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11 de octubre de 2015

ALAN GARCÍA: EL ESTADISTA, CON EXPERIENCIA DE GOBIERNO Y VISIÓN DE FUTURO

ALAN GARCÍA:  
EL ESTADISTA, CON EXPERIENCIA DE GOBIERNO Y VISIÓN DE FUTURO

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

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Entre los candidatos a la presidencia de la República para el periodo 2016-2021, Alan García es uno de los pocos políticos en el Perú que reúne las condiciones de estadista, experiencia de gobierno y visión de futuro de la realidad nacional, latinoamericana y mundial.

Nació en Lima, el 23 de mayo de 1949, abogado de profesión, con estudios de doctorado en Derecho Constitucional y en Sociología, incursiona en la vida política peruana ejerciendo diversos cargos en el Partido Aprista Peruano; es elegido diputado nacional, miembro de la Asamblea Constituyente y  democráticamente asume la presidencia de la República en dos periodos: 1985-1990 y 2006-2011.

En su primer gobierno (1985-1990), electo presidente de la República a los 35 años de edad, enfrenta la crisis económica de la deuda externa y al fenómeno terrorista de Sendero Luminoso que produjo miles de muertes a ciudadanos, campesinos, maestros, empresarios y a miembros de las Fuerzas Armadas y Policiales. Su gobierno tuvo alzas y bajas en todo orden, hiperinflación, estatización de la Banca y el no pago a la deuda externa. Encaró la recesión mundial y el desorden social causado por el terrorismo masivo.

En abril de 1992, luego del repudiado golpe de Estado perpetrado por Alberto Fujimori, fuerzas militares asaltaron su domicilio. Con su vida en peligro, y tras dos meses en la clandestinidad, Colombia le concedió asilo político, por lo que tuvo que vivir en este país durante varios años y, posteriormente, en Francia, hasta enero de 2001, cuando finalmente decide volver al Perú para reincorporarse a la lucha política, por la libertad  y la justicia social de los que menos tienen.

García Pérez al postular como candidato a las elecciones generales en junio de 2001, obtuvo el 47 % de los votos. En el año 2004 es elegido presidente del Partido Aprista Peruano. En junio del 2006, la inmensa mayoría nacional lo elige Presidente de la República, con el52,6 % de los votos.

El segundo mandato de Alan García, a decir de propios y extraños, fue exitoso en todo orden y sentido. Se caracterizó por el alto nivel del crecimiento económico alcanzado, cuyo promedio en el período 2006-2011 fue de 7 %, el mayor obtenido en décadas por gobierno alguno. Durante el quinquenio se redujo la pobreza  en 20 puntos (del 48 % al 28 %) y se observó un extraordinario desarrollo de infraestructura, en puertos, carreteras, electrificación y saneamiento.

Alan García, discípulo predilecto del fundador y jefe del Aprismo, Víctor Raúl Haya de la Torre, es en la actualidad el gran líder carismático, idóneo e intérprete de las aspiraciones y necesidades del pueblo peruano.

En su segundo gobierno constitucional, García Pérez supo trabajar con todos y para todos, sin exclusión partidaria ni política. Supo aglutinar a las fuerzas independientes  en su gabinete ministerial, alentó la fe y la esperanza del pueblo en un mañana común. Gobernó con responsabilidad y realismo, inyectando dinamismo e inteligencia, entusiasmo y acción innovadora para crecer democráticamente, con orden, autoridad, igualdad, fraternidad, libertad de expresión y justicia social.

En el proceso electoral del 2016, es de intuir que el electorado peruano premunido de una mayor conciencia social y responsabilidad histórica y sin odios ni venganza, sabrá escoger, entre todos los candidatos al que mejor encarne sus sentimientos, interprete sus aspiraciones, cumpla sus promesas y resuelva sus aspiraciones a una mejor calidad de vida y resuelva con el pueblo los problemas del país.

Es de esperar que la ciudadanía opte por las propuestas y el plan de gobierno de Alan García, las mismas que han sido elaboradas con criterio realista y técnico, con conocimiento de los problemas del país y con conciencia histórica.

Somos conscientes que los que salen nos dejan un país confuso, inseguro, contradictorio, con decrecimiento, con obras inconclusas y por investigar, y con un ovillo de corrupción aún no  desmadejado, no revelado y no sancionado totalmente.

El compromiso de Alan García, al recibir el mandato del pueblo peruano para el periodo de gobierno 2016-2021, no puede ser otro que el de reformar el sistema político para que tenga legitimidad social, credibilidad en la población y apoyo popular; generar más empleo digno y salario justo para la juventud, los campesinos y la inmensa mayoría nacional; erradicar la violencia criminal y garantizar la seguridad ciudadana; rescatar los valores de los deberes perdidos en la familia, en las empresas, en el Estado y en la sociedad.

El país tiene que volver a crecer socialmente, económicamente, educativamente y, ahora más que nunca, moralmente. El Perú ya no está para jugar un partido de cinco años con aprendices de la política, con improvisados en el manejo de la cosa pública o con el denominado “outsider”. La política es la ciencia del buen gobierno. Hay que recuperar el tiempo perdido, reformar y reconstruir el Estado para convertirlo en un Estado eficiente y líder en Sudamérica.



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