Artículos periodísticos y de investigación

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3 de mayo de 2011

A través de la investigación científica y tecnológica
DE LA FILOSOFIA DEL APRENDIZAJE

AL DESARROLLO HUMANO

Escribe: Jorge Ramos de la Flor


Hasta el 40 por ciento de los productos y servicios, sólo en industrias de alta tecnología en drogas e instrumentos y procesos de información que Estados Unidos lanza cada año al mercado internacional, tiene su origen en trabajos de investigación académica escolar y universitaria.


La meta de la investigación desde los primeros años de estudios pre profesionales es impulsar su aplicación en el desarrollo de la tecnología y la producción, mejorando el nivel de vida de la población y el crecimiento económico.

En general, el promedio del aporte de la investigación académica, en los Estados Unidos, de todos los productos y procesos nuevos, fue, en el último año, del 10 y 15 por ciento, según una reciente encuesta sobre innovaciones tecnológicas e industriales.


China, y la India, los países de mayor crecimiento económico mundial, siguen ya, de la mano con el avance de la ciencia y la tecnología, el mismo camino y se disputan el primer lugar en el número de patentes, detrás de Norteamérica.

La vertiginosa competitividad internacional y la lucha por los principales mercados comerciales y financieros, fuentes multiplicadoras de empleo, ha obligado a estrechar progresivamente los lazos entre la ciencia aplicada, consistente en el estudio de la transformación de los productos y servicios, y la alta tecnología, que comprende los conocimientos y herramientas para la producción industrial, al punto de que ambas se han tornado ya inseparables.


INVESTIGACIÓN BÁSICA

En el Perú, la mayoría de los trabajos de investigación, con apenas el 0.3 de la ayuda del Estado, se reduce al nivel teórico, básico y elemental, incluyendo las investigaciones universitarias de pos grado, en completo divorcio con las exigencias prácticas y competitivas del mercado global.


Los conocimientos de las ciencias aplicadas, están destinados a satisfacer las necesidades relativas al bienestar de una población cada vez mayor y sirven de enlace entre la investigación científica y la producción tecnológica.
Aunque, por cierto, también habrá que preguntarse, en qué medida los adelantos tecnológicos contribuyen a mejorar las condiciones esenciales de vida de la humanidad y la resguardan de los permanentes riesgos que acechan la sobre existencia de nuestro planeta.

Tanto los países industrializados que, con la contaminación y el usufructo indiscriminado de los recursos han devastado la naturaleza, como las naciones dependientes, relegadas en la investigación, entre ellas, el Perú, se encuentran en la obligación de formular un cuestionamiento acerca del real beneficio compartido del conocimiento y su auténtica utilidad social y democrática.


FILOSOFÍA DE LA CIENCIA

La base teórica de tal cuestionamiento le corresponde a la filosofía de la ciencia por su rol crítico y orientador, sustentado en la práctica consciente de los valores, antes del ejercicio de la investigación científica y durante la misma, mediante el estudio consistente, la práctica y revisión del conocimiento con un profundo sentido humano, social e integrador, proscribiendo el espíritu utilitarista mezquino y comercial de las potencias económicas, en menoscabo de las subdesarrolladas.


La alternativa más urgente del mundo moderno en expansión, con 7 mil millones de habitantes y sus crecientes necesidades de agua, alimentación y energía, en un planeta sacudido por el aumento incontenible de la contaminación ambiental, el trastorno climático y su crisis social, es, por cierto, la investigación aplicada pero, sustentada en el carácter reflexivo de la filosofía como punto de partida de ese gran proceso productivo para la solución de sus problemas y la mejora de la calidad de vida.

Se trata del salto de la filosofía al desarrollo, a través de la investigación científica y las ciencias aplicadas. El aliento motivacional de la curiosidad investigativa y el adiestramiento continuado, en los colegios y universidades , bajo la guía de docentes especializados y una sólida inversión presupuestal, constituyen el gran desafío de la investigación aplicada , motor de la tecnología que se traduce en la expansión económica, propulsora general del desarrollo.
Pero la producción de conocimientos mediante la investigación no se ejecuta sin sentido, sin causa ni fines. Para enfrentar la complejidad de la investigación el estudiante deberá comenzar por cuestionar la realidad que lo rodea y tratar de resolver los retos que ella le plantea .


FORMACIÓN EDUCATIVA

Antes de formularse las primeras interrogantes de su indagación, el investigador debe haber adquirido una educación formativa que despierte su curiosidad por la sociedad a la que pertenece y sus necesidades, hasta desarrollar la invariable actitud de desear conocer, afinar su espíritu de observación, plantearse problemas, formular hipótesis y comprenderlas para disfrutar del placer indescriptible de explicar sus comprobaciones personales y compartirlas.

El nuevo investigador querrá aprender lo que no sabía pero, también, aprender a conocer. Nada vale la ciencia si no se convierte en conciencia.(C. Dossi,Note Azurre)

Si alguna disciplina formativa e introductoria se impone para adquirir esa actitud reflexiva de la realidad es, incuestionablemente, la filosofía. Nada mejor si ésta responde a las necesidades de su aprendizaje general, ejercicio de los valores, del conocimiento y su utilidad. Antes de abordar, claro, está, el fascinante estudio de la filosofía de la ciencia, dirigida a profundizar el estudio crítico de la metodología de la investigación y el conocimiento científico. El comienzo de la filosofía es la conciencia de la propia debilidad e impotencia humana frente a los problemas de importancia en la vida. (Epicteto, “Discursos”)


Sin embargo, por contradictorio que parezca, el crecimiento de la tecnología, fruto del conocimiento científico, ha desplazado en los últimos años y en la mayoría de las universidades, el estudio de la filosofía y su aporte orientador del conocimiento, en general.

Pero, precisamente el surgimiento de nuevos recursos tecnológicos. Como la multiplicación global e instantánea de los mensajes y de la imagen, la biología molecular y las ciencias de la computación, entre muchos más, plantean numerosas interrogantes acerca de su repercusión humana y social que la filosofía nos incita a estudiar.

La ciencia y la tecnología evolucionan a un ritmo cada vez más vertiginoso de modo que antes de que se conozca un cambio, en un mismo año, ya ha surgido otro que supera al anterior, pero la filosofía ha quedado injustamente relegada y el mundo ha perdido la visión sobre el sentido de tales transformaciones.


FILOSOFÍA DEL APRENDIZAJE

Frente ese vacío incomprensible, que representa nuestro mundo crecientemente automatizado, apartado del razonamiento crítico y de su sentido antropológico, acaba de lanzarse al mercado bibliográfico, como gran sustento para la introducción al conocimiento científico, Filosofía del aprendizaje del estudiante universitario del prolífico investigador, Eudoro Terrones Negrete, con los merecidos auspicios de la Asamblea Nacional de Rectores, reforzando la atención formativa de los valores educativos y del conocimiento en la universidad.


Esta obra ágil y esquematizada, de copiosos conocimientos pero, de fácil y apasionante estudio, surge como respuesta a un viejo clamor. Y es que, también el aprendizaje general requiere del conocimiento y aplicación de valores que guíen el comportamiento estudiantil, de manera libre, voluntaria y consciente. Su filosofía está dirigida a convertir al aprendizaje en un acto estimulante y productivo, promotor de un espíritu permanente de superación integral.


En la formación universitaria la filosofía adquiere su mayor significado pues le corresponde el estudio integrador y explicativo de las diversas disciplinas. El saber causal de la filosofía indaga sobre la razón de cada uno de los factores que intervienen en el conocimiento y su trascendencia, facilitando su comprensión. Los beneficios de la Filosofía del aprendizaje del estudiante universitario compromete también el esfuerzo de los propios docentes, obligados a consultar lo que leerán sus alumnos.

Sin la contribución de la filosofía en la formación de nuestros futuros investigadores cuál sería el sentido humano de la ciencia y de la universidad- Como sostenía O. Marden: Prefiero saber apreciar lo que no puedo tener, que tener lo que no puedo apreciar.

En la medida que continúa el desarrollo de la ciencia y la tecnología habrá necesidad, también de plantearnos nuevas reflexiones críticas que enriquezcan nuestra comprensión de la realidad y el sentido de los nuevos descubrimientos, sin resignarnos a una simple e inútil acumulación de conocimientos. (Lima, 25 abril 2011).

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