PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA BIOÉTICA
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
El
profesor universitario estadounidense, James Franklin Childress, y el filósofo
estadounidense, Tom L. Beauchamp establecieron en 1979 la definición de cuatro principios fundamentales que sientan las bases de la
bioética: principio de autonomía, principio de no maleficencia, principio de
beneficencia y principio de justicia.
Expliquemos
a continuación cada uno de los referidos principios bioéticos.
PRINCIPIO DE AUTONOMÍA
El principio de autonomía
consiste en la capacidad del ser vivo de establecer sus propias reglas o normas
sin que influyan en su elección y decisión las presiones, limitaciones o
interferencias externas.
Este principio es de carácter imperativo y debe ser respetado como norma
siempre que el individuo no tenga limitada su autonomía a causa de problemas
de salud.
En medicina, se denomina consentimiento
informado y constituye un derecho fundamental del paciente sea adulto
o niño (a través de sus progenitores o tutores legales) y es un deber del
médico.
La actuación de las personas con autonomía implica responsabilidad en la toma de
sus decisiones, preferencias y acciones y es un derecho
irrenunciable, aún en la enfermedad.
Las acciones sólo son autónomas cuando hay intencionalidad, conocimiento
(es imprescindible), ausencia de control externo (no tienen que haber
presiones) y autenticidad (coherencia con el sistema de valores y actitudes
habituales de la persona)[1]
Según este principio el paciente tiene libertad de decisión o capacidad
de autodeterminación sobre su vida.
“Este principio
será susceptible de no ser aplicado cuando se produzcan situaciones en que la
persona no pueda ser 100% autónoma o tenga autonomía reducida (p. ej., estado vegetativo o daño
cerebral)”[2].
PRINCIPIO DE BENEFICENCIA
El principio de beneficencia
consiste en “hacer lo mejor para el paciente” o “hacer el bien al paciente”. Es
la obligación de tomar en cuenta el mayor beneficio del paciente antes de actuar, dejando
de lado los prejuicios y las opiniones personales para enfocarse en los
intereses y necesidades del paciente, a fin de que el paciente pueda decidir
qué le conviene.
Según este principio no se puede hacer el bien en contra de la voluntad
de las personas.
En virtud del principio de beneficencia el médico tiene el deber de
actuar siempre en beneficio de las demás personas, en función del interés de
bienestar del paciente, protegiendo
y no ocasionando perjuicio o daño alguno. Es decir "todo para el paciente, pero sin contar con la opinión de
él".
Para aplicar este principio es necesario cumplir con las normas o reglas
siguientes:
1.
Proteger y
defender los derechos de otros.
2.
Prevenir
que suceda algún daño a otros.
3.
Suprimir
las condiciones que puedan producir perjuicio a otros.
4.
Ayudar a
las personas con discapacidades.
5.
Rescatar a
las personas en peligro.
PRINCIPIO DE NO MALEFICENCIA
El principio de no maleficencia
consiste en “evitar el mal al paciente”, el médico debe evitar o abstenerse de
realizar intencionalmente cualquier acto que pueda causar perjuicio, daño,
dolor, sufrimiento, incapacidad a las demás personas. Evitar acciones
malintencionadas o que perjudiquen innecesariamente a otros.
Según este principio prevalece el “beneficio sobre el prejuicio”, «No
dañar a nadie de forma innecesaria». Y aunque el paciente lo pida, el médico no se le puede hacer el mal.
Este principio tiene dos
dimensiones: “no hacer daño a nadie” (dimensión negativa) y “procurar
positivamente que la vida biológica de todos los hombres sea tratada con igual
consideración y respeto” (dimensión positiva).
“Las implicaciones médicas del principio de no maleficencia son varias:
tener una formación teórica y práctica rigurosa y actualizada permanentemente
para dedicarse al ejercicio profesional, investigar sobre tratamientos,
procedimientos o terapias nuevas, para mejorar los ya existentes con objeto de
que sean menos dolorosos y lesivos para los pacientes; avanzar en el
tratamiento del dolor; evitar la medicina defensiva y, con ello, la
multiplicación de procedimientos y/o tratamientos innecesarios”[3].
Para aplicar este principio es necesario cumplir con las normas o reglas
siguientes:
1.
No matarás.
2.
No causarás
dolor o no harás sufrir a otros.
3.
No
incapacitarás a otros.
4.
No
ofenderás.
5.
No privarás
a los demás de los bienes de la vida.
PRINCIPIO DE JUSTICIA
Según el principio bioético de justicia cada individuo debe ser tratado
como un igual, sin que se interpongan prejuicios con respecto a sus diferencias
físicas, sociales, culturales, económicas, ideologías, etnia, situación
económica, género, orientación sexual, entre otros. Y que conlleve a poner fin
la desigualdad, la discriminación, la repartición injusta de bienes y el odio a
las personas.
Este principio de justicia distributiva garantiza la equidad entre costo, beneficio y riesgo, dando a cada persona lo que le es debido
y según sus necesidades.
Cabe anotar que los principios de la bioética entran en revisión,
discusión, debate y reajuste conforme avanza la ciencia y la tecnología.
Para aplicar este principio es necesario cumplir con las normas o reglas
siguientes:
1.
A cada
persona una parte igual.
2.
A cada
persona de acuerdo con la necesidad.
3.
A cada
persona de acuerdo con el esfuerzo.
4.
A cada
persona de acuerdo con la contribución.
5.
A cada
persona de acuerdo con el mérito.
6.
A cada
persona de acuerdo con los intercambios del libre mercado.