultura de paz y aspira la transformación de la sociedad a través de la investigación científica.
Principio de crítica. Las universidades elaboran estudios y proyectos de desarrollo y realizan planteamientos de solución a los problemas sociales, económicos, políticos, culturales, ecológicos, etc., promoviendo el diálogo y la participación y concertación al interior y exterior de la comunidad universitaria.
Principio de equidad. Las universidades se fundan en el principio de equidad social para la prestación de sus servicios; con igualdad de deberes, derechos y oportunidades educativas para todos, sin marginación, discriminación ni exclusión social.
Principio de excelencia. Para responder a los intereses, demandas y requerimientos de la sociedad, la universidad tiene que orientarse hacia la búsqueda y el logro de la excelencia académica y administrativa, con absoluta libertad y responsabilidad, dentro de los marcos legales y morales.
Principio de flexibilidad. Toda universidad trabaja dentro de parámetros flexibles, con capacidad de adaptación y adecuación a los cambios científicos y tecnológicos y las grandes transformaciones de la sociedad.
Principio de integridad. La enseñanza universitaria comprende al estudiante como individuo y como persona, en sus aspectos humanísticos, científicos, tecnológicos, axiológicos y éticos. Una educación universitaria de calidad debe ser integral, es decir abarcar todas las potencialidades del estudiante.
Principio de nacionalismo. La universidad defiende la identidad y cultura nacional, los recursos y riquezas nacionales y su mar territorial, creando y promoviendo la conciencia cívica en todo lo que legítimamente y por justicia le corresponde al Perú, como país soberano, libre e independiente.
Principio de pertinencia social. El futuro, prestigio y éxito de toda universidad radica en su capacidad de respuesta con los programas y proyectos a los retos del país y de la sociedad del conocimiento.
Principio de pluralismo. La universidad está abierta a las diferentes filosofías y corrientes del pensamiento universal, la ciencia, las artes, la tecnología, etc., con libertad de cátedra, sin discriminación social, ética, religiosa o política.
Principio de solidaridad. La universidad convoca y fomenta la participación de la comunidad en los actos de solidaridad humana.
Principio de transparencia. La universidad se debe a la sociedad y como tal tiene un compromiso histórico y social de ser transparente en sus actos, en la gestión, en el manejo y en la operación de las actividades administrativas, académicas y económico-financieras.
Principio de unidad. La universidad es un todo unitario, que relaciona, interrelaciona e integra de manera armónica, realista y coherente sus direcciones, facultades, departamentos, escuelas profesionales y de post-grado, centros de extensión y proyección social, centros de investigación, para un trabajo institucional y académico eficaz, eficiente y efectivo.
Principio de viabilidad. Toda universidad para alcanzar sus objetivos, fines y metas tiene que basar su quehacer organizativo y académico en normas, orientaciones, programas y proyectos que sean posibles de ser realizados y en fuentes financieras cuya obtención sea factible.
La universidad peruana deberá regirse por los principios fundamentales siguientes: autonomía, cientificidad, compromiso con el cambio social, crítica, equidad, excelencia, integridad, nacionalismo, pluralismo, solidaridad, transparencia, unidad, flexibilidad, viabilidad y pertinencia social.
Principio de autonomía. La existencia de las universidades están garantizada por la Constitución política del Estado, por las leyes de la República, y por los Estatutos y Reglamentos de cada universidad.
Las universidades tienen las facultades de gobernarse en forma autónoma e independiente, dentro del fiel respeto a las leyes y a los Derechos Humanos.
Principio de cientificidad. Las universidades reconocen el valor universal de la ciencia y de la cultura de paz y aspira la transformación de la sociedad a través de la investigación científica.
Principio de crítica. Las universidades elaboran estudios y proyectos de desarrollo y realizan planteamientos de solución a los problemas sociales, económicos, políticos, culturales, ecológicos, etc., promoviendo el diálogo y la participación y concertación al interior y exterior de la comunidad universitaria.
Principio de equidad. Las universidades se fundan en el principio de equidad social para la prestación de sus servicios; con igualdad de deberes, derechos y oportunidades educativas para todos, sin marginación, discriminación ni exclusión social.
Principio de excelencia. Para responder a los intereses, demandas y requerimientos de la sociedad, la universidad tiene que orientarse hacia la búsqueda y el logro de la excelencia académica y administrativa, con absoluta libertad y responsabilidad, dentro de los marcos legales y morales.
Principio de flexibilidad. Toda universidad trabaja dentro de parámetros flexibles, con capacidad de adaptación y adecuación a los cambios científicos y tecnológicos y las grandes transformaciones de la sociedad.
Principio de integridad. La enseñanza universitaria comprende al estudiante como individuo y como persona, en sus aspectos humanísticos, científicos, tecnológicos, axiológicos y éticos. Una educación universitaria de calidad debe ser integral, es decir abarcar todas las potencialidades del estudiante.
Principio de nacionalismo. La universidad defiende la identidad y cultura nacional, los recursos y riquezas nacionales y su mar territorial, creando y promoviendo la conciencia cívica en todo lo que legítimamente y por justicia le corresponde al Perú, como país soberano, libre e independiente.
Principio de pertinencia social. El futuro, prestigio y éxito de toda universidad radica en su capacidad de respuesta con los programas y proyectos a los retos del país y de la sociedad del conocimiento.
Principio de pluralismo. La universidad está abierta a las diferentes filosofías y corrientes del pensamiento universal, la ciencia, las artes, la tecnología, etc., con libertad de cátedra, sin discriminación social, ética, religiosa o política.
Principio de solidaridad. La universidad convoca y fomenta la participación de la comunidad en los actos de solidaridad humana.
Principio de transparencia. La universidad se debe a la sociedad y como tal tiene un compromiso histórico y social de ser transparente en sus actos, en la gestión, en el manejo y en la operación de las actividades administrativas, académicas y económico-financieras.
Principio de unidad. La universidad es un todo unitario, que relaciona, interrelaciona e integra de manera armónica, realista y coherente sus direcciones, facultades, departamentos, escuelas profesionales y de post-grado, centros de extensión y proyección social, centros de investigación, para un trabajo institucional y académico eficaz, eficiente y efectivo.
Principio de viabilidad. Toda universidad para alcanzar sus objetivos, fines y metas tiene que basar su quehacer organizativo y académico en normas, orientaciones, programas y proyectos que sean posibles de ser realizados y en fuentes financieras cuya obtención sea factible.