LOS PERIODISTAS Y LA OPINIÓN PÚBLICA
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Se dice que un asunto, tema o problema en el campo de la información y la comunicación
es opinable cuando puede ser defendido en pro y en contra de manera individual
o colectiva a través de un medio.
Opinar es tener o formar opinión, es expresar la opinión individual,
grupal o colectiva, de manera verbal o por escrito, haciendo uso de un medio,
es hacer conjeturas relativas a la verdad o certeza de un hecho, tema o
problema de interés público. Y una opinión es un juicio que se tiene sobre algo
o alguien cuestionable en cuanto a su forma de pensar, actuar o comportarse.
La opinión periodística es la opinión particular de un periodista ante
un hecho, tema o problema que ocurre en la realidad natural o social, que lo
expresa en un mensaje y lo difunde a través de un medio de comunicación.
El término "opinión pública" aparece por vez primera en 1750
con el filósofo francés Jean Jacques
Rousseau, en su obra Discurso sobre las artes y las ciencias.
La expresión opinión pública que se usa actualmente, se remonta a mediados del siglo XVIII. No obstante antes de aquel momento se manejaban términos parecidos como opinión común, opinión popular, voluntad general, vox populi, etc. que hacen referencias indirectas sobre la opinión pública[1].
Decía el Gran Libertador don Simón Bolívar: “La
opinión pública es el objeto más sagrado,
ella ha menester la protección de un
gobierno ilustrado, que conoce
que la opinión es la fuente de
los más importantes acontecimientos".
La opinión pública viene a ser el conjunto de ideas, creencias o
convicciones sostenidas por un grupo humano de cierta significación colectiva y
relacionada con algún hecho, tema o problema que acontece, interesa y preocupa
a la sociedad. Es la opinión general y predominante sobre los problemas que
centran la atención de la vida pública.
La opinión pública es una forma de expresión del
punto de vista que una comunidad humana tiene respecto de diferentes y apremiantes
temas y problemas públicos, -no privados-, que centra la atención de la vida pública
y de los cuales espera la solución.
El periodismo, que forma parte de las ciencias de la comunicación social,
tiene un importante, decisivo y trascendente rol en la formación de la opinión
pública. Y la formación de la opinión pública requiere de varias fases o etapas:
a) Que interese a la comunidad; b) Que el tema o problema sea importante, de
interés colectivo y pueda ser discutirse; c) Que haga posible el desarrollo de
diversas propuestas o soluciones; d) Que las iniciativas contribuyan a
solucionar el problema y no a profundizar las contradicciones.
“Public opinión poll”, escrutinio de la opinión pública, es el nombre que tiene en los Estados Unidos
de Norteamérica la investigación metódica del sentimiento público, de sus
reacciones mentales y de su voluntad de acción, en materia económica, social, ecológica,
política o religiosa.
La opinión pública se exterioriza de diversas maneras. A través de
huelgas, protestas callejeras, movilizaciones pacíficas o violentas, bloqueos
de las vías de circulación, tomas de carreteras y de establecimientos públicos
y privados, entre otros.
La opinión pública en un Estado autoritario, dictatorial o de extrema
izquierda no siempre es escuchada. No existe opinión
pública en los Estados autocráticos, pues no hay libertad de opinión ni de
expresión, no hay debate público y sólo hay la voz oficial del dictador.
Pero sí es racional y justa la protesta, tarde que temprano tendrá que
ser escuchada y atendida en sus demandas por un gobierno democrático, porque
está garantizado constitucionalmente la libertad de opinión, de expresión y de
difusión por cualquier medio de comunicación y bajo responsabilidades de ley.
Mientras
que para muchos autores sí existe opinión pública, para algunos otros, entre ellos el sociólogo francés Pierre Bourdieu, “la opinión pública no existe”, porque precisamente la
estadística no es garantía de imparcialidad,el grado de error muestral, el tamaño de la muestra, la
representatividad de la población, además porque
son los malos periodistas y medios, sin formación axiológica y ética, los que toman postura sobre determinado sondeo de opinión pública de determinada
empresa y difunden las opiniones que desean por determinados medios de
comunicación.
Para averiguar el estado de la opinión pública se utiliza los sondeos de opinión. El sondeo de la opinión pública se efectúa mediante encuestas aplicadas a un sector de la población.
La opinión
pública se caracteriza por ser a favor o en contra sobre algo o alguien; por
ser la expresión de la voluntad común; por representar temas y problemas de
interés social; por demandar una pronta solución en aras del bien común; por
ser expresada libre, pública y críticamente a través de un medio, por gentes
ajenas al gobierno; por tener influencia en la toma de decisiones; por estar
relacionada con las corrientes de información en vigencia. La opinión pública se caracteriza, además, por ser
abstracta, abierta, plural, competitiva, colaborativa y fluctuante
progresivamente.
Factores componentes de la opinión pública
De las
varias clasificaciones es interesante la propuesta del profesor Bernard C.
Hennessy en su libro “Opinión pública”,
para quien los factores o componentes de la opinión
pública se pueden agrupar de la siguiente manera[2]:
·
La presencia de un tema. La opinión pública se forma alrededor de un tema o conjuntos de temas
públicos que se encuentran en el tapete y que ocasionan posturas contrapuestas.
·
La naturaleza del público. Hay muchos públicos
volcados hacia diferentes focos de interés. Cada tema genera su propio público,
aunque en muchos casos algunos individuos se sitúen en diversos públicos.
·
Un complejo de creencias del público. Se trata de la
distribución de las opiniones sobre un tema. Hay que tener en cuenta que
algunas creencias y sólo algunas son mutuamente excluyentes entre sí. Ellas
están en función de las actitudes y experiencias anteriores, como de la
complejidad del tema. Algunos temas homogenizan públicos y otros no. Este
conjunto se denomina “complejo de creencias”. En política suele presentarse una situación dicotómica: posición de
mayoría y de minoría.
·
La expresión de la opinión
pública. Resulta desde los medios de comunicación de toda su variedad hasta
los gestos, mímica y todos los códigos simbólicos.
·
El número de personas involucradas: en cada caso el
número es diferente y quizá incierto; lo importante es que el número sea capaz
de producir algún efecto.
Estos
componentes son básicos para entender los complejos pasos que conforman la
estructuración y cambios en la opinión pública.
Importancia de la opinión
pública
La
opinión pública es muy importante en todo tiempo y lugar, pero fundamentalmente
en todo Estado de derecho, régimen político democrático y en toda sociedad civilizada
y culta.
Los
sistemas políticos basan su fuerza de apoyo en la opinión pública. Los
políticos, economistas, empresarios, investigadores y profesionales en general tienen
en cuenta a la opinión pública con el fin de obtener mayor apoyo o aprobación, adecuada
información sobre la percepción del público respecto a sus gestiones, planes,
programas, proyectos y acciones que realizan.
La opinión
pública es un excelente evaluador de los planes, programas y proyectos de
gobierno, proyectos empresariales, planes estratégicos institucionales, etc.,
para saber a ciencia cierta lo que la ciudadanía piensa sobre ellos, sobre lo
que quiere, desea, acepta, rechaza, censura y
aspira, sobre sus intereses, necesidades, motivaciones y aspiraciones en
el transcurso del tiempo; sobre el cumplimiento o incumplimiento de los
objetivos, fines y metas de desarrollo.
Los
periodistas y medios de comunicación ejercen un papel importante en las sociedades, toda vez que tienden a
modelar, forjar y guiar la conciencia colectiva, a recoger, comentar, difundir la opinión pública e inclusive evolucionar y
cambiarla a lo largo del tiempo en función a factores sociales, políticos,
económicos, culturales, ecológicos, etc., pero sin manipular ni maquillar la
verdad.
En el
campo de las comunicaciones sociales el artículo de opinión es un texto
periodístico que exterioriza el sentir o el pensar de un periodista o de un
profesional especializado en determinado tema o problema.
Por
ejemplo, se efectúan y difunden permanentes sondeos de la opinión pública sobre
el problema de la inseguridad ciudadana, la congelación de las remuneraciones,
el alza del costo de vida, el desempleo, la baja calidad educativa, la
corrupción e inmoralidad en las instituciones públicas y privadas, el
narcotráfico, el terrorismo, la violencia estructural, la pobreza, el aborto,
la manipulación de las informaciones, la concentración de los medios de
comunicación, el cumplimiento o incumplimiento de las promesas electorales de
los políticos o del gobierno de turno, entre otros.
Se dice
que la opinión pública siempre es abstracta, por cuanto sólo se puede recoger a
través de encuestas, entrevistas, asambleas ciudadanas etc. La encuesta permite
conocer cómo es el clima de opinión de la ciudadanía a través de muestras
representativas del universo sobre determinado tema o problema. La encuesta
mide la opinión de los ciudadanos a través de un cuestionario formulado con
alternativas excluyentes. Pero el periodista ético debe tener mucho cuidado con
aquellas encuestas fantasmas que son
manipuladas y aparecen para apoyar a determinados candidatos que postulan para
ocupar cargos en los gobiernos locales, regionales, nacionales y en el congreso
de la República.
“Las
irregularidades cometidas en la publicación de resultados constituye un grave
peligro para la legitimación de esta técnica de investigación social. De ahí
que los principales institutos y empresas de estudios de opinión, agrupados en
la Asociación Mundial de Opinión Pública (WAPOR), han acordado un código que
establece un conjunto de normas éticas, obligando a los propios encuestadores,
y que debiera ser respetado por los medios de comunicación, cuando informan de
resultados de encuestas. Este Código de Ética ha sido suscrito por centenares
de instituciones en todos los continentes y está siendo, en general, seguido
por los medios de comunicación más serios del mundo. De acuerdo a estas normas,
cada vez que se informe de los resultados de encuestas se debe indicar el
nombre de la institución que la hizo, para que se haga responsable de ellos; en
segundo lugar, debe entregarse la información técnico-metodológica, con
indicación de la muestra, el universo que ha sido estudiado, su tamaño y la
forma en que se recogió la información, si se trata de entrevistas cara a cara
o por teléfono”, en tercer lugar, se debe informar la fecha de realización del
trabajo de campo, para precisara el momento en que se tomó la muestra y, con
ello, limitar sus alcances a los factores existentes en esa oportunidad. El
respeto a estas normas éticas constituye un paso indispensable para la
consolidación de las encuestas como una técnica de investigación social que
sirva a los estudiosos, a los decisores públicos y privados y a la opinión
pública en general. La principal responsabilidad en el cumplimiento de estas
normas radica en los propios encuestadores, pero también en los medios de
comunicación. Estos se debieran inhibir de encargar encuestas que no reúnan las
mínimas bases técnicas, lo cual se produce, por ejemplo, cuando se reduce el número
de casos o se recurre a las encuestas telefónicas, sabiéndose de antemano que
este medio no está suficientemente difundido en nuestros países. Tampoco
debieran informar los resultados de encuestas de cuya existencia y seriedad no
existan persona o instituciones que se hagan responsables. Obviamente, también
deberían resistir la tentación de informar resultados tan parciales que la
encuesta pierda sentido.”[3]
Los
periodistas y medios de comunicación son los principales formadores de la
opinión pública y el tratamiento que efectúan de los hechos de actualidad
inciden en el pensamiento de la población
y en la conducta de los conglomerados sociales (aceptación, rechazo, protesta,
censura, simpatía, antipatía). Es común escuchar expresiones como las
siguientes: “Los congresistas de la República no escuchan la voz del pueblo”,
“El presidente de la República no hace caso a la opinión pública”, “La opinión
pública en el Perú exige solución a los problemas del país”, “La opinión
pública exige respuestas concretas al problema de la educación privada y
pública en todos sus niveles y modalidades”. Y así por el estilo.
[1] http://www.mercaba.org/FICHAS/Capel/opinion_publica.htm
[2] Citado en Gómez, Luis Aníbal: Opinión Pública y Medios de Difusión.
Ciespal/Fundación Friedrich Ebert, Quito, 1982. Pág. 116-122.
[3] Huneeus,
Carlos. Artículo: Las encuestas de
opinión pública en las nuevas democracias de América Latina.
http://offnews.info/downloads/Kas-ciedla.pdf