Comentarios de la Obra "EL APRISMO SEGÚN HAYA DE LA TORRE"
PRÓLOGO
Guely Villanueva Díaz
Mi entrañable compañero y amigo, Dr. Eudoro
Terrones Negrete, me ha sorprendido gratamente, al solicitarme que escriba unas
líneas prologales a este su nuevo libro. Entiendo que lo hace, porque sabe bien
cuánto admiro y valoro todo esfuerzo relacionado con la difusión del Aprismo,
en sus contenidos filosófico, ideológico, doctrinario e histórico, que aquí es
tratado con puntual devoción.
Como escritor y académico, Eudoro Terrones
Negrete ha logrado sistematizar el contenido de su obra en dos capítulos: El
primero, “El Aprismo según Haya de la Torre”, que nos lleva al placer de leer o
releer aquellas tesis escritas y sustentadas por el Maestro, que definen al
APRA como un gran movimiento político: con filosofía, ideología y doctrina
propias, autóctonas y autónomas, libre de toda influencia extranjera y que sólo
responde a la realidad única e intransferible de nuestra América morena,
acertadamente llamada por Víctor Raúl: Indoamérica.
Y el segundo capítulo, desarrollado por el autor, titulado “Filosofía,
Ideología y Doctrina del Aprismo”.
Eudoro Terrones Negrete ha tenido que
escudriñar en los siete tomos de las obras completas de Víctor Raúl Haya de la
Torre; pero también en otras fuentes, con agudeza ferviente de leal discípulo.
Precisamente él mismo registra, al inicio de este libro, sus impresiones del
líder y fundador del APRA, desde cuando lo conoció en 1970, en la casona de
Villa Mercedes, reducto donde vivió el Maestro hasta su deceso, ocurrido nueve
años después.
Qué importante es que salga a la luz un nuevo
libro, pleno de enseñanzas y que seguramente atraerá a la lectoría juvenil,
justamente hoy en que la política nacional necesita adecentarse, entonces, qué
mejor referente que la trayectoria y el pensamiento de Víctor Raúl Haya de la
Torre.
Pero quisiera hacer aquí una digresión, sobre
la importancia que ha tenido el libro, en la historia del APRA y del Partido
Aprista Peruano.
Creo que los periódicos y revistas
antecedieron o fueron precursores del libro aprista. Así tenemos que en 1923
apareció Claridad, revista fundada y
dirigida por Víctor Raúl Haya de la Torre, como vocero de la “Universidad
Popular González Prada” y que, cuando él fue desterrado, asumió la dirección
José Carlos Mariátegui. El mismo año se publicó “EL NORTE”, en Trujillo,
fundado por Antenor Orrego.
En 1926 apareció “APRA”, Revista de la Célula
Aprista de París, dirigida por Felipe Cossío del Pomar.
En 1927,
Honda, publicación doctrinaria de la Célula Aprista de Buenos Aires. Atuey, salió en Cuba, en tanto Indoamérica fue publicada en México, por
los desterrados apristas.
1927, Amauta,
fue fundada por Mariátegui como tribuna aprista hasta septiembre de 1928.
1929, Meridiano,
publicada en Bolivia, por los desterrados apristas.
1930, “APRA”, revista fundada por Serafín del
Mar (Reynaldo Bolaños) como órgano del naciente Partido Aprista Peruano.
También lo dirigió Víctor Raúl, en 1933, en la clandestinidad y en 1934 el c.
Ismael de la Peña.
1931, La
Tribuna, diario fundado por Manuel Seoane. Sufrió clausuras, sacó ediciones
clandestinas, que el propio Víctor Raúl escribía, imprimía y distribuía, a
pesar de la persecución. En 1970 la dictadura militar lo intervino y remató su
maquinaria para silenciarla. Después se ha publicado eventualmente.
Sin embargo, el primer libro aprista
publicado es “Por la Emancipación de América Latina” de Víctor Raúl Haya de la
Torre, editado en 1927, por los desterrados apristas en Buenos Aires.
Pero el libro fundamental del Aprismo, que
remeció el pensamiento político latinoamericano, es “El Antiimperialismo y el
APRA”, escrito por Víctor Raúl Haya de la Torre en México, en 1928; pero que
sólo es publicado en Chile en 1936 por los desterrados apristas, mientras el
líder luchaba desde la clandestinidad contra las tiranías imperantes.
En todo caso, el libro aprista tuvo una gran
connotación en la formación ideológica de la militancia. Desde el inicio se
inculcó el deber de formar sus bibliotecas personales. Se editaban libros de
igual formato, que recogían incluso las conferencias expuestas en la “Escuela
de Oradores” y lo difundían, en un afán por fortalecer la ideologización del
militante o simpatizante. Sin embargo, al imponerse las sucesivas dictaduras,
no sólo fueron perseguidos y sus casas saqueadas; sino que sus libros y
revistas serían quemadas, ante lo cual algunos compañeros alcanzaron a
esconderlos y hasta enterrarlos, para salvarlos de la barbarie. Así, el libro
aprista adquirió una connotación de perseguido, sufriendo los mismos abusos que
los militantes. Pero al final el Libro Aprista sobrevivió y triunfó.
Gracias compañero Eudoro Terrones Negrete,
por enriquecer con su gran libro la bibliografía aprista; noble, fecunda y
heroica.
Chiclayo, setiembre de 2021.
EPÍLOGO
Hugo García
Salvatecci
El Dr. Eudoro Terrones Negrete nos
presenta una síntesis sumamente profunda del Aprismo, en su obra titulada “El
Aprismo según Haya de la Torre”. Su ortodoxia aprista está descontada.
El historiador inglés Cole señala que
el Aprismo es la mayor contribución de filosofía política que se dio en el
tercer mundo durante el siglo XX. Lo que es resaltado por nuestro amigo
Terrones Negrete. De lo que se trata ahora es de proyectar ese riquísimo pensamiento
a una realidad histórica que se ha modificado cualitativamente.
El Papa Juan Pablo II, al analizar la
“Rerum Novarum”, se inspiró, aunque enriqueciéndola, en la metodología de
interpretación propuesta por el marxista francés Luis Althusser. Siguiendo al
Papa Juan Pablo II, hablaremos de las tres lecturas que se deben hacer de las obras de Haya de la Torre.
La primera lectura consiste en leer su
obra, ubicándola en su tiempo, con el fin de evidenciar cuál era históricamente
el problema social y político que se quería solucionar. Para lograrlo, es
indispensable tener presente las principales fuentes en las que inicialmente se
nutrió la ideología aprista.
Lo más resaltante es que Haya rechazó
al Marxismo no por su carácter revolucionario, sino porque su pensamiento
estaba de espaldas al avance de la ciencia, porque era producto de una
interpretación histórica hecha bajo una perspectiva que no es la nuestra, y
fundamentalmente porque su posición ideológica se había congelado. Cuando algo
se congela se vuelve anacrónico, y si ello se vincula con una posición política
deviene en reaccionario, a pesar de lo que se trate de decir en contrario.
Cerca de cincuenta años después, los
grandes pensadores progresistas de Francia llegaron a la misma conclusión. Sartre,
en la década de los setenta, no hablaba del marxismo congelado, pero sí del
marxismo con arterioesclerosis. La obra de Sartre “Crítica de la razón
dialéctica” es una obra sumamente académica y profunda, pero tardía con
relación a Haya, pues termina exponiendo, con lucidez extraordinaria, lo que
había dicho Víctor Raúl, cincuenta años antes. Podríamos decir que, si hay una
obra que expresa plenamente la posición de Haya de la Torre sobre la dialéctica
hegeliana y sobre el proyecto del marxismo-leninismo es la “Crítica de la razón
dialéctica” de Sartre, lo que tendría que ser debidamente analizado.
Tal como señalé en mi obra “El Aprismo
y la doctrina social de la Iglesia”, la posición de Haya, expuesta cuarenta o
cincuenta años antes, es similar a la que, desde la década de los sesenta, se
encuentra en las encíclicas sociales de la Iglesia. Estas encíclicas incluso
utilizan la terminología difundida por Haya, como sería: bivalencia del
imperialismo, la conciencia histórica vinculada a las diferentes velocidades de
la producción, el recalcar que la experiencia marxista-leninista se relacionaba
con el capitalismo de Estado y no con el auténtico socialismo, etc.
A partir de la revolución de mayo de
1968, ya no podía existir duda alguna sobre la debacle ideológica y política
del marxismo-leninismo. Dos grandes pensadores de avanzada, Bertrand Russell y
Sartre, lo proclamaron expresamente. Ambos, después de reconocer que ya el
marxismo-leninismo no tenía futuro, señalaron, hace ya más de cuarenta años,
que estaba surgiendo una nueva posición radicalmente revolucionaria que,
inspirándose en Marx y en Mao, encarnaría una posición más extremista que la
del marxismo-leninismo. Dicho movimiento se incubó en Francia y no en China, a
pesar que se denominó “Maoísmo”.
Los mismos Russell y Sartre señalaron
cuál sería su nueva táctica política: aplicar nuevamente la denominada
“propaganda por el hecho” (terrorismo) propiciada por los anarquistas
nihilistas del siglo XIX. Vale decir, realizar los actos terroristas más sangrientos,
provocar permanentemente al Estado para fomentar intencionalmente la represión,
en el entendido que en ninguna represión se pueden respetar plenamente el
estado de derecho y los declarativos derechos humanos. Se dejaron todos los
viejos sueños y los objetivos de los que se había hablado hasta el cansancio.
La táctica maoísta sólo tiene dos momentos: primero el terrorismo nihilista más
sangriento e inhumano, para luego buscar la protección de los burgueses
derechos humanos y del estado de derecho. Lo que persigue el movimiento
terrorista es que los agentes del orden pierdan completamente la moral sobre
sus responsabilidades, puesto que se les pone en el dilema: morir en el combate
o podrirse en la cárcel.
Llama la atención que todo ello fuera
advertido hace más de cuarenta años, sin que todavía se le haya dado una
respuesta ideológica contundente al fenómeno terrorista. Es a la posición
maoísta a la que el día de hoy tenemos que dar respuesta, pues el
marxismo-leninismo ya pertenece sólo a la historia.
La segunda lectura se centra en leer la
obra de Haya en función de nuestra realidad actual, después que, relativamente
en un breve tiempo, se han dado históricos saltos cualitativos de suma
importancia. Es necesario, con lealtad y objetividad, contraponer el
pensamiento de Haya con la realidad histórica en que nos encontramos, para
adecuar el espíritu o los propósitos por los que fue creado el Apra a la nueva
realidad histórica. Esta segunda etapa se constatación con la nueva realidad,
nos permitirá la tercera lectura para proyectar el pensamiento aprista a un
futuro ya no inmediato sino de mediano alcance.
Mi segunda lectura de la obra de Haya
se encuentra en mi libro “El Apra entre dos orillas: ochenta años de Aprismo”.
En estos momentos estoy preparando la obra que exprese mi tercera lectura y que
denominaré: “Los nuevos retos de la democracia: cien años de Aprismo”.
Entre los puntos a reflexionar para
propiciar la “reconstrucción del Aprismo”, se pueden señalar:
1) Estudiar detenidamente la situación internacional. Al parecer se dan todos los síntomas que evidenciarían que estamos frente al término de una etapa histórica y al inicio de otra. Danilevsky, Spengler y Toynbee precisaron que sus dos síntomas fundamentales son: la completa desaparición de una escala de valores, que termina propiciando la denominada “invasión de los bárbaros” en todos los niveles e instituciones públicas y privadas, y, en segundo lugar, los grandes cambios climatológicos.
En la Antigüedad, Platón, Aristóteles y Tucídides habían anotado que todas las grandes culturas han aparecido y desaparecido debido a los grandes cambios climatológicos. Todo ello fue reiterado por los grandes estudiosos de la historia del siglo XX. El estudio del medio ambiente, y su proyección histórica, es imprescindible en todo proyecto político actual.
2) Con la misma responsabilidad con la
que estudió Haya de la Torre el fenómeno imperialista, se debe estudiar el
fenómeno de la globalización, que lo ha reemplazado. Así como la lucha de
pueblos reemplazó a la lucha de clases dentro del imperialismo, la
globalización ha trastocado toda la dialéctica de la lucha de clases,
internacionalizando sus antagonismos en el interior de todos los países del
mundo. Se trata de un tema de suma importancia, puesto que, como ya lo había
señalado Proudhon y luego lo repitiera Marx, para interpretar históricamente
una sociedad es indispensable conocer el “sistema de contradicciones” que le da
origen, y que se refleja en el antagonismo de las clases sociales.
La globalización es la expresión de la
ley histórica de la internacionalización creciente de la humanidad. Jaspers,
hace más de medio siglo, apuntó que recién estamos entrando dentro de una
historia realmente universal. Mientras las clases desplazadas por la
globalización, en los países ricos, han creado el movimiento de la
“antiglobalización”, todavía nuestros pueblos indoamericanos no han tomado una
posición ideológica y política para enfrentar dialécticamente a la
globalización, incluso nuestra antítesis dialéctica, no cuenta todavía ni
siquiera con el nombre. Pero estamos convencidos que nuestra única respuesta
aprista a la “globalización” está en la integración indoamericana.
3) Desde hace más de dos siglos los más
destacados pensadores de Occidente vienen sosteniendo la necesidad de un
gobierno o Estado universal. Resalta sobre todo la figura de Kant, quien señaló
rotundamente que el ideal del Estado universal tiene toda la fuerza de un
postulado histórico, planteamiento que han repetido los tres últimos
Pontífices. La posición de Kant fue determinante en el pensamiento de Proudhon
y de nuestro libertador Simón Bolívar.
Desde sus inicios, nuestro gran ideal de integración es conformar una gran Confederación, para luego, con otras cuatro o cinco grandes confederaciones, conformar el Estado Universal. El tema de la integración Indoamericana, tiene, por consiguiente, que ser profundamente estudiado, dentro de esta dimensión universal, que por la globalización cada día está más cercana.
4) Haya de la Torre bosquejó también las diferentes subregiones económicas de Indoamérica que debía confederarse como primera etapa para la plena confederación Indoamericana. Una de ellas está conformada por los países andinos que ya cuentan con un convenio de integración: el “Acuerdo de Cartagena”. Nuestra primera e inmediata tarea es integrarnos plenamente con Ecuador, Bolivia y Colombia.
5) En los últimos cincuenta años, de modo creciente, se viene señalando que el sistema democrático actual ya es anacrónico. Víctor Raúl lo señaló desde la década de los veinte del siglo pasado. La crítica más significativa que se le hace es que, en el fondo, no tiene nada de democrático. Estamos en una situación similar a la que se encontró Platón en el siglo IV a,d,C., cuando en defensa de los ideales auténticamente democráticos se propuso destruir la democracia de Atenas de ese entonces que se apoyaba en el principio irracional que disponía que el único modo democrático para acceder a los puestos públicos era el sorteo.
Lo que está en tela de juicio es el
modelo de Estado que rige en el Occidente. El Papa Juan Pablo II, en su
encíclica “Centesimus Annus”, llegó a decir que desde la Revolución Francesa
hasta la actualidad, la humanidad viene tanteando nuevas formas estables de
gobierno, que reemplacen al Estado absolutista de la Edad Moderna, sin que
hasta la fecha lo haya logrado. El estudiar el tema de lo que hoy se denomina
la reforma del Estado es algo imperativo.
6) La reforma del Estado debe iniciarse
partiendo del municipio. Es a partir de esta reorganización del Estado desde el
que se debe iniciar el proceso de integración.
Desde Kant, se tiene casi la certeza
que el ideal razonable del Estado universal, que podría ser aceptado por todos
los pueblos, tendría el modelo de Estado confederado. De otro modo, se corre el
peligro que el Estado universal sea el producto de la imposición y la dictadura
de una potencia militar. La integración de Indoamérica debe seguir el modelo
confederado, lo que exige que previamente cada uno de nuestros países se organice
confederativamente a partir del municipio.
Se trata, sin duda, de un proyecto de
largo alcance, por lo que podrían darse etapas intermedias. Por ejemplo: ¿no
sería mejor para el país que los municipios provinciales se conformen por la
confederación de los municipios distritales y que las regiones por la
confederación de los municipios provinciales?
7) Siguiendo el ejemplo de Proudhon,
Haya propuso el Congreso Económico, llamado así fundamentalmente para
diferenciarlo del Congreso político. Se trata de asegurar la participación de
la sociedad en el manejo de la cosa pública. Son varias las atribuciones que
debería tener, que no es el momento de analizar, pero hay un aspecto, señalado
tanto por Proudhon como por Haya de la Torre, que es de suma importancia y de
actualidad creciente: el tema de la moral pública.
En “El principio Federativo”, Proudhon
profetizó que el estado socialista terminaría en la dictadura más férrea y que
el estado burgués llevaría a las inmoralidades más vergonzantes. Su profecía
lamentablemente se cumplió.
El Papa Juan Pablo II diagnosticó que
el sistema democrático formal del Occidente está herido de muerte por el cáncer
de la inmoralidad tanto pública como privada, que ya se encuentra en su fase
terminal.
Acá en el Perú, contamos con el
“Acuerdo Nacional”. Se le podría potencializar y darle las atribuciones del
Congreso Económico. El tema del nombre puede pasar a un segundo lugar, lo que
interesa es el concepto.
De modo urgente, del “Acuerdo Nacional”
deberían depender todos los organismos de control. Ninguno de ellos debería
estar subordinado a un poder del Estado. Si el “Acuerdo Nacional” eligiese al
Contralor, al Directorio del Banco Central de Reserva, al Superintendente de
Banca y Seguros, a los magistrados, y dichas instituciones estuviesen bajo su
control, no va a significar que todos los problemas quedarán solucionados, pero
se daría un paso gigantesco en la lucha contra la corrupción.
8) Otros de los angustiosos temas a ser
estudiados es el de la demarcación de las regiones. Consideramos como uno de
los mayores errores de toda nuestra historia republicana la decisión
irresponsable de haber dado el nivel de regiones a los departamentos. Ese error
debe ser cuanto antes corregido, antes que destruya más al país.
Si optamos por el modelo confederativo
de González Prada y de Haya de la Torre se solucionaría, en gran parte, el
problema de la regionalización. Pero de modo transitorio se debería partir de
la demarcación de las regiones que puso en marcha el primer gobierno aprista.
En la tumba de Víctor Raúl se dice
“Aquí yace la luz”. La expresión puede resultar equívoca, porque la luz, por su
misma naturaleza, jamás puede yacer. Desde la tumba de Haya de la Torre
resurge, siempre nueva, la luz que puede iluminar todo nuestro accionar humano,
y no sólo político. En el silencio de su aparente descanso, podemos oír su
grito clamoroso y angustioso que nos dice: yo construí el Aprismo, el deber de
ustedes es reconstruirlo de acuerdo a la nueva realidad.
Lima, setiembre de 2021.
PALABRAS
DEL AUTOR
Eudoro Terrones Negrete
El aprismo es una ideología política proyectada
a escala continental, ideada por el pensador y político peruano Víctor Raúl Haya de la Torre,
mediante la Alianza Popular Revolucionaria Americana, cuyo fin era el de formar un pensamiento
auténticamente latinoamericano que funcionase como alternativa a la cosmovisión eurocentrista americana, adaptado y adaptable a su
realidad espacio-temporal y como foco de lucha antimperialista y antioligárquica en el que se uniesen
en un frente único los "Trabajadores Manuales e Intelectuales"1, término por el cual se
incluían a todas las clases sociales. Con la concepción de
alcanzar “la emancipación mental indoamericana de los moldes y dictados
europeos”, Haya de la Torre quiso que el aprismo fuera, como doctrina política, una
línea de interpretación histórica del
proceso latinoamericano, capaz de descubrir las leyes de su desenvolvimiento
social, que comienza en la Antigüedad y culmina en la era del proletariado
(https://es.wikipedia.org/wiki/Aprismo).
Verdad inobjetable es afirmar que el
pensamiento de Raúl Haya de la Torre mantiene vigencia y continuidad histórica,
liberada de toda influencia, dependencia o sumisión a dictados y moldes
clásicos de interpretación histórica extranjera.
Desde una perspectiva histórica y orientación
indoamericana el aprismo nace y florece en el siglo XX como un movimiento de
negación dialéctico-conceptual de aquellas corrientes políticas importadoras de filosofías, ideologías y
doctrinas foráneas, de métodos y
programas políticos copiados de otras latitudes.
La obra, El
Aprismo según Haya de la Torre (Filosofía, Ideología y Doctrina), ha sido
elaborada principalmente sobre la base de las Obras Completas (7 Tomos) de Haya de la Torre; las obras Después de mi muerte…la victoria. 20
reportajes; Revolución sin balas. 15
discursos de Haya de la Torre; Haya
de la Torre o el Político, de Luis Alberto Sánchez; Adónde van las ideas de Haya de la Torre, de Pablo Silva Villacorta; El APRA entre dos orillas. Ochenta años de
Aprismo, de Hugo García Salvatecci; Haya
por Haya. Apuntes para sus Memorias, de Guely Villanueva Díaz;
Asimismo utilizando las obras Víctor Raúl, El hombre del siglo XX, de
Roy Soto Rivera; Haya de la Torre.
Testimonios de vida y obra, de Alfonso Cueva Sevillano; Haya de la
Torre, una vida ejemplar y ejemplarizadora, de
Alberto Vera La Rosa; Víctor Raúl…toda la vida, de José Olaya Correa; Haciendo memoria, de Mochero Vásquez
(Lucio Antonio Vásquez Sánchez); Haya de
la Torre o la política como obra civilizadora, de Jorge Nieto Montesinos; Vida y obra de Víctor Raúl Haya de la Torre,
de Juan Manuel Reveco del Villar, Hugo Vallenas, Rolando Pereda Torres y Rafael
Romero Vásquez; Haya de la Torre y la
revolución constructiva de las Américas, de Alberto Baeza Flores; y, Víctor Raúl Haya de la Torre. El Ser Humano
y Víctor Raúl, Docencia y decencia, de
Roque Benavides Ganoza y Mochero Vásquez.
La obra que está en vuestras manos, contiene
tres capítulos. El primer capítulo desarrolla la investigación monográfica
sobre “El Aprismo según Haya de la Torre”. Y el segundo capítulo, “Filosofía,
Ideología y Doctrina del Aprismo”, escrito por Eudoro Terrones Negrete,
comprende aspectos básicos sobre la vida
y obra de Víctor Raúl Haya de la Torre, precisiones conceptuales sobre el
aprismo y su relevancia en lo filosófico, económico, social, político,
educativo-cultural, y en materia de libertad de expresión, humanismo integral, globalización, entre
otros.
En la parte del Anexo se ha consignado dos
aspectos importantes sobre cooperativismo escolar. En el Anexo 1 A, la fundamentación preliminar del proyecto de ley sobre enseñanza
del cooperativismo y la organización de cooperativas escolares. Y en el Anexo 1
B el texto de la Ley N° 24535, Ley para fomentar y promover la organización de
cooperativas escolares en el Perú y su Reglamento que regula el funcionamiento
de éstas a partir de 1986.
El propósito de esta obra es contribuir a la
comprensión y difusión de la filosofía, ideología y doctrina del aprismo, promover el debate y la confrontación con
otras corrientes políticas, generar la mayor toma de conciencia, definición y
participación política de simpatizantes,
militantes y dirigentes en la tarea común de construir un Perú con libertad,
pan, democracia funcional y justicia
social para todos y una mejor patria indoamericana, a la luz del pensamiento de
Víctor Raúl Haya de la Torre, que aún mantiene vigencia y continuidad
histórica, liberada de toda influencia, dependencia o sumisión a dictados y
moldes clásicos de interpretación extranjera.
El aprismo se origina, nutre y retroalimenta
de la investigación científica de fenómenos sociales e históricos; de las
recónditas fibras del sentimiento y de la conciencia popular; de la lucha
política responsable, disciplinada, fraternal y con valores axiológicos; del descubrimiento y la interpretación de la
realidad de los pueblos; y del común objetivo de lucha frontal contra toda
forma de dependencia, dominación, opresión e injusticia social.
Con el correr del tiempo el movimiento
aprista reviste un carácter procesal y fecundo. Como proyecto histórico-social
genera inagotables posibilidades de transformación y claro designio de gobierno
de Frente Único de Clases y en aras de la democracia funcional, la libertad y
la justicia social.
El aprismo representa una tesis política, una
ideología y una doctrina completa, realista y original para el cambio
permanente y responsable del Perú. En el aprismo caben todas las ideas, todos
los pensamientos, todas las iniciativas, colaboraciones y propuestas de
ciudadanos demócratas que desean elaborar y desarrollar un plan constructivo
conjunto, realista, renovador y con
visión de futuro para el Perú.
El aprismo es la mejor opción política para forjar
ciudadanía con igualdad de deberes y derechos; fomentar el liderazgo político y
social con pensamiento estratégico, equidad, libertad y espíritu de justicia;
promover la integración económica y política de los países latinoamericanos; asegurar
la paz laboral, el orden interno, la seguridad ciudadana, la tranquilidad de
las mayorías ciudadanas, el empleo con remuneración digna y justa, el pleno
respeto a los derechos humanos, la erradicación de los privilegios y de la
corrupción e inmoralidad en las esferas de los poderes del Estado y solucionar
de manera progresiva e integral los problemas del Perú.
Las expresiones de Víctor Raúl Haya de la
Torre nos liberan de mayores comentarios: “El aprismo, como doctrina política,
supone fundamentalmente estos principios: defensa de la riqueza nacional,
porque la riqueza de un pueblo es el respaldo de su soberanía; defensa que
supone desarrollo y progreso nacional de esa riqueza, como base de la felicidad
y bienestar del pueblo que debe conservarla e impulsarla para beneficio de su
mejoramiento material y cultural. En segundo término: sobre la base de este
concepto económico de la seguridad y el desarrollo nacionales, la organización
del Estado, teniendo en cuenta al ciudadano como participante manual e
intelectual en la producción de la riqueza, base de la economía, principio que
responde al concepto de la Democracia Funcional. En estos dos grandes
enunciados se basa todo el programa de acción política del aprismo”. (1)
Mi agradecimiento especial a Guely Villanueva
Díaz, por el Prólogo de la obra.
Villanueva Díaz es un reconocido escritor e investigador sociopolítico, ex
embajador de Perú en Guatemala, autor de las obras Dinámica Aprista; Reportajes
al APRA (dos volúmenes); Víctor Raúl. Semblanzas de una vida en el siglo;
Poemas y canciones apristas; Voces de homenaje; Perfiles apristas; Víctor Raúl
en Lambayeque. Historia social del APRA; Haya por Haya. Apuntes para sus
Memorias; Osado peregrino, entre otros valiosos textos.
Mi agradecimiento especial a Hugo García Salvatecci,
por el excelente Epílogo de la obra.
García Salvatecci es ilustre profesor universitario, filósofo e investigador
científico, autor de obras trascendentes, entre ellas, Sorel y Mariátegui
(1979), Haya de la Torre y el Marxismo Indoamericano (1981), El Aprismo y la
doctrina social de la Iglesia (1987), Vizcardo y Guzmán: precursor del ideal
americanista (1987), Páginas Apristas (1991) y El APRA entre dos orillas.
Ochenta años de Aprismo (2009).
Culminamos estas palabras introductorias con
la recomendación de Haya de la Torre: “Hay que prepararse para el ejercicio del
gobierno, si la misión del aprista es salvar la Patria de los que medran con
ella”.
Lima,
setiembre de 2021.