CIRO ALEGRÍA: EL POLÍTICO
Escribe:
Eudoro Terrones Negrete
Ciro Alegría Bazán, alumno del poeta inmortal César
Vallejo, es una personalidad multifacética: periodista, político, literato,
novelista, escritor, narrador, recopilador de leyendas, mitos y narraciones. Y
es el genuino representante de la literatura indigenista de la Sierra Norte del Perú y uno de
los más importantes de América Latina.
El 17 de febrero de 2017 se cumplirá 50 años de la muerte de Ciro Alegría.
Perseguido, de temprano, por sus ideales
políticos, más tarde sufrió traiciones políticas, exilios, carcelerías y más de
una ingratitud amorosa. Ciro Alegría no fue comprendido en su exacta dimensión
humana y valoración intelectual.
Alegría Bazán, llegó a ser activo militante y dirigente aprista en
su juventud y acciopopulista en los años finales de su existencia
Nace el 4 de noviembre de 1909, en la hacienda Quilca, en Huamachuco,
departamento de La Libertad.
Fallece en Chaclacayo, Lima, el 17 de
febrero de 1967.
En 1930 ingresa en la Universidad Nacional
de Trujillo y a fin de año forma parte de la fundación del Partido Aprista
Peruano. Ciro Alegría, Antenor Orrego y
una docena de jóvenes logran fundar en Trujillo una filial del Partido Aprista
Peruano. Se compromete, entonces, de manera incondicional y decidida, en la
lucha política por la justicia social y la reivindicación del indio.
Participa con entusiasmo y dedicación en las heroicas jornadas de
lucha estudiantil universitaria de Trujillo, tras los ideales del Partido
Aprista Peruano, siendo rápidamente expulsado de esta Casa superior de
estudios.
En 1931 se traslada a Cajamarca para promover un levantamiento
armado, siendo detenido, encarcelado y torturado en Trujillo, sentenciado en su
ausencia a diez años de prisión, purgando la condena entre el Panóptico y los
cuarteles Real Felipe hasta octubre de 1933. Aquí escribe "El carnet de
célula", un relato dramático y
conmovedor de su vida en prisión.
Su militancia en el APRA le cuesta dos años de prisión, en 1931 y
en 1933, durante el gobierno de Augusto B. Leguía y su ulterior exilio en Chile
en 1934, que le permitió no sólo asistir al sanatorio de El Peral para
restablecer su salud, sino también escribir sus mejores novelas.
El 7 de julio de 1932, durante ocho días se produce la Revolución de Trujillo,
considerado como “la rebelión más furiosa de la historia republicana del Perú y
en la que participó Alegría” (http://www.antorcha.org/liter/alegria.htm), pero
pronto sus compañeros de partido lo salvan milagrosamente de ser fusilado.
Ante la feroz represión policial se ve obligado a internarse en
Huamachuco; los efectivos lo persiguen por Bambamarca, llegan a capturarlo y lo
trasladan, finalmente, a la
Penitenciaría de Lima. El presidente Oscar R. Benavides logra
otorgarle amnistía en 1933.
La insurgencia popular trujillana contra el dictador Sánchez Cerro
se irradia a Huamachuco, lugar éste donde son fusilados Marcial Amoroto, Arturo
Buenazo y veinte indígenas, cerrando su
radio de acción en Cajabamba.
Al respecto, refiere Luis Alberto Sánchez: “Ciro Alegría había
logrado escapar de Trujillo desde fines de 1932, librándose así de ser
encerrado en la cárcel. Como no tenía un centavo ni ganas de ganarlo con su
trabajo, hicimos un arreglo para defender su derecho al ocio fecundo: le
obtuvimos cama gratis en el Club Universitario de Deportes, que estaba en la
avenida Brasil; almuerzo y comida también gratis en el comedor del Partido y un
modesto estipendio.
Por su sencillez y su aspecto ingenuo, indefenso como era, resultó
el niño mimado del periódico. Como suele ocurrir, surgieron divergencias en el
seno de la prensa partidaria…” (En: Testimonio personal 2. El Purgatorio
1931-1945. Tomo 2, Mosca Azul Editores, Lima, 1987).
El 15 de enero de 1932, la persecución fue de la más brutal, una
especie de guerra civil contra los dirigentes apristas en Trujillo, se aplican
multas y clausuras a varias publicaciones apristas y no apristas, se multa a la
revista APRA con doscientos soles en aplicación a la Ley de Emergencia. Antenor
Orrego Espinoza es apresado, muchos dirigentes son detenidos en diversos
departamentos y en el Congreso de la República se denuncia las torturas a que era
sometido el joven estudiante Ciro Alegría.
El 15 de febrero de 1932 se allana el local donde se imprimía el
diario La Tribuna ,
y son detenidos Manuel Solano y Hugo Otero. Haya de la Torre en célebre manifiesto
a la Nación, en febrero de este año, manifestó enfáticamente: “... Regresiona
el Perú a las etapas primitivas de la barbarie política, que la ciudadanía
creía definitivamente superadas”.
El 6 de marzo de 1932, el Presidente Sánchez Cerro se salva de un
atentado en el aristocrático distrito de Miraflores (Lima). El Congreso
Constituyente, el 7 de marzo de 1932 aprueba y promulga la
Ley N º 7491 que restablece la pena de
muerte para los autores de los delitos de rebelión, sedición o motín,
instituyendo las Cortes Marciales para su aplicación.
El 24 de noviembre de 1934 se dicta orden general de captura de
los dirigentes apristas en todo el territorio nacional. Haya de la Torre logra ocultarse en
“Incahuasi”. Ciro Alegría se integra al movimiento “El Agustino”, cae
prisionero y es deportado a Chile, el 15 de diciembre de este año,
conjuntamente con los dirigentes apristas Luis Alberto Sánchez, Carlos Manuel
Cox, Pedro Muñiz y Juan José Lora, Américo Pérez Treviño, Esmaro Salas, Perico
Lizarzaburu, Vargas Machuca, Alfredo Baluarte y el coronel César Enrique Pardo.
Ciro Alegría, después de sus discrepancias con algunos líderes
apristas renuncia al APRA en 1948, año del derrocamiento de Bustamante y
Rivero. Además de Alegría Bazán, llegan
a renunciar Manuel Scorza y Magda Portales.
LUIS ALBERTO SÁNCHEZ Y CIRO ALEGRÍA
Luis Alberto Sánchez, mantuvo divergencias con Ciro Alegría. En su
libro “Testimonio personal” ( Tomo 3.: La caldera del diablo 1945-1956” ), explica a Jaime
Benítez las razones políticas de su divergencia con Ciro Alegría, en los
términos siguientes: “…Pero, le diré a usted mis razones: Ciro ha sido el niño
engreído de los apristas, desde que salió de Trujillo. Como él se había librado
del pelotón de fusilamiento en la revolución de esa ciudad y tenía veintidós o
veintitrés años, después que salió de la penitenciaría, lo tomamos como a un
hermano menor. Yo personalmente he cuidado de él durante parte de 1933 y 34.
Después, en el destierro, en Chile, hice todo cuanto pude –y podía- para que se
le considerara como “escritor chileno”, o asimilado a tal para los efectos del
premio Nascimento, creado en 1935. Después logré que se dilatase la fecha del
fallo del jurado chileno para el premio Farrar and Reinehart, merced a la
generosidad de José Santos González Vera, miembro de dicho jurado, y así
favorecimos a Ciro. En Washington, fui totalmente franco con él; le dije que
temía que estuviera a pique de concluir como escritor; eso fue en 1942. Lo he
instado después a escribir. Hemos vivido una pequeña bohemia juntos en Nueva York.
Pero, querido Jaime, hay algo que no puedo perdonar. Ciro ha recibido todo tipo
de ayudas y halagos de los apristas. Nada le pedimos en cambio, salvo
perseverancia. Pues bien, el 3 de octubre de 1948 estalló el movimiento rebelde
en el que estaba comprometido un amigo de Ciro, el ex ministro Rose Ugarte;
Ciro conocía, en cierto modo, el complot; el 4 de octubre nos declararon fuera
de la ley, como autores de algo que nos destrozaría; y el 5 ó 6 de octubre, ya
ilegalizados, presos, perseguidos e inermes los apristas, Ciro Alegría formuló
declaraciones contra su partido en desgracia, y lanzó contra nosotros
acusaciones que jamás podría probar.
Yo creo que todo hombre tiene el derecho
de retirarse o afiliarse a éste o aquel partido, pero lo que rechazamos y
rechazará es que las afiliaciones se hagan a los partidos cerca del poder, y
las retiradas y vituperios se produzcan cuando el partido está maniatado y en
desgracia. Por eso es que he terminado con Ciro Alegría”.
CIRO ALEGRÍA REGRESA AL PERÚ
EN 1957
El consagrado periodista, escritor y novelista, Ciro Alegría,
regresa a Perú en 1957, después de 23 años de exilio, el pueblo lo recibe con
entusiasmo y regocijo. En 1960, se
incorpora a la Academia Peruana
de la Lengua. En 1961, se inscribe en el
Partido Acción Popular, fundado por Fernando Belaunde Terry el 7 de julio
de 1956 en
Chincheros (Apurimac).
Fue electo diputado por Lima en 1963. Postula a una senaduría por La Libertad y pierde
abrumadoramente, en el departamento
considerado tradicionalmente como el Sólido Norte del Apra.
HAYA DE LA TORRE , Gran admirador de CIRO
ALEGRÍA
El 3 de marzo de 1971, Haya de la Torre al ser entrevistado por César Hildebrandt
(Caretas, Nº 431) expresó: “He sido un gran admirador de Ciro Alegría, sobre
todo de sus tres novelas. Me gusta mucho La
serpiente de oro porque es una pintura con mucho color y fuerza, aunque las
tres son muy buenas…”