Artículos periodísticos y de investigación

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1 de febrero de 2025

Faltas a la ética periodística

FALTAS A LA ÉTICA PERIODÍSTICA

Imagen generada por Inteligencia Artificial ChatGPT

Escribe: 

Dr. Eudoro Terrones Negrete

 

El periodista incurre en faltas a la ética periodística, en los casos y las acciones siguientes:

Aceptar pagos, dádivas y otros tipos de prebendas, ventajas o prerrogativas que condicionen su actividad o el procesamiento de la información.

Aceptar y fomentar el principio de que el fin justifica los medios.

Amenazar, extorsionar u ofrecer favores para obtener informaciones o
declaraciones.

Amparar y encubrir los hechos que generen contaminación y destrucción ambiental en todos los ámbitos del territorio nacional, internacional y mundial.

Atacar de manera injustificada a la dignidad, al honor o al prestigio de las personas, instituciones o grupos.

Cobrar dinero “bajo mesa” por omitir información privilegiada sobre casos de corrupción e inmoralidad en la que están involucrados distinguidas personalidades, autoridades públicas y privadas.

Cometer el delito de cohecho, ofreciendo, pidiendo, aceptando o recibiendo un beneficio personal a cambio de actuar o dejar de actuar en el ejercicio de un cargo público.

Cometer el delito de extorsión, al obligar a una persona, a través de la violencia, coacción o intimidación, a realizar u omitir un acto o negocio jurídico, con ánimo de lucro y con la intención de producir un perjuicio patrimonial  o bien del sujeto pasivo y bien normalizado.

Contratar o permitir el ejercicio del periodismo a personas que no están
habilitadas para ello (“intrusismo”) o que induzcan a otros colegas a contravenir el Código de Ética de su centro laboral o del Colegio Profesional de Periodistas.

Contravenir las normas y las recomendaciones de los códigos de ética de la comunicación.

Dar cabida a discriminaciones ideológicas, religiosas, de clase, raza, género, discapacidad en todas sus formas, o que lleven a la ofensa o menoscabo de personas naturales o jurídicas.

Decir las cosas no para ayudar o realizar un cambio en las personas e instituciones, sino por morbo, por vedetismo.

Delación de un perseguido, al cual se ha tenido acceso a través del ejercicio profesional;

Delitos contra el honor de las personas: difamación, calumnia e injuria,

Denigrar a otros periodistas, y a otros medios de comunicación a través de la descalificación personal o por otro medio y que conlleve un descrédito  profesional.

Desacreditar la vida privada de las personas, salvo que la conducta de ellas exija la divulgación de sus actos por razones de sanción pública.

Descalificar profesionalmente a otro colega.

Desinformar de manera premeditada.

Dictar o aplicar normas de censura por parte de comunicadores que ejerzan cargos directivos.

Difundir comentarios de políticos, que fueron emitidos fuera de micrófonos pero con las cámaras en marcha.

Efectuar comentarios, columnas o editoriales fundados en hechos falsos o en simples rumores.

Efectuar chantaje contra personas, instituciones o grupos.

Emplear expresiones groseras al redactar un artículo periodístico, una entrevista o un reportaje.

Falsear su identidad haciéndose pasar por lo que no es -policía, fiscal,
abogado, congresista, inspector, etc-.

Faltar respeto a la propiedad intelectual.

Fomentar el racismo, la discriminación, la opresión, la marginación, la desigualdad y la injusticia social.

Fomentar la competencia desleal en el mercado de trabajo a cambio de
honorarios o haberes inferiores a los establecidos por las leyes en vigencia.

Hacer creer a la opinión publica (así como a las propias familias de desaparecidos e injuriando a las víctimas), que los desaparecimientos de personas en un régimen  dictatorial, no son más que acusaciones de contrarios al gobierno.

Identificar a las víctimas de delitos sexuales, cualquiera sea su edad o
condición sexual, sin consentimiento de ellas.

Incurrir en delito de soborno, al ofrecer, solicitar, aceptar o conceder un beneficio indebido a una persona para que actúe o se abstenga de hacerlo en el cumplimiento de sus funciones.

Incurrir en delito doloso mediante intención maliciosa de incumplir una obligación o de causar un daño, que conlleve condena judicial.

Incurrir en plagio, al copiar en lo sustancial obras ajenas, haciéndolas pasar como propias.

Introducir en el medio de comunicación en que
trabaja, mensajes que favorezcan a la empresa, persona o institución para la que realiza simultáneamente labores de relacionador público, asesorías o similares.

Invocar la aplicación de leyes que lesionen la libertad de expresión e información.

La delación de un perseguido, al cual se ha tenido acceso a través del ejercicio profesional.

Mercantilizar las informaciones, los comentarios, las entrevistas y los reportajes.

No establecer una distinción clara entre los hechos,  las opiniones y las interpretaciones y realizar confusión o distorsión deliberada de ellos.

No garantizar el derecho a que se publiquen las  rectificaciones en los plazos legales establecidos y sin adulteración.

No guardar el debido respeto a los símbolos patrios y  a la memoria de los héroes y próceres nacionales.

No guardar el secreto de sus fuentes de información y no  respetar  la confianza que le otorga al poner en su conocimiento antecedentes reservados.

No guardar el secreto profesional periodístico.

No respetar la intimidad de las personas en situación de aflicción o dolor, a la vez que especular y entrometerse gratuitamente en sus sentimientos y circunstancias.

No respetar ni defender los intereses nacionales.

No salvaguardar la presunción de inocencia de los acusados  mientras el tribunal competente no haya dictado sentencia.

Ocultar y distorsionar datos, informaciones o declaraciones premeditadamente y con fines innobles e inconfesables.

Participar en la violación a los derechos humanos.

Pinchar teléfonos o interceptar las conversaciones privadas de personalidades, entre ellas  de políticos, con fines de incrementar el rating.

Practicar el “periodismo de chequera” y el “periodismo canalla” que omiten ciertas realidades y cubren en exceso otras, llevados por el interés de unas cuantas monedas y la búsqueda desesperada de audiencia que al deber de fiscalizar a los poderes del Estado.

Prestar servicios profesionales por sumas inferiores a las establecidas por ley.

Promover el egoísmo, la avaricia, el fanatismo, el desprecio por el otro,  la ambición desmedida de poder político y poder económico, la vulgaridad y la degradación de las costumbres y tradiciones de los pueblos.

Publicar como noticia de interés público lo que por su naturaleza es material publicitario.

Publicar datos o informaciones que no hayan sido confirmadas por fuentes fidedignas.

Publicar el nombre o las imágenes de menores de edad, o el nombre de sus padres o toda aquella información que conduzca a identificar a la víctima.

Publicar información vinculada con el contenido de un remitido pagado, uno frente al otro, por considerar un uso ventajoso en desmedro de quien paga el aviso.

Publicar o hacerse eco de opiniones que discriminen por razones de religión, raza, sexo, afiliación política, profesión, clase social o nacionalidad.

Publicar por adelantado algún material informativo, noticias, declaraciones, documentos o fotografías suministradas para su publicación en fecha y hora previamente determinadas.

Realizar desinformación premeditada.

Realizar discriminación racial, nacional, o alguna otra referencia que pueda ofender a terceros, sean personas naturales o jurídicas.

Recibir financiamiento de la CIA, de empresas nacionales y transnacionales y de grupos de poder económico y ONGs (Organismos No Gubernamentales) para desestabilizar y complotar contra un gobierno democrático y coadyuvar al golpe de Estado.

Recurrir a subterfugios - como utilizar identidades falsas,  cámara o micrófonos ocultos-para la obtención de informaciones y declaraciones.

Revelar fuentes, informaciones, datos, referencias y asuntos de carácter
reservado del  medio de comunicación o del centro de trabajo donde labora el periodista.

Robar información o conseguirla por métodos indebidos como fingir ser otra persona, engañar o grabar sin autorización.

Usar imágenes que atenten contra la dignidad de las personas,

Usar los privilegios derivados de la profesión periodística para obtener
ventajas, prerrogativas o beneficios personales o para favorecer a terceros con fines ajenos a sus funciones.

Utiliza la obscenidad u otras formas de inmoralidad como atractivo mercantil.

Utilizar intencionalmente o de manera premeditada informaciones, declaraciones y documentos falsos.

Utilizar la profesión de periodista para obtener beneficios
personales.

Utilizar medios ilícitos y antiéticos para conseguir información, procesar, valorar, seleccionar y difundirlas a sabiendas de que dañará a personas inocentes e instituciones de la sociedad.

 

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