PRECISIONES CONCEPTUALES ACERCA DEL APRISMO
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete
De las Obras Completas de Víctor Raúl Haya de la Torre, publicadas en 7
tomos por la Editorial Juan Mejía Baca, se puede extraer algunas precisiones
conceptuales sobre el significado del aprismo dentro del escenario político de
Perú y de América Latina, con el fin de facilitar una mejor comprensión y
valoración dentro del proceso dialéctico de tesis, antítesis y síntesis. He
aquí algunas precisiones conceptuales fundamentales.
El aprismo es el primer partido
político de masas que aparece en el Perú del siglo XX teniendo por antecedentes
a la revolución mexicana, a la reforma universitaria iniciada en Córdova en
1918 y recibiendo las influencias del Kuomintang chino, las ideas de Hegel,
Carlos Marx, Albert Einstein, Heisenberg, Manuel González Prada y Francisco de
Paula Vigil.
Concordamos con lo expresado por Hugo
García Salvatecci en su obra “El APRA entre dos orillas. Ochenta años de
aprismo”: “Sin embargo, lo primero que salta a la vista es que el tiempo le dio
la razón a Haya de la Torre en todos los aspectos medulares de su doctrina. El
haber afirmado que una cosa es hablar de la necesidad de la revolución social y
otra cosa muy distinta el propiciar el socialismo y el comunismo; el haber
proclamado del modo más rotundo que la llamada Unión Soviética había devenido
en una potencia imperialista; el haber advertido hasta el cansancio que las
tesis centrales del marxismo eran incompatibles con la realidad
económico-social de Indoamérica y que las bases de su filosofía ya era
anacrónicas; el haber previsto que el instinto de libertad podría quedar
temporalmente adormecido pero que, a la larga, terminaría con el marxismo,
demuestra palpablemente su visión de “cóndor” por usar un término de nuestro
entrañable vate César Vallejo. Una de las características fundamentales de
Víctor Raúl fue precisamente haberse adelantado a su tiempo”. (1)
Más adelante, en la obra citada, García
Salvatecci afirma enfáticamente: “La defensa de la singularidad de nuestra
América; el partir del postulado de que los problemas nuestros son muy
diferentes a los del resto del mundo, por lo que sólo nosotros podemos
encontrar la solución a los mismos; la valentía de describir objetivamente
nuestra realidad y los caminos que seguir, sin importar que nos llamen
revolucionarios o reaccionarios, personas de izquierda o de derecha; vale
decir, el auténtico espíritu de Víctor Raúl es lo único que da permanencia y
gran actualidad al pensamiento del Apra. Si el Apra quiere seguir teniendo
vigencia en el presente milenio debe mantener ese estado de ánimo”. (2)
El aprismo es el único partido político
de América Latina que surge llevando en su Programa el principio unionista y
libertario de integración continental: “Unidad política y económica de los
pueblos de Indoamérica”, principio por el cual fue proscripto, sus militantes y
dirigentes perseguidos y expatriados por muchos años.
Según Víctor Raúl Haya de la Torre: “El
APRA es el único partido cuya filosofía plantea la estrecha vinculación
característicamente indoamericana entre patriotismo y continentalismo, como
conceptos, ideales, amores y deberes complementarios e inseparables” (En: “¿Y después
de la guerra, qué?”).
El aprismo es el primer partido
político que trajo al Perú un completo ideario y un coordinado programa
científico de gobierno, un nuevo enfoque de la realidad económico-social que no
ha sido hasta ahora superado, aunque aquí y por doquier pirateado, mal copiado
por uno que otro movimiento electorero nacido en la undécima hora.
En la Nota del editor de la Editorial
Mejía Baca a la edición de Obras
Completas de Víctor Raúl Haya de la Torre se lee lo siguiente: “Tanto sus
obras como la vida de Haya de la Torre son algo más que ejemplo: son mandato al
que no se puede renunciar como no sea por razones puramente políticas. Su
presencia en la historia del Perú es neta y, como tal, nadie podrá negarla. Se
podrá estar o no de acurdo con su pensamiento, pero para ello habrá que exhibir
otro que con ventaja lo reemplace. Hasta este momento no lo hay. Y queda, en
toda su vigencia, el pensamiento y la acción de uno de los hombres más
singulares que ha tenido el Perú, y que no se detuvo en las fronteras patrias
sino que recogiendo el ideal de los precursores vio a la América que nosotros
tal vez no veamos, pero que algún día será verdad, y verdad grande”. (3)
El aprismo tuvo la audacia genial de
salir de los estrechos y alienantes cánones marxistas y negarlos
dialécticamente, a la luz del relativismo einsteniano y el principio de
incertidumbre de Heisenberg.
El aprismo es el único partido político
de América Latina y del mundo que periódicamente se disuelve, que libera a cada
afiliado, militante o dirigente, de sus obligaciones de fidelidad y de
militancia y que abre nuevos registros de inscripción en los que quien quiere
renueva su adhesión y el que no lo quiere se desafilia por voluntad propia.
Estos referendos llamados “jubileos apristas” se convocan y se realizan cada
vez que el aprismo quiere consultarse a sí mismo, en el voto de sus bases, en
la soberana voluntad de cada individuo si son aprobados o no nuevas normas o
distintas líneas políticas.
Filosóficamente, el aprismo es el
partido de la negación dialéctica del marxismo, es toda una concepción del
mundo, de las cosas, del hombre y de la sociedad, basada en la tesis del
Espacio-Tiempo-Histórico, genial producción intelectual de Víctor Raúl Haya de
la Torre. Las normas de metodización filosófica del aprismo se fundamentan en
el enunciado dialéctico de la Negación de la Negación. Reconoce así el
principio universal del eterno movimiento, cambio o devenir, como un proceso
constante de contradicciones, negaciones y continuidad, pero reconoce también
en el marxismo una escuela filosófica sujeta a la misma ley por ella
descubierta y perfeccionada, pero no acepta sus conclusiones doctrinarias como
dogmas inflexibles, inmóviles u ortodoxia congelada. El aprismo recusa el
determinismo histórico, determinismo económico y determinismo dialéctico del
marxismo. El aprismo, filosóficamente, es un partido político dialécticamente
hegeliano, indeterminista, relativista, einsteniano, que supera el marxismo
“negándolo y continuándolo al mismo tiempo, sin aceptarlo como ortodoxia
congelada. El aprismo niega dialécticamente al marxismo al aceptar el Frente
Único de Clases y rechazar la idea de
partidos políticos clasistas o dictaduras clasistas, al reconocer en el
imperialismo la primera etapa del capitalismo en los países en vías de
desarrollo y no la “última o superior etapa del capitalismo” como ocurre en los
países desarrollados o industrializados que han cumplido todo el proceso de la
negación y sucesión de las etapas anteriores.. El aprismo niega dialécticamente
al marxismo al sostener que en los países del mundo no existe un solo proceso
histórico sino múltiples procesos, caso América Latina donde coexisten o
conviven distintas etapas de la evolución social: comunismos primitivo,
feudalismo, capitalismo incipiente. Por lo que la realidad de los países de
América Latina es diferente a la realidad de los países de Europa. El aprismo,
al negar dialécticamente al marxismo, considera que la “revolución proletaria”
y la profecía de una “sociedad sin clases” como fin de la “lucha de clases”
sostenida por el marxismo puede ser superada en forma pacífica por la
revolución democrática, científica, tecnológica, espiritual y cultural. A la
tesis de Marx, “la violencia es la partera de la historia”, Haya de la Torre
opone la suya: “la violencia es la sepulturera de la historia”.
El aprismo es un partido libertario que
promueve y defiende todas las libertades del ser humano. Desde su origen el
aprismo busca transformar las arcaicas estructuras socioeconómicas y políticas
y producir la “precursora revolución de los espíritus”, en lucha organizada,
disciplinada y frontal contra la explotación del hombre por el hombre y del
hombre por el Estado. “El aprismo es el resultado de un espontáneo anhelo de
nuestros pueblos para defender unidos su libertad venciendo a los enemigos de
dentro y a los de fuera” decía Haya de la Torre.
El aprismo es un movimiento político
peruano e indoamericano autónomo, sin ninguna intervención o influencia
extranjera; no está ligada a ninguna Internacional, no es dependiente o súbdita
de ninguna ideología y potencia extranjera. Magda Portal, en su artículo
“Aprismo Doctrina Indoamericana”, afirma: “La ciencia de la política recién
comienza a aplicarse en Indoamérica cuando el aprismo plantea la necesidad de
mirar hacia dentro, de volver los ojos a nuestra propia realidad, aceptándola
como es, sin sentirnos incómodos por su insignificancia en lo que hace a
diferente desarrollo social, buscando en la raíz de nuestros problemas la
solución de los mismos, sin acudir a parches extranjeros, que si bien han sido
útiles –tal vez- aplicados a los pueblos de donde surgieron, no pueden serlo
para los nuestros desde el momento en que compulsamos distinta trayectoria de
vida, venidos de otros estratos sociales y acusamos diferente concepción
ideológica moldeada por factores históricos, raciales, ancestrales y hasta
telúricos”. (4)
En el Perú, por enarbolar la bandera
del unionismo continental la Alianza Popular Revolucionaria Americana ha sido
ilegalizado como partido político al ser considerado “organización
internacional” en aplicación del artículo 53° de la siniestra Constitución de
1933: “El Estado no reconoce la existencia legal de los partidos políticos de
organización internacional. Los que pertenecen a ellos no pueden desempeñar
ninguna función política”. Esta situación ilegal se mantuvo desde 1933 hasta
1945. Como consecuencia fueron clausurados los locales del partido aprista
peruano, secuestrada su prensa e imprentas y encarcelados sus líderes. Dicha
norma se derogó por la Constitución política de 1979.
“El Apra era internacional, es verdad,
- refiere el Tribuno del Pueblo, Javier Valle-Riestra- porque muchos países
indoamericanos tuvieron tesis de esa naturaleza y enarbolaban como bandera el
unionismo continental. Concluido el régimen democrático con el golpe de 1948,
el Apra o partido del pueblo, pasó a las catacumbas y resucitó en 1956 con el
régimen frentista de Manuel Prado. La internacionalización de las ideas no es
un delito, la concepción que del imperialismo tiene el Apra es absolutamente
exacta como primera etapa –y no última- del desarrollo capitalista en nuestro
medio. Los cinco puntos cardinales del plan máximo del Apra son vanguardistas y
modernos. El Apra ha sido anverso y reverso de los derechos humanos”. (5)
El aprismo es un partido político sin
caudillo ni nombres propios, porque es un partido de principios y no de
personas; es una bandera política y una fuerza histórica que responde a un
anhelo nacional y a un viejo dolor del Perú
El aprismo levanta la bandera del
gobierno científico, basado en la economía, en el método, en la investigación,
en la moralización, en la
capacidad, en la disciplina, en la fe,
la unión, la emoción y la fraternidad.
El aprismo es un partido dispuesto a
exigirle al pueblo sus deberes de esta hora y a rescatar lo perdido moral y
materialmente para la Nación; no es una fuerza política para repartir puestos
públicos, ni para hacer falsas promesas.
El aprismo
es un credo de Justicia Social, de Libertad con Pan, credo que supone
nobleza y sabiduría y que no cae en los delitos contra el honor de las
personas, menos aún en la venganza o el encono.
El aprismo es el partido político que
desde su nacimiento ha buscado, busca y seguirá buscando en su propia realidad
el verdadero camino de la gran transformación con sentido de realidad y
espíritu de justicia para revolucionar en un sentido científico, elevado e
integral la vida del Estado, erradicar la auto-explotación del hombre, la
explotación del hombre por el hombre, la explotación del hombre por el Estado y
tornar al Estado en fuente de alegría, bienestar y felicidad para todos los
peruanos.
El aprismo proclama la necesidad de
llegar al poder para operar desde él la revolución, en un sentido de
transformación, de evolución, de renovación, pero sujeta siempre a los
imperativos y las limitaciones de la realidad.
Lo que el aprismo exige de sus miembros
son muchos valores éticos en la acción política: honestidad, desinterés,
tolerancia, respeto, sinceridad, sensibilidad social, responsabilidad,
cooperación, solidaridad, espíritu de igualdad y de justicia en aras del bien
común.
El aprismo es un partido histórico, de
izquierda democrática, pacifista, nacionalista, técnico y planificador,
descentralista y regionalista, integracionista, heroico, cooperativista,
dialéctico, moralizador, antimperialista, revolucionario, antifeudal,
antitotalitario, antimilitarista, anticolonialista mental, anticaudillista,
antioligárquico, antidemagógico, antisectario, renovador, con conciencia y misión
de gobierno, con martirologio y que nunca muere.
Según el aprismo no puede haber
revolución social y económica si no hay ante todo y con ella una profunda
revolución científica, tecnológica, educativa, cultural y moral. Y ningún país
desarrollado puede salir de su retraso sin la ayuda económica, científica y
tecnológica de los países desarrollados.
Socialmente, el aprismo es un partido
de Frente Único de Clases explotadas por el imperialismo, Frente Único de
Trabajadores Manuales e Intelectuales, inclusivo y no excluyente, sin
diferencia de clases ni otro tipo de discriminaciones. En sus rangos considera
a todos los que estén listos al servicio sacrificado y altruista del país. En
el camino de su marcha tiene las huellas de su sangre, porque es el camino de
los fuertes, de los emprendedores y del absoluto desinterés personal. Pero
también el aprismo es un partido político con fuerza social en permanente
renovación, con ciudadanos en afán constante de superación. En sus filas no
caben aventureros, oportunistas, claudicantes, cobardes, demagogos, tránsfugas,
traidores, egoístas, fariseos de la democracia y servidores del despotismo.
Con las expresiones de Víctor Raúl Haya
de la Torre dirían los apristas: “Nosotros tenemos razones para reclamar el
primer puesto en la tarea de la reconstrucción nacional. Hemos sido muchos años
perseguidos por causa de la justicia. Hemos sufrido la Patria como nadie en el
Perú. Hemos crecido en las catacumbas. Centenares de nuestros compañeros han
dejado sus huesos por los caminos del destierro. Las ergástulas han sido las
universidades de nuestra rebeldía. Son más de seis mil los mártires que avalan
nuestro triunfo. Nadie puede, pues, arrebatarnos el honor de ser el Partido más
grande de la República, el más sacrificado y el más sabio. Por ello, y porque
el destino nos debe esta victoria es que debemos preparar nuestros cuadros para
las responsabilidades que se avecinan”. (6)
NOTAS A PIE DE PÁGINA:
(1) García Salvatecci, Hugo, "El APRA entre dos orillas. Ochenta años de Aprismo". Fondo Editorial Universidad Alas Peruanas, Primera edición, Lima, 2009, pp.505-506.
(2) García Salvatecci, Hugo. Op.cit., p.512.
(3) Extraido de la Nota del Editor de Editorial Mejía Baca a la edición de OBRAS COMPLETAS de Víctor Raúl Haya de la Torre. Lima, diciembre de 1983.
(4) Magda Portal, "Aprismo Doctrina Indoamericana", publicado en el diario "La Tribuna", Lima, 3 de mayo de 1946. Artículo escrito cuando Víctor Raúl Haya de la Torre expuso por primera vez ante un público no peruano el pensamiento filosófico del Aprismo, durante su conferencia dictada en la Universidad Nacional de Chile.
(5) Javier Valle Riestra, artículo "Proscripción inconstitucional de partidos políticos", en Columna La Tribuna, diario Expreso, Lima, martes 31 de enero de 2012.
(6) Alva Castro, Luis (Compilador). "Aprismo: nueva doctrina. Discursos de Haya de la Torre". Cambio y Desarrollo, Lima, 1992, p.218.