Artículos periodísticos y de investigación

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27 de abril de 2021

El legado de San Martín, el nuevo gobierno y el bicentenario de la Independencia del Perú

 

EL LEGADO DE SAN MARTIN, EL NUEVO GOBIERNO 

Y EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

El Libertador Don José de San Martín

El nuevo gobierno que será elegido el 6 de junio de 2021 en la segunda vuelta electoral, entre Keiko Fujimori  (Fuerza Popular) y José Pedro Castillo (Perú Libre), regirá los destinos del Perú durante el primer quinquenio del Bicentenario de la Independencia.

Consideramos que el nuevo gobierno debería tomar en cuenta el legado de los próceres y precursores de la Independencia del Perú que  sacrificaron sus vidas por la causa nacional, para liberarla de la esclavitud, la colonización, la opresión, la explotación y las injusticias sociales.

Entre los próceres de la Independencia o Padres de la Patria figuran José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, Juan Santos Atahualpa, Micaela Bastidas Puyucahua, Francisco Antonio de Zela, Mateo García Pumacahua, María Parado de Bellido, José Olaya Balandra, Juana de Dios Manrique de Luna. También Juan José Crespo y Castillo, Vicente Angulo Torres, Pedro La Rosa y Tramontana, José Andrés Rázuri Esteves, Felipe Santiago Salaverry, Ramón Castilla y Marquesado, Agustín Gamarra Massia, Pascual Saco Oliveros, Juan Francisco de Vidal, Domingo Nieto y José Ildefonso Coloma.

Don José de San Martín y Simón Bolívar son los principales próceres sudamericanos que lucharon por la independencia de los países de Perú,  Argentina, VenezuelaColombiaEcuadorBolivia y Chile.

El 28 de julio de 1821, en Lima, San Martín proclamó la Independencia de Perú, reunido en la Plaza Mayor y ante miles de personas. En 1824, Simón Bolívar al mando de los ejércitos patriotas logra las victorias en las batallas de Junín y de Ayacucho, que concluyó con la rendición del ejército realista.

De la obra “El legado de San Martín”, editado por Rafael Cedeño (Argentina, 1985) y que contiene de manera breve el pensamiento, las máximas y sentencias del Libertador podemos extraer parte de ellas para el presente artículo; los subtítulos son nuestros.


EL MEJOR GOBIERNO

Desde el momento que presté mis primeros servicios a la América del Sur, no me ha acompañado otro objeto que su felicidad, éste es el norte que me ha dirigido y dirigirá hasta el fin de mis días.

Mi existencia la sacrificaría antes de echar una mancha sobre mi vida pública, que se pudiera interpretar por ambición.

Mis necesidades están más que suficientemente atendidas con la mitad del sueldo que gozo.

El mejor gobierno, no es el más liberal en sus principios, sino aquel que hace la felicidad de los que obedecen empleando los medios adecuados a este fin.

Miro como bueno y legal todo gobierno que establece el orden de un modo sólido y estable.

Un buen gobierno no está asegurado por la liberalidad de sus principios, pero sí por la influencia que tiene en la felicidad de los que obedecen.

Administrar recta justicia a todos, recompensando la virtud y el patriotismo, y castigando el vicio y la sedición en donde quiera que se encuentren, tal es la norma que regirá mis acciones.

No se debe hacer promesas que no se pueda o no se deba cumplir.

Mis promesas para con los pueblos en que he hecho la guerra están cumplidas: hacer su independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobiernos.

La marcha de todo Estado es muy lenta, si se precipita, sus consecuencias son funestas.

Como hombre público y como privado he tenido siempre derecho a ser creído.

Soy enemigo de los tiranos, pero también lo soy de los malvados.

Mi sable jamás saldrá de la vaina por opiniones políticas.

OBJETIVO DE LA REVOLUCIÓN

Mi objetivo desde la revolución no ha sido otro que el bien y la felicidad de nuestra patria y al mismo tiempo el decoro de su administración.

Divididos seremos esclavos: unidos estoy seguro que los batiremos: hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares, y concluyamos nuestra obra con honor.

Yo sólo deseo la independencia de la América del gobierno español, y que cada pueblo, si es posible, se dé la forma de gobierno que crea más conveniente.

Los hombres no viven de ilusiones sino de hechos.

ORGULLO NACIONAL

 Para defender la causa de la independencia no se necesita otra cosa que orgullo nacional”. “Si somos libres, todo nos sobra.

Para defender la Libertad se necesitan ciudadanos, no de café, sino de instrucción y elevación moral.

Hombres que se abandonan a los excesos son indignos de ser libres.

Perecer donde se eleve la libertad e independencia de la Patria, es la tumba más gloriosa para el bravo.

REVOLUCIONARIOS Y BULLANGUEROS

Por regla general los revolucionarios de profesión son hombres de acción y bullangueros; por el contrario los hombres de orden no se ponen en evidencia sino con reserva.

Más ruido hacen diez hombres que gritan que cien mil que están callados.

 Mi mejor amigo, es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos.

 Declaro no deber, ni haber jamás debido nada a nadie.

SEGURIDAD INDIVIDUAL Y DE LOS PUEBLOS

 La seguridad individual del ciudadano y la de su propiedad deben constituir una de las bases de todo buen gobierno.

La seguridad de los pueblos a mi mando es el más sagrado de mis deberes.

Mi vida es lo menos reservado que poseo; la he consagrado a vuestra seguridad, la perderé con placer por tan digno objeto.

La historia y la experiencia de nuestra revolución me han demostrado, que jamás se puede mandar con más seguridad a los pueblos que después de una gran crisis.

EDUCACIÓN

La ilustración y el fomento de las letras es la llave maestra que abre la puerta de la abundancia y hace felices a los pueblos.

César habría hecho morir al nieto de Pompeyo si no hubiese escuchado un buen consejo.

LIBERTAD

Todo buen ciudadano tiene una obligación de sacrificarse por la libertad de su país.

En el último rincón de la tierra en que me halle estaré pronto a sacrificar mi existencia por la libertad.

AMOR, ODIO Y APRECIO

El amor a la patria me hace echar sobre mí toda responsabilidad: si contribuyo a salvarla, aunque después me ahorquen.

No he tenido más ambición que la de merecer el odio de los ingratos y el aprecio de los hombres virtuosos.

CALUMNIA

La calumnia, como todos los crímenes, no es sino, obra de la ignorancia y del discernimiento pervertido.

Es necesario tener toda la filosofía de un Séneca, o la impudicia de un malvado para ser indiferente a la calumnia.

 

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