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15 de octubre de 2020

APRA RUMBO A PALACIO DE GOBIERNO 2021-2025 (1) EL NUEVO ESTADO DE PARTICIPACIÓN Y EL APRA

APRA RUMBO A PALACIO DE GOBIERNO 2021-2025 (1)


EL NUEVO ESTADO DE PARTICIPACIÓN 

Y EL APRA

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete

 


INTRODUCCIÓN

El Apra, -Alianza Popular Revolucionaria Americana-, es el primer partido político de Perú, con proyección latinoamericana, que nace con filosofía, doctrina, ideología, principios y valores éticos, planes y programas de gobierno, para realizar la Gran Transformación de los pueblos, sobre la base del pensamiento de su fundador, Víctor Raúl Haya de la Torre.

El Aprismo surgió como necesidad de encarar con realismo y cientificismo los antiguos y nuevos problemas sociales, políticos, económicos, educativos, culturales, turísticos y ecológicos de los pueblos. Surgió tras buscar, investigar y descubrir la realidad de Perú y de los demás países de América Latina, captarla en datos y cifras estadísticas concretas y jamás inventarla.

El Aprismo nació con ideas propias, después de un amplio análisis y debate en las bases partidarias de provincias sobre sus necesidades, problemas y aspiraciones, los mismos que fueron ratificados por sendas convenciones para luego ser aprobados en un congreso nacional en Lima.

Cuando a fines de 1924 se enuncia el Programa del APRA, se presenta todo un plan revolucionario de acción política, de llamamiento a todas las fuerzas dispersas para unirse en el gran Frente Único de Clases Explotadas o Frente Único de Trabajadores Manuales e Intelectuales,  frente único de ofensiva y defensa contra el peligro común de la conquista que significaba el feudalismo, la oligarquía y el militarismo en el orden interno y el imperialismo en el campo externo,

Así llegó a surgir el Programa Máximo y el Programa Mínimo del APRA, los mismos que fueron expuestos al país en 1931 por Víctor Raúl Haya de la Torre, entonces candidato a la presidencia de la República.

Resulta que el primer programa de gobierno científico en el Perú fue elaborado por el Aprismo en 1931, con la participación libre, consciente, voluntaria y responsable de los militantes, dirigentes, profesionales y técnicos del Partido Aprista, en su primer gran intento histórico de transformar el país y de construir los cimientos de una sociedad mejor para acabar con el empirismo gubernamental, las desigualdades, la pobreza, las dictaduras, y las injusticias, para unir económica y políticamente a los países indoamericanos y constituir un nuevo Estado Antimperialista, Estado Docente, Estado de Frente Único de Clases Explotadas, Estado de Participación y Estado Moralizador.

“Debemos aplicar la realidad a los libros y no los libros a la realidad” era uno de los apotegmas de lucha científica que voceaba por doquier Haya de la Torre, en franca respuesta a los intelectualoides, a los revolucionarios de boquilla, a los comunistas criollos y a todo cuanto colono mental europeo encontraba en su camino que predicaba la liberación de América recitando al pie de la letra las obras de Marx, Engels, Lenin, Stalin, Mao Tse Tung y de Adolfo Hitler.

 

EL NUEVO ESTADO DE PARTICIPACIÓN

El nuevo Estado de Participación se enuncia oficialmente en el Programa aprista de 1931, que es el primer programa de gobierno aprobado en Lima durante el I Congreso Nacional del Partido Aprista Peruano realizado en los meses de agosto y setiembre de 1931.

El 9 de octubre de 1931, el candidato a la presidencia de la República Víctor Raúl Haya de la Torre recibe del Comité Ejecutivo Nacional del PAP el programa de gobierno, ante una asamblea de más de ochenta mil apristas reunidos en la Plaza San Martín de Lima.

Fue la primera vez en el Perú que un candidato a la presidencia de la República acepta el programa preparado por la dirigencia y militancia de su partido para ser expuesto y explicado en la gira electoral por las regiones de Costa, Sierra y Selva del país.

En aquella fecha, Haya de la Torre manifestó: “Nosotros los apristas propiciamos un nuevo tipo de Estado, basado no en el ciudadano como cantidad sino en el ciudadano como calidad. Por eso nuestro Estado tenderá a ser un Estado de Participación de todos aquellos que en una forma o en otra contribuyan con trabajo a la formación de la riqueza nacional. Queremos un Estado en el cual cada hombre participe, sin abandonar su función vital de trabajador…”

Desde entonces el Aprismo postula, defiende y promueve un nuevo Estado de Participación del hombre como trabajador manual o trabajador intelectual capacitado, cualificado, que contribuye en la creación, producción, distribución y usufructo de la riqueza nacional, sin excluir de sus rangos a nadie que esté listo al servicio sacrificado y altruista del país.  Precisaba Haya de la Torre: “Sólo no caben en él los egoísmos y los traficantes, los fariseos de la democracia y los sórdidos servidores del despotismo y de la injusticia”.

La participación en el nuevo Estado Aprista no es exclusiva de una sola clase (la capitalista) ni excluyente de las otras (obreros, campesinos, clase media, etc.), toda vez que compromete la participación de todas las clases sociales  (policlasismo), en la decisión, gestión y conducción del Estado.

El nuevo Estado de Participación adviene en un Estado de mayorías y de minorías participantes, dentro de un régimen político democrático-participativo e incluyente socialmente.

Los ciudadanos permanecen en diálogo constructivo, en consulta permanente con el gobierno, como protagonistas históricos y constructores de su propio destino, los mismos que en igualdad de deberes y de derechos serían favorecidos por las políticas de reformas o de cambios estructurales.

El nuevo Estado de Participación asume nuevas funciones de coordinación y de promoción de la participación ciudadana con mano de obra calificada, de las organizaciones sociales de base, de los partidos políticos, sindicatos, de la sociedad en su conjunto y en concordancia con los grandes objetivos de crecimiento, de desarrollo y de transformación nacionales.

Y para que la participación organizada de la población surta los efectos deseados, señalaba Haya de la Torre: “La participación tiene que estar ligada a los grandes objetivos de crecimiento, desarrollo y progreso del país. Además tiene que ser libre, voluntaria, consciente, horizontal, disciplinada, concertada, mutuocrítica, técnica, planificada y sin intermediarios ni mecanismos de manipulación social”.

Cerramos el artículo, sin agotar el asunto, con las palabras de Aristóteles: “El
Estado fue formado para hacer la vida posible y sólo puede existir para hacer la vida buena”.

Y para que la vida en el Perú sea posible y buena, el Partido Aprista Peruano en cuanto sea gobierno el 2021-2025 o en los próximos  períodos deberá poner en marcha el nuevo Estado de Participación con una política científica, política de diálogo y de concertación social, política realista, responsable, perfectible y transparente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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