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27 de marzo de 2025

OPINIÓN POLÍTICO JURÍDICO SOBRE LIBRO “Aprismo y Nuevo Estado para la gran transformación en el Siglo XXI”


                   OPINIÓN POLÍTICO JURÍDICO SOBRE LIBRO                                      

Aprismo y Nuevo Estado para la gran transformación en el 

Siglo XXI”



Escribe: Dr. Fernando Calle Hayen

N.R.: El Dr. Fernando Calle Hayen, es un destacado abogado, jurista, político, magistrado del Tribunal Constitucional del Perú (2007-2014), Doctor en Derecho, Magíster en Derecho Constitucional y docente universitario, colaborador con artículos en importantes revistas y diarios nacionales e internacionales y autor de los libros Decisiones Constitucionales, Por la Democracia, Investigaciones Jurídicas,Ensayos,Tres propuestas de Reforma Constitucional, Por la Defensa del Pueblo,Nuestra Época /Nuestro Destino, y Artículos sueltos. 

 

El libro "Aprismo y Nuevo Estado para la gran transformación en el Siglo XXI" es una obra que, desde su título, nos invita a reflexionar sobre dos pilares fundamentales: la vigencia del pensamiento aprista y la necesidad de construir un Nuevo Estado que responda a los desafíos del siglo XXI. Su contenido teórico sobre el Estado —desde las concepciones clásicas de Platón y Aristóteles hasta las críticas al capitalismo— nos ofrece un marco conceptual sólido para entender cómo el aprismo puede inspirar una transformación profunda en el Perú. El aprismo, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, no es una ideología anclada en el pasado, sino una brújula para el futuro – Espacio, tiempo, histórico -.

Su propuesta de un Nuevo Estado no es una mera abstracción teórica, sino una respuesta concreta a los males que aquejan a nuestra patria: la desigualdad crónica, la dependencia económica, la CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD sistémica y la fragmentación social.

Desde sus orígenes, ha sido una organización política destinada a garantizar el orden, la justicia y el bienestar de las sociedades, en un Frente de Trabajadores Manuales e Intelectuales. Platón soñó con un Estado ideal donde cada clase cumpliera su función sin traspasar los límites de sus actividades; Aristóteles defendió un Estado autosuficiente y equilibrado; y Rousseau propuso un contrato social basado en la voluntad general.

Estas ideas, aunque antiguas, resuenan en la propuesta aprista de un Nuevo Estado que sea fuertejusto y democrático en camino hacía una “revolución con pan y libertad”. El aprismo nos enseña que el Estado no puede ser un mero espectador de las injusticias, ni un sirviente de los intereses de unos pocos. El Estado debe ser el gran articulador de la justicia social, el garante de la soberanía nacional y el promotor del desarrollo integral. Un Estado que no solo administre, sino que transforme.

Las culturas preincaicas e incaicas nos ofrecen una lección invaluable: el Estado no es una invención moderna, sino una institución que ha evolucionado a lo largo de la historia. Civilizaciones como los ChavínMochicaNazca e Incas desarrollaron sistemas políticos y económicos avanzados, basados en la organización social, la gestión de recursos y la resiliencia. El Imperio Inca (Tahuantinsuyo) por ejemplo, nos dejó un legado de redistribución de la riqueza y trabajo comunitario que el aprismo rescata en su propuesta de un Estado que priorice el bien común sobre los intereses particulares. El Nuevo Estado que propone el aprismo debe ser un puente entre nuestro pasado glorioso y nuestro futuro promisorio, integrando los saberes ancestrales con las innovaciones del siglo XXI como lo señala el autor Eudoro Terrones Negrete.

El Estado en el sistema capitalista nos alerta sobre los riesgos de un modelo económico que prioriza el lucro sobre el bienestar social. El capitalismo ha generado crecimiento, pero también ha exacerbado las desigualdades y la dependencia de los países periféricos como el Perú. El aprismo, con su enfoque antiimperialista, nos llama a construir un Estado que defienda nuestra soberanía nacional frente a las presiones de la globalización y las corporaciones multinacionales. Un Estado que promueva una economía mixta, donde el sector privado y el público trabajen juntos por el bien común, pero siempre con el interés nacional como brújula hacía la unidad política y económica de Indoamérica; es decir un pueblo continente como señaló Antenor Orrego.

El aprismo no se conforma con una democracia formal, reducida al acto de votar cada cinco años. Propone una democracia funcional, donde el pueblo participe activamente en la toma de decisiones, donde las regiones tengan voz y voto, y donde las políticas públicas se construyan desde abajo hacia arriba. Esta es la única manera de recuperar la confianza en un sistema político que, hoy más que nunca, parece distante y ajeno a las necesidades reales de la gente. Finalmente, el aprismo nos llama a la unidad. No podemos construir un Nuevo Estado en medio de la división y el enfrentamiento. Necesitamos un proyecto nacional que nos una a todos: norte y sur, costa, sierra y selva, jóvenes y mayores, empresarios y trabajadores. Un proyecto que nos permita mirar al futuro con esperanza y determinación, que tenga como fuente de la confianza, la honradez.

El aprismo no es solo una ideología; es un compromiso con el Perú e Indoamérica. Un compromiso que nos exige pensar en grande, actuar con valentía y trabajar con honestidad. El Nuevo Estado que propone este libro no es una utopía, sino una necesidad histórica. Hoy más que nunca, necesitamos un Estado que sea fuerte pero no autoritario, justo pero no asistencialista, soberano, pero no aislacionista. Un Estado que nos permita mirar al futuro con orgullo y decir: ¡Este es el Perú que soñamos, el Perú que construimos, el Perú que merecemos!.

Fernando Calle Hayen

Lima, marzo de 2025 

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