JAIME BAUSATE Y MEZA (VIDA Y OBRA)
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete
MARCO HISTÓRICO DEL PERIODISMO
El deseo de contar con noticias o de informarse es tan antiguo como la raza humana, y probablemente dio lugar a formas de difusión rudimentaria a medida que las sociedades iban alcanzando cierto grado de civilización.
Las narraciones que cada nación, cultura o civilización tienen sobre el origen de la humanidad, sobre los antepasados o hechos más sobresalientes de su historia, constituyen una forma primitiva de periodismo.
El hombre primitivo, que no conoció el lenguaje escrito, sólo llegó a transmitir sus pensamientos y las experiencias de sus descubrimientos en forma oral. Las primeras crónicas aparecieron en los registros y anuarios de los templos egipcios, caldeos y asirios. El hombre primitivo utilizó medios rudimentarios para comunicarse: el lenguaje por señas, el fuego, el humo, los sonidos, los dibujos en madera y paredes, los dibujos en barro, en las rocas de las cavernas o en la arena con estacas punteagudas, dibujos sobre superficies de piel o de corteza de abedul, grabados en huesos, tablillas de arcilla para anotar. Los dibujos constituyeron una especie de escritura pictográfica (pictograma), que viene a ser una de las primeras maneras de escribir inventado por el hombre primitivo.
Los antiguos pueblos chinos, indios y egipcios empezaron a escribir por medio de dibujos. Los hebreos, para escribir utilizaron lajas de piedra. Asimismo se consignan como medios antiguos de comunicación una especie de papel denominado papiro, hecho con el tallo de una planta de igual nombre.
Los asirios y babilonios grababan sus signos, en forma de cuña (cuneiforme), en ladrillos de arcilla húmeda. Los romanos utilizaban tablillas enceradas sobre las que escribían mediante un instrumento punteagudo denominado stilus.
Durante los primeros años de la Edad Media, la historia se refugió en los monasterios y abadías y fueron los monjes benedictinos quienes copiaron y tradujeron los manuscritos de la antigüedad.
La escritura cuneiforme de los sumerios, que viene a ser la primera aparición del escrito, ocurre cuatro mil años antes de Cristo.
En Egipto, aparece la escritura ideográfica (3,500 a.d.C.); la escritura hierática (caracteres jeroglíficos) en 3,200 a.d.C.; y la escritura fonética y se utiliza hojas de papiro como material en 3,000 a.d.C.
2850 a.C., en China, aparece la escritura mediante el sistema denominado pa-kwa, creado por el emperador Fou-hi, inspirada en un sistema anterior de cuerdas con nudos.
2600, se producen recopilaciones de signos sumerios que funcionan como diccionarios unilingües.
2000, aparece el silabario hitita, con 130 símbolos diferentes con caracteres de tipo cuneiforme.
1600, los fenicios y otros pueblos semitas desarrollan la escritura alfabética, compuesta de 22 letras diferentes y aparecida en el sarcófago del rey fenicio Shapatbaal, lo que viene a constituir el primer alfabeto fenicio. En este mismo año los hititas inventan una escritura cuneiforme que es producto de la escritura babilónica.
330-300, en Egipto, la escritura demótica se convierte en la escritura de los letrados y de la administración.
59, Julio César instituye los Acta Diurna, especie de avisos pequeños que son ubicados en lugares visibles o una hoja de noticias que se colocaba diariamente en el Foro de Roma desde el siglo I antes de Cristo.
Los Avissi (siglo XI) constituyen la forma primitiva del periodismo, "primer balbuceo de la prensa informativa" diría Clemente Cimorra en su "Historia del Periodismo". El Aviso era un manuscrito que el recogedor de noticias (noticiero) enviaba a sus clientes a fin de darle aviso de cuanto acontecía en el país o en el exterior, relacionado con el comercio y la política: partida de barcos con cargamentos, precios de las transacciones, posibilidades de guerra y expediciones conquistadoras, cambios de influencias en los gobiernos. En estos documentos se hallan noticias de Roma, Milán, Nápoles, Génova, Colonia, Hamburgo, Viena, Madrid, Lisboa, Toledo, París, Bruselas, Constantinopla, entre otros países.
En la antigua Roma se llegaron a redactar las Acta Pública, en cuyas páginas las autoridades consignaban edictos, rumores y una serie de sucesos de suma importancia. Existía también la denominada Acta Diurna Populi Romani, que estuvo constituida por breves boletines, escritos a mano por funcionarios del gobierno, conteniendo noticias de interés general, relacionados con batallas, incendios, elecciones, etc., que se fijaban en sitios públicos, en las plazas, para que todos pudiesen leerlas.
En el siglo XIII, en Inglaterra (1200) rige una ley que sanciona a los propagadores de noticias falsas.
Y en 1440, en Alemania circulan cartas informativas escritas a mano, predecesoras de los “Zeitungen”.
1454, por primera vez se utilizan los tipos movibles fundidos en metal para imprimir las “Cartas de indulgencia” del Papa Nicolás V., concedida por el Papa a los que ayudasen en la guerra con los turcos.
1456, en Maguncia (Alemania), aparece escrito en latín la Biblia de 42 líneas (llamada también “Biblia Mazarina”), en dos tomos de doble folio, con 324 páginas, a dos columnas cada uno, impreso en forma pareja y clara en un antiguo pergamino blando, con tipos movibles. La edición estuvo a cargo de Johan Fust y Peter Schöeffer. Biblia cuya impresión fue dejada inconclusa por Johan Gensfleisch (alias Juan Gutenberg). Esta Biblia está considerada como un monumento del arte tipográfico de todos los tiempos.
En 1460, Gutenberg, asociado con un impresor de Bamberg, edita una Biblia llamada de “36 líneas”, “El Catholicón”. 1468, en Barcelona se imprime la primera “Gramática latina”. 1470, en Francia se dictan leyes contra los impresores, ordenando su prisión bajo el cargo de brujos. 1475, en este año se imprime el primer libro en lengua inglesa, denominado Recuyell of the Historyes of Troye, impreso en Brujas, hoy Bélgica, por William Caxton y ayudado por Colard Mansion. En 1480, la imprenta se extiende por toda Europa. En 1493, circulan por Europa ediciones de una hoja denominada Descubrimiento del Nuevo Mundo por Colón.
En el siglo XV, circulan en Venecia hojas manuscritas por cuya lectura se pagaban una moneda denominada Gaceta, de donde provino la aplicación de ese nombre a ciertos periódicos que circularon posteriormente.
En 1501, durante el siglo XVI se crea el tipo “Itálica” de imprenta. Un año después, el italiano Ambrosio Calepino elabora el primer diccionario políglota que conoce la humanidad. En este año también el Papa Alejandro VI expide una Bula contra toda publicación sin autorización.
En 1534, aparece el primer periódico en Nuremberg, el “New Zeitung aus Hispanien und Italien”. Un año más tarde, aparece la primera imprenta americana en México, introducida por el italiano Juan Pablos o Paoli. El tipógrafo Esteban Martín pone en circulación el primer libro impreso en América denominado “Escala espiritual para llegar al cielo” de San Juan Clímaco y que fuera traducida al castellano por fray Juan de la Magdalena. En 1535, la biblia impresa en inglés más antigua del mundo es la que fue editada por Miles Coverdale en este año, en Marberg de Hesse, Alemania.
En 1539, se instala en México la primera imprenta, por Juan Cromenberg. En 1542 aparece impresa una hoja volante en México efectuado por Juan Pablos Bressano, un obrero de Cromenberg.
En 1584, la segunda imprenta del continente americano se instaló en la ciudad de Lima (Perú), después de la de México, bajo la dirección de los padres jesuitas y la regencia técnica del italiano Antonio Ricardo, venido de México. El fue autorizado por la Real Audiencia - antes de que el monarca Felipe II firmase la orden respectiva - para que diese a luz el 13 de febrero la "Doctrina Cristiana y Catecismo para instrucción de los indios", esta autorización se concedió cuando estaba en vigencia en América la prohibición de la publicación de toda clase de libros, autorización que el monarca confirmó por cédula del 7 de agosto de 1584. En este año también la imprenta llega al Perú traída de México por Antonio Ricardo y se publica la “Pragmática sobre los diez días del año”, el primer impreso de América del Sur.
En 1594, en Lima (Perú) empiezan a publicarse unas hojas informativas denominada Relaciones, considerada por Gustavo Adolfo Otero como "la primera forma periodística en la expresión gráfica" y "el origen del periodismo peruano", y que según el erudito escritor hispano don Juan P. Criado y Domínguez no tenían el título constante ni se sucedían con intervalos regulares de tiempo, ni fueron al principio muy frecuentes. Fue editada para satisfacer la curiosidad popular, con motivo de la captura, en aguas peruanas, del pirata Ricardo Hawkins, constituyendo éste el primer documento que se editó en América del Sur y el antecedente remoto de los periódicos iberoamericanos.
En 1609, en Alemania aparece la primera publicación de carácter periódico fue Avisa Relation Oder Zeitung,de Wolfenbüttel, considerado el primer periódico de Europa. Las "Gazetas del viernes" comenzó a publicar Broer Jeanszoon. Tres años después, en 1612, el editor Francisco del Canto llevó de Lima a la provincia de Juli (departamento de Puno) una imprenta para publicar las obras del Padre Bertonio, y terminada la edición la imprenta volvía a Lima. Constituye la primera imprenta errante en el Perú durante el virreinato.
En 1618, en Lima, comenzaron a publicarse los denominados Noticiarios, que contenían informes sobre guerras europeas, noticiassobre el movimiento de buques en el Callao
De 1621 hasta 1626, aparecieron trimestralmente, en forma de cartas los Correos de Francia, Flandes y Alemania.
En 1626, surge en Inglaterra el primer periódico con nombre regular, el Mercurius Britannicus, editado por T. Archer. En1631, nace el primer periódico regular francés, Gazette de France, editado por Theophraste Renaudot, considerado como el creador de la prensa en Francia.
En 1638, en Cambridge, Massachusetts (EE.UU.) se instala el primer impresor estadounidense, Stephen Day. Es así como la prensa nació en Norteamérica como consecuencia de la llegada de la imprenta desde Europa, y dos años después (164O) Day escribe el primer libro de los Estados Unidos, “The Bay Psalm Book”.
1641, Felipe IV dictó una real cédula disponiendo que ningún libro de "historias del Nuevo Mundo" pudiera imprimirse, si no llevaba autorización anticipada del Consejo de Indias.
En 1644, John Milton publica su Aeropagítica, que es la primera defensa trascendente efectuada hasta entonces sobre la libertad de imprenta y de pensamiento en el mundo, dijo: "...quien destruye un buen libro, destruye la quinta esencia espiritual de la existencia. Por encima de todas las libertades, dadme la de conocer, la de decir, y de discutir libremente, según mi conciencia".
En 1662, el Parlamento inglés aprobó la "Licensing Act" o la Ley de la Censura, mediante el cual los impresos sufren recorte para propagar nuevas ideas, Ley de la Censura que fue suprimido dos años después por la fuerte campaña desatada por el filósofo inglés John Locke.
En 1695, empieza la libertad de prensa en Inglaterra, convirtiéndose en el primer país en abolir la censura. Se suprime el edicto sobre prohibición de publicar informes parlamentarios. Se autorizan a circular libros y periódicos censurados.
En el siglo XVII, proliferan en América, particularmente en México y Perú, hojas volantes publicadas por la llegada de flotas procedentes de Europa, con noticias importantes del Virreinato. Un siglo después, circulan periódicos continuos, con secciones diferentes, denominadas Gacetas.
El periodismo en el Perú se origina en la época de la Colonia y estaba limitado a las formas impresas y orales, similar al de los países de Europa. Durante la Colonia aparecieron boletines informativos denominados "Relaciones" y "Noticiarios", las mismas que contenían noticias de carácter mundial y se difundían en Lima después de la llegada del correo de España. Cabe referir, por ejemplo, a la "Gazeta de Lima" (1743), con una de sus secciones "Noticias de Lima", conteniendo crónicas sociales, información acerca del estado del tiempo y la entrada y salida de barcos. Pero también, el Diario de Lima (1º de octubre de 1790), editado y dirigido por Jaime Bausate y Meza; y el Mercurio Peruano (1791).
En el siglo XVIII se inicia la prensa periódica en el mundo hispanoamericano, con secciones de diferentes tipos de noticias. Los primeros periódicos llevan el nombre de GACETA, seguido del de la ciudad en que se publican. No salían con regularidad ni conservaban siempre las mismas características gráficas. De estas Gacetas nacieron los Diarios que hoy conocemos. Antes de 1700 ya circulaban algunas gacetas: Gazzeta pública de Italia (1640), Gaceta semanal de Barcelona (1641) y Gaceta de Madrid (1661). Pero a partir de 1700 extienden su radio de acción a los demás países del mundo, en el siguiente orden cronológico: : Gaceta de Moscú (1703), Gaceta de México (1722), Gaceta de Guatemala (1729), Gaceta Mensual de San José de Costa Rica (1729), Gaceta de Lima (1743), Gaceta de La Habana (1764), Gaceta de Buenos Aires (1764), Gaceta de Santafé (1785), Gaceta de Quito (Ecuador) (1785), Diario de Lima (1790), Mercurio Peruano (1791), Gaceta de los Niños de España (1797). y Gaceta de Caracas (Venezuela) (1806), Gaceta de Puerto Rico (1808), Gazeta de Río de Janeiro (1808) y Gaceta del Gobierno (Honduras) (1830).
En opinión de Rosana Calvi, “Una cuestión que salta a la vista cuando se estudia la época colonial es la convivencia de diferentes castas en un mismo territorio, lo que lleva a preguntarnos cuáles de estos grupos tan diferentes encontraban en este diario las respuestas a sus interrogantes o se sentían identificados con lo que se transmitía ahí. Será sólo una porción social reducida -compuesta de españoles, criollos y algunos mestizos- la que tenía derecho a acceder a una educación superior y a la dinámica social que la lectura del diario requería. Mientras las ideas se desarrollaban libremente en Europa, como consecuencia de los grandes cambios históricos, el control de las autoridades políticas y eclesiásticas trató de impedir su propagación en América, cerrando sus puertas a toda innovación intelectual y perpetuando un escolasticismo que ya no estaba vigente en el Viejo Continente. Esta situación de atraso en el campo de las ideas es un factor que puede explicar la tardanza de un periodismo difusor de ideas intelectuales” (Rosana Calvi, “Los periódicos coloniales en el Perú: origen y evolución. Informe para CLAS: Summer Research in Lima-Perú, 2006. Fuente: http://clas.georgetown.edu/documents/Calvi_Colonial_Periodicals_in_Peru.pdf).
En 1700, en Londres nace el primer periódico cómico, denominado Merrie Mercury. Dos años después, en Inglaterra, sale a la luz pública el diario “Daily Courant”, una pequeña hoja impresa por una sola cara, en la que daban cuenta de noticias en el idioma inglés traducidas de publicaciones francesas. Algunos autores afirman que este día nació propiamente la prensa diaria impresa, correspondiendo su creación a una mujer llamada Elizabeth Mallet, editora de origen francés radicada en Londres. Este periódico circuló en forma ininterrumpida por espacio de treinta años.
En 1714, el ingeniero inglés Henry Mill inventa la máquina de escribir. En aquellos tiempos no era costumbre unir dibujos a las solicitudes de patentes; así es que sólo se conoce de este aparato la descripción que se hace en la Memoria; principalmente, que era una máquina con la que se pretendía "impresionar o transcribir letras separadas o, progresivamente, unas tras otras, como en la escritura ordinaria, y de tal forma que cualquiera que fuese el papel o pergamino apareciesen tan claras como en la imprenta".Por esta breve descripción se ve que la invención de Mill envolvía la idea fundamental de la máquina de escribir, tal como la conocemos hoy.
En 1737, el vocablo “periódico” aparece para designar algo que ocurre con determinada frecuencia. En este mismo año, el punto tipográfico, unidad de medida para ser utilizado en tipografía, se presenta por primera vez en las "Tablas des proportions a respecter entre les caracteres", del francés Pierre Simon Fournier.
En 1744, en el Perú empieza a circular el primer periódico "La Gaceta de Lima", cada dos meses, variando entre 8 y 16 páginas.
El 17 de octubre de 1772, se empieza a publicar el primer periódico científico de América, el "Mercurio Volante", con noticias importantes y curiosas sobre varios asuntos de Física y Medicina, a cargo de José Ignacio Bartolache, médico de la Real y Pontificia Universidad de México. En este año asimismo circula la primera publicación periódica hispanoamericana, redactada por Juan Ignacio Caitarena y Urzúa, publicada en México con el título de Gaceta de Méjico y Noticias de Nueva España.
1777, aparece en Inglaterra el periódico dominical, padre de todos los "Sunday papers". Los diarios de esta época sólo se publicaban seis días en la semana, y la idea de la publicación dominical alcanzó rápido éxito. Los Bell, sus ideadores, supieron acentuar en ellos la nota sensacionalista y marcadamente popular. El "Weekley Dispatch" y el "News of the World" fueron en este género las dos creaciones de los Bell según precisa Clemente Cimorra.
1778, el alemán Alejandro von Kempelen construye el primer autómata mecánico pronunciador de discursos.
1781, el parisiense Ph. Pierres construyó una prensa de hierro.
1784, se inventa una máquina para los ciegos, a fin de escribir en relieve. De esta máquina tampoco se tienen noticias, y su importancia parece dudosa. En este mismo año se publica el American Daily Advertisement, de Filadelfia, que es el primer diario de Norteamérica.
1785, se funda The Times, en Inglaterra, uno de los periódicos más importantes y trascendentes del mundo. Para imprimir el Times se usó por primera vez la prensa de vapor.
1789, en este año la imprenta de los Niños Huérfanos o Expósitos publica el libro de exequias escrito por Juan Rico sobre las exequias celebradas por Carlos III en la Catedral de Lima. Un año después, publica el libro de José Durán, sobre las pompas fúnebres celebradas por este rey en la Universidad de San Marcos de Lima. Y en 1790 la imprenta también publica el libro de Esteban de Terralla y Landa, sobre las celebraciones en Lima por la subida al trono del rey Carlos IV.
1790, el 1o. de octubre de este año Jaime Bausate y Mesa, a los seis meses de su arribo a Lima (Perú) funda en esta ciudad "El Diario de Lima" ("Diario Curioso, Erudito, Económico y Comercial de Lima"), considerado como el primer diario peruano y la primera publicación en América del Sur. “Lima contaba para mediados del siglo XVIII con varias imprentas y diversos maestros impresores. Diarios como La Gaceta de Lima, fundado en 1715, publicaban recuadros informando la aparición de libros e impresos. Pero es en el Diario de Lima, nacido en 1790, donde la publicidad gozaría de un leve auge a través de los llamados .Remitidos. o .Comunicados., publicados por personas naturales a un costo módico. Trueques, ventas, temas personales y políticos eran cotidianos en estas páginas. Así, en el Perú se adoptaba la modalidad de algunos medios franceses, la cual impera hasta hoy: los avisos pagados costean la edición” señala Daniel Contreras M, historiador de Arte, en su artículo “La publicidad en el Antiguo Perú” (http://www.elperuano.com.pe/edc/02/04/08/6_7.pdf).
Desde el año 1791, todos los diarios de letras y de artes fueron suprimidos en la corte y en las provincias de España.
El periodismo es un género literario en prosa que condensa la realidad del momento y cuya verdadera aparición ocurre en el Renacimiento, con la invención de la imprenta.
Ha sido llamado con razón el “Cuarto poder del Estado”, precisamente “porque es el asiento visible de la opinión pública, sin la cual nada puede esperarse positivamente fructífero de las funciones legislativas, ejecutivas y judiciales en los pueblos civilizados; y con no menos razón se le ha denominado “termómetro de la civilización” y “microcosmos portátil”, porque el periódico resume en sus columnas la marcha del mundo, y es a la vez un pequeño mundo en que vivaquean ideas, emociones, percepciones y juicios de una diversidad pasmosa” (Remos: “La Obra Literaria”).
“El periodismo es en lo externo una profesión, en lo interno un sacerdocio” (Pekín Rivero).
VIDA Y OBRA DE JAIME BAUSATE Y MEZA
Jaime Bausate y Meza nació en la villa de Copernal, en Extremadura, España, en el año de 1765. Su verdadero nombre era Francisco Antonio Cabello y Mesa.
Fue hijo de don Vicente Cavellos y doña María Úrsula y hermano de Félix María. Se casó con María Dolores Blanco, hija de don Miguel Blanco, relator propietario de la Audiencia.
Estudió Filosofía y Leyes en las universidades de Toledo y de Salamanca.
Francisco Antonio Cabello en su diario Telégrafo Mercantil publicaba algunas estrofas con el seudónimo Narciso Fellobio Cantón. En cambio el Diario de Lima lo publicó utilizando el seudónimo Jaime Bausate y Mesa.
Según el Libro Nº 38 de los Cabildos de Lima (de los 45 existentes), foja 257, su verdadero nombre es Francisco Antonio Cavello y Mesa. Cuando el periodista Jaime Bausate y Mesa solicitó el 30 de setiembre de 1791, que se informara al Rey Carlos IV, sobre sus méritos como diarista en el virreinato del Perú, para ser merecedor de un lugar comercial y tener el derecho de exclusividad para editar publicaciones en Lima, quedó revelada su verdadera identidad. Así lo confirma el Libro de Cabildos Nº 38, al ser trascrito por los paleógrafos peruanos Ada Arrieta Álvarez y César Gutiérrez Muñoz y que a la letra dice: “Finalmente se manifestó un escrito en que don Francisco Antonio Cavello y Mesa (alias) don Jaime Bausate, autor del Diario, pide que en el informe que se haga a su Majestad de sus méritos se enuncien también las cualidades de su persona, que constan de una información que demuestra. Se mandó que agregándose al expediente de su materia se tuviese presente en el informe decretado”.
Desde muy niño se distinguió por su deseo inextinguible de saber e interés por la poesía, la literatura, el periodismo, el derecho y la política.
Bausate y Meza fue un hombre de talento expositor, de espíritu empresarial y elevado sentido práctico de las cosas. Tal vez un poco vehemente en el análisis de los problemas y apasionado en la crítica en su intento por servir mejor a la colectividad.
Este indiscutible fundador del diarismo limeño y sudamericano, fue un ávido lector y estudioso infatigable de los problemas sociopolítico-culturales. Destacó por sus dotes de bondad, rectitud, entereza, entusiasmo por toda causa noble y su gran apego a la tierra donde le tocó trabajar y vivir.
De sensibilidad exquisita, de personalidad independiente, atrevida y arisca, de gran capacidad y clarividente criterio, un tanto fantasioso y melogómano, de autoestima elevada, vivió momentos de estrechez económica y de enfrentamiento con el poder político de entonces.
En diciembre de 1789, viaja al Perú por vía marítima y llega al Callao el 17 de abril de 1790, a los veinticinco años de edad. En el mes de agosto, en el Perú, contrae matrimonio con la hija de un Relator de la Real Audiencia de Lima, la peruana Dolores Blanco, quien llegó a ser su primera informante en el Perú.
Solía agregar a su nombre una serie de cargos como los siguientes: Abogado de la Real Audiencia de Lima e incorporado por su majestad con los de su Real y Supremo Consejo de Castilla, Protector General de los Naturales de las Fronteras de Jauja; Coronel del Regimiento Provincial de Infantería de Aragón en el reino del Perú.
Jaime Bausate y Meza fue un hombre polifacético, empresario, poeta vigoroso, vehemente y satírico, coronel, profesor de historia literaria y periodista.
A fines de 1792, se incorporó a las milicias locales, graduándose de coronel. Valeroso coronel que después de las invasiones inglesas ingresó en el Regimiento de Dragones Veteranos de Buenos Aires y participó decididamente en el movimiento liberal contrario a Fernando VIl en la defensa de Montevideo (1807) contra los ingleses.
Político crítico, perseverante en sus propósitos, con gran sensibilidad social y espíritu de bien en defensa de los intereses populares, aun cuando no se contaba en su época con los recursos tecnológicos, los métodos y técnicas de investigación científica y de redacción periodística como se dispone en nuestros tiempos.
Periodista autodidacta, de corte polémico, crítico y de confrontación, con independencia de criterio, exento de convencionalismo, de ideas elevadas al servicio de la vulgarización del conocimiento.
En el Colegio imperial de Madrid enseñó Historia Literaria por un corto tiempo, logrando concitar la atención de sus alumnos precisamente por la calidad de sus clases y un manejo con soltura y propiedad del idioma.
Estudió Derecho en la Universidad de Madrid y no vaciló en defender las causas que consideraba justas. En el Perú, se graduó en Derecho Civil y Canónico en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima.
Tenía buenos reflejos al reaccionar rápidamente con respuestas subidas de tono contra quienes trataban de infravalorar o desmerecer su quehacer periodístico que le costaba mucho esfuerzo.
OPINIONES RELATIVAS A JAIME BAUSATE Y MEZA
Gustavo Adolfo Otero: “A Bausate y Mesa o Cabello y Mesa, corresponde, pues, la gloria de haber sido el fundador del primer diario en la América del Sur” (“El periodismo en América”, Lima, 1946).
Raúl Porras Barrenechea consideró a Bausate y Meza como «el hilo conductor de una gran corriente colectiva» (“El periodismo en el Perú”, Lima, 1970).
Alejandro Miró Quesada Garland: “Es indiscutible que el Perú fue el precursor del periodismo hispano-americano, no sólo en cuanto a que en la Ciudad de los Reyes aparece la primera Gazeta –siete años antes que la de México- sino también el primer diario. Nos referimos al Diario de Lima que publica Jaime Bausate y Mesa el 1º de octubre de 1790” (“El Periodismo”, Lima, 1991).
Mónica P. Martín: "Cabello fue intelectualmente un hombre del iluminismo y, como tal, confió en el poder transformador de la educación. Seguro de formar parte de la elite ilustrada, asumió, además, el papel protagónico que el siglo le había reservado: como muchos hombres de su tiempo, don Francisco procuró intervenir activamente en el proceso de difusión de las "luces" a través de los dos medios que se consideraban más idóneos: la prensa periódica y el teatro. (“Francisco Cabello y Mesa. Un publicista de dos mundos (1786-1824)”).
HECHOS HISTÓRICOS EN EL PERÚ Y EL MUNDO EN 1790
EN EL PERÚ
En 1784 el Perú fue dividido en 7 intendencias, tipo departamentos, entre ellas: Lima, Trujillo, Tarma, Huancavelica, Huamanga, Arequipa y Cusco. Cada intendente tenía por funciones velar por la recaudación de tributos, mantener y resguardar el orden público; cada intendencia se dividía en Partidos, tipo provincias, que eran administradas por los Subdelegados. Entre 1780 y 1784 se produce la Revolución del cacique Inca Túpac Amaru II.
En 1790 se crea el Virreinato del Perú, el único en América del Sur y que comprendió casi la totalidad de las posesiones de España, con excepción de Venezuela que pertenecía al Virreinato de Nueva España (México). Las autoridades eran el Virrey, la Real Audiencia, el Cabildo, el Corregidor y el Intendente. El Perú y Lima era el centro del dominio colonial español de América. España era la nación dominante, que acumulaba riqueza y poder, que en su mayoría eran criollos, y los indios constituían la nación dominada, desprotegida y sin privilegios.
En 1790 el tribunal de la inquisición había prohibido la importación de libros por el gobierno y su consiguiente lectura. En el índice se consignaban los libros de Robertson, Hume, Shakespeare, Voltaire, Corneille, Racine, Rousseau y Boileau.
La agricultura no estaba bien desarrollada debido a la costumbre de importar productos manufacturados y alimentos como es el caso del trigo del país de Chile. Las exportaciones giraban sobre la base de cacao, cascarilla, lana de vicuña, entre otros.
En el campo de la minería, habían muchas minas descubiertas y explotadas. El Perú era el país codiciado por ser la tierra del oro y de la plata. Los españoles llegaron al Perú atraídos por el oro, la plata y el azogue, y la corona de España trató de incentivar su explotación implantando el sistema de mita minera obligatoria. Según las cifras proporcionadas en su memoria por el Conde Lemos, en el año de 1790 había en el virreinato del Perú 728 minas de plata, 69 de oro, 4 de azogue y 4 de cobre con plata.
En el campo de la pesquería, entre 1789 y 1790 el virrey del Perú, Teodoro de Croix se sintió aterrorizado por el acontecimiento fortuito y lamentable consistente en que un barco español se encontraba a los 38 grados de latitud pescando ballena en territorio peruano, ante cuya situación no le quedó otra medida que ordenar a las autoridades, desde Guayaquil hasta Iquique, la vigilancia rigurosa y permanente de todas las embarcaciones extranjeras que pasaran cerca de los puertos.
La sociedad peruana estuvo estructurada sobre la base del origen étnico de la población: peninsulares, criollos, elite indígena, indios, mulatos, mestizos, negros libres, zambos, pardos y esclavos.
En cuanto a expediciones científicas, en el Perú se efectuó la del marino español Alejandro Malaspina, que estudió la costa peruana. El 21 de mayo de 1790 arribaron al Callao las corbetas Descubierta y Atrevida, al mando del capitán de fragata Alejandro Malaspina y José de Bustamante.
Alrededor de 1790, doña María de la Concepción Palacios Blanco, madre del Libertador Simón Bolívar, acompañada de sus hijos María Antonia, Juana, Juan Vicente, Simón, parientes y amistades solía ir de paseo a sus haciendas, especialmente a la de San Mateo, en los valles de Aragua (http://www.editoraperu.com.pe/edc/01/07/24/cul4.htm).
En el mes de marzo de 1790, Teodoro de Croix consigue el permiso para retornar a España, dejando el mando al nuevo virrey del Perú, don Francisco Gil de Taboada y Lemos, nuevo virrey que gobernó desde 1790 hasta 1796.
Según el censo general de 1791, la población total del virreinato del Perú era de 1´076,122 habitantes. La población de Lima fue de 52,627 habitantes, la misma que estaba conformada por 17,215 españoles o blancos, 3,219 indios, 8,960 negros y 23,233 mestizos, de los cuales sólo 19,000 tenían ocupación y los que no declararon tener ocupación fueron clasificados como ociosos o desocupados; Lima, tenía 3,941 casas y siete parroquias. La ciudad de Lima tenía la fama de ser libertina, jocosa y festiva.
En el Perú, “Desde 1790 la lectura de temas políticos fue adquiriendo progresivamente mayor relevancia frente a la lectura de temas de tipo religioso”, revela V. Peralta, en su obra “La revolución silenciada. Hábitos de lectura y pedagogía política en el Perú, 1790-1814” (Anuario de Estudios Americanos, Sevilla, 1977).
En 1790 se establece la ruta marítima permanente entre Acapulco y Perú. En Lima, se reconstruyó la Iglesia de Santa Ana, luego de que un voraz incendio la redujera a escombros.
El 1º de octubre de 1790 aparece en el Perú el primer periódico cotidiano de la América del Sur, el Diario de Lima, más conocido como Diario erudito económico y comercial de Lima, dirigido por Jaime Bausate y Mesa.
En el año de 1790 nacen distinguidas personalidades. En Piura, Santiago Távara (1790-1874), llegó a fundar el Archivo General de la Nación y a ser su primer director, en cuyo archivo aún se conserva la memoria de los acontecimientos de la Colonia y la República. El 10 de agosto de 1790, nace en Arequipa, el poeta precoz y patriota, iniciador de la poesía peruana y del romanticismo en el Perú, Mariano Lorenzo Melgar Valdiviezo. Y en este mismo año, muere Francisco López Sánchez, obispo de Huamanga.
EN EL MUNDO
Un año antes, en 1789 se produce la revolución francesa, cuya influencia se deja sentir particularmente en los países de América Latina. Los revolucionarios franceses ya habían proclamado la libertad de Prensa en el punto 11 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, discutida y aprobada del 20 al 26 de agosto de 1789 y promulgada en octubre, que a la letra dice: “La libre comunicación de los pensamientos y de las opiniones, es uno de los derechos más preciados del hombre. Todos los ciudadanos pueden, por tanto, hablar, escribir, imprimir libremente, salvo que respondan del abuso de esa libertad en los casos determinados por la ley”.
En 1790, ocurren importantes y trascendentes hechos, inventos:
a) En Francia aparecen los clubes revolucionarios: jacobinos, cordeliers y feuillants; la Constitución civil del Clero dio al Estado el control de la Iglesia en Francia, y los sacerdotes y religiosos debían prestar juramento de fidelidad a la Constitución so pena de exilio, encarcelamiento y muerte; el 15 de enero de 1790, en Francia se sustituyen las provincias por departamentos y se subdividen éstos en distritos, cantones y municipios; y el 20 de febrero de 1790, tras la revolución, los conventos son suprimidos en Francia; el 19 de junio de 1790 es decretada la abolición de la nobleza, de las órdenes militares, escudos y toda clase de distinción entre los franceses.
b) Se realizan exploraciones en el Pacífico, de Salvador Hidalgo, Manuel Quimper y Francisco Eliza;
c) En Inglaterra, el inglés Thomas Saint patenta la máquina de coser destinada especialmente a trabajos en cuero;
d) Leopoldo II es elegido como nuevo emperador del Sacro Imperio Germánico;
e) Se produce el hallazgo de la piedra del calendario azteca al nivelar la plaza mayor de México;
f) Acontece la insurrección de los negros en Santo Domingo.
g) Era todavía prohibido leer en España los libros ya aceptados en todo el mundo como las obras de Paracelso, de Pedro de Albano, de botánicos como Carlos Clusius (1567), Leonardo Fuchs (1546), Andrés de Laguna (1586) y otros filósofos médicos como Amato Lusitano”, según refiere el doctor Fernando Cabieses Molina;
h) En Venezuela, Miranda entrega un plan sobre la Independencia de América al ministro inglés y maestro de la política europea, William Pitt.
i) Burke, escribe Reflexiones sobre la revolución francesa; Goethe publica Torcuato Tasso; Jovellanos pone en circulación sus Memorias sobre los espectáculos y diversiones públicas de España, Jean Antoine Nicolás de Secondat, marqués de Condorcet, edita su obra Sobre la admisión de las mujeres al derecho de ciudadanía.
j) Según referencias de la época, en este año los escritos del filósofo Manuel Kant se encontraban hasta en los tocadores de las damas y en las peluquerías, particularmente su obra Crítica del Juici;
k) El 4 de enero de 1790, las provincias belgas, a excepción de Luxemburgo, proclaman su independencia;
l) El 31 de abril de 1790, en los Estados Unidos de Norteamérica se aprueba la ley de Derechos de autor;
m) Charles Seignobos, en su obra “Historia Universal Ilustrada” refiere que “En mayo de 1790, el rey de España, que tenía dificultades con los ingleses en América, invocó el Pacto de Familia para reclamar la ayuda de los franceses. La Constituyente hizo esta declaración: “La nación francesa renuncia a emprender ninguna guerra con la mira de hacer conquistas, y no empleará jamás sus fuerzas contra la libertad de ningún pueblo” (Tomo III, Ediciones Argentinas, S.R.L. Buenos Aires, 1974).
n) El 16 de julio de 1790, en EE.UU. se funda Washington D.C.
o) El 18 de julio de 1790, en Madrid, el Conde de Floridablanca sufre un atentado del que sale ileso.
Distinguidas personalidades nacen en 1790:
a) Juan Álvarez, quien llegó a ser político y militar mexicano, presidente provisional de México, peleó por la independencia y contra la intervención estadounidense;
b) Edgard Tyrell Channing (1790-1856), llegó a ser connotado periodista estadounidense y fundador de la North American Review, una de las más importantes revistas de EE.UU.
c) John Henry Eaton (1790-1856), más tarde político estadounidense, abogado de Franklin, senador de EE.UU. y Secretario de la Guerra de 1829 a 1831 y gobernador de la Florida;
d) Jules Sebastián César Dumont DÚrville, navegante y escritor francés, llegó a descubrir las tierras de Luis Felipe, Joinville y Adelia y autor de Viajes y descubrimientos alrededor del mundo en busca de La Pérousse; Viaje al polo sur y a Oceanía; Diario de a bordo.
En este mismo año nacen distinguidos políticos, militares y eruditos que pasamos a referir:
a) El 5 de enero, nace Melchor Múzquiz, quien llegó a ser presidente interino de México;
b) El 25 de febrero, Juan Álvarez Mendizábal, político español;
c) El 29 de marzo, John Tyler, fue elegido más tarde décimo presidente de EE. UU. ;
d) El 21 de abril, Manuel Blanco Encalada, llegó a ocupar la presidencia de la República de Chile;
e) El 20 de mayo, Bernardino Escribano, militar argentino, logró fundar la ciudad de Junín;
f) El 13 de junio, José Antonio Páez, militar y político venezolano;
g) El 4 de noviembre, Carlos Antonio López, quien ocupó la presidencia de Paraguay;
h) El 23 de diciembre, Jean-François Champollion, erudito francés, fundó el museo egipcio de Louvre y usando la piedra de Rosetta descifró los jeroglíficos egipcios.
En 1790 aparecen importantes publicaciones en el mundo: El 24 de octubre de 1790 aparece la primera publicación periódica en La Habana (Cuba), bajo el título de Papel Periódico.
En 1790 no sólo nacieron ilustres personajes en los diferentes campos del saber humano, también mueren religiosos, políticos, científicos, inventores, educadores y economistas:
a) José Antonio Alzate Ramírez, religioso y erudito mexicano, fundador de la Gaceta Literaria de México y autor de las obras “Mapa de la América del Norte”, “Observaciones metereológicas” y “Noticia de las minas de azogue que hay en Nueva España”;
b) El 17 de abril de 1790, fallece Benjamín Franklin (1706-1790), científico, pensador, impresor, periodista, inventor y una de las figuras políticas más importantes en la historia de Estados Unidos, editó la Philadelphia Gazette y Poor Richard´s almanack, organizó la actual Universidad de Philadelphia, realizó investigaciones en física experimental, sobre todo en el campo de la electricidad, inventó el pararrayos y fue representante de las Colonias en Inglaterra (1757) y miembro del Congreso Continental (1775), entre otros cargos;
c) El 17 de julio de 1790, fenece el escocés Adam Smith, padre de la doctrina liberal, economista, filósofo y fundador de la Economía Política;
d) En 1790 muere Juan Bernardo Basedow (1724-1790), uno de los más notables educadores alemanes, quien escribió posteriormente la obra titulada “La representación a los filántropos y a los hombres prudentes acerca de la vida escolar y su influencia en la felicidad colectiva”. Los principales postulados de la educación filantrópica de Basedow – según señala Francisco Larroyo- son: a) El objeto de la educación es preparar para una vida útil, patriótica y feliz; b) la educación es el desarrollo armónico y el ejercicio de las facultades humanas; c) el objeto preferente de la educación es formar el carácter; d) la instrucción es una parte importante y necesaria del plan de enseñanza, pero no tiene valor si no educa”.
EL DIARIO DE MADRID (ESPAÑA, 1758-1808)
En 1732, en España circula el Diario Histórico, Político, Canónico y Moral
El Diario Noticioso, Curioso, Erudito, Comercial, Público y Económico de Madrid (1758-1808), fue la primera publicación de periodicidad diaria que circuló en España. Esta publicación, cuyo permiso le fue concedido el 17 de enero de 1718 a don Manuel Ruiz de Uribe y Compañía cambió de nombre en varias épocas: Diario Noticioso (4 de febrero de 1758), Diario Noticioso Universal (2 de enero de 1759), Diario Curioso, Económico y Comercial (1º de julio de 1786), Diario de Madrid (1º de enero de 1788), Diario de Avisos de Madrid (1º de abril de 1825), Diario de Madrid (20 de febrero de 1836) y, finalmente, Diario Oficial de Avisos de Madrid (2 de noviembre de 1847).
El Diario fue fundado el 1º de febrero de 1758 por Francisco Sebastián Manuel Mariano Nipho y Cagigal (1719-1803) y para su impresión requirió de la autorización de Fernando VI. La publicación constaba de dos secciones, una de artículos de opinión y otra de información económica con anuncios de utilidad pública.
En este Diario, que llegó a ser el primer diario de toda la Europa Continental, se anunciaban ventas de tierras en Barcelona, alquileres, ofertas de criadas, demandas, la mención de una vidriería, una confitería y una barbería, entre otros. En 1758 publicó un cartel con las cinco corridas de toros a celebrar en la plaza de toros de la Puerta de Alcalá.
F.S. M. M Nipho y Cagigal, cuyo seudónimo era Manuel Ruiz de Uribe, fue el creador del periodismo moderno en España, el inventor del diarismo moderno e hizo significativo, el primer periodista profesional de la literatura española y trascendente aporte a la cultura popular y a la sociedad de la comunicación. Nació el 10 de junio de 1719 y murió el 10 de enero de 1803, a la edad de 84 años, habiendo fundado y editado más de veinte publicaciones periódicas.
Jaime Bausate y Meza, se inició como periodista autodidacta en el diario español denominado Diario Noticioso, Curioso, Erudito, Comercial, Público y Económico de Madrid (1758), siendo redactor y editor interino durante quince meses por muerte de su director D. Santiago Tevín. Más tarde decide visitar los países de Perú y Argentina para dirigir su propio medio de comunicación.
EL DIARIO DE LIMA (PERÚ)
Un año antes de la aparición del Diario de Lima, es decir en 1789, Hamilton funda la Gazette of the United Status, convirtiéndose en el principal contribuyente del periódico, publicación que en realidad fue el órgano oficial de la administración federalista, aparecido en formato de tres columnas, en páginas de 42 x 52 centímetros y que tuvo como primer director a John Fenno.
Bausate y Meza llega al Perú a la edad de veinticinco años, el 17 de abril de 1790. Por confesión expresa de Bausate y Meza, sabemos que apenas llegó a tierra peruana se propuso “emprender la laboriosa tarea de editar un diario noticioso, curioso, erudito, económico, político y comercial como el que en esa corte (de Madrid) y demás cortes cultas de la Europa iluminada…”
“Creyendo interpretar los sentimientos y propósitos del rey, quien a mediados del siglo XVIII quería difundir la Ilustración, algunos virreyes fomentaron en el Perú la publicación de periódicos destinados a propagar los conocimientos literarios, científicos e industriales que se creían útiles para los americanos” refiere Carlos Huyese, en su obra “Apuntes de historia crítica del Perú / Época colonial” (Lima, 1949).
La decisión de fundar el diario lo asumió luego de constatar la «inacción letárgica» de «muchos sabios y doctores en toda materia» que imperaba en la Lima virreinal, ciudad ésta que entonces era capital del virreinato y el centro socio-político y cultural de la América del Sur, cuyos límites abarcaba el actual Perú, parte de Ecuador, la actual Bolivia y que tenía bajo su dependencia los territorios de Maynas y Quijos.
Después de cinco meses y trece días de perseverantes gestiones de orden administrativo y económico ante el virrey del Perú, don Francisco Gil de Taboada y Lemos, obtiene la licencia para editar un periódico- bajo la censura de Joseph Gorbera, entonces Fiscal de lo civil de la Real Audiencia- y recibe un subsidio que le permitiría cubrir los gastos básicos de edición. Funda y dirige el Diario de Lima, identificado con cuatro adjetivos: “Curioso, Erudito, Económico y Comercial de Lima”, diario que empieza a circular el día viernes 1º de octubre de 1790.
En el año de 1790, luego de la aparición del Diario de Lima, también entra en circulación el Papel Periódico de La Habana (Cuba), cuyo primer número data del 24 de octubre, teniendo por fundador y director al capitán general de la isla, Luis de las Casas. El londinense, William Nicholson, patentó una prensa que imprimía sobre una superficie plana, utilizando la presión de un cilindro. En este mismo año, en la hermana república de Colombia, se funda La Gaceta de Santa Fé de Bogotá y que tuvo una duración de tres meses.
El periodista Moisés Arroyo Huanira, ex docente bausatino, al ser entrevistado por quien escribe esta obra, manifestó que “La época en que apareció el Diario de Lima era bastante agitada, pues ya se dejaban sentir en el Virreinato del Perú, los primeros síntomas de rebelión, que en vano trataban de controlar las autoridades. Hasta ese entonces las referencias y noticias que se tenían de Ultramar, llegaban tarde a conocimiento de los colonos y no eran otras que las que proporcionaba la «Gaceta de Madrid» cuyo material de lectura era debidamente controlado y seleccionado. Por ese entonces gobernaba el Perú, el Virrey Francisco Gil de Taboada y Lemos, hombre de espíritu liberal y comprensivo, que dispensó un gran apoyo a todo lo relacionado con la intelectualidad de la vasta circunscripción que tenía bajo su mando. Por ello, cuando se editó el periódico vio con gran simpatía esta obra y no vaciló en darle su autorización. El N° 1 del Diario de Lima se ocupaba en el editorial de los principios que normarían su publicación. Luego insertaba un «enigma» en verso, ofreciendo cien pesos por su descifrado, y finalmente las noticias particulares, especie de crónica del país que no dejaban de tener cierto interés”.
Según Rosana Calvi, “La Gaceta de Lima –a diferencia de las primeras hojas volantes- mantuvo cierta periodicidad. Sin embargo, hemos visto cómo las noticias, por lo general, abarcaban un periodo alrededor de los dos meses, es decir, no existía todavía una dinámica diaria para la recolección de noticias, sino que muchas veces se seguía dependiendo del aviso o correo que traía las novedades destinadas a la sección europea de la Gaceta. Este hecho cambiará con la aparición, el 1º de octubre de 1790, de un nuevo concepto de periodismo, el Diario de Lima curioso, erudito, económico y comercial, de Jaime Bausate y Mesa. Se trata del primer diario peruano, ya que aparecía todos los días y constaba de cuatro páginas. Bausate y Mesa aplicará su conocimiento avanzado del periodismo español a su Diario en Lima, hecho que marca una nueva fase del periodismo en el Perú, no sólo por su periodicidad cotidiana, sino también por su carácter y diferentes facetas, que incluirían la publicación de noticias e informaciones curiosas, así como textos educativos y de interés comercial, como por ejemplo las compras, ventas, alquileres, entre otros. Asimismo, detrás de esta empresa surgiría un grupo de reporteros que tendrían a su cargo la escritura de textos de temas variados. Si bien es cierto este periódico marca un nuevo rumbo, en 1790 la censura es todavía dominante, y en ese sentido, para la publicación de su Diario, Bauzate y Mesa debió contar primero con la venia y licencia del 35º Virrey del Perú, Francisco Gil de Taboada. Aunque este diario aprovechó los progresos técnicos logrados por el periodismo europeo, no tuvo mucha vida, ya que dejó de publicarse en septiembre de 1793 debido a que no contaba con un número suficiente de lectores para cubrir los gastos de impresión (Torre Revello, 171). A pesar de este fracaso, debemos tener en cuenta el impacto de este diario entre los limeños”(O.cit. http://clas.georgetown.edu/documents/Calvi_Colonial_Periodicals_in_Peru.pdf).
El Diario de Lima contenía una serie de noticias sobre educación, historia, geografía, literatura, salud y ciencia. Además sobre el comercio, la minería, avisos de interés general, disposiciones oficiales, asuntos eclesiásticos, estadísticas, datos sobre movimiento de buques y el estado de sus cargamentos. Se publica el artículo “Privilegios que concede la Carta magna de Inglaterra y en que consisten”.
Manuel de Mendiburu, en su Diccionario histórico-biográfico peruano (I parte, Tomo XXIII) manifiesta:
“Salieron a luz en dicho periódico noticias diferentes y algunos casos de importancia como el publicado en abril de 1791, manifestando con graves y sólidas razones, los males que se hicieron al Perú con la introducción de negros africanos”.
El Diario de Lima, indiscutiblemente, llenó el gran vacío de comunicación escrita existente en la sociedad virreinal, permitiendo la vulgarización del conocimiento, de la ciencia, la tecnología, la educación, la política y la difusión de los acontecimientos sociales, y tuvo el mérito de obtener el reconocimiento oficial en los dos virreinatos vecinos de Perú y de Río de la Plata (Argentina).
José Hipólito Unanue (1755-1833), egregio médico, maestro de juventudes y prócer de la Independencia del Perú, con fecha Lima, 15 de octubre de 1794, en su informe remitido al Virrey Francisco Gil de Taboada y Lemos, sobre las causas que dieron origen a varios papeles de literatura que se publicaron durante los días del Virrey, alude al carácter utilitario del Diario en los términos siguientes:
“Pero su principal utilidad consistía en la facilidad que daba al giro doméstico de esta capital. Las compras, ventas, los alquileres, pérdidas, etc., que para efectuar las primeras o descubrirse las últimas, necesitaban de parte de los interesados dar mil pasos, las más de las veces infructuosos, se evitaban con sólo avisar al editor del Diario, quien al día inmediato hacía circular la noticia que se quería con todas las explicaciones posibles. Además, por este medio, ocurría con mucha más celeridad el tráfico interno, entretanto que las noticias de salida y entradas de barcos y el estado de sus cargamentos, que igualmente se apuntaban, hacían más expedita la comunicación del externo”.
A decir de Raúl Porras Barrenechea, en su obra El periodismo en el Perú, este diario «prestó servicios como anunciador, consignó curiosas aunque muy cortas noticias históricas, disertaciones sobre ciencias, descripciones de las provincias del Perú, traducciones de versos clásicos, junto a recetas caseras para matar los piques y curar las lameduras de arañas. Sin embargo, este anacrónico periodista no se preocupaba mucho de las noticias del día. Su afán era ilustrar, ser útil y ameno. Esto último no lo conseguía».
El diario se imprimió en la imprenta ubicada en la calle de las Campanas y se distribuía en todas las ciudades de alto y bajo Perú y reino de Quito. La distribución se efectuaba todos los días, a las ocho de la mañana, y en los siguientes lugares de Lima: la Plaza Mayor, en la Inquisición, San Juan de Dios, Santa Ana, las Nazarenas y la esquina de las Campanas. La suscripción costaba quince reales al mes.
Este diario, se vendía también en el interior del país: Trujillo, Tarma, Tacna, Pasco, Nazca, Arequipa, Cajamarca, Cuzco, Huamanga, Huánuco, Huanta, Ica, Huancavelica y Moquegua, y en el Alto Perú (La Paz (Bolivia), Potosí y La Plata o Chuquisaca).
En su afán de garantizar el éxito del Diario de Lima, Bausate y Meza traza una estrategia empresarial que puede resumirse en lo siguiente:
1. Planifica la promoción y venta mediante la distribución gratuita de prospectos, ofreciendo facilidades a los suscriptores y la entrega del periódico a domicilio y al centro de trabajo a las 8.00 a.m.
2. Se distribuiría en todas las ciudades del alto y bajo Perú y el reino de Quito, desde su local central ubicado en la calle de Las Mercedes de Lima.
3. El valor de la suscripción mensual sería de quince (15) reales. Los forasteros que residieran en localidades situadas a más de cien leguas a la redonda, podrían suscribirse por períodos no menores de tres meses, abonando individualmente la suma de cuarenta y cinco (45) reales.
4. El editor se comprometería a remitir el Diario a los suscriptores, vía correo y libre de posta, con material informativo renovado cada día.
5. Las personas que continuaran con la suscripción podrían enviar al Despacho del editor los números atrasados del diario para ser encuadernados gratuitamente.
6. Se instalarían buzones, estafetas o “caxas” en diferentes lugares de la ciudad para que el lector o vecino depositara sus informaciones que se darían a conocer a la colectividad.
7. El diario abordaría diversidad de materias, en su intento de satisfacer al mayor número de lectores de Lima y de todo el mundo.
8. Se contará con la presencia de una dama escritora como colaboradora para la página femenina y que firmaría como la Reformadora Limeña.
9. Se organizaría en Lima una sociedad académica denominada Filopolita para auspiciar y fomentar la vida intelectual del diario. Sus miembros se reunirían a platicar sobre los asuntos públicos y utilizarían determinados seudónimos en sus artículos –costumbre de la época- tales como los de Aristarco, Midósolo, Filomito, Eumolpo, Arcadio, La Reformadora Limeña, etc.
10. El diario, inicialmente, circularía los días miércoles y sábados, con cuatro páginas, conteniendo pocos avisos comerciales, y con más páginas sólo los domingos.
11. Adjuntando un proyecto se solicitaría la autorización y un subsidio del virrey del Perú, don Francisco Gil de Taboada y Lemos, para la edición del Diario.
Raúl Porras Barrenechea, en sus declaraciones al diario La Crónica (Lima, 1º de octubre de 1952), seis años antes que se fundara el Instituto Libre de Periodismo Jaime Bausate y Meza (actualmente Universidad Jaime Bausate y Meza), manifestó:
“El diario de Bausate y Mesa representa sin embargo un avance y es un signo del espíritu del tiempo. El periódico eventual se convierte en esa necesidad diaria de nuestra época equiparable al desayuno para el hombre culto. Es también exponente de libertad y un primer conato para democratizar la cultura. Es la época de la Ilustración. España se suma a ese gran movimiento cultural europeo e incorpora a él a sus colonias. Vienen expediciones científicas. Las universidades mayores se reforman y dejan entrar en esos claustros los vientos de la Enciclopedia. Bausate y Mesa es simplemente el hilo conductor de una gran corriente colectiva”.
El 13 de junio de 1792, Bausate y Meza se gradúa en Derecho en la Universidad de San Marcos. El 31 de octubre de 1792 abandona la dirección del Diario de Lima y lo entrega a Martín Saldaña, quien edita el Diario de Lima desde el 1º de noviembre de 1792 hasta el 26 de setiembre de 1793, fecha en que deja de circular definitivamente.
El Diario de Lima, dejó de publicarse debido a las razones siguientes: por la carencia de técnicas adecuadas para una buena impresión; por no lograr el objetivo, los fines y las metas trazadas; por falta de apoyo económico del virrey Don Francisco Gil de Taboada y Lemos; por la posición crítica del Diario contra el gobierno del virrey, por la aparición de un nuevo periódico de índole enciclopédica, el Mercurio Peruano (jueves 2 de enero de 1791), que contaba con el auspicio del virrey y la aparición del Semanario Crítico (1791), los mismos que afectaban las ventas del Diario de Lima; por la morosidad e indiferencia de los suscriptores; por la falta de colaboración de la elite intelectual limeña, y no cabe duda también por el bajo nivel cultural de la población.
El Mercurio Peruano, de material variado y de óptimo nivel intelectual de sus colaboradores. Entre ellos Hipólito Unanue, Ambrosio Cerdán, José maría Egaña, Tomás Méndez lachica, Baquíjano y Carrillo, Bernardino Ruiz, entre otros. Este diario circuló bajo la dirección de Jacinto Calero y Moreira (1762-1830) y la orientación y apoyo económico-financiero de la Sociedad Académica de Amantes del País (1791-1795). El impresor era el poeta y maestro Bernardino Ruiz (1765-1819), usaba el seudónimo de “Anticiro”. El periódico deja de circular el 31 de agosto de 1794, registrando un total de 382 números, y lo hizo por razones financieras, por el descenso de la calidad del material periodístico y la monotonía, respectivamente. Al respecto, Carlos Wiesse, en su obra Apuntes de historia crítica del Perú (Época colonial) manifiesta que el diario Mercurio Peruano “también murió de pura inanición, anémico y abandonado antes de terminar Gil de Taboada el período de su mando. Estos fracasos demuestran que la sociedad peruana de aquel tiempo no debió de ser muy dada a la lectura”.
Manuel de Mendiburu, en su Diccionario Histórico Biográfico, explica que “La Sociedad Amantes del País no fue fomentada en lo menor por el erario real; pagaba oneroso derecho en la oficina de Correos, para exportar los números del “Mercurio”, que con afán se pedían de España y otros puntos; e imprimía gratuitamente las cédulas, decretos y otros documentos oficiales… Un módico auxilio hubiera salvado al “Mercurio” y por cierto los grandes gastos de las guerras de España en nada se habrían postergado; pero los que gobiernan observan a menudo la regla de pararse en las pequeñeces, cuando mayores son los dispendios que autorizan”.
El Semanario Crítico, que circulaba los días domingo y no tuvo acogida, duró sólo cuatro meses, entre junio y setiembre de 1791, llegando a 15 números. Su editor fue el franciscano Juan Antonio Olavarrieta (1763-1822), habiendo arribado a Lima en el mes de marzo de 1791 en la fragata “Dolores”. El primer número se editó en el mes de junio de 1791 y contenía información sobre teatro, poesía, diversiones públicas, bailes, etc.
El virrey Gil de Taboada calificó injustamente a Bausate y Meza de inculto y que no poseía idoneidad para seguir al frente de la empresa periodística, posiblemente pretendiendo con ello silenciar a la prensa (censura) para que la población no se informe de sus malas acciones en contra de las mayorías nacionales. Sin embargo, debemos manifestar en honor a la verdad histórica, liberado de prejuicios ideológicos e intereses políticos que Bausate y Meza fue un hombre ilustrado, con capacidad literaria y periodística, entusiasta y eficiente profesor de Literatura en el Liceo Imperial, cursó filosofía y leyes en las Universidades de Toledo y Salamanca fue capaz de traducir del francés la obra Telémaco de Fenelón en 1787 y lo publicó; además tradujo la novela Les Incas ou La destruction de lèmpire du Perou de Marmontel. Fue autor del drama La Inquisición (1811).
En una misiva dirigida a Don Pedro de Acuña, Audiencia de Lima, 707, fechada en Lima a los 20 días del mes de enero de 1793, el virrey Francisco Gil de Taboada y Lemos manifiesta lo siguiente:
“Excelentísimo Señor: Cumpliendo con lo mandado en Real Orden de 30 de junio último, hago presente a Vuestra Excelencia que Don Jaime Bausate y Mesa, editor del Diario que se estableció en esta ciudad, no ha sido suficiente ni tiene la instrucción respectiva para que la obra saliese con la perfección que debía, por cuya causa ha decaído como en el día, que ya no se costea y será preciso que la abandone como lo espero muy en breve, mas no por eso se experimentaría perjuicio alguno en la falta de noticias que dicho diario debía comunicar, por hallarse éstas, con otros muchos rasgos de literatura, en el Mercurio Peruano, cuya obra va cada día en mayor auge. En esta virtud y no siendo de consideración los servicios que en la publicación del expresado diario alega dicho don Jaime, lo hago presente a Vuestra Excelencia en contestación a la indicada Real Orden. Dios guarde a Vuestra Excelencia muchos años. Lima, 20 de enero de 1793. Excelentísimo Señor Francisco Gil”.
“El 18 de agosto de 1793, el ministro Acuña respondía que había informado al rey y que éste le pedía que se vigilara de cerca el diario: Por la carta de V. E. de veinte de Enero de este año queda el Rey enterado de que D. Jaime Bausate y Mesa, editor del diario que comenzó a publicarse en esa ciudad, no tiene la aptitud necesaria para continuar la publicación de dicho periódico; Su Majestad quiere que V. E. esté a la mira para que en el diario, caso que continúe, se impriman especies menos conducentes o perjudiciales al bien y tranquilidad de esas provincias […] (J. T. Medina, La Imprenta en Lima, vol. III, art. 1735, pág. 216)
Ante esta inesperada e inaudita decisión del virrey, “Sin esperar una respuesta de la corte ni basar todas sus expectativas en las solicitudes elevadas, Bausate ya había buscado nuevas actividades destinadas a generar para sí mayores ingresos: desde mediados de 1791 comienza a actuar como habilitador de las plantas de beneficio de minerales de los mineros de Yauricocha (Pasco) y de otras quebradas de la zona y como titular de una serie de denuncios mineros que se estaban exp0lotando en la región…” señala Alberto Varillas Montenegro en su obra “El periodismo en la historia del Perú. Desde sus orígenes hasta 1850” (Universidad de San Martín de Porres. Fondo Editorial. Lima, marzo, 2008).
El Diario de Lima, constaba generalmente de cuatro páginas, aunque hay números con doble cantidad de ellas. Este diario, en su primer número especificaba los objetivos y metas a alcanzar. En un principio contó con más de cuatrocientos suscriptores, entre ellos, el Virrey don Francisco Gil de Taboada y Lemos, el Arzobispo de Lima y Micaela Villegas Hurtado (Lima, 1748-1819), más conocida como La Perricholi,. Micaela Villegas fue una de las primeras lectoras del Diario de Lima. Destacó en el teatro, la comedia, el canto, el baile y logró conquistar los seniles amores del virrey Manuel de Amat.
Publicó 249 números correlativos, desde el 1º de octubre de 1790 hasta el 26 de septiembre de 1793 cuando Jaime Bausate y Meza había cedido la dirección del diario al impresor Martín Saldaña.
Augusto Jiménez Villacorta, en su obra Jaime Bausate y Meza y el Diario de Lima (Lima, 1993) no se equivoca cuando manifiesta que esta publicación «trae al Virreinato del Perú los beneficios inherentes al diarismo entre los que cabe remarcar la formación de una incipiente opinión pública. Pero, fundamentalmente, la manifestación del proceso de afirmación nacional, de afán de estudiar y de expresar lo nuestro»,y es el primer órgano de prensa sudamericano «en hablar a las gentes con neto acento de estas tierras», que «inició en el Perú excitante y luminosa vida periodística», al poner énfasis en nuestra realidad, en sus problemas y posibilidades, buscando romper toda relación de dependencia de España, de colonialismo mental y dominación extranjera.
El Diario de Lima dejó de publicarse el 26 de setiembre de 1793, cuando la dirección y edición del diario había sido cedido por Bausate y Meza a Martín Saldaña.. Es decir duró dos años, diez meses y veintiséis días.
Final ingrato, inesperado e inmerecido para una publicación que sembró la semilla del amor a lo nuestro, que contribuyó a desarrollar en la población el sentimiento por lo nacional y la identidad cultural, que abrió el camino a nuevas publicaciones, que contribuyó a combatir la ignición, la dependencia política y económica, que supo despertar las conciencias ciudadanas y que no cedió posiciones ante el poder virreinal.
Jaime Bausate y Meza, al destacar su magna obra, no con poca razón precisó lo siguiente:
“Con el auxilio del Diario muchos han mejorado su infeliz estado. La doncella honesta encuentra casa donde vivir y el joven halla su colocación. Aquella encontró lo que buscaba y este halló lo que necesitaba…”
EL DIARIO TELÉGRAFO MERCANTIL (BUENOS AIRES)
Inconforme por los resultados obtenidos en Lima, Bausate y Meza abandona el Perú y viaja a Buenos Aires en el mes de febrero de 1800, en tránsito para España, para continuar con su proyecto de empresa periodística, pero lamentablemente el bloqueo de los puertos del Río de la Plata, por parte de los buques de guerra y corsarios enemigos, le impidieron la continuación del viaje.
En esta ciudad llega a radicar desde el mes de abril del referido año y ejerce el periodismo con el nombre de Francisco Antonio Cabello y Mesa. Aquí se contacta y mantiene buenas relaciones con Manuel Belgrano, secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aire, pero al mismo tiempo se integra a la Logia Independencia, institución que estaba dirigida por Juan José Castelli. En 1806 regresa a España.
El 26 de octubre de 1800, Francisco Antonio Cabello y Mesa le solicita al virrey Marqués Gabriel de Avilés y del Fierro la autorización para fundar un periódico toda vez que su salud estaba resquebrajada y no podía seguir afrontando "el peligro de nuestros mares", y que no podía continuar estando “ocioso” en Buenos Aires.
En su carta le decía al virrey: "Mi periódico despertará de su soporación, removerá sus genios sublimes, los hará diligentes, benéficos y animosos", en clara alusión a la gente pobre nacida a las “márgenes del Rímac y del Paraná" (Río de la Planta). Pero también, el entusiasta y sufrido periodista Cabello y Mesa se comprometía a escribir "sobre la historia y topografía de estas provincias, la serie cronológica de sus virreyes y gobernadores, con noticias de los sucesos más memorables de sus tiempos, y no habrá ciencia, arte y mecanismo de que no se hable en mi periódico, para que haciéndose así más agradable y útil su lectura, el comerciante gire con más acierto, el filósofo extienda sus indagaciones, el político se afirme con ordenar las cosas que tocan al gobierno".
La periodista argentina Cora Cané –desde la Academia Argentina de Periodismo-, refiere que en “el permiso firmado por el Virrey” están agregados “sus datos personales ‘abogado, 37 años natural de la provincia de Extremadura, Coronel del Regimiento Provincial Fronterizo de Infantería de Aragón en los Reinos del Perú, Protector General de los Naturales de la Frontera de Xauxa, Letrado de la Real Audiencia de Lima, incorporado por S.M. con los de su Real y Supremo Consejo de Castilla’, según se ufanaba- el de ‘primer escritor periódico de estas provincias y Reyno del Perú.’ Temperamental, arbitrario, polémico, era Cabello y Mesa un personaje singular dentro de la adormecida y polvorienta sociedad de la colonia. Muchos lo admiraban; otros le temían y no faltaban los que, entre las contradanzas y el rapé en una reunión comentaban burlonamente sus veleidades.”
En la primera edición del diario Telégrafo Mercantil, según Cora Cané: “Lo acompañaban los dos tipógrafos de la Imprenta Real de Niños Expósitos y el apoyo de 146 suscriptores de Buenos Aires y 100 de otros pagos, de los cuales 25 eran de Montevideo, El número constaba de 16 páginas, de las cuales 8 iban ‘de yapa’, según a lo prometido en Análisis, con la lista de nombres, títulos y cargos de los que habían creído en la utilidad del periódico, cuyo tiraje era de 300 ejemplares. La obstinación de don Francisco le había ganado muchas simpatías. No faltó un cura que en misa dominguera desde el púlpito lo pusiera como ejemplo de valor y de patriotismo, e invitó a orar por el éxito del periódico, diciendo: ‘Y el milagro se hizo...’
En Buenos Aires, el 6 de noviembre de 1800 recibe de manos del Regente de la Audiencia don Benito de la Mata Linares, la autorización del virrey marqués Gabriel de Avilés y del Fierro para publicar un diario, previniéndole de las precauciones que debería observar en la publicación, siendo estas entre otras “guardar moderación, evitar toda sátira, meditar bien los discursos, para combinar la Religión, Política, Instrucción y principios, a efecto de que no sea fosfórica la utilidad de este proyecto”. Asimismo, en el texto de la licencia se decía: “previa censura con calidad de que antes de imprimirse éste y demás papeles relativos, los revea y apruebe el señor regente de esa Real Audiencia y por su ocupación u otro impedimento el señor Oidor, a quien esta superioridad nombra en calidad de revisores”. Demás está recordar que la censura tanto eclesiástica como civil se ejercía en forma rigurosa en todo el mundo español de aquel entonces.
“Día feliz fue aquel 6 de noviembre de 1800 para don Francisco cuando, con el permiso firmado por el Virrey, agregó a sus datos personales "abogado, 37 años natural de la provincia de Extremadura, Coronel del Regimiento Provincial Fronterizo de Infantería de Aragón en los Reinos del Perú, Protector General de los Naturales de la Frontera de Xauxa, Letrado de la Real Audiencia de Lima, incorporado por S.M. con los de su Real y Supremo Consejo de Castilla", según se ufanaba- el de "primer escritor periódico de estas provincias y Reyno del Perú." Temperamental, arbitrario, polémico, era Cabello y Mesa un personaje singular dentro de la adormecida y polvorienta sociedad de la colonia. Muchos lo admiraban; otros le temían y no faltaban los que, entre las contradanzas y el rapé en una reunión comentaban burlonamente sus veleidades”, señala Cora Cané en el artículo “¡…Mi vida por un suscriptor…!” (http://www.academiaperiodismo.org.ar/boletines/boletines-02-0002.htm).
Y es así que el 1º de abril de 1801, en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) pone en circulación en pequeños cuadernos para formar volúmenes, con su índice de materias, el diario denominado “Telégrafo, Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Río de la Plata”.. Para financiarlo y respaldarlo funda la Sociedad Patriótica, Económica y Literaria, institución que tuvo por órgano oficial el referido diario.
En este primer órgano de la prensa periódica argentina escribieron destacados intelectuales, escritores, poetas, abogados, oidores, historiadores, los mejores ingenios del país, futuros revolucionarios, por ejemplo, Domingo de Azcuénaga, Tadeo Haenke, Manuel Belgrano, José Joaquín de Araujo, Manuel José de Albarden, Deán Gregorio Funes, Eugenio del Portillo, Juan José Castelli, Pedro Antonio Cerviño, Gabriel Antonio de Hevia y Pando, José Prego de Oliver, Manuel Medrano, Félix Casamayor, Carlos José Montero, Luis José Chorrarín, Pedro Andrés García, Julián de Leiva, Julián Perdriel, Pedro Vicente Cañete y Pedro Huella.
En el primer número del periódico se leía esta cuarteta:
“Al inocente asido a la cadena
la esperanza consuela y acaricia.
Suena el hierro en los pies y dale pena
mas canta confiado en la justicia”.
Pero además, en su página editorial se decía, entre otros, que “El patriotismo, principio el más fecundo de grandiosos hechos y que tal vez se convierte en pasión, recurre a todo género de medios para alcanzar sus fines. No siempre se requieren sacrificios ni heroicidades para manifestarlo y quizá está menos expuesto a la sospecha de ostentación o vanidad, cuando son más humildes sus afectos. Esta relevante prensa, que con alguna propiedad puede llamarse virtud, es la que exige actualmente la atención de todas las naciones, para reglar sus máximas a la Constitución que cada una de ellas tiene y es también la que (cual devoradora llama que tocando en la tea arde más cuanto a soplos intentan apagarla) inflamando el pecho del editor de este periódico no cedió ni pudo ceder a sus muchos opositores”.
Francisco Antonio Cabello y Mesa lanza un reto a los que le combatieron, con o sin razón, pero también se dirige a los suscriptores y nuevos colaboradores en los términos que siguen: "Se esclarecerán vuestras antiguas, y presentes glorias; y más hermoso que el sol entre las nubes, saldréis en mi Periódico, para ser admirados de todas las naciones".
El periódico Telégrafo, Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Río de la Plata, tenía este extenso título posiblemente porque “pretendía ser una especie de definición de los contenidos principales que ofrecería cada fascículo en octavo” según señala Miguel Ángel de Marco en su “Historia del periodismo argentino”.
El periódico tenía por fines:”poner a Buenos Aires, a la par de las poblaciones más cultas, mercantiles, ricas e industriosas de la iluminada Europa”; “impulsar en Buenos Aires sus argentinos superiores medios”; servir “a Dios, al rey y a las provincias argentinas”, asimismo "concurriendo sino a instruir y cultivar al pueblo le dé (a lo menos) un entretenimiento mental e inspire inclinación a las ciencias y artes"; promover la fundación de nuevas escuelas filosóficas "donde para siempre cesen aquellas voces bárbaras del escolasticismo que, aunque expresivas de los conceptos, ofuscaban y muy poco o nada trasmitían las ideas del verdadero filósofo. Empiece ya a reglarse nuestra agricultura, y el noble labrador a extender sus conocimientos sobre este ramo importante. Empiece a sentirse ya en las provincias argentinas aquella gran metamorfosis que a las de Méjico y Lima elevó a par de las más cultas, ricas e industriosas de la iluminada Europa".
En este primer número también se publicó La Oda al Paraná del poeta argentino Manuel José de Albarden, las fábulas de Domingo de Azcuénaga, entre otros.
El ingeniero Juan Carlos Nicolau (ednuci@rcc.com.ar), puntualiza que “ No debe extrañar, entonces, que las primeras publicaciones realizadas en Buenos Aires dedicaran un lugar a las observaciones meteorológicas, tal como lo señala Juan María Gutiérrez, quien recuerda que la serie regular de esta clase de observaciones comienza con el siglo y se encuentran consignadas por primera vez el miércoles 12 de agosto de 1801, en el "Telégrafo mercantil, rural, político, económico e historiográfico del Río de la Plata". Su editor Cabello y Mesa deseaba publicar observaciones astronómicas y meteorológicas, por la influencia que tienen sobre el comercio humano"; pero a pesar de sus buenas intenciones no le fue posible realizarlo desde la aparición del primer número el 1º de abril de 1801 "por la falta de instrumentos y de un observador especial" (Telégrafo, 1914-339)”.
Los jesuitas llegaron a instalar en 1764 una imprenta en Córdova (Argentina), denominada Real Imprenta de Niños Expósitos que dieciséis años después fue trasladada a Buenos Aires por orden del gobernador Juan José Vértiz, ascendido a virrey en 1778. Esta imprenta estuvo bajo la custodia de la Casa de los Niños Expósitos y sirvió a Bausate y Meza para imprimir desde 1781 el periódico «Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiógrafo del Río de la Plata», pero también para la impresión de cartillas, catecismos, catones, opúsculos, reales cédulas, reales órdenes, bandos, hojas sueltas con noticias de España y Europa, la Carta pastoral del arzobispo fray José Antonio de San Alberto, la obra Práctica de Testamentos del padre Pedro Murillo Velarde (1792), guías, almanaques, poemarios y libros en todo el Virreinato.
Miguel Ángel de Marco explica que “El nombre del establecimiento se debía a que con la mayor parte de sus ingresos se sostendría la casa destinada al cuidado y protección de los huérfanos” (“Historia del Periodismo Argentino”, Buenos Aires, marzo de 2006). Este mismo autor señala que Cabello y Mesa “estableció las modalidades de suscripción, cuyo tiempo mínimo era de uno a seis meses, con un criterio que podría decirse geográfico: el costo variaba según el lugar de residencia, entre dos y tres pesos. La diferenciación no resultaba arbitraria y se vinculaba con los gastos de expedición de los ejemplares” (Op.cit.).
El Telégrafo Mercantil, que contó con el aporte de un selecto e idóneo grupo de intelectuales, llegó a registrar 110 números, dos suplementos, trece ejemplares extraordinarios y 236 suscriptores, desde el 1º de abril de 1801 hasta el 27 de octubre de 1802, fecha ésta en que dejó de circular por un acto de censura contenida en la resolución gubernativa. El motivo de la clausura se debió a la publicación del artículo “Circunstancias en que se halla la provincia de Buenos Ayres e islas Malvinas y modo de repararse”, que fue considerado insultante para la ciudadanía y las autoridades de entonces.
“Y Cabello y Mesa gustaba utilizar el tonante seudónimo de Narciso Fellobio Cantón, filósofo indiferente. Cuando se trataba de enmascarar textos que podían resultar ofensivos o molestos, el editor no vacilaba en usar o aceptar falsos nombres tan poco elegantes como El poeta de las almorranas” señala Miguel Ángel de Marcos (Ibidem).
En el Telégrafo Mercantil – que fue el primer periódico misceláneo que se publicó de manera continua y en un tiraje inicial de 300 ejemplares- se debatían interesantes temas que eran motivo de preocupación de la época: la emigración, el otorgamiento del derecho de propiedad de la tierra para quien la trabaja, política económica, la abolición de injusticias sociales, creación de fuentes de trabajo, actividades comerciales y agropecuarias, informaciones policiales y sobre actividades de la pesca (especialmente del bacalao), entre otros.
Cabello y Mesa trató en todo momento de desarrollar un periodismo veraz, objetivo, imparcial, pluralista, propositivo frente a los problemas de la época, con independencia de criterio, participativo y respetuoso de las opiniones ajenas aún cuando fuesen contrarias a la suya, con amor por la educación y la cultura de sus lectores. En su perseverante propósito por desarrollar un periodismo con responsabilidad social, jurídica y ética, naturalmente que se granjeó de muchos amigos que le admiraban expresaban su apoyo moral, pero también de algunos enemigos que lo combatían entre las bambalinas, lo temían y no valoraban su verbo incisivo e irrefrenable, tanto es así que no hacía caso a los anónimos que recibía constantemente.
Más de cien años tuvo que transcurrir, desde la clausura del periódico (27 de octubre de 1802), para que recién en 1914 apareciera en Buenos Aires la primera reproducción facsimilar de su colección completa.
Jaime Bausate y Meza, retorna a España en condición de integrante de la expedición del Duque de Angulema y con el objetivo de erradicar del gobierno a los liberales. Y precisamente en razón a sus ideas liberales contrarias a Fernando VII y por haber sido acusado de participar en una conspiración revolucionaria, es, finalmente, arrestado por orden del virrey Santiago de Liniers, enviado preso a España, para ser pronto liberado. Ulteriormente formó parte del partido liberal español en Sevilla, llega a refugiarse en Cádiz, protegido por la flota inglesa, para ser, finalmente, fusilado en Sevilla en el año de 1814.
Pretendiendo sacarle información al enemigo, Cabello y Mesa se alió con Beresford, a quien ayudaba de intérprete y en sus buenas relaciones y manejo del Cabildo de Buenos Aires. Su situación política se agrava durante la segunda invasión inglesa, por haberse sumado como voluntario patriota en Montevideo, lugar éste donde fue hecho prisionero.
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