Artículos periodísticos y de investigación

Translate

12 de febrero de 2022

El Día de la Fraternidad , por Oswaldo Rivas Berrocal

 EL DÍA DE LA FRATERNIDAD APRISTA[1] 

Escribe: Oswaldo Rivas Berrocal 

El Día de la Fraternidad tiene para los apristas un amplio sentido de hermandad y lealtad colectivas, personificadas en la egregia figura de nuestro jefe y fundador del Partido, Víctor Raúl Haya de la Torre, que cumple años en el día trascendental.

Los apristas tenemos en nuestro calendario cívico fechas gloriosas como el Día de la Fraternidad, que celebramos con singular regocijo reuniéndonos en la ancha y acogedora. Av. Alfonso Ugarte, en multitudinaria manifestación para testimoniar nuestro afecto y admiración al jefe, en el día de su natalicio. Entonces, y con el brazo izquierdo en alto renovamos nuestra fe en los principios del Partido.

En las diversas etapas de la lucha partidaria, a lo largo de cuatro décadas de heroica existencia, el APRA ha demostrado gran vitalidad y fortaleza moral en la acción revolucionaria y en la contienda política para vencer, en lucha desigual, a adversarios poderosos encaramados en el poder.

 Víctor Raúl Haya de la Torre

En esta lucha sin cuartel la oligarquía feudal y las otras fuerzas de la reacción se confabularon y desataron una ofensiva contra los líderes apristas.    En todo el país centenares de compañeros fueron perseguidos, privados de su libertad, torturados y desterrados. Muchos de ellos fueron fusilados por defender los derechos humanos conculcados. Las dictaduras financiadas por la reacción no tenían otro objetivo que destruir el Partido y eliminar de la actividad política a Haya de la Torre.

Ante la brutal persecución a los apristas y el inminente peligro en que se encontraba la vida del Jefe del Partido, los apristas iniciaron una lucha de resistencia clandestina que originó una acción partidaria interna de amplia solidaridad aprista. El estímulo de sus postulados llegó al hogar de los compañeros caídos en desgracia. La práctica constante de esta manifestación solidaria sirvió de basamento al Día de la Fraternidad Aprista, que se inició en reuniones clandestina en el modesto hogar de los compañeros en los sectores de la capital, en los pueblos alejados de nuestras serranías a lo largo y ancho de nuestra escarpada geografía nacional. En esta etapa sombría de la política nacional recibimos el aliento del pueblo y tuvimos amigos.

Paralelamente a este acontecimiento, los apristas hemos sacudido las estructuras coloniales de nuestra organización política, social y cultural, para crear una sociedad nueva y justa, sin amos y sin esclavos. En esta lucha de renovación y de transformación, los apristas nos sentimos fuertes y generosos, porque sabemos que la utopía de ayer es una realidad palpitante hoy. Los acontecimientos nacionales e internacionales están demostrando la bondad y factibilidad de la doctrina aprista. Por este motivo, cuando nos reunimos en nuestros locales o en las plazas públicas, no nos juntamos para calumniar ni para mentir. Nos reunimos para recordar nuestras gestas revolucionarias, para analizar nuestros actos o para plantear soluciones a los problemas que agobian al país sin pensar en los adversarios políticos, porque luchamos para el beneficio común de todos los peruanos, olvidando los alfilerazos y los sablazos.

El Día de la Fraternidad recordamos también la trayectoria política del Jefe del Partido iniciada en 1918 con el triunfo de la jornada de las 8 horas diarias en beneficio de los trabajadores. A lo largo de cuarenta años, el líder juvenil de 1918 no ha desmayado en su lucha sin tregua. Y cumple 73 años con una vitalidad asombrosa de hombre cabal y entero.

Haya de la Torre, no sólo nos enseñó a luchar sin vacilaciones por la causa del pueblo. Nos enseñó también a ser fraternos, justos y generosos en la derrota o en el triunfo. Es el hombre que no ha claudicado un solo instante de sus principios filosóficos y ha demostrado una personalidad firme. Se ha mantenido en una sola línea de acción en este mundo cambiante. ¿Qué integridad moral y política pueden exhibir los políticos improvisados, los demagogos y los tránsfugas, que mudan de partido como quien cambia la camisa, frente a la vertical y maciza formación doctrinaria de un hombre como Haya de la Torre?

Por todo esto y otras razones, los apristas nos reunimos en el Día de la Fraternidad para limar asperezas y para afirmar nuestros actos a la moral partidaria, frente a la egregia figura del líder máximo de los trabajadores de Indoamérica.

Allá en las agrestes y escarpadas faldas de los Andes, en el escenario tropical de nuestra selva, los apristas también se reúnen con entusiasmo y fe la noche del 21 de febrero para encender fogatas y quemar cohetes como en los días aciagos de la “Gran Persecución”. Para prometer lealtad al Partido y al Jefe, y para abrir los brazos a todos los peruanos que quieran luchar con nosotros por una patria grande y poderosa, por un pueblo con Pan y Libertad.  



[1] Extraído de la obra Fraternidad Aprista, cuyos autores son Eudoro Terrones Negrete y Carlos Urdanivia Ramírez, publicado en Huánuco, febrero de 1970.




Compartir:

Entradas anteriores