Artículos periodísticos y de investigación

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23 de septiembre de 2023

Blanca Leonor Varela Gonzales, notable poetIsa peruana

BLANCA LEONOR VARELA GONZALES (1926-2009),

NOTABLE POETISA PERUANA


Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete 


Notable poetisa peruana, considerada como una de las voces poéticas más importantes del género en América Latina. Gran parte de su vidas se dedicó al periodismo y la traducción y colaboró con muchas revistas y diarios nacionales e internacionales.

Estudió Letras y Educaión en la UNMSM de Lima (1943), Entabló amistad con destacados artistas, entre ellos Sebastián Salazar Bondy, Jorge Eduardo Eielson, Javier Sologuren, Fernando de Szyszlo, Emilio Adolfo Westphalen, Octavio Paz, Julio Cortázar, Ernesto Cardenal, Jean-Paul Sartre, Simón de Beauvoir, Carlos Martínez Rivas, Henri Michaux, Alberto Giacometti, Carlos Germán Belli, Ricardo Silva Santisteban, Julio Ramón Ribeyro, entre otros. Se casó en primeras nupcias con el pintor Fernando de Szyszlo. 

    En 1996 recibió la Medalla Internacional Gabriela Mistral, conferido por el gobierno de Chile. Llegó a ser secretaria general del Centro Peruano del PEN Club Internacional y representante en Lima, Perú, de la Editorial mexicana Fondo de Cultura Económica (1974 y 1997). 

    Por sus aportes a la cultura peruana fue condecorada con Medalla de Honor por el Instituto Nacional de Cultura del Perú y recibió los premios:  Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2001), III Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca Ciudad de Granada (2007) y XVI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2007). Es autora de las obras siguientes: Ese puerto existe (1959)Luz de día (1963)Valses y otras falsas confesiones (1972)Canto villano (1978)Camino a Babel (Antología ) (1986)Poesía escogida 1949-1983 (1986)Como Dios en la nada (1949 – 1999)Ejercicios materiales (1993)El libro de barro (1993)Concierto animal (1999). Muchas de sus obras han sido traducidas a varios idiomas.

 

CANTO VILLANO

 

y de pronto la vida

en mi plato de pobre

un magro trozo de celeste cerdo

aquí en en mi plato

 

observarme

observarte

o matar una mosca sin malicia

aniquilar la luz

o hacerla

 

hacerla

como quien abre los ojos y elige

un cielo rebosante

en el plato vacío

 

rubens cebollas lágrimas

más rubens más cebollas

más lágrimas

 

tantas historias

negros indigeribles milagros

y la estrella de oriente

 

emparedada

y el hueso del amor

brillando en otro plato

 

este hambre propio

existe

es la gana del alma

que es el cuerpo

 

es la rosa de grasa

que envejece

en su cielo de carne

 

mea culpa ojo turbio

mea culpa negro bocado

mea culpa divina náusea

 

no hay otro aquí

en este plato vacío

sino yo

devorando mis ojos

y los tuyos

 

Una anécdota: durante uno de los festivales internacionales de poesía de la ciudad de Medellín, organizados por Fernando Rendón y Ángela García, Blanca fue invitada a leer poemas en un inseguro barrio de las afueras, todavía dominado a fines de los ochenta por la violencia y la guerrilla. A la lectura asistieron unos encapuchados armados. Al final uno de ellos se acercó y sacó de una bolsa otra, donde venía cuidadosamente envuelta la edición inconfundible de Canto villano que se había publicado en México. Era evidente que el libro había sido leído muchas veces. El encapuchado le pidió a Blanca que se lo firmara sin dedicárselo. Así lo hizo ella, y el hombre vestido de verde desapareció. Poco después vio acercarse a un estudiante sin máscara que llevaba en la mano el libro que Blanca acababa de firmar. Se despidió de ella con un beso y una sonrisa. Esta anécdota transluce algo del alma generosa de Blanca, poeta, lectora, alentadora de jóvenes poetas, editora, ciudadana y gran señora de la palabra y el silencio, guardia celosa del lugar del canto.[1]



[1] Adolfo Castañón, artículo “Blanca Varela” (1926-2009)https://letraslibres.com/revista-espana/blanca-varela-1926-2009-2/

 

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