EL ESTADO SEGÚN ARISTÓTELES
Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete
Aristóteles (384-322 a. de C.), desde los 18
años hasta los 38 fue miembro de la Academia de Platón y que sólo después de la
muerte de éste fundó su propia escuela denominada El Liceo.
Conservador y aristócrata en cuestiones
políticas, para Aristóteles el Estado tiene su origen en la naturaleza humana y
lo concibe como a un organismo finalista, una alianza necesaria cuyo fin es la
virtud y la felicidad de todos los hombres, aunque “desde el nacimiento los
hombres están señalados unos para estar sometidos y otros para gobernar”.
Aristóteles postula el funcionamiento de un
Estado autárquico (autosuficiente), constituido de tal forma que no tenga
necesidad de ninguna otra comunidad que lo complemente. Reconoce la existencia,
sin embargo, de instituciones intermedias entre el Estado y el individuo,
llámense la familia (basada en dos tipos de relaciones: marido-mujer,
amo-esclavo), la aldea (unión de varias familias) autónoma y autosuficiente y
el Estado-ciudad o “Polis”.
Aristóteles llega a admitir la existencia de
la esclavitud como una necesidad del Estado y lo justifica por sus fines
utilitarios, para atender la alimentación y otros menesteres de las clases
privilegiadas a fin de que éstas pueden ocuparse libremente y a dedicación
exclusiva en tareas de gobierno.
El hombre es considerado como “Zoon politikón”
o sea “animal político” que sólo puede
realizarse plenamente en el interior de la comunidad.
Aristóteles pensaba en una ciudad-Estado ideal
que no sobrepasara a los 10,000 habitantes y que éstos debían autoabastecer por
completo a todas las necesidades de la población. Y para evitar la superación a
esta cifra tope, recomendaba estimular la emigración
a nuevas tierras y la colonización a
fin de lograr el equilibrio demográfico.
Con Aristóteles surge, por vez primera, la
división de las formas del Estado según el ejercicio cuantitativo del poder
supremo por uno (aristocracia), por
varios (oligarquía) y por todos (democracia).Consideró tres formas de
gobierno aceptables o buenos: monarquía, aristocracia y república; y, tres
formas de gobierno condenables o malos: tiranía, oligarquía y democracia.