EL NUEVO PERÚ QUE INSURGE
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete
LA POBREZA EN PICADA
Los porcentajes de reducción de la pobreza alcanzados a la fecha son: 48,6 % (2005), 44,5 % (2006), 39,3 % (2007) y 36,2 (2008).
En términos cuantitativos más de tres millones 300 mil peruanos superaron la línea de la pobreza, mejoraron sus ingresos per cápita con más de trece por ciento e incrementaron sus niveles de vida. Este porcentaje significa un avance extraordinario y trascendente en la lucha histórica por erradicar los signos de pobreza crítica y de pobreza extrema en el Perú.
Según cifras proporcionadas por el INEI, la pobreza se redujo en el ámbito rural de 64.6 por ciento en el 2007 a 59.8 por ciento el año pasado.
La metodología aplicada por el equipo de expertos del INEI fue certificada por el Comité Asesor Interinstitucional de Medición de la Pobreza, integrado por representantes del Banco Mundial, del Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia y por analistas nacionales de reconocido prestigio profesional.
LAS PROYECCIONES
Si se continúa la política emprendida, con los reajustes y las mejoras del caso, las cifras podrían reducirse a 33 % en el 2009, a 30 % en el 2010 y a 25 % el 2011.
El gobierno del presidente Alan García Pérez se propuso como meta reducir la pobreza a 30% hacia el final de su gestión, el 28 de julio del 2011, porcentaje que estamos seguros lo alcanzará holgadamente y algunos puntos más.
Aun con la intolerancia y la irracionalidad de ciertos dirigentes políticos y sindicales que con sólo fines electoreros se dedican a agitar las masas indígenas y campesinas, el Perú seguirá creciendo y venciendo progresivamente sus históricos problemas estructurales, dando un paso atrás para seguir dando dos o más pasos adelante.
El problema de la pobreza ya está en picada. El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, bajo la presidencia de Alan García, sigue reduciendo la pobreza, continúa incorporando a la vida económica y laboral y mejorando las condiciones de vida de amplios sectores de la población que tradicionalmente fueron olvidados y marginados por los gobiernos de turno y permanecieron a espaldas de los asuntos del Estado.
El resultado de la reducción de la pobreza se debe fundamentalmente a la política pública descentralista, a la provisión de mayores recursos presupuestales a los gobiernos regionales en proporción de 2 a 1 con respecto al gobierno nacional, al uso racional y equitativo de los recursos en bien de los que más necesitan y al incremento de fuentes de trabajo en el área rural, fundamentalmente.
Y así como van las cosas, sin triunfalismo ni exceso de optimismo, pero sí con realismo, podríamos afirmar que los peruanos bien podríamos estar celebrando el 2016, la erradicación de la pobreza en el Perú.
LAS PROTESTAS SIN PROPUESTAS
Claro, para quienes se oponen al gobierno, por el simple hecho de oponerse, en términos de reducción de la pobreza siempre hay y habrá uno o más “peros”: la proporción rural de población tomada es de 1993 y no del último Censo, los funcionarios maquillan las cifras, los métodos aplicados no son los más adecuados y cosas por el estilo.
Sobre el particular, no cabe duda que la misión de este tipo de oposición política irresponsable, obstruccionista, desestabilizadora del sistema democrático y del Estado de derecho, es protestar por todo, pero sin alcanzar propuesta alguna. Por tanto, dicen, no hay que darle crédito a las cifras del INEI porque la popularidad del presidente García podría subir y esto afectaría a nuestros propósitos de llegar a Palacio de gobierno el 2011.
Todo indica, pues, que dicha oposición está pensando en función de sus innobles intereses personales y no de los reales intereses del país. Y con esta forma de pensar se ubican entre los seguidores del pensamiento de Timón, cuando decía a todo pulmón: “Concedo que la miel parezca ser dulce; más no acepto que lo sea en sí”.
EL PERÚ NUEVO QUE INSURGE
Los logros alcanzados en términos de reducción de la pobreza están perfectamente enmarcados dentro de la política del Estado descentralista y que se desarrolla según los cánones éticos, con transferencia no sólo de funciones sino de presupuesto significativo.
Por lo que la atención a los grupos marginados y de suma pobreza es un imperativo ético, es prioritaria y es condición fundamental para dar un paso hacia una economía con rostro humano, economía dinámica, autosostenida y sustentable para aprovechar al máximo el potencial productivo y lograr la incorporación e integración al progreso y a la modernidad de los sectores más desprotegidos y más pobres.
Por algo el Perú es ahora el líder en crecimiento económico entre los países de América Latina y el país que será menos afectado por la crisis financiera mundial.
Con la reducción de la pobreza, el gobierno está demostrando que es posible al fin, que el pueblo entienda y sienta lo que es un nuevo ideario de reivindicaciones integrales a través del gobierno: más reducción de la pobreza, erradicación del analfabetismo, mejor educación con mejores profesores, más luz hidroeléctrica, más viviendas populares, más vías de comunicación hacia los centros de producción y las comunidades campesinas, más servicio de salud, mayores oportunidades laborales, mayor y efectiva regionalización y descentralización, estabilidad política y seguridad jurídica, apertura hacia nuevos mercados del mundo con la suscripción de Tratados de Libre Comercio, etc., etc.
Y el Perú nuevo que insurge ya, como el ave fénix desde sus cenizas, después de los últimos veinte años de lucha contra la subversión, el terrorismo y sus aliados narcotraficantes, lucha que costó la pérdida de más de cuarenta mil vidas peruanas y más de treinta mil millones de dólares, es un Perú que está rescatando lo perdido espiritual, material y moralmente para la Nación.
Cómo no cerrar filas, entonces, en este megaproyecto de desarrollo integral, dejando atrás toda mezquindad política, todo egoísmo y sectarismo ideológico, uniendo pensamientos, iniciativas, corazones y acciones por el bienestar y la felicidad de todos los peruanos (eudoro.terrones@yahoo.com)
Los porcentajes de reducción de la pobreza alcanzados a la fecha son: 48,6 % (2005), 44,5 % (2006), 39,3 % (2007) y 36,2 (2008).
En términos cuantitativos más de tres millones 300 mil peruanos superaron la línea de la pobreza, mejoraron sus ingresos per cápita con más de trece por ciento e incrementaron sus niveles de vida. Este porcentaje significa un avance extraordinario y trascendente en la lucha histórica por erradicar los signos de pobreza crítica y de pobreza extrema en el Perú.
Según cifras proporcionadas por el INEI, la pobreza se redujo en el ámbito rural de 64.6 por ciento en el 2007 a 59.8 por ciento el año pasado.
La metodología aplicada por el equipo de expertos del INEI fue certificada por el Comité Asesor Interinstitucional de Medición de la Pobreza, integrado por representantes del Banco Mundial, del Instituto de Investigación para el Desarrollo de Francia y por analistas nacionales de reconocido prestigio profesional.
LAS PROYECCIONES
Si se continúa la política emprendida, con los reajustes y las mejoras del caso, las cifras podrían reducirse a 33 % en el 2009, a 30 % en el 2010 y a 25 % el 2011.
El gobierno del presidente Alan García Pérez se propuso como meta reducir la pobreza a 30% hacia el final de su gestión, el 28 de julio del 2011, porcentaje que estamos seguros lo alcanzará holgadamente y algunos puntos más.
Aun con la intolerancia y la irracionalidad de ciertos dirigentes políticos y sindicales que con sólo fines electoreros se dedican a agitar las masas indígenas y campesinas, el Perú seguirá creciendo y venciendo progresivamente sus históricos problemas estructurales, dando un paso atrás para seguir dando dos o más pasos adelante.
El problema de la pobreza ya está en picada. El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, bajo la presidencia de Alan García, sigue reduciendo la pobreza, continúa incorporando a la vida económica y laboral y mejorando las condiciones de vida de amplios sectores de la población que tradicionalmente fueron olvidados y marginados por los gobiernos de turno y permanecieron a espaldas de los asuntos del Estado.
El resultado de la reducción de la pobreza se debe fundamentalmente a la política pública descentralista, a la provisión de mayores recursos presupuestales a los gobiernos regionales en proporción de 2 a 1 con respecto al gobierno nacional, al uso racional y equitativo de los recursos en bien de los que más necesitan y al incremento de fuentes de trabajo en el área rural, fundamentalmente.
Y así como van las cosas, sin triunfalismo ni exceso de optimismo, pero sí con realismo, podríamos afirmar que los peruanos bien podríamos estar celebrando el 2016, la erradicación de la pobreza en el Perú.
LAS PROTESTAS SIN PROPUESTAS
Claro, para quienes se oponen al gobierno, por el simple hecho de oponerse, en términos de reducción de la pobreza siempre hay y habrá uno o más “peros”: la proporción rural de población tomada es de 1993 y no del último Censo, los funcionarios maquillan las cifras, los métodos aplicados no son los más adecuados y cosas por el estilo.
Sobre el particular, no cabe duda que la misión de este tipo de oposición política irresponsable, obstruccionista, desestabilizadora del sistema democrático y del Estado de derecho, es protestar por todo, pero sin alcanzar propuesta alguna. Por tanto, dicen, no hay que darle crédito a las cifras del INEI porque la popularidad del presidente García podría subir y esto afectaría a nuestros propósitos de llegar a Palacio de gobierno el 2011.
Todo indica, pues, que dicha oposición está pensando en función de sus innobles intereses personales y no de los reales intereses del país. Y con esta forma de pensar se ubican entre los seguidores del pensamiento de Timón, cuando decía a todo pulmón: “Concedo que la miel parezca ser dulce; más no acepto que lo sea en sí”.
EL PERÚ NUEVO QUE INSURGE
Los logros alcanzados en términos de reducción de la pobreza están perfectamente enmarcados dentro de la política del Estado descentralista y que se desarrolla según los cánones éticos, con transferencia no sólo de funciones sino de presupuesto significativo.
Por lo que la atención a los grupos marginados y de suma pobreza es un imperativo ético, es prioritaria y es condición fundamental para dar un paso hacia una economía con rostro humano, economía dinámica, autosostenida y sustentable para aprovechar al máximo el potencial productivo y lograr la incorporación e integración al progreso y a la modernidad de los sectores más desprotegidos y más pobres.
Por algo el Perú es ahora el líder en crecimiento económico entre los países de América Latina y el país que será menos afectado por la crisis financiera mundial.
Con la reducción de la pobreza, el gobierno está demostrando que es posible al fin, que el pueblo entienda y sienta lo que es un nuevo ideario de reivindicaciones integrales a través del gobierno: más reducción de la pobreza, erradicación del analfabetismo, mejor educación con mejores profesores, más luz hidroeléctrica, más viviendas populares, más vías de comunicación hacia los centros de producción y las comunidades campesinas, más servicio de salud, mayores oportunidades laborales, mayor y efectiva regionalización y descentralización, estabilidad política y seguridad jurídica, apertura hacia nuevos mercados del mundo con la suscripción de Tratados de Libre Comercio, etc., etc.
Y el Perú nuevo que insurge ya, como el ave fénix desde sus cenizas, después de los últimos veinte años de lucha contra la subversión, el terrorismo y sus aliados narcotraficantes, lucha que costó la pérdida de más de cuarenta mil vidas peruanas y más de treinta mil millones de dólares, es un Perú que está rescatando lo perdido espiritual, material y moralmente para la Nación.
Cómo no cerrar filas, entonces, en este megaproyecto de desarrollo integral, dejando atrás toda mezquindad política, todo egoísmo y sectarismo ideológico, uniendo pensamientos, iniciativas, corazones y acciones por el bienestar y la felicidad de todos los peruanos (eudoro.terrones@yahoo.com)