LOS “COMPAÑEROS DE LUCHA” (*)
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
El reciente viaje del presidente Ollanta Humala a Cuba ha generado opiniones a favor y en contra, respecto a sus reales propósitos, en un momento en que la salud de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, se deteriora con posible riesgo de un desenlace fatal, aunque no deseado por cientos de miles de sus partidarios.
Indiscutiblemente, Cristina Fernández, Ollanta Humala, Evo Morales, José Mujica y Daniel Ortega están dando muestras singulares de ser socios de un mismo proyecto ideológico: “socialismo del siglo XXI”, al llamarse “compañeros de lucha”. El vicepresidente de Venezuela, Nicolás Maduro llamó al mandatario peruano “compañero de lucha de Chávez”.
En un exceso de simpatía personal ideológica y de valoración política, Isaac Humala, padre del actual presidente Ollanta, llegó a decir que “Chávez es la reencarnación de Simón Bolívar…”. Se olvidó agregar también: y de Fidel Castro.
Suscribir convenios de cooperación técnica, fortalecer lazos históricos con países vecinos, mantener relaciones internacionales con todos los países del mundo, claro que son importantes para todo país democrático; pero devienen en expresiones sin sentido, cuando de por medio se las utiliza para abrirse la oportunidad y estrecharse cálidos abrazos como expresión de fortalecimiento de lazos ideo-políticos.
Más atinada fue la declaración de Alan Wagner cuando señaló: “Pienso que debemos tener una política exterior abierta y, en el plano regional, buscar fortalecer estos mecanismos procurando no profundizar en las diferencias ideológicas y políticas que pueden haber”.
Un verdadero demócrata, –sin pasamontañas, tanques ni fusiles-, jamás inclina la frente ante caudillos que utilizan la democracia para engañar al pueblo y eternizarse en el poder, a costa de comprar la conciencia de las masas con políticas populistas o asistencialistas, que dan pescado y no enseñan a pescar, que ofrecen convocar a Asamblea Constituyente para elaborar y aprobar una nueva Constitución política, que permita el fin reeleccionista de algún presidente y de toda su familia.
Así como van las cosas, es posible que a mediano plazo el panorama político latinoamericano experimente un shock. Algunos caudillos y dictadores caerán por su propia naturaleza finita, como muchos otros dejaron de ser en tiempos pasados, tras ofrecer el cielo y la tierra y terminar dando infierno en la tierra luego de encadenar el cielo.
Entonces, llegará nuevos tiempos de reflexión, autocrítica, mutuocrítica y redefinición del rumbo a seguir por los pueblos que aman la libertad y luchan por la justicia social multidimensional.
Mientras tanto, no queda más al pueblo que dar tiempo al tiempo, esperar en la acción combatiendo a las dictaduras, sea de abajo o de arriba, traiga el disfraz que escoja o venga de donde viniere.
(*) Publicado en el diario DEL PAÍS, Lima, martes 16 de enero de 2013.