LA PROBLEMÁTICA DE GÉNERO EN
EL SIGLO XXI
Escribe: Eudoro Terrones
Negrete
La desigualdad de género
y la discriminación ocurren en todo el mundo. En América Latina, que es la
región con la mayor desigualdad de ingresos del mundo, las mujeres ganan un 84 por ciento de
lo que ganan sus compañeros, según la Comisión de Estudios para
América Latina (CEPAL).
En los países de América
Latina y el Caribe, “En general, hay un progreso sostenido en las reformas
institucionales orientadas a lograr la igualdad de género, en consonancia con
la plataforma de Beijing y la firma de los convenios internacionales como la CEDAW,
en la mayoría de los países de la región. Si bien, en algunos países ha habido
retrocesos y se presentan barreras generalizadas para la efectiva
implementación de las leyes (así como la impunidad y la falta de financiación,
evaluación y cumplimiento), estas reformas representan una oportunidad para
fortalecer los derechos de las mujeres. Principalmente, estas reformas incluyen
cambios constitucionales, aprobación de leyes para proteger a las mujeres,
creación de ministerios o institutos para los asuntos de las mujeres,
modificaciones al código civil, y la adopción de políticas que apuntan a la
equidad de género”[1].
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo
celebrada en Río de Janeiro en 1992 abordó explícitamente aspectos relativos al
género en la Agenda 21, Plataforma de la Cumbre de la Tierra para futuras
acciones. También en la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, Viena,
1993, se lograron importantes adelantos en el reconocimiento de los derechos de
la mujer. Se reafirmó el principio que los derechos de las mujeres y las niñas
son parte integral, inalienable e indivisible de los derechos humanos
universales. Este principio fue asimismo uno de los objetivos básicos de la
Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo
en 1994. La temática relativa al género se colocó en el centro del debate y la
Conferencia reconoció la importancia de fortalecer el poder de la mujer para
alcanzar el desarrollo. A este propósito se declaró que "el objetivo es promover
la igualdad de género y alentar -y permitir- que los hombres asuman sus
responsabilidades respecto a su comportamiento sexual y reproductivo, así como
en sus funciones sociales y familiares"[2].
En la Cumbre Mundial sobre Desarrollo
Social de Copenhague en 1995, la problemática relativa al género fue el eje de
todas las estrategias para lograr el desarrollo social, económico y la
conservación del medio ambiente. Por último, La Cuarta Conferencia Mundial
sobre la Mujer, celebrada en 1995 en Beijing, reforzó estos nuevos enfoques y
estableció una agenda que tuvo por objetivo fortalecer la posición de la mujer.
Allí se adoptó la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing en materia
de eliminación de todos los obstáculos para lograr la igualdad entre mujeres y
hombres y asegurar la participación activa de la mujer en todas las esferas de
la vida. En la conferencia se instó a los gobiernos, a la comunidad
internacional y a la sociedad civil, incluyendo a las organizaciones no
gubernamentales (las ONG) y al sector privado a participar en las soluciones a
las siguientes problemáticas críticas[3]:
- Persistente
y creciente carga de la pobreza sobre la mujer;
- Acceso
desigual e inadecuado a la educación y capacitación;
- Acceso
desigual e inapropiado a los servicios de sanitarios y afines;
- Violencia
contra las mujeres;
- Efectos
de los conflictos armados y de otra clase sobre las mujeres;
- Desigualdad
en las estructuras políticas y económicas, en todas las formas de
actividad productiva y en el acceso a los recursos;
- Disparidad
entre mujeres y hombres en el ejercicio del poder y la toma de decisiones
en todos los niveles de autoridad;
- Mecanismos
insuficientes para promover la superación de la mujer;
- Inadecuada
promoción y protección de los derechos humanos de la mujer;
- Estereotipos
sobre la mujer y desigualdad en su acceso y participación en todos los
sistemas de información, en especial los medios masivos de comunicación;
- Desigualdades
en materia de género, en el manejo de los recursos naturales y la
protección del medio ambiente;
- Persistente
discriminación y violación de los derechos de las niñas.
De igual manera, se planteó la urgencia
de que gobiernos y organismos internacionales promuevan la búsqueda y
divulgación de información sobre los principales aspectos de interés con
relación a la problemática de género, así como la generación y difusión de
estadísticas con perspectiva de género para la planificación y evaluación de
programas.
La igualdad de género y
el respeto a los derechos humanos de las mujeres deben ser de obligatoria aplicación de políticas de desarrollo en los diferentes países del
mundo.
La igualdad de género es
un pilar básico, esencial y prioritario para lograr el crecimiento, desarrollo
y progreso, la paz, la seguridad ciudadana y los derechos humanos en las
naciones del mundo.
“El porcentaje de mujeres
en los Parlamentos en América Latina es tan sólo del 22%. Porcentaje que es
incluso menor, cuando se habla de gobiernos locales”[4].
Son algunos problemas fundamentales en materia de género
los siguientes:
a.
El limitado acceso de
la mujer a los factores de producción que por prejuicios existentes se
dificultan su acceso a la tierra y al crédito.
b. Las discriminaciones sociales y culturales
imperantes en el reparto desigual de responsabilidades y oportunidades entre
mujeres y hombres en la vida familiar y vida política, los bajos niveles de
educación de la mujer, limitada capacidad de negociación, carga de trabajo
diario más pesado, bajos niveles de productividad, etc.
c.
La discriminación de
la mujer con respecto al hombree en las oportunidades de empleo para una misma
función y categoría y con remuneración diferente.
d.
El
acceso restringido de la mujer a los recursos productivos, al ejercicio del
poder político, entre otros.
e.
Las
mujeres tienen oportunidades de promoción más escasas en los cargos
jerárquicos.
[1]
Desigualdad y género en América Latina y el Caribe. http://saludpublica.bvsp.org.bo/cc/bo40.1/documentos/690.pdf
[3]
Informe
de la Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres, Beijing, 4-15 de septiembre
1995; Cap III: Áreas críticas, punto 44, pag 23, Naciones Unidas, A/conf
177/20.
[4] Desigualdad
y género en América Latina y el Caribe. http://saludpublica.bvsp.org.bo/cc/bo40.1/documentos/690.pdf