ARTURO SCHOPENHAUER,
EL FILÓSOFO DEL PESIMISMO ABSOLUTO
Escribe: Dr. Eudoro Terrones
Negrete
Arturo Schopenhauer nació en Danzig el 22
de febrero de 1788 y murió el 21 de septiembre de
Filósofo alemán, hijo de padres influyentes de Danzig. Su
padre Heinrch Floris, fue un comerciante enérgico, emprendedor y nervioso;
murió posiblemente suicidándose en 1805, hecho que le deprimió y abatió por
mucho tiempo.
Su madre, Hosanna Henriette Trosiener, novelista famosa, se
entregó a una vida de libertad llena de amantes, actitud que llegó a herir e
indignar profundamente al filósofo y fue la causa principal para su separación
violenta y definitiva.
Es posible que, debido a sus experiencias familiares,
denotó un comportamiento desconfiado, huraño, solitario y alejado en especial
de las mujeres, a las que no dejaba de fustigarles con diatribas de
inferioridad: “las mujeres son de ideas cortas y de cabellos largos”.
Enemistado con su madre, se fue a vivir en Dresde. En esta
ciudad elaboró la parte principal de su sistema filosófico y escribió en 1819
su obra maestra “El mundo como voluntad y como representación”.
Un año después es admitido como profesor libre en
Hacia los 16 años Schopenhauer mostraba señales de
reflexión sobre la miseria y pobreza de la población, mostraba una exaltada
sensibilidad y melancolía ante las crueldades y horrores de la vida humana.
Se dedicó a la profesión de comerciante en Hamburgo, sólo
por complacer los deseos de su padres, pero en 1807 presenta su renuncia a
continuar en esta profesión y se entrega al estudio del griego, del latín y de
la filosofía, en este último bajo la dirección del filósofo clásico Franz
Passow y del profesor G.E. Schulze.
Escribió importantes obras filosóficas:
“La cuádruple raíz del principio de razón suficiente”, “El mundo como voluntad
y como representación”, “Sobre la voluntad en la naturaleza”, “El fundamento de
la moral”, “Los dos problemas fundamentales de la ética”, “Parerga y
Paralipomena” y “Los dolores del mundo”.
El filósofo del pesimismo absoluto, fue dominado de
misantropía, agigantándose esto con los cuarenta años de vida obscura a
posteriori.
En su vejez, logró verse admirado. Frecuentemente concedía,
como un alto honor, audiencias a quienes lo admiraban. Festejaba su natalicio
con lluvias de felicitaciones, regalos, flores y versos de toda clase.
Schopenhauer, pasó la vida dulzona de todo burgués
aburrido, sin practicar la continencia que abstractamente predicaba. Solía
dormir con una pistola debajo de la almohada, quizá porque se sentía perseguido
por sus enemigos gratuitos, o por lo confundido emocionalmente que permanecía.
Por temor al fuego, se instaló en el primer piso de los
hoteles, se afeitaba toda la vida con su propia navaja para evitar posibles
contagios, bebía sólo en un vaso de cuero que siempre portaba en el bolsillo.
Apóstol de la castidad universal, Schopenhauer pagó tributo
a la carne con amores fáciles y ligeros durante su juventud en Hamburgo.
En Venecia tuvo una querida, sustituida por una actriz en
Berlín. A los setenta años de edad, no conforme con lo que hizo, se enamora de
la joven escultora Ney, no en el mejor de sus tiempos.
En una de sus obras Schopenhauer reveló haber sufrido
muchas censuras “porque filosofando (y, por lo tanto teóricamente) he
presentado la vida como dolorosa y en manera alguna apetecible”