HACIA UNA ÉTICA DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Es un lugar común el hecho de sostener que el oligopolio de los mass media en el ámbito mundial viene afectando en forma incontrolable e imparable el derecho de los destinatarios de la información de contar con una información veraz, objetiva, responsable, honesta, transparente y pluralista.
No se respeta la línea divisoria que debe existir entre periodismo y publicidad, entre información periodística y aviso publicitario, entre propaganda y publicidad, con grave perjuicio ético para el periodista y el público.
Las libertades de ser, de creer, de discernir, de pensar y de expresarse libremente están siendo desplazadas por la libertad de consumir, la libertad de producir, la libertad del mercado de ganar dinero y más dinero, materializando en exceso la vida del ser humano, condicionando la dignidad del ser humano a la economía, al «Tanto tienes, tanto vales; si no tienes nada no vales nada».
Algunos piensan que la sociedad global muestra una época de nostalgia e incertidumbre, de actitud nihilista (los valores supremos pierden validez); una época de aproximación lamentable hacia una Ética Light; época de descrédito de lo absoluto como producto de una nueva idolatría del capital o de una «nueva religión» la del «mercantilismo» (dogma básico: el poder del dinero; sacramentos: los productos comerciales; Iglesias: los bancos, y sacerdotes: los banqueros y financieros).
Los temas más candentes y de mayores desafíos de la ética se abordan en la bioética, la ética ecológica, la tecnoética, la ética de los negocios, la ética de lo mediático, la ética de la «membresía» o participación en las organizaciones y la ética profesional.
Cabe mencionar, por ejemplo: autonomía versus intimidad, regulación o no del vandalismo cibernético (virus, hackers), relación entre lo público y lo privado en Internet, nuevas clases sociales virtuales, los ciborgs, el interés público versus el interés del público, la privacidad y el uso de cámaras ocultas.
Los adelantos científicos y tecnológicos plantean situaciones, temas, problemas nuevos y generan dilemas éticos nuevos, que afectan hondamente nuestras vidas: la forma cómo vivimos, pensamos, consumimos, producimos, descansamos, cómo nos relacionamos, cómo entendemos y hasta la forma cómo soñamos.
Los avances en la genética y en la biología molecular son un ejemplo fácil y emblemático de cuanto decimos.
SOCIEDAD DE ANTIVALORES
No exageramos cuando decimos que vivimos en una sociedad consumista y permisiva de antivalores, sociedad global que aisla al hombre de su contexto vital y social; los bienes materiales están hondamente concentrados en pocas manos; la brecha social entre los inforicos y los infopobres es cada día mayor.
La alteridad del Ser ha sido sustituida por la alteridad del Tener. El fin justifica los medios. La dignidad de la persona poco o nada importa, el derecho a expresarse libremente es letra muerta en las Constituciones políticas y códigos de ética de los multimedios. Ahí están los hackers y los mercenarios de la interceptación telefónica y de correos electrónicos que se traen abajo a gabinetes ministeriales y a gobiernos democráticos.
Y algo más: la manipulación de conciencias; el autoritarismo de las empresas y de los organismos multinacionales, con respecto a los países de velocidad lenta; el tráfico de influencias para la obtención de posiciones privilegiadas en el mercado; la ingeniería genética: hasta dónde, hasta cuándo, cómo, quién, con qué fines se usa esta tecnología para alterar la capacidad de procreación de las personas; los nacionalismos xenófobos; los grupos religiosos intolerantes que amenazan la paz; la instrumentación de impuestos sobre las transnacionales financieras especulativas y los padres de familia que, por su religión, no aceptan se practique transfusión de sangre a sus hijos enfermos para salvarles la vida y permiten que se mueran.
Finalmente, la clonación (fabricación) de seres humanos; la legalización del matrimonio entre seres humanos del mismo sexo; el uso de Internet para hacer apología del terrorismo, de la pornografía, de losdelincuentes y de los vicios y lacras sociales.
FETICHIZACION DE LA ECONOMÍA
En el mundo de hoy constituye un serio problema ético la fetichización de la economía. Se venera o rinde culto al dinero, de manera exagerada e irracional, atribuyéndole poderes mágicos, sobrenaturales y omnímodos, creyendo que el dinero es don caballero, que el dinero lo puede todo y que es el único medio con que se puede contar para solucionar los males de la humanidad.
En la sociedad global predomina el prurito de acuñar dinero y más dinero o de actuar sólo en términos de rentabilidad económica empresarial.
Prevalece la jerarquía de los oficios y de las profesiones según la productividad monetaria: Al que tiene dinero, se le respeta; al que no tiene dinero, se le desprecia y margina socialmente.
Más vale la persona que dispone de recursos económicos, sin importar de dónde lo extrajo, cómo lo ganó y en qué lo invierte.
ÉTICA PARA EL CIBERHOMBRE
Y hay quienes, como Alessandro, que piensan en la necesidad de contar con una ética para el ciberhombre, es decir una ética específica para la persona mientras se encuentra navegando y que lo justifica afirmando que la conexión telemática tiene un ethos propio constituido por «el movimiento mismo de la navegación efectiva, en un diálogo constante, cerrado y problemático, que sólo se establece en el juego de las conexiones y que nunca llega a determinar de un modo unívoco reglas ciertas y universalmente válidas» (En «Por una ética de la conexión telemática»).
DÉFICIT Y DEUDAS ÉTICAS
Se ha dicho que la ciencia parece ir mucho más rápido que la conciencia. Se dice, también, que la ética no es estática y que va cambiando conforme cambia la vida y avanza la ciencia y la tecnología, que nos ubica en una posición de seres con déficit ético y con deudas éticas. Y el pago de esta deuda interna ética implica complejidad y problematismo ante el pago de la deuda interna y deuda externa de los países.
Toda esta situación empuja a la humanidad hacia la búsqueda de una ética global de la responsabilidad civil, que reoriente sus conductas por la senda de los principios y valores éticos.
Debemos prepararnos a vivir para saber lo que tenemos que ser y lo que tenemos que hacer positivamente en la sociedad del conocimiento y que demanda nuevos tipos de comportamiento moral, nueva manera de ser y de comportarse, de aprender a pensar en forma dialéctica y no lineal, de aprender a vivir juntos y en paz, de saber actuar en un contexto imprevisto, desconocido, azaroso, confuso, momentáneo o continuo. Toda vez que cuando hay cambios de paradigmas «todo vuelve a cero».
Felizmente, a pesar de todo, está creciendo una especial sensibilidad hacia la ética, fundamentalmente en los ámbitos empresariales, políticos, educacionales y financieros como condición indispensable para una gestión exitosa.