EL SOMBRÍO PANORAMA POLÍTICO DE VENEZUELA (*)
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Las últimas elecciones realizadas en Venezuela, dejó un sabor amargo a los demócratas, muchas interrogantes y dudas sobre su transparencia y legitimidad.
Nicolás Maduro juramentó el cargo de presidente de la República después de un proceso duramente cuestionado por la mitad de la población que lidera Henrique Capriles.
En Venezuela no existe libertad de expresión, no hay respeto a la alternancia en el poder, el Gobierno central tiene poderes omnímodos, la fotografía de Maduro apareció 14 veces en la cédula electoral mientras que la de Capriles una sola vez, la política populista y asistencialista acentúa la dependencia, la inflación golpea a los que menos tienen, los precarios servicios básicos están deteriorando la calidad de vida de la población, el presidente de la Asamblea amenazó con no dar el uso de la palabra a la oposición si es que previamente no reconocía a Maduro como presidente.
El proceso electoral había sido irregular, votaron más de medio millón de personas muertas, más de doscientos manifestantes de la oposición fueron detenidos, varias muertes en el camino y cientos de heridos como producto de movilizaciones de protesta popular.
Dentro de este contexto, el 18 de abril de 2013 arribaron al Perú, los presidentes de la República que integran la Unión de Naciones Sudamericana (UNASUR). En horas de la noche, un puñado de simpatizantes chavistas se concentraron en la Plaza San Martín para dar vivas a Maduro. Simultáneamente, en el frontis de la Embajada de Venezuela, cientos de jóvenes, portando cacerolas y gigantografías, expresaron su protesta contra la fraudulenta elección presidencial.
La juventud peruana exigía la democratización de Venezuela, la alternancia en el poder, el respeto a los procedimientos democráticos, la no asistencia del presidente Ollanta Humala a la toma de mando de Maduro mientras no se efectúe la revisión y el recuento total de las cédulas de votación de manera documentada.
Buena lección democrática. El Perú no puede ser el aval de dictadores, menos la UNASUR. Los peruanos debemos mantenernos vigilantes respecto a las actitudes zigzagueantes de nuestro presidente, en defensa del Estado de Derecho y de la democracia. Cerremos filas frente a toda intención de zarpazo antidemocrático para la “reelección conyugal” y retención del poder al estilo de los cubano-chavistas del “Socialismo del Siglo XXI”.
(*) Publicado en el Diario DEL PAÍS, Lima, martes 23 de abril de 2013 y en diario virtual GENERACCIÓN.COM