Escribe: Eudoro Terrones Negrete
En los últimos meses del presente año, no sólo hacen noticia determinados congresistas, autoridades, profesores, policías, etc., con sus faltas de ética, sino también conductores de programas de televisión, particularmente de espectáculos, y personas que fungen de periodistas, que encubren el chuponeo institucionalizado e incurren en delitos contra el honor y la buena imagen de las empresas e instituciones.
Para quienes conciben a la información como una mercancía codiciada, con fines a satisfacer sus pruritos de poder económico, es fácil obtener el mayor rating de sintonía con programaciones de corte sensacionalista, deshumanizante y sin valores éticos.
Y en el colmo de la irresponsabilidad y la deshonestidad, los autores pretenden justificar sus actos reprochables alegando que es una cortina de humo o una campaña psicosocial desplegada por el gobierno para encubrir presumibles problemas de corrupción.
Al respecto vale la pena recordar las palabras del profesor Carlos Soria: “poner trampas para que el entrevistado caiga en ellas, utilizar documentos robados, ocultar la propia identidad de informador, inventarse historias, plagiar el trabajo de otros, actuar con malevolencia, mala fe, falta de respeto hacia las personas o haciendo de los intereses creados el norte de la información, es pura y simplemente corrupción”.
No nos parece bien que por culpa de unas cuantas personas, el descrédito tenga que recaer en la mayoría de los buenos periodistas, y el periodismo sea visto como una profesión devaluada en su imagen y nada edificante.
Periodismo ético es lo que necesitamos todos los peruanos, periodismo veraz, responsable, transparente, que respete los derechos humanos, la Constitución y las leyes de la República , la vida privada de las personas, la verdad en la información y el comentario.
Ya es una frase popular: Para decir mentiras en el periodismo y comer pescado, hay que tener mucho cuidado. Quien no la debe no la teme. Cuando se practica la responsabilidad social, más vale “hacer dormir” una primicia aún no verificada, que difundir o publicar una noticia falsa.
En fin, más vale prevenir que lamentar. Y prevenir delitos jurídicos y faltas éticas conlleva a practicar el autocontrol ético. Al respecto hay sistemas de autocontrol que incluye la línea editorial del medio, el Libro de Estilo, el Ombudsman, el Código de ética periodística, el código de ética de los gremios de la prensa y del Colegio de Periodistas del Perú, el Tribunal de ética y los consejos de ética, la conciencia ética del periodista.
La prensa tiene un gran poder, pero debe utilizarse con mucha responsabilidad social, jurídica, ética e independencia de criterio, para evitar problemas de diversa naturaleza.
Lima, 27 de octubre de 2008.
27 de octubre de 2008
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