Artículos periodísticos y de investigación

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22 de abril de 2024

El Estado según Platón

 EL ESTADO SEGÚN PLATÓN

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete

 

Platón (427-347 a.de C.) es el más grande de los discípulos de Sócrates, uno de los primeros teóricos de las ideas políticas y una de las figuras más importantes del pensamiento universal. De familia aristocrática, nació en la Ciudad-Estado de Atenas, Grecia Antigua.

Su obra cumbre e inmortal se denomina “La República”, obra que compendia su doctrina compuesta por ideas metafísicas, éticas, pedagógicas, políticas y teológicas.

Platón denomina Estado a la sociedad de personas unidas con el objeto de auxiliarse mutuamente en la solución de sus problemas y necesidades. El fin del Estado no es que una clase de ciudadanos sea especialmente feliz, sino que lo sea todo el Estado, porque sólo así se encontraría la justicia colectiva y la felicidad sería común a todos los ciudadanos.

Platón postula un tipo de Estado bien constituido y gobernado, un Estado ideal, perfecto, dichoso y justo, donde todo debería ser común, y en la que cada una de las clases sociales se mantengan dentro de los límites de sus actividades y funciones propias, sin traspasarlas, realizando lo más conveniente para el bien público y negando en absoluto a realizar aquello que sea perjudicial.

En este tipo de Estado platónico, los pres no tendrían que adular a los ricos, no sentirían las pesadumbres que suelen traer la educación de los hijos ni el ansia de lograr grandes riquezas. Los ciudadanos que se distinguen por sus méritos, tendrían a su disposición mayor número de bodas que los demás y que se les elegiría con más frecuencia para ellas que a cualquier otro ciudadano, con el fin de que alcancen más numerosa descendencia. No se permitiría que el Estado tuviera ningún esclavo.

Platón señal que el mayor mal de un Estado es todo aquello que lo divide, que lo convierte en muchos Estados. El mayor bien es aquello que une todas las partes del Estado y lo hace uno solo. La comunidad de alegrías y penas es lo que une. Las particularidades de estos sentimientos es lo que desune al Estado. La unión de intereses constituye el mayor bien para el Estado. El Estado mejor gobernado es el que vive del modo más parecido a un ser humano en esta unidad de sentimientos.

Dentro del Estado platónico el intercambio ciudadano del fruto del trabajo en el interior del mismo Estado-ciudad se haría mediante un mercado una moneda. De esta necesidad de intercambio surge la presencia de mercaderes, de traficantes, de asalariados, de guerreros o guardianes del Estado.

Para Platón los filósofos son las personas ideales para gobernar los Estados, entendiendo por filósofo a quien “ama la sabiduría, no en parte sino toda y por entero”, “los que aman contemplar la verdad”, “los que se consagran a la contemplación de la esencia de las cosas”, “aquellos que pueden alcanzar el conocimiento de lo que existe siempre de una manera inmutable”. Y, serían admitidos como gobernantes-filósofos quienes hayan cumplido los cincuenta años de edad y no estarían vinculados a ninguna ley, pero deberán evitar la tiranía por ser ésta la peor forma de gobierno.

De lo expuesto, se puede concluir que el Estado concebido por Platón deviene en un Estado utópico, idealista, aristocrático, no teocrático, Estado “imaginado en tiempos de desengaños políticos personales, de decadencia de Grecia y bajo la influencia de la religión mística órfico-pitagórica” según indica Michael Federico Sciacca en su obra “Historia de la Filosofía”.

Platón, al concebir este tipo de Estado buscaba superar la profunda crisis en que se hallaba sumida la democracia ateniense tras la derrota de Atenas por Esparta en la Guerra del Peloponeso y pensó que seguirlo a través de la insurgencia de una nueva clase dirigente, con capacidad, autoridad moral y experiencia y con gran amor a la sabiduría: el filósofo-gobernante.

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