Artículos periodísticos y de investigación

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26 de octubre de 2020

PERÚ: HACIA UNA POLÍTICA ECONÓMICA ORIENTADA POR LA ÉTICA

PERÚ: 

HACIA UNA POLÍTICA ECONÓMICA 

ORIENTADA POR LA ÉTICA


Escribe: 

Dr. Eudoro Terrones Negrete


DESCRIPCIÓN DEL PERÚ

El Perú, situado en América del Sur,  tiene una población estimada de más de 32 millones de habitantes en una extensión territorial de 1´285,215.60 kilómetros cuadrados. Su población es relativamente joven, cuatro de cada diez son menores de 17 años. La esperanza de vida de sus habitantes es de 71,7 años para hombres y 76,9 para mujeres. Cerca del 80% de sus habitantes profesan la religión católica.

Cuenta con una cultura precolombina más rica de América, tres regiones naturales (Costa, Sierra y Selva), geografía difícil y heterogénea, climas benignos, variada riqueza natural y gastronómica. Desarrolla actividades forestales, agrícolas, pesqueras, arqueológicas, turísticas, mineras y de manufactura de productos textiles.

El Perú es un país agro-minero, exportador de materias primas,  multiétnico, plurilingüe, multicultural, en el que conviven todas las etapas del desarrollo económico y social del mundo, con un Índice de Desarrollo Humano medio.

El Perú es un país de megadiversidad, posee variedad de ecosistemas, de flora y de fauna, históricas tradiciones, usos, costumbres y formas de vida.

 

CRISIS Y PROBLEMAS

Actualmente la sociedad peruana atraviesa por una crisis estructural en sus dimensiones comunicativa, social, sanitaria, política, económica, educativa, cultural, jurídica y moral.

Hay una brecha social entre ricos y pobres, los bienes materiales  y económicos están concentrados en pocas manos: hay más personas que tienen poco y casi nada de poder y pocas personas que tienen mucho poder en lo jurídico, político, económico, financiero y comunicacional. Hay deficiente e inequitativa explotación  de los recursos naturales e injusta distribución de la riqueza nacional. Hay concentración de medios de comunicación en pocas manos (periódicos, radioemisoras y canales de televisión) que mantienen baja credibilidad y poco contribuyen con la educación de la población.

El Perú es un país permisivo de antivalores. En el país ocurren casos de corrupción impunes y con millones de soles de pérdida para el Estado;  el enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo y Legislativo y la clase política, el abuso con la prisión preventiva, la criminalización de la política y la politización de la justicia, la explotación del hombre por el hombre y del hombre por el Estado, dos intentos truncos de vacancia por incapacidad moral del Presidente Martín Vizcarra, etc., que generan un nebuloso clima de incertidumbre, relativa inestabilidad política e inseguridad jurídica y que bloquean toda posibilidad de captar nuevas y mayores inversiones de capital nacional y extranjero que tanto necesita el país para crecer y desarrollarse.

En Perú, como producto de la competencia sin fronteras dentro de un libre mercado, donde hay de todo y para todos, se producen actos de corrupción en sus modalidades de doble facturación, exageración de las bondades del producto o bien, pago disminuido de impuestos, subvaluación, sobrefacturación, pago de coimas para la obtención de licencias y contratos de proyectos de obras públicas, manipulación contable, desnivel excesivo de salarios y sueldos en la administración del Estado, prácticas deshonestas para evitar que una empresa sea comprada por otra, aprobación de contratos con ventajas y beneficios a empresas corruptas, entre otros.

En el Perú persisten problemas que preocupan mucho a la población y que requieren de solución: la crisis integral, el desempleo masivo, la pobreza crítica y extrema, el periodismo sensacionalista, la crisis de credibilidad mediática, la demagogia, el populismo, el nepotismo, el burocratismo, el autocratismo, la cleptocracia, el transfuguismo político, el exceso de publicidad del Estado en los medios, los monopolios y oligopolios, la especulación financiera, las interferencias de líneas telefónicas,  la violencia contra la mujer, la crisis sanitaria letal producida por el Coronavirus, entre otros.

Creo interpretar que frente a estos problemas la mayoría de la población demanda y exige una nueva hornada de congresistas, ministros, gobernadores regionales, alcaldes y líderes políticos que tengan más cerebro que sentimiento e hígado, más mística y espíritu de servicio al bien común, más conducta incorruptible y transparente, más conciencia integracionista, más sensibilidad y solidaridad social, más sólidos principios y valores éticos, más responsabilidad social, jurídica y ética y que dominen el pensamiento racional-crítico, el pensamiento dialéctico y el pensamiento estratégico en procura de soluciones oportunas para los problemas del país.

 

POLÍTICA ECONÓMICA Y ÉTICA

Dentro de este contexto social, político y jurídico considero que el Perú necesita en líneas generales una POLÍTICA ECONÓMICA ORIENTADA POR LA ÉTICA con el fin de superar la paradoja de la pobreza en medio de la riqueza.

Concuerdo plenamente con las expresiones de Bernardo Kliksberg, cuando en su obra  “Más ética, más desarrollo” señala que hay tres cosas que deben ser superadas en la aplicación de políticas sociales: a) el reduccionismo economicista, para construir políticas socioeconómicas, b) el asistencialismo, para concebir una política social que genere realmente oportunidades, y c) su verticalidad, para dar paso a la participación y a las relaciones horizontales entre todos los sectores de la sociedad”.

El Perú puede cambiar, debe cambiar, contribuyamos al cambio y esperemos el cambio a partir del 28 de julio de 2021 al cumplirse el Bicentenario de la Independencia del Perú.

Todo dependerá del adecuado uso del voto que los ciudadanos hagan en las elecciones del 11 de abril de 2021, eligiendo al mejor partido político, a la mejor plancha presidencial y a los mejores congresistas que sean capaces de dar solución a los problemas del país. Esperemos que así sea en aras del bien común y del futuro del Perú.


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