APRISMO Y NUEVO ESTADO: UNA PROPUESTA VISIONARIA Y AUDAZ SOBRE LA ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL ESTADO EN EL SIGLO XXI
Escribe:
Ángel Sánchez Dueñas
Abogado, Periodista y Sindicalista
Presidente de la Federación de Periodistas del Perú
Secretario Nacional de Organización de la CTP
El libro "Aprismo y
Nuevo Estado para la Gran Transformación en el Siglo XXI" del Dr. Eudoro
Terrones Negrete ofrece una propuesta visionaria y audaz sobre la estructura
del Estado y su función en la sociedad contemporánea. A lo que a continuación,
trataré de hacer algunos comentarios y análisis con un enfoque crítico y
reflexivo sobre su impacto y relevancia actual.
El aprismo, o Partido
Aprista Peruano (PAP), es un movimiento político de izquierda democrática fundado
en 1924 por Víctor Raúl Haya de la Torre, cuyas ideas se basan en el
antiimperialismo, la justicia social y la integración de América Latina. El
aprismo se presenta como una alternativa frente al poder de las oligarquías
locales y las influencias extranjeras, y promueve la idea de un "Nuevo
Estado" que debe ser inclusivo, democrático y solidario.
El "Nuevo
Estado" en el contexto del aprismo hace referencia a un proyecto político
que aspira a transformar la estructura del poder en el Perú y América Latina,
enfocándose en un modelo de desarrollo económico y social que estuviera basado
en la justicia social, el trabajo, la independencia nacional y la integración
regional. Haya de la Torre pensaba que la clase política tradicional del país,
con sus vínculos con intereses extranjeros y oligarquías locales, no podía
ofrecer una solución a los problemas estructurales del país.
En este sentido, el
"Nuevo Estado" propuesto por el aprismo era un sistema que debía
garantizar:
La justicia social, a
través de la lucha contra la pobreza y la desigualdad social, promoviendo
políticas de bienestar social, educación y salud para las clases más
desfavorecidas.
El antiimperialismo, uno
de los principales puntos del programa máximo del aprismo propone una
independencia económica y política frente a las potencias extranjeras,
especialmente de Estados Unidos y las empresas transnacionales que dominaban la
economía peruana.
La democracia desde la
visión del aprismo es la formulación de posiciones que fortalezcan el sistema
democrático, buscando lograr los cambios a través de elecciones libres y de
reformas dentro del sistema político.
La integración
latinoamericana, propuesta por Haya de la Torre es la idea de un "Nuevo
Estado" también implicaba la creación de una unión de los países
latinoamericanos para enfrentar los desafíos del imperialismo y lograr un
desarrollo económico y político independiente de las grandes potencias.
La obra diseñada por
Eudoro Terrones destaca principalmente su exhaustivo análisis histórico y
filosófico, situando al Aprismo como una herramienta política integral para
superar las desigualdades estructurales. Sin embargo, plantea desafíos
sustanciales. Por ejemplo, la implementación práctica de sus ideas en un mundo
dominado por intereses globalizados y economías neoliberales lo que es una
tarea gigantesca en estos nuevos tiempos.
La riqueza conceptual de
esta obra puede resultar de un pensamiento muy profundo para algunos lectores
no familiarizados con la filosofía y la política de Haya de la Torre, pero su
insistencia en la educación ciudadana como pilar de la transformación social es
especialmente destacable. Es un llamado urgente a repensar el rol del Estado,
especialmente en América Latina, donde las desigualdades y los sistemas
políticos son débiles y están profundamente arraigados.
Eudoro Terrones comienza
su tratado revisando teorías clásicas sobre el Estado, como las visiones
idealistas de Platón y Aristóteles, y las críticas materialistas de Engels y el
marxismo-leninismo. Este recorrido es fundamental para entender cómo las bases
filosóficas siguen siendo relevantes en el diseño de políticas públicas
contemporáneas. Sin embargo, un aspecto crítico está que estas teorías, aunque
valiosas, están moldeadas por contextos históricos específicos.
Por ejemplo, el Estado propuesto
por Platón, gobernado por filósofos, contrasta con los ideales democráticos
modernos que priorizan la participación ciudadana más amplia. Esta tensión
invita a reflexionar sobre la aplicabilidad de los principios éticos a las
estructuras burocráticas actuales. Además, la perspectiva marxista sobre la
naturaleza opresiva del Estado plantea interrogantes sobre cómo un Estado
verdaderamente inclusivo podría ser diseñado para evitar ser un instrumento de
control.
El autor acierta al
enfatizar la importancia de un modelo descentralizado que fomente la equidad.
En América Latina, los desafíos políticos, como el clientelismo y la
corrupción, son obstáculos significativos para cualquier transformación
estructural. Terrones argumenta que un modelo unitario descentralizado
permitiría una administración más eficiente y conectada con las necesidades
locales, lo cual es particularmente relevante en países con brechas de
desarrollo regional profundas. Para lograr alcanzar esas metas que plantea el
autor, es necesario implementar políticas para reducir la desigualdad y
garantizar el acceso a servicios básicos.
La obra es crítica con el
Estado actual de la política peruana, destacando problemas como el
transfuguismo y el clientelismo. Estos fenómenos no solo deterioran la
confianza pública, sino que perpetúan un ciclo de ineficiencia institucional.
La propuesta de Terrones
de transitar hacia una "democracia de ciudadanos" invita a imaginar
un nuevo paradigma en el que la ciudadanía tenga un rol más activo y fiscalizador.
Para tal fin es necesario fortalecer la participación ciudadana a través de
mecanismos de democracia directa y digital implementando tecnologías para
transparentar la gestión pública y combatir la corrupción.
Aunque es una propuesta
inspiradora, enfrenta barreras considerables, requiere tiempo y recursos
significativos, y la resistencia al cambio de las élites tradicionales podría
ralentizar este proceso para lo cual se debe priorizar la educación pública
gratuita, enfocada en ciencia, tecnología e innovación. Promover la cultura y patrimonio nacional,
rescatando y valorizando nuestra identidad.
Terrones subraya que para
dignificar la política es esencial una reforma integral que contemple no solo
cambios normativos, sino también una transformación cultural en los valores
democráticos.
La frase planteada en el
libro por el autor: "Corresponde al nuevo Estado aprista garantizar la
absoluta e irrestricta libertad de prensa". Definitivamente este postulado
refleja un compromiso del aprismo de Haya de la Torre con los principios de
libertad de prensa y libertad de expresión, un tema central en muchas
constituciones y declaraciones de derechos humanos el mismo que se garantizó en
la Constitución de 1979.
En el contexto del Estado
aprista, se hace referencia a una postura del Partido Aprista Peruano en la que
se subraya el derecho fundamental de los ciudadanos a expresar sus opiniones y
a contar con medios de comunicación libres de censura o interferencias por
parte del gobierno.
Este tipo de declaración
es parte de un programa o una plataforma política aprista destinada a asegurar
que los medios de comunicación puedan operar de manera independiente,
promoviendo un ambiente en el que el intercambio de ideas y la información
fluyan sin restricciones estatales. Sin embargo, también es importante notar
que el equilibrio entre libertad de prensa y otras consideraciones sociales y
políticas puede ser un tema de debate y definición dentro de cada contexto
histórico y político.
La libertad de prensa es
un pilar fundamental en cualquier democracia, y en América Latina, como en el
caso del Perú, su ejercicio ha estado históricamente marcado por desafíos
políticos, sociales y económicos. A pesar de los avances en los últimos años,
la región sigue enfrentando graves obstáculos que ponen en riesgo este derecho,
y el caso peruano no es la excepción.
América Latina ha sido, y
sigue siendo, un continente complejo en términos de libertad de prensa. Durante
décadas, la región vivió bajo dictaduras militares y gobiernos autoritarios que
restringieron severamente la libertad de los medios de comunicación. A lo largo
de los años, la transición a democracias formales permitió que se diera una
mayor apertura informativa, aunque las dificultades para una libertad plena
persisten.
En muchos países
latinoamericanos, la concentración de medios en manos de unos pocos actores
económicos y políticos sigue siendo un obstáculo para la pluralidad
informativa. La falta de recursos para los medios independientes y la presión
de los grandes conglomerados mediáticos limitan la capacidad de los periodistas
para investigar y difundir información sin temor a represalias.
Según informes de
organizaciones internacionales como Reporteros
Sin Fronteras (RSF), la libertad de prensa en América Latina enfrenta amenazas
tanto de los gobiernos como de actores externos, incluidos el crimen organizado
y las empresas. En este contexto, muchos periodistas y medios de comunicación
se ven obligados a autocensurarse para evitar represalias.
En el Perú, la libertad
de prensa ha sido una de las luchas más arduas desde la época del militarismo
de los 50, 70 y del fujimorismo en los años 90, cuando el control del Estado
sobre los medios fue una herramienta del gobierno para perpetuarse en el poder.
Durante estos períodos, el control político sobre los medios de comunicación,
la persecución a periodistas y la autocensura fueron prácticas comunes. Aunque
la democracia ha vuelto al país desde el 2000, la libertad de prensa sigue
siendo un tema delicado.
La corrupción sigue
siendo otro factor que afecta gravemente la libertad de prensa. Los periodistas
que denuncian actos de corrupción suelen enfrentar intimidación, amenazas e
incluso violencia. El asesinato de periodistas en países como México y Honduras
demuestra la gravedad de esta amenaza, aunque en el Perú los casos son más
esporádicos y se encuentran focalizados en procesos judiciales entablados por
autoridades que hacen uso de su poder político para utilizar la legislación y
así someter a los periodistas que publican denuncias de corrupción de quienes
ejercen el poder político.
La cultura de impunidad
sigue existiendo, lo que refuerza el miedo entre los comunicadores.
En cuanto a las
perspectivas a futuro, la situación de la libertad de prensa en América Latina
dependerá en gran medida de la evolución de las democracias en la región y de
la presión internacional para que los gobiernos garanticen los derechos
fundamentales de los periodistas. En el Perú, la participación activa de la
sociedad civil y la mejora en la educación mediática son elementos clave para
fortalecer la libertad de expresión.
La libertad de prensa en
el Perú y América Latina ha recorrido un largo camino desde los tiempos de las
dictaduras y la censura, pero los desafíos continúan. Las amenazas de censura,
violencia y concentración mediática siguen siendo problemas comunes en la
región, lo que pone en peligro la democracia y el derecho de los ciudadanos a
una información libre y veraz.
En este contexto, es
esencial fortalecer las instituciones que protegen la libertad de prensa,
garantizar la independencia de los medios y promover una cultura de respeto
hacia el trabajo periodístico. Solo a través de la protección efectiva de la
libertad de prensa, los países latinoamericanos podrán avanzar hacia sociedades
más democráticas, inclusivas y transparentes.
“No hay democracia sin
Libertad de Prensa y Libertad de Expresión” estos dos juntos e indivisibles son
los principales pilares que la sostienen.
La idea de
"democracia de ciudadanos" trasciende el concepto de participación electoral
y enfatiza un compromiso constante con los asuntos públicos, es también
garantizar el acceso a justicia para todos, con especial atención a grupos
vulnerables. Este enfoque no solo fortalecerá las instituciones democráticas,
sino que también podrá generar liderazgos más auténticos y comprometidos con el
bienestar colectivo.
El desafío, sin embargo,
es establecer mecanismos efectivos que permitan y alienten esta participación
en sociedades con altos niveles de desigualdad y apatía política.
La visión del nuevo
Estado dentro del enfoque de Haya de la Torre es el núcleo del libro. Con su
carácter antimperialista, humanista y cooperativista, el modelo que plantea
Terrones se presenta como una alternativa al neoliberalismo globalizado. Una
fortaleza de esta propuesta es su capacidad de integrar principios universales
de justicia social con características adaptadas al contexto latinoamericano.
Sin embargo, esta
ambiciosa propuesta se enfrentará a importantes retos. Por ejemplo, la
dependencia económica y política de los países latinoamericanos hacia potencias
extranjeras, limita significativamente la implementación de un modelo realmente
autónomo. Además, el autor ha explorado más cómo este nuevo Estado debe
equilibrar la participación popular con las demandas de eficiencia y gobernanza
efectiva.
Terrones enfatiza la
educación como un eje central del cambio, lo cual es coherente con las demandas
actuales de una población más capacitada y crítica. Asimismo, la promoción de
la justicia social resuena en un continente donde la desigualdad sigue siendo
uno de los principales retos. Estas prioridades son no solo relevantes sino
esenciales para que el Estado pueda ser visto como un verdadero garante del
bienestar colectivo.
Terrones aborda la
globalización desde una perspectiva ambivalente, reconociendo tanto sus riesgos
como sus oportunidades. La propuesta de enfrentar este fenómeno con un
"rostro humano" es particularmente atractiva, ya que enfatiza la
necesidad de proteger las identidades culturales y los derechos sociales frente
a un modelo económico que suele priorizar el beneficio financiero sobre el
bienestar social.
El desafío principal
aquí, es equilibrar la necesidad de integrarse en un mundo globalizado con la
protección de los intereses nacionales. Los tratados de libre comercio, las
inversiones extranjeras y las dinámicas tecnológicas son elementos clave que
requieren una negociación cuidadosa y estratégica.
La necesidad de
integrarse en un mundo globalizado con la protección de los intereses
nacionales es encontrar un punto medio entre la cooperación internacional y la
preservación de la soberanía y los valores locales. Algunos de estos desafíos
incluyen:
Soberanía nacional vs.
cooperación internacional, la globalización a menudo implica la participación
en acuerdos y organizaciones internacionales que pueden limitar la capacidad de
un país para tomar decisiones unilaterales. Las naciones deben encontrar formas
de equilibrar su deseo de mantener el control sobre sus políticas internas con
las demandas de cooperación y alineación con estándares globales.
La globalización puede
generar oportunidades, pero también puede aumentar las desigualdades
económicas, tanto dentro de los países como entre ellos. Las naciones pueden
sentirse presionadas a abrir sus mercados y seguir políticas internacionales,
pero esto podría afectar negativamente a ciertos sectores de su economía o a
segmentos vulnerables de su población.
La globalización crea una
interdependencia económica entre los países, pero también genera competencia.
Los países deben asegurarse que su participación en mercados globales no los
haga vulnerables a las fluctuaciones del mercado global o a la explotación por
parte de actores más poderosos.
A medida que los países
se integran más con el resto del mundo, también deben gestionar los riesgos
asociados con la ciberseguridad, la protección de infraestructura crítica y los
flujos migratorios. Encontrar un equilibrio entre los beneficios de la
integración global y la protección de la seguridad nacional es esencial.
En resumen, los países
deben encontrar un equilibrio entre proteger sus intereses nacionales, como la
soberanía, la seguridad económica y cultural, y las demandas de una comunidad
global interconectada que promueve la cooperación, el comercio y el entendimiento
mutuo.
El escritor reconoce la
revolución tecnológica como una de las principales fuerzas transformadoras del
siglo XXI. Aunque menciona la necesidad de aprovechar estas herramientas para
reducir las desigualdades, un análisis más profundo sobre cómo el Estado debe
garantizar un acceso equitativo a estas tecnologías.
Finalmente, el libro de
Eudoro Terrones no es solo un análisis teórico, sino también un llamado a la
acción para reconfigurar las bases del Estado en América Latina. Su propuesta
de un nuevo Estado aprista representa un marco esperanzador para abordar los
desafíos contemporáneos. No obstante, las barreras estructurales y culturales
subyacentes en muchos países de la región no deben subestimarse.
En última instancia,
"Aprismo y Nuevo Estado para la gran transformación en el Siglo XXI"
es una obra imprescindible para quienes buscan repensar el rol del Estado como
agente de cambio social.
Sus ideas, aunque esperanzadas, ofrecen un punto de partida invaluable para debatir sobre el futuro de las democracias latinoamericanas. SASAP