Artículos periodísticos y de investigación

Translate

25 de enero de 2024

El APRA en los 100 años de su vigencia (III) Precisiones conceptuales acerca del Aprismo

                 PRECISIONES CONCEPTUALES ACERCA DEL APRISMO


Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete

De las Obras Completas de Víctor Raúl Haya de la Torre, publicadas en 7 tomos por la Editorial Juan Mejía Baca, se puede extraer algunas precisiones conceptuales sobre el significado del aprismo dentro del escenario político de Perú y de América Latina, con el fin de facilitar una mejor comprensión y valoración dentro del proceso dialéctico de tesis, antítesis y síntesis. He aquí algunas precisiones conceptuales fundamentales.

El aprismo es el primer partido político de masas que aparece en el Perú del siglo XX teniendo por antecedentes a la revolución mexicana, a la reforma universitaria iniciada en Córdova en 1918 y recibiendo las influencias del Kuomintang chino, las ideas de Hegel, Carlos Marx, Albert Einstein, Heisenberg, Manuel González Prada y Francisco de Paula Vigil.

Concordamos con lo expresado por Hugo García Salvatecci en su obra “El APRA entre dos orillas. Ochenta años de aprismo”: “Sin embargo, lo primero que salta a la vista es que el tiempo le dio la razón a Haya de la Torre en todos los aspectos medulares de su doctrina. El haber afirmado que una cosa es hablar de la necesidad de la revolución social y otra cosa muy distinta el propiciar el socialismo y el comunismo; el haber proclamado del modo más rotundo que la llamada Unión Soviética había devenido en una potencia imperialista; el haber advertido hasta el cansancio que las tesis centrales del marxismo eran incompatibles con la realidad económico-social de Indoamérica y que las bases de su filosofía ya era anacrónicas; el haber previsto que el instinto de libertad podría quedar temporalmente adormecido pero que, a la larga, terminaría con el marxismo, demuestra palpablemente su visión de “cóndor” por usar un término de nuestro entrañable vate César Vallejo. Una de las características fundamentales de Víctor Raúl fue precisamente haberse adelantado a su tiempo”. (1)

Más adelante, en la obra citada, García Salvatecci afirma enfáticamente: “La defensa de la singularidad de nuestra América; el partir del postulado de que los problemas nuestros son muy diferentes a los del resto del mundo, por lo que sólo nosotros podemos encontrar la solución a los mismos; la valentía de describir objetivamente nuestra realidad y los caminos que seguir, sin importar que nos llamen revolucionarios o reaccionarios, personas de izquierda o de derecha; vale decir, el auténtico espíritu de Víctor Raúl es lo único que da permanencia y gran actualidad al pensamiento del Apra. Si el Apra quiere seguir teniendo vigencia en el presente milenio debe mantener ese estado de ánimo”. (2)

El aprismo es el único partido político de América Latina que surge llevando en su Programa el principio unionista y libertario de integración continental: “Unidad política y económica de los pueblos de Indoamérica”, principio por el cual fue proscripto, sus militantes y dirigentes perseguidos y expatriados por muchos años.

Según Víctor Raúl Haya de la Torre: “El APRA es el único partido cuya filosofía plantea la estrecha vinculación característicamente indoamericana entre patriotismo y continentalismo, como conceptos, ideales, amores y deberes complementarios e inseparables” (En: “¿Y después de la guerra, qué?”).

El aprismo es el primer partido político que trajo al Perú un completo ideario y un coordinado programa científico de gobierno, un nuevo enfoque de la realidad económico-social que no ha sido hasta ahora superado, aunque aquí y por doquier pirateado, mal copiado por uno que otro movimiento electorero nacido en la undécima hora.

En la Nota del editor de la Editorial Mejía Baca a la edición de Obras Completas de Víctor Raúl Haya de la Torre se lee lo siguiente: “Tanto sus obras como la vida de Haya de la Torre son algo más que ejemplo: son mandato al que no se puede renunciar como no sea por razones puramente políticas. Su presencia en la historia del Perú es neta y, como tal, nadie podrá negarla. Se podrá estar o no de acurdo con su pensamiento, pero para ello habrá que exhibir otro que con ventaja lo reemplace. Hasta este momento no lo hay. Y queda, en toda su vigencia, el pensamiento y la acción de uno de los hombres más singulares que ha tenido el Perú, y que no se detuvo en las fronteras patrias sino que recogiendo el ideal de los precursores vio a la América que nosotros tal vez no veamos, pero que algún día será verdad, y verdad grande”. (3)

El aprismo tuvo la audacia genial de salir de los estrechos y alienantes cánones marxistas y negarlos dialécticamente, a la luz del relativismo einsteniano y el principio de incertidumbre de Heisenberg.

El aprismo es el único partido político de América Latina y del mundo que periódicamente se disuelve, que libera a cada afiliado, militante o dirigente, de sus obligaciones de fidelidad y de militancia y que abre nuevos registros de inscripción en los que quien quiere renueva su adhesión y el que no lo quiere se desafilia por voluntad propia. Estos referendos llamados “jubileos apristas” se convocan y se realizan cada vez que el aprismo quiere consultarse a sí mismo, en el voto de sus bases, en la soberana voluntad de cada individuo si son aprobados o no nuevas normas o distintas líneas políticas.

Filosóficamente, el aprismo es el partido de la negación dialéctica del marxismo, es toda una concepción del mundo, de las cosas, del hombre y de la sociedad, basada en la tesis del Espacio-Tiempo-Histórico, genial producción intelectual de Víctor Raúl Haya de la Torre. Las normas de metodización filosófica del aprismo se fundamentan en el enunciado dialéctico de la Negación de la Negación. Reconoce así el principio universal del eterno movimiento, cambio o devenir, como un proceso constante de contradicciones, negaciones y continuidad, pero reconoce también en el marxismo una escuela filosófica sujeta a la misma ley por ella descubierta y perfeccionada, pero no acepta sus conclusiones doctrinarias como dogmas inflexibles, inmóviles u ortodoxia congelada. El aprismo recusa el determinismo histórico, determinismo económico y determinismo dialéctico del marxismo. El aprismo, filosóficamente, es un partido político dialécticamente hegeliano, indeterminista, relativista, einsteniano, que supera el marxismo “negándolo y continuándolo al mismo tiempo, sin aceptarlo como ortodoxia congelada. El aprismo niega dialécticamente al marxismo al aceptar el Frente Único de Clases y  rechazar la idea de partidos políticos clasistas o dictaduras clasistas, al reconocer en el imperialismo la primera etapa del capitalismo en los países en vías de desarrollo y no la “última o superior etapa del capitalismo” como ocurre en los países desarrollados o industrializados que han cumplido todo el proceso de la negación y sucesión de las etapas anteriores.. El aprismo niega dialécticamente al marxismo al sostener que en los países del mundo no existe un solo proceso histórico sino múltiples procesos, caso América Latina donde coexisten o conviven distintas etapas de la evolución social: comunismos primitivo, feudalismo, capitalismo incipiente. Por lo que la realidad de los países de América Latina es diferente a la realidad de los países de Europa. El aprismo, al negar dialécticamente al marxismo, considera que la “revolución proletaria” y la profecía de una “sociedad sin clases” como fin de la “lucha de clases” sostenida por el marxismo puede ser superada en forma pacífica por la revolución democrática, científica, tecnológica, espiritual y cultural. A la tesis de Marx, “la violencia es la partera de la historia”, Haya de la Torre opone la suya: “la violencia es la sepulturera de la historia”.

El aprismo es un partido libertario que promueve y defiende todas las libertades del ser humano. Desde su origen el aprismo busca transformar las arcaicas estructuras socioeconómicas y políticas y producir la “precursora revolución de los espíritus”, en lucha organizada, disciplinada y frontal contra la explotación del hombre por el hombre y del hombre por el Estado. “El aprismo es el resultado de un espontáneo anhelo de nuestros pueblos para defender unidos su libertad venciendo a los enemigos de dentro y a los de fuera” decía Haya de la Torre.

El aprismo es un movimiento político peruano e indoamericano autónomo, sin ninguna intervención o influencia extranjera; no está ligada a ninguna Internacional, no es dependiente o súbdita de ninguna ideología y potencia extranjera. Magda Portal, en su artículo “Aprismo Doctrina Indoamericana”, afirma: “La ciencia de la política recién comienza a aplicarse en Indoamérica cuando el aprismo plantea la necesidad de mirar hacia dentro, de volver los ojos a nuestra propia realidad, aceptándola como es, sin sentirnos incómodos por su insignificancia en lo que hace a diferente desarrollo social, buscando en la raíz de nuestros problemas la solución de los mismos, sin acudir a parches extranjeros, que si bien han sido útiles –tal vez- aplicados a los pueblos de donde surgieron, no pueden serlo para los nuestros desde el momento en que compulsamos distinta trayectoria de vida, venidos de otros estratos sociales y acusamos diferente concepción ideológica moldeada por factores históricos, raciales, ancestrales y hasta telúricos”. (4)

En el Perú, por enarbolar la bandera del unionismo continental la Alianza Popular Revolucionaria Americana ha sido ilegalizado como partido político al ser considerado “organización internacional” en aplicación del artículo 53° de la siniestra Constitución de 1933: “El Estado no reconoce la existencia legal de los partidos políticos de organización internacional. Los que pertenecen a ellos no pueden desempeñar ninguna función política”. Esta situación ilegal se mantuvo desde 1933 hasta 1945. Como consecuencia fueron clausurados los locales del partido aprista peruano, secuestrada su prensa e imprentas y encarcelados sus líderes. Dicha norma se derogó por la Constitución política de 1979.

“El Apra era internacional, es verdad, - refiere el Tribuno del Pueblo, Javier Valle-Riestra- porque muchos países indoamericanos tuvieron tesis de esa naturaleza y enarbolaban como bandera el unionismo continental. Concluido el régimen democrático con el golpe de 1948, el Apra o partido del pueblo, pasó a las catacumbas y resucitó en 1956 con el régimen frentista de Manuel Prado. La internacionalización de las ideas no es un delito, la concepción que del imperialismo tiene el Apra es absolutamente exacta como primera etapa –y no última- del desarrollo capitalista en nuestro medio. Los cinco puntos cardinales del plan máximo del Apra son vanguardistas y modernos. El Apra ha sido anverso y reverso de los derechos humanos”. (5)

El aprismo es un partido político sin caudillo ni nombres propios, porque es un partido de principios y no de personas; es una bandera política y una fuerza histórica que responde a un anhelo nacional y a un viejo dolor del Perú

El aprismo levanta la bandera del gobierno científico, basado en la economía, en el método, en la investigación, en la moralización, en  la capacidad,  en la disciplina, en la fe, la unión, la emoción y la fraternidad.

El aprismo es un partido dispuesto a exigirle al pueblo sus deberes de esta hora y a rescatar lo perdido moral y materialmente para la Nación; no es una fuerza política para repartir puestos públicos, ni para hacer falsas promesas.

 El aprismo  es un credo de Justicia Social, de Libertad con Pan, credo que supone nobleza y sabiduría y que no cae en los delitos contra el honor de las personas, menos aún en la venganza o el encono.

El aprismo es el partido político que desde su nacimiento ha buscado, busca y seguirá buscando en su propia realidad el verdadero camino de la gran transformación con sentido de realidad y espíritu de justicia para revolucionar en un sentido científico, elevado e integral la vida del Estado, erradicar la auto-explotación del hombre, la explotación del hombre por el hombre, la explotación del hombre por el Estado y tornar al Estado en fuente de alegría, bienestar y felicidad para todos los peruanos.

El aprismo proclama la necesidad de llegar al poder para operar desde él la revolución, en un sentido de transformación, de evolución, de renovación, pero sujeta siempre a los imperativos y las limitaciones de la realidad.

Lo que el aprismo exige de sus miembros son muchos valores éticos en la acción política: honestidad, desinterés, tolerancia, respeto, sinceridad, sensibilidad social, responsabilidad, cooperación, solidaridad, espíritu de igualdad y de justicia en aras del bien común.

El aprismo es un partido histórico, de izquierda democrática, pacifista, nacionalista, técnico y planificador, descentralista y regionalista, integracionista, heroico, cooperativista, dialéctico, moralizador, antimperialista, revolucionario, antifeudal, antitotalitario, antimilitarista, anticolonialista mental, anticaudillista, antioligárquico, antidemagógico, antisectario, renovador, con conciencia y misión de gobierno, con martirologio y que nunca muere.

Según el aprismo no puede haber revolución social y económica si no hay ante todo y con ella una profunda revolución científica, tecnológica, educativa, cultural y moral. Y ningún país desarrollado puede salir de su retraso sin la ayuda económica, científica y tecnológica de los países desarrollados.

Socialmente, el aprismo es un partido de Frente Único de Clases explotadas por el imperialismo, Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales, inclusivo y no excluyente, sin diferencia de clases ni otro tipo de discriminaciones. En sus rangos considera a todos los que estén listos al servicio sacrificado y altruista del país. En el camino de su marcha tiene las huellas de su sangre, porque es el camino de los fuertes, de los emprendedores y del absoluto desinterés personal. Pero también el aprismo es un partido político con fuerza social en permanente renovación, con ciudadanos en afán constante de superación. En sus filas no caben aventureros, oportunistas, claudicantes, cobardes, demagogos, tránsfugas, traidores, egoístas, fariseos de la democracia y servidores del despotismo.

Con las expresiones de Víctor Raúl Haya de la Torre dirían los apristas: “Nosotros tenemos razones para reclamar el primer puesto en la tarea de la reconstrucción nacional. Hemos sido muchos años perseguidos por causa de la justicia. Hemos sufrido la Patria como nadie en el Perú. Hemos crecido en las catacumbas. Centenares de nuestros compañeros han dejado sus huesos por los caminos del destierro. Las ergástulas han sido las universidades de nuestra rebeldía. Son más de seis mil los mártires que avalan nuestro triunfo. Nadie puede, pues, arrebatarnos el honor de ser el Partido más grande de la República, el más sacrificado y el más sabio. Por ello, y porque el destino nos debe esta victoria es que debemos preparar nuestros cuadros para las responsabilidades que se avecinan”. (6)

NOTAS A PIE DE PÁGINA:

(1) García Salvatecci, Hugo, "El APRA entre dos orillas. Ochenta años de Aprismo". Fondo Editorial Universidad Alas Peruanas, Primera edición, Lima, 2009, pp.505-506.

(2) García Salvatecci, Hugo. Op.cit., p.512.

(3) Extraido de la Nota del Editor de Editorial Mejía Baca a la edición de OBRAS COMPLETAS de Víctor Raúl Haya de la Torre. Lima, diciembre de 1983.

(4) Magda Portal, "Aprismo Doctrina Indoamericana", publicado en el diario "La Tribuna", Lima, 3 de mayo de 1946. Artículo escrito cuando Víctor Raúl Haya de la Torre expuso por primera vez ante un público no peruano el pensamiento filosófico del Aprismo, durante su conferencia dictada en la Universidad Nacional de Chile.

(5) Javier Valle Riestra, artículo "Proscripción inconstitucional de partidos políticos", en Columna La Tribuna, diario Expreso, Lima, martes 31 de enero de 2012.

(6) Alva Castro, Luis (Compilador). "Aprismo: nueva doctrina. Discursos de Haya de la Torre". Cambio y Desarrollo, Lima, 1992, p.218.

Compartir:

Entradas anteriores