Artículos periodísticos y de investigación

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29 de mayo de 2025

DEL SILENCIO A LA VOZ: EL UNIVERSO CREATIVO DE TEODORO J.MORALES DE LA CRUZ

DEL SILENCIO A LA VOZ: 

EL UNIVERSO CREATIVO DE TEODORO J. MORALES DE LA CRUZ



 

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


El artículo “Del Silencio a la Voz: El Universo Creativo de Teodoro J. Morales De la Cruz” es producto del análisis de su producción intelectual, trayectoria profesional y de los comentarios realizados a su obra. Como herramientas de investigación se utilizaron las Inteligencias Artificiales Gemini Advanced, Grok, ChatGPT4.0 y Perplexity.

El retrato de Teodoro J. Morales De la Cruz transmite varios aspectos de su vida personal y académica: Caballero de avanzada edad, con cabello oscuro y corto, peinado hacia atrás, frente amplia, viste formalmente (camisa, corbata y saco), sugiriendo una personalidad profesional, vinculada al ámbito académico y jurídico.El fondo blanco y la composición sobria refuerzan la imagen de seriedad, disciplina y compromiso intelectual y subraya su rol como figura pública en el ámbito cultural.

Teodoro Morales De la Ceruz nació en Tarma, el 9 de noviembre de 1942.Sus padres son Juan Manuel Morales Hurtado y Avelina de la Cruz Zurita de Morales.Contrajo matrimonio con Daría Montesinos Blanco, del que nacieron José Carlos Alberto, Paola Denisse, Marcia Ivette y Melissa Ann. 

Cursó estudios de Educación Primaria en el Centro Escolar N° 493 “José G. Otero” de Tarma y Educación Secundaria en el Colegio Nacional  “San Ramón” de Tarma. 

Los dos años de Letras y el primer año de Derecho los realizó en la Universidad Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica, para luego proseguir estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, donde obtuvo el grado académico de Bachiller con la tesis  “Los Sistemas de Amparo en el Régimen Minero” y el título  de abogado. En 1968 continuó estudios de doctorado. 

Teodoro José Morales De la Cruz es un prolífico y combativo abogado, notable escritor, insigne poeta, activo promotor de la cultura andina, la interculturalidad y el rescate de la identidad nacional; luchador social contra la globalización deshumanizante; descubridor y promotor de valores culturales, artísticos y literarios. 

También es fundador del Grupo Literario Sierra Adentro, integrante de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil (APLIJ)-Filial Tarma y colaborador permanente de revistas literarias locales, regionales y nacionales.Desempeñó funciones de Magistrado en el Poder Judicial hasta el año 2002.

El 17 de mayo de 1992 fue uno de los fundadores la Casa de la Cultura de Tarma y llegó a ser su Presidente. En comunión de ideas y con la participación de inquietos amantes de la cultura tarmeña se hizo realidad esta excelente iniciativa cultural.Cabe mencionar a los ciudadanos Oswaldo Villayzán Baldeón, Wilfredo Loja Oropeza, José Córdova Julca, Julián Loja Alania, Andrés Mendizábal Suárez, Gregorio Núñez Cerrón, Santiago Orihuela Luque, Karl R. Bernard Collao, Alonso Amarillo Miranda, Armando Pérez Porras, Marino Laurente Mayorca, Bernardino Córdova Pacheco, Isolina Lavado Huarcaya, Eleodoro Vargas Vicuña, Felipe Egoávil Mieses y Walter Carreño Medrano.

Teodoro J. Morales  es discípulo predilecto del maestro universitario César A. Ángeles Caballero, quien en uno de sus escritos recordó que Morales “hilvanó sus pasos estudiantiles con diligencia y capacidad en las aulas universitarias de San Luis Gonzaga de Ica. Me satisface profundamente este hecho singular. De un lado, porque Morales sigue calando in extenso en el quehacer literario; y de otro, encaminando sus pasos por el revolucionario menester de la creatividad poética, campo éste que lo viene absorbiendo con fecunda amplitud”[1]

Desde sus años de estudiante secundario se foguea en la lucha social alternando el estudio con el quehacer literario, particularmente la poesía.

A partir de la década del setenta se inicia el desborde de su chispa creadora, acrecentando su espíritu de rebeldía, consolidando su identificación con la problemática social, cultural y económica del pueblo, al fulgor de la experiencia cotidiana, a la vez que renuncia a toda forma de sumisión o dependencia creada por las élites de poder y las clases burguesas.

Como intelectual y abogado sus ideas se reafirman con contenido social y toman mayor proyección y trascendencia. Y como poeta de un nuevo mensaje generacional fija su momento creador en una patria de cambios integrales. “En mi palabra se encontrará al hombre en su preocupación de eternidad”, dice Teodoro J. Morales.

Escribió poesía sin mínimo cansancio vital. Su poesía es un viaje introspectivo que invita al lector a explorar los rincones más hondos de la existencia humana. Su poesía es de cuestionamiento, de denuncia, de contenido humano y social, responde a los problemas de su época con lenguaje rico, directo y evocador, con estilo propio, combinando la sencillez con la profundidad, provocando reflexiones y emociones, procurando la elevación del hombre en busca de su perfección y de una sociedad justa.

“Mi palabra quizá sea blasfemia para unos, para otros quizá la voz de un ultra. En fin de cuentas eso me importa poco”, así empieza escribiendo su testimonio poético Teodoro J. Morales, autor de DIARIO CONFLICTIVO DE CLASE (1974). Esta obra tuvo acogida y comentarios positivos no sólo en Perú sino también en el extranjero. En una nota enviada a mi persona (Lima, 26/05/2025), Morales De la Cruz me recuerda que en 1974 comenté su primir libro “Diario conflictivo de clase”  y “los curas lanzaron el grito, y mi libro cobró notoriedad. Gracias hermano y amigo, siempre reconocido”.

No hay razón para acallar toda producción intelectual, que como en este caso, -la poesía de clase- nos encontramos con un libro pequeño en dimensión, pero de gran significado, por contener un enjundioso enjambre de 17 poemas rubricados con tinta indeleble que cuestiona y pone en aprietos desde su invulnerable trinchera clasista una gama de aspectos de la vida, pincelada en algunos casos de escepticismo parcial y en otros de explicable negativismo religioso-cristiano cuando apunta Morales De la Cruz: “En mi palabra, tal vez, existe algo de demoníaco; y, es que para mí, dios y todo aquello que le parece es un carajo, producto del mismo sistema que alienta al hombre”.

Pero también podemos observar un lenguaje abierto, figurado, metafórico y satirizante en uno y otro pasaje, por ejemplo: “dios / y uno crece y se multiplica diariamente por accidente para seguir ahorrando tan sólo el aire en la alcancía /lib.e.r.tad, l/i/b/e/r/t/a/d/ l-i-b-e-r-t-a-d / Que la paz es el “sueño mágico de la amapola” / Que la paz es ponerse a engordar como un porcino / biblia/ se hacen viejas cuidando la edad de su barriga/ Tu humor negro también tiene veneno en su inocencia / Y todo y todos tienen su pureza digo pereza, una pereza santa y cotidiana en el bolsillo / busca a la mujer como su costilla in-separable / lengua de profeta en conserva / Perdono mis pecados. No espero perdón del cura ¿Qué si me confieso yo? PREGUNTO: ¿Yo lo confieso al cura?”.

La poesía de Teodoro J. Morales es el resultado de la interacción entre su vida personal y formación académica, su experiencia social e identidad cultural, elementos que se funden para producir una obra literaria auténtica y comprometida con su espacio y tiempo histórico.

Respecto a su vocación de escritor, Teodoro J. Morales de la Cruz manifiesta: “ Mi vocación de escritor nace conmigo, la sentía bullir dentro de mi espíritu, pero no encontraba la oportunidad para que esta se manifestara, y diera a conocer. En 1955, con el curso de Lenguaje, me acerqué a ese Universo, luego, aquello se afirma con el curso de Literatura; y esa inquietud (léase vocación) que vivía en mi, empieza a fluir poco a poco, y empiezo a escribir poemas, aquellos textos escritos en ese quinquenio (1956-1960) los fui recopilando en un cuaderno. Eran poemas escritos para mi silencio, no habían sido escritos para que fueran leídos por otros. En 1960 se rompió el secreto, y muchos de esos poemas fueron leídos por mis compañeros de promoción”[2].

Más adelante afirma: “Mi palabra nace como expresión de toda una época, la que se gesta dentro de un universo complejo en el que todos los valores habían perdido la autoridad que tuvieron, desde donde, uno va edificando una expresión nueva, para la cual, hago uso de muchos de los recursos conocidos, sin que eso signifique que mi expresión carezca de identidad propia”.

Finalmente, enfatiza: “Mi obra, es el producto de experiencias personales y culturales, a las que, se suman hechos históricos y sociales; en ellas, en parte están mis vivencias, que la motiva; y en parte, esa riqueza cultural que la moldea”.

He aquí uno de los poemas de Teodoro J. Morales:

 

  NO TODO SE SABE

 

Ese animal -que habita en uno,

en verdad asusta,

no es un ángel de luz – como bien

todos quisieran.

 

La vida no es fugaz – ni solo sueño / 

eterna es-ella.

 

No es solo tierra / agua, y un divino

mistrio azul;

la vida

va más allá…de esa sombra

que a todos le sigue.

 

Siempre hay un más allá / de lo que

se cree existe.

 

Hay un mundo infinito que de

siempre nos espera

al que se ingresa de una manera no convencional;

tan solo

hay que cruzar esa línea que

asusta-sin conocerla.

 

Esa puerta… no da ingreso a una

casa cualquiera.

 

Todos… un día la cruzarán-más allá

de toda arcilla,

para seguir rodando por esos

caminos que espera.

  

PRODUCCIÓN LITERARIA 

 

Su ignífera producción literaria se encuentra plasmada en muchas obras, la mayor parte de ellas de corte poético: “Diario conflictivo de clase” (1974), “Elegía a la Paz Violenta” (1975), “En Memoria de la Suerte” (1976), “Elegía a las Mil Razones i un Indiferencias” (1979), “Cantos a la Soledad Terrestre” (1980), “Palabras para el Desencanto” (1981). "En Campo Propio" (1981), "Imágenes para el Álbum de una Niña llamada Soledad" (1986), "Canto Para mi Silencio" (1986),  “Canto a Tarma i/a las imágenes extrañas de su paisaje” (1986), “Transparencia de la forma” (1988), “Instantáneas de la Voz” (1989), “Testimonio de creación poética” (1989), “Poética” (1989), “Transfiguración del insomnio” (1989), “Testimonios del carnaval tarmeño: Mulizas y huaynos de Pedro D. Macassi” (1990), "Heredad Antigua" (1999), "Encantamientos" (1999), “Tarma en su historia” (2000), Réquiem” (2000), “Tres estaciones para un sueño” (2001), “General…¡Presente!” (2003), "Edad sin Nombre" (Mitología Andina - 2004) y "Alameda de Ensueños" (2015),  “Extramuros del silencio” (2015) y “Elegía a Juan Manuel” (2017).

En el campo de la poesía es autor de infinidad de poemas: No todo se sabe, Cuando la desilusión asoma, Lo que asusta, Lo único que interesa, Horas en blanco, El gato que tengo en casa, El silencio, El tiempo, La real verdad de todo, Lo que no se quiere, Silencio que habla, El tiempo en su huida, Multiplicando espacios ciegos y Cómo entender todo.

También escribió los poemas: En el sueño de siempre, Nada es lo mismo, Lo que la vida da, La luz de sus ojos, El fantasma que se persigue, La canción de siempre, En ese laberinto que asusta, Qué hay más allá, Todo es sueño, No es fácil de entender, Hay que vivirla, Encuentro, Vuelo a lo insondable, La historia de siempre y La vida nos está hablando.

La voz serena, reflexiva y humana de Teodoro J. Morales  ofrece una experiencia estética que interpela a la sensibilidad y al pensamiento, consolidando su lugar preferencial como un poeta que, lejos del artificio, busca la verdad poliédrica y holística a través de la palabra.

Su voz poética resuena y destaca por el compromiso social, cultural y político, por la peculiar sensibilidad hacia los temas de la identidad, el tiempo, la memoria, la verdad, la libertad, la paz, la belleza,  la dignidad humana y la justicia social. Y temas acerca de Dios, mensaje de Jesús (Quinta palabra, desde la Cruz: Tengo Sed), elaborados con un lenguaje que oscila entre lo simbólico y emocional, entre lo jurídico y filosófico. 

La obra poética de Morales De la Cruz se inscribe en una tradición lírica comprometida con la introspección existencial, el arraigo cultural y la vivencia afectiva y circunstancial de lo cotidiano.

El lenguaje poético que utiliza es rico y expresivo, capaz de transmitir emociones, sentimientos y pensamientos creativo-críticos sobre la diversidad cultural y la identidad local, regional y  nacional.

Uno de los rasgos notables de su poesía es el uso evocador del paisaje, no como mero fondo descriptivo, sino como expresión simbólica de estados del alma. La naturaleza en su obra se convierte en espejo del ser humano, canal de nostalgia o esperanza, escenario de pérdidas o reconciliaciones. A través de una mirada contemplativa, el autor logra establecer un diálogo entre el sujeto lírico y el entorno, configurando una atmósfera de contemplación y recogimiento.

Otro aspecto digno de mención es su manejo del ritmo y la cadencia. Morales De la Cruz muestra una notable conciencia del valor sonoro del verso, lo que confiere a su poesía una musicalidad serena, a veces cercana a lo litúrgico. Esta musicalidad se ve reforzada por una dicción clara, por la elección precisa del léxico y por la estructura equilibrada de sus estrofas.

En cuanto a los temas, la obra de Morales De la Cruz aborda con hondura el paso del tiempo, el sentido de la vida, el dolor de la ausencia y la búsqueda espiritual. No se trata de una poesía evasiva ni ornamentada, sino de una reflexión lírica que invita al lector a acompañar al poeta en su itinerario de autoconocimiento y de resignificación de lo vivido. En ese sentido, su poesía puede leerse como un testimonio íntimo, pero también como una forma de resistencia frente a la fugacidad y el olvido.

Podría señalarse que, en ocasiones, el lirismo de su propuesta corre el riesgo de volverse reiterativo, especialmente cuando se recurre a imágenes ya conocidas o a fórmulas estilísticas algo previsibles. No obstante, incluso en esos momentos, la autenticidad de su mirada y la honestidad de su expresión compensan cualquier exceso formal.

 

Manifestación de su vida personal en la sensibilidad de su obra

La vida personal de Morales De la Cruz se manifiesta en la sensibilidad de su obra a través de la introspección, la honestidad emocional y una búsqueda interior constante. Su vocación de escritor surge desde la infancia y se consolida en la adolescencia, cuando comienza a escribir poemas motivados por inquietudes interiores y vivencias cotidianas. Sus primeros poemas fueron concebidos como "poemas para el silencio" o poemas de autoconocimiento, es decir, textos íntimos no destinados originalmente a la publicación, lo que revela una búsqueda interior y una necesidad de autodefinición. 

Estos textos, inicialmente privados, evolucionan hacia una poesía que transforma la experiencia íntima en materia universal, abordando temas como la soledad, el olvido, la búsqueda de la verdad, el sentido de la existencia y la belleza. Su obra es, en esencia, un testimonio vital donde la experiencia personal se convierte en poesía.

Influencia de las experiencias culturales y sociales en la obra poética 

Las experiencias culturales y sociales de Teodoro J. Morales constituyen un eje fundamental y determinante en su producción literaria. Como ocurre con muchos escritores latinoamericanos, su contexto de origen —en este caso, el Perú andino— le ha permitido nutrir su obra de una sensibilidad particular hacia las problemáticas sociales, la identidad regional y la memoria colectiva.

La identidad cultural, según la UNESCO, se construye a partir de la pertenencia a un grupo social y de la interacción con diversas culturas, lo cual se refleja en la literatura como un proceso de diálogo y reapropiación simbólica. 

Morales De la Cruz, al igual que otros autores de su generación, integra en su obra elementos de la vida cotidiana, la historia local y la diversidad cultural, lo que le permite abordar temas universales desde una perspectiva personal y situada.

El propio autor señala que su obra es “el producto de experiencias personales y culturales, a las que se suman hechos históricos y sociales; en ellas, en parte están mis vivencias, que la motiva; y en parte, esa riqueza cultural que la moldea”. 

Su poesía surge en un contexto de cambios profundos, en una época compleja, marcada por la transformación de valores y la búsqueda de nuevas formas de expresión, donde los valores tradicionales pierden autoridad y se impone la necesidad de buscar nuevas formas de expresión, de sentir y decir.

 Así, su palabra poética nace como testimonio de una época compleja, reflejando tanto la realidad social de su entorno como su inconformidad y búsqueda de sentido. Su sensibilidad le permite captar y transmitir el dolor, la soledad, la inconformidad y la búsqueda de sentido en un mundo cambiante, abordando temas universales a partir de su experiencia particular.

Combinación de vivencias y cultura para construir su identidad poética

Morales De la Cruz combina sus vivencias personales, su entorno social y su riqueza cultural para construir una identidad poética auténtica. Su obra es resultado de la interacción entre la experiencia individual, la memoria colectiva y la tradición cultural andina, articulando lo íntimo con lo social y lo local con lo universal. Así, su poesía se convierte en un espacio donde confluyen la historia, la cultura, el medio ambiente y la vida personal, dando lugar a una expresión artística única y representativa de su tiempo y su lugar.

Innovación poética a partir de su formación académica

La formación académica de Teodoro J. Morales enriquece e impulsa la innovación en su obra literaria. Estudió Letras y Derecho, culminando sus estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde obtuvo el grado de Bachiller y Abogado, además de iniciar estudios doctorales. Esta sólida base intelectual le otorga rigor analítico, perspectiva crítica y herramientas teóricas que se reflejan en la estructura y profundidad conceptual de su poesía. El acercamiento temprano a los cursos de Lenguaje y Literatura fortaleció su vocación y le proporcionó recursos técnicos para desarrollar una voz poética innovadora, capaz de dialogar tanto con la tradición como con las exigencias de su tiempo.

Enriquecimiento de la expresión literaria por su formación académica

La formación académica de Morales De la Cruz, especialmente en Derecho y Letras, enriquece notablemente su expresión literaria. Sus estudios doctorales le permiten tener rigor intelectual, capacidad de análisis, visión crítica e identidad conceptual.La disciplina intelectual y el conocimiento de las normas legales adquiridos en el ámbito jurídico se reflejan en la estructura y el rigor de sus textos.

Su formación profesional humanista le habilita para abordar cuestiones filosóficas y existenciales desde una perspectiva literaria, articulando la experiencia personal con la problemática sociocultural de su tiempo. El acercamiento temprano a los cursos de Lenguaje y Literatura fortaleció su vocación y le proporcionó herramientas teóricas y técnicas para desarrollar una voz poética sólida y reflexiva.

Recursos para construir y expresar su identidad literaria y cultural propia

Para construir y expresar su identidad literaria y cultural propía, Morales De la Cruz emplea diversos recursos: autobiografía y memoria, lenguaje simbólico y metafórico, evocación de la oralidad, la tradición y la modernidad, diálogo entre lo individual y colectivo y reflexión existencial.

  • Autobiografía y memoria: Utiliza sus propias vivencias y recuerdos como materia prima para sus poemas, dotándolos de autenticidad y cercanía. Sus primeros poemas, escritos en la adolescencia, eran textos íntimos, recopilados en un cuaderno y destinados inicialmente a su propio silencio. Esta introspección le permite conectar lo personal con lo colectivo, reforzando la autenticidad de su voz poética. Reflexión sobre la memoria y la historia, entendiendo la literatura como un espacio para el reconocimiento del pasado y la proyección del futuro.
  • Lenguaje simbólico y metafórico: Recurre al uso de metáforas, imágenes y símbolos que remiten a la vida cotidiana, la ironía, la evocación de espacios familiares (la casa, la ciudad, el paisaje andino), la naturaleza, la historia, el lenguaje, las costumbres y los valores colectivos de su tierra natal y región, conectando lo individual con lo colectivo y dotando a su poesía de una identidad singular y regional.
  • Evocación de la oralidad, la tradición y la modernidad: Su poesía dialoga con la tradición oral andina y peruana, preservando y transmitiendo costumbres y valores culturales, siguiendo la función histórica de la poesía como medio de preservación cultural.
  • Diálogo entre lo individual y lo colectivo: articulando la experiencia personal con la problemática social y cultural de su espacio y tiempo histórico.
  • Reflexión existencial: Aborda temas como la soledad, la paz, la vida, la muerte, el olvido, la cólera, la inconformidad con el mundo y la esperanza, explorando la condición humana desde una perspectiva local y universal, convirtiendo la experiencia individual en una voz colectiva que dialoga con la realidad social universal.

 

RECONOCIMIENTOS Y APORTE CULTURAL

Reconocimientos

El 16 de noviembre del 2007 y por resolución de Alcaldía N° 325-2007-MPH/A, la Municipalidad Provincial de Huancayo, teniendo en consideración de ser “un escritor, creador e investigador de la Literatura de la Región Junín y autor de Diario Conflictivo de Clase y de probada trayectoria intelectual”, resuelve en su artículo primero: “Entregar el Escudo de la Nación Wanka al escritor Teodoro José Morales De la Cruz, POR SU APORTE A LA LITERATURA REGIONAL Y POR ENDE DEL PAÍS”.

La Universidad Nacional Autónoma Altoandina de Tarma lo felicitó en el año 2023 por su gran creación poética y literaria, así como por sus investigaciones en el campo de las humanidades, que contribuyen a la cultura y literatura de la provincia de Tarma. 

El 8 de noviembre de 2024, la Unidad de Gestión Educativa de la provincia de Tarma (UGEL) le rindió el merecido y justo homenaje a su trayectoria y producción intelectual.

El CCI Utopía Poética Universal, el Círculo Internacional de Embajadores Culturales y el Programa Internacional de Homenajes Virtuales en Vida, otorgan el Premio Internacional de Literatura “Dr. José Manuel Equihua Estrella” al Ilustre Poeta Teodoro J. Moral /Perú, “en merecido reconocimiento por su importante trayectoria en el quehacer poético y una cultura de paz en beneficio de la humanidad”. Michoacán, México, 21 de Marzo de 2025, Día Internacional de la Poesía.

Dos años después, el 23 de abril de 2025, la Universidad referida le otorgó un Diploma de Reconocimiento, “por ser presentador del libro “Tarma: La Perla de los Andes”, y por “su valiosa contribución esencial para poner en valor la riqueza histórica, cultural y social de Tarma, fortaleciendo el conocimiento contextualizado de nuestra región y promoviendo una mirada más profunda y pertinente sobre su realidad”. 

Desde la República Bolivariana de Venezuela,Maracay, Estado Aragua, con fecha abril del 2025, “El Arte de la Pluma” otorga el reconocimiento Premio al espíritu poético Andrés Eloy Blanco, a Teodoro J. Morales con las expresiones: “Gracias a su vibrante espíritu poético, y a sus valiosas y constantes publicaciones que han enriquecido nuestro grupo durante este primer trimestre del año, su dedicación y pasión por la poesía reflejan el espíritu entusiasta y creativo del insigne poeta Andrés Eloy Blanco”.

El 26 de mayo del 2025 en el Museo José Carlos Mariátegui de Lima se realizó un homenaje al Dr. Teodoro J. Morales De la Cruz con la entrega del Premio / Medalla PALABRA EN LIBERTAD en mérito a su importante y trascendente trayectoria literaria como poeta, cuentista, crítico literario, investigador literario, promotor literario y sobresaliente jurista.

 

Aporte de su formación académica a la innovación literaria

La formación académica de Morales De la Cruz enriquece e impulsa la innovación en su obra literaria. Estudió Letras y Derecho, culminando sus estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde obtuvo el grado de Bachiller y Abogado, además de iniciar estudios doctorales. Esta sólida base intelectual le otorga rigor analítico, perspectiva crítica y herramientas teóricas que se reflejan en la estructura y profundidad conceptual de su obra literaria. El acercamiento temprano a los cursos de Lenguaje y Literatura fortaleció su vocación y le proporcionó recursos técnicos para desarrollar una voz poética innovadora, capaz de dialogar tanto con la tradición como con las exigencias de su tiempo.

 

Aporte cultural

En el transcurso de su quehacer profesional, a Teodoro J. Morales no le fue ajeno la pupila de investigador y una sin igual perspicacia para percibir los cambios de los tiempos, a la vez definirlos ajustado a los requerimientos de las nuevas generaciones.

Su producción literaria y poética es el resultado de una profunda interacción entre la experiencia vital, el entorno cultural y la formación académica, elementos que se proyectan tanto en su literatura como en la imagen pública que transmite.

La obra de Teodoro J. Morales, consiguientemente, constituye un aporte valioso para la literatura en general, la poesía en particular y la cultura  a nivel de Tarma, de la región Junín y del Perú. 

Su compromiso con la literatura y la poesía es un ejemplo a seguir para quienes buscan expresar su creatividad y visión del mundo en pleno siglo XXI. Su legado seguirá inspirando a lectores, poetas y escritores por generaciones venideras.

Teodoro J. Morales, quien cumple el 9 de noviembre del 2025 ochentitres (83) años, ha sabido vivir bien compenetrado de los usos, costumbres y formas de vida de su ciudad natal, Tarma. 

Toronto, Canadá, 29 de mayo de 2025.

  


[1] César A. Ángeles Caballero, en el Prólogo a la obra “Elegía a la Paz Violenta” de Teodoro J. Morales, Lima, 1975.

[2] Biografía de Teodoro J. Morales de la Cruz. http://teodorojmorales.blogspot.com/p/biografia-del-autor.html

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