Artículos periodísticos y de investigación

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1 de febrero de 2023

La muerte como problema existencial del hombre (II)

 LA MUERTE COMO PROBLEMA EXISTENCIAL DEL HOMBRE

Escribe: Dr. Eudoro Terrones Negrete


II.             CARACTERIZACIÓN DE LA MUERTE

La muerte es el mayor de todos los males y como mal mayor o supremo mantiene un proceso inevitable, irreversible, irreparable e insuperable.

La muerte se produce en un solo instante; en cambio, el proceso de morir podría ser doloroso, duradero, extenso y generar sufrimiento.

La muerte se caracteriza también por ser un hecho objetivo en el mundo real; es personal, inimitable, dolorosa, impredecible, comprobable por medio de procedimientos apropiados, universal en su alcance e irrebasable. “La muerte es también irrebasable porque constituye la posibilidad extrema de la existencia que se aniquila a sí misma” precisa Mijail Málishev.

A su vez, escribe Jankélévitch, ‘‘se trata de mí, es a mí a quien la muerte llama personalmente por mi nombre, a mí a quien señala con el dedo y de quien tira de la manga, sin darme la oportunidad de hacer pasar delante el vecino; no queda escapatoria, se me han agotado los plazos; el aplazamiento para más tarde, lo mismo que las coartadas y las postergaciones son ahora imposibles por más empeño que ponga el hombre concernido; la tercera persona ya no puede servirme de pretexto’’[1]

La propia muerte no puede ser vivida, pues según afirma Epicuro “cuando existimos, la muerte no existe y cuando está la muerte no existimos”.

La muerte es una coordenada del proceso existencial del ser humano, es un fenómeno bio-fisiológico y una situación-límite de la vida humana, que responde a determinas causas y produce serias consecuencias. El conocimiento que adquirimos  sobre la muerte se incorpora al bagaje cultural de nuestro mundo subjetivo.

La muerte es un fenómeno ligado a la naturaleza humana, es un fenómeno que reviste las características de ser enigmático, omipresente y ecuménico. “La muerte es un acontecimiento omnipresente y ecuménico porque llega a todos, sin importar rango o lugar, y nadie podría escaparse de sus tentáculos” subraya Mijail Málishev.

La muerte se caracteriza, además, por ser un hecho extraordinario, inesperado, inimaginable, lamentable, inadjudicable, intransferible, inescapable, inajenable, indeseable y amarga. “La propia muerte es inimaginable. En cualquier intento de imaginarla podemos darnos cuenta de que uno permanece presente como el observador” precisa Sigmund Freud.

La muerte es la cárcel eterna del hombre, es el fin del ciclo de la vida humana, llega siempre en el momento menos esperado y abre las puertas del recuerdo imperecedero.



[1] Jankélévitch, V. (2002:35). La muerte. Pre-textos, Valencia. 

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