Artículos periodísticos y de investigación

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20 de abril de 2016

Libro: EL APRISMO SEGÚN HAYA DE LA TORRE

XIV

EL APRISMO ES UN PARTIDO DE IZQUIERDA DEMOCRATICA Y FUNCIONAL

Yo he dicho ya en el Norte y lo repito ahora, el Aprismo constituye la vanguardia del pueblo democrático. Somos sus servidores más conscientes y responsables y por lo menos más experimentados en la lucha política. (92)

El Aprismo es un Partido Democrático de Izquierda.(93)

El Aprismo es democrático pero con un criterio cualitativo económico y por eso, aceptando la gran inspiración libertaria de la Democracia, preconiza una Democracia Funcional, Económica y Social, de tipo nuevo y característicamente indoamericana, ya que considera que el gran error histórico de los hombres de la Independencia fue pretender trasplantar sin discriminación una Democracia francesa e inglesa puramente política a la realidad feudal de nuestros siglos. (94)

Es evidente que si la Democracia es la norma de vida política de nuestros pueblos hay que apoyar en ella todos nuestros programas y doctrinas, todos nuestros ideales y procedimientos, y para lograrlo, hay que mantener siempre la vigencia de la soberanía popular como base de todas las demás soberanías. (95)

El Aprismo considera a la Democracia como una función tanto política como social. Vale decir, otorga a la concepción democrática un contenido funcional... De aquí que el Aprismo considere que en un país como el nuestro una verdadera Democracia, cuyo objetivo sea lograr la justicia con libertad, es inseparable de una concepción política estrechamente vinculada a su economía. Y esta es, a su vez, indesligable de las funciones que integran el proceso del desenvolvimiento social de un pueblo. (96)

Democracia Funcional fue el enunciado nuestro de 1931; Democracia Funcional que supone que los trabajadores manuales e intelectuales forman parte de la dirección de la vida del Estado, se incorporan a la vida cívica del país, se hacen copartícipes del destino de la Nación y contribuyen así a precisar, con su cooperación no solamente política sino también social, el nuevo sentido de la Democracia Revolucionaria que debe afirmarse en la Justicia Social. Porque hemos sobrepasado ya la Democracia puramente política es que expresamos este concepto aprista de la Democracia Integral, política y económica que proclama con la libertad el derecho al pan y con el pan el derecho a la libertad. (97)

¡Y hay que ser demócratas!. Y obedecer a las leyes de la Democracia. Pero hay que exigir a los otros que las obedezcan también y las respeten. Que no seamos sólo nosotros los que nos sacrifiquemos en nuestros derechos y expectativas, sino que sean también ellos. Y entonces todos juntos marcharemos a construir y a crear una Democracia de verdad. (98)


XV

EL APRISMO ES UN PARTIDO DESCENTRALISTA Y REGIONALISTA
Nosotros hemos creído y creemos que al fin debe descentralizarse el Perú, y que los departamentos que producen más, deben recibir más de las rentas que producen, porque ellos son el resultado y la proyección del trabajo de sus hijos. (99)

Conviene advertir que los apristas peruanos somos regionalistas y anticentralistas como somos nacionalistas y democráticos: no sólo política sino económicamente. La región económica, que en una demarcación política más científica debe modificar nuestra retrasada división territorial, determinará las formas de aplicación de los principios fundamentales de reorganización económica. (1OO)

Consecuencia fundamental también de nuestro concepto económico de la política es lo que nosotros llamamos el regionalismo económico. Nosotros consideramos que es precisa la investigación previa de la realidad nacional, de la apreciación geográfico-económica de la región. Sobre la región económica hay que erigir la región política. Este regionalismo económico envuelve, pues, el llamado descentralismo, es decir lo implica, lo impone, va más allá que él porque lo garantiza mejor y no lo presenta como un fin, siendo el descentralismo en sí un medio. De modo, pues, que la región económica es nuestra forma de acción descentralista, y dicho sea de paso, el Aprismo que ha sido desde su fundación descentralista, es y será descentralista. (1O1)

El regionalismo económico hará la delimitación política de las regiones de acuerdo con sus zonas de producción de riqueza. Sobre el regionalismo económico se establecerá el regionalismo político sin perder las líneas de la unidad nacional y sin perder la cohesión armónica de las regiones con el Estado central. Nosotros sostenemos que en todos los órdenes de la administración debe primar el concepto económico de la región, a fin de dar independencia económica, en cuanto se pueda, a cada región y sobre esa base erigir nuestra administración y política educacionales. Una demarcación política del país tendrá que hacerse alguna vez. Sobre esta base del regionalismo económico tendremos nosotros que erigir nuestro sistema educacional. (102).

El regionalismo tiene aún un sentido económico más profundo. Supone región, medio, realidad y supone gobierno apropiado ( rexis etimológico, regirum, gobierno, gobierno en alemán) de acuerdo con ese medio, con esa realidad. El regionalismo corresponde, pues, al problema de las intensidades y en países en que los hay varios es imprescindible para la organización del Estado y del Gobierno. (103)


XVI

EL APRISMO ES UN PARTIDO ANTITOTALITARIO

Nosotros no hemos convivido nunca con ninguna tiranía, nuestro Partido está libre de ese baldón. Nosotros hemos aceptado que quienes abusaron del poder y después lejos de él o en períodos sucesivos se arrepintieron de sus desmanes, nos tendieran la mano y nos prometieran cooperar, pero nosotros no hemos convivido con ningún sistema antidemocrático, con ningún sistema oligárquico ni con ningún sistema de opresión o de explotación del pueblo. (104)

No tenemos la mentalidad asiática de los pueblos que creen que se puede comer el pan de rodillas. A nosotros la historia nos enseña otra cosa, y el espectáculo abominable de nuestras tiranías nos enseñó que ninguna tiranía es buena... Como no podemos hacer dictadura tenemos que permitir que el hombre trabaje en cualquier plano de su actividad, que la libre iniciativa no se sacrifique ni se pierda, y, por ende, que dentro de nuestro sentido democrático el Capital, el Trabajo y el Estado tengan un sitio.(105)

Nosotros no hemos querido hacer del Partido un rebaño. Que la personalidad de cada cual desarrolle por las vertientes de la cultura, donde cada uno llegue a donde pueda. (106)

Nada tenemos que ver con los totalitarismos europeos. Contrariamente, nosotros tenemos que luchar por la defensa y el mantenimiento de la libertad. (107)

Nosotros necesitamos ante todo mantener un régimen en el cual se pueden emitir todas las opiniones y se mantenga firme la organización sindical y la organización cultural. Nosotros necesitamos no permitir más, que la fuerza, el abuso o el atropello suplanten la constitucionalidad y la institucionalidad de la democracia. (108)

Los latinoamericanos no hemos aceptado nunca perder el derecho a nuestra libertad. Nosotros no podemos renunciar a nuestra libertad. Toda nuestra lucha ha sido una lucha contra las tiranías, contra los dictadores, que siempre ofrecen muchas cosas al comienzo y terminan enriqueciendo a sus conmilitones. (109)

No queremos más gobernantes providenciales, cuyos actos están regidos por las alteraciones de su vesícula biliar. Queremos gobernantes sujetos a las leyes que juren y cumplan lo que juran. (110).

XVII

EL APRISMO ES EL PARTIDO DE LA JUVENTUD

Fuerza renovadora, fuerza izquierdista, el Aprismo une a su claro sentido de la realidad, el inestimable valor de un empuje juvenil que moraliza y renueva. (111)

La juventud está con nosotros, más aún, nuestro Partido es el Partido de la Juventud. Ella no puede votar en gran parte, pero, dolida de la situación del país, rebelde contra sus opresores, se mantiene como la más segura esperanza del Partido. (112)

Libre de todo prejuicio provincialista y atento a la verdad, debo decir que corresponde a la juventud del Perú el derecho de la vanguardia en este gran movimiento glorioso de los hombres nuevos de América Latina. Creo que muchas otras juventudes han sufrido tanto o más que la peruana los efectos de las tiranías reaccionarias que oprimen a nuestros pueblos con la complicidad, ayuda y protección del imperialismo yanqui, pero creo que la juventud del Perú ha sido la primera que ha convertido su dolor en rebeldía concreta, en enérgico impulso de acción eficaz, en esfuerzo preciso por señalar realísticamente el momento histórico de América Latina y «fecundar los vagos anhelos» acometiendo la obra de organizar las fuerzas dispersas, concretar la ideología imprecisa y disciplinar las energías anárquicas en un impulso eficiente. (113)

Nuestra base es la juventud. Juventud obrera, intelectual, campesina, indígena, toda junta. (114)

El Aprismo ha logrado despertar fe en el futuro nacional a todos los jóvenes, justamente desconcertados por el espectáculo de nuestra realidad. Nuestra admonición constante, nuestra fe política ha sido bastante poderosa para aunar en nuestras filas a muchos excelentes colaboradores de la obra que el Aprismo realizará en el Perú. (115)

Nuestro Partido representa ahora, la fuerza nueva a la que le estaba reservada la victoria. Tengamos fe y trabajemos. La nueva generación peruana, que es nueva por la juventud del brazo y del cerebro que la forma, cumplirá la gran tarea. (116)

Y, como el tiempo pasa y como las generaciones cumplen las leyes de la naturaleza, no me queda otra esperanza que decirle a la juventud de hoy, a los que serán los dueños del mañana, que a ellos les toca la tarea de cumplir, realizar y completar, lo que nosotros comenzamos, a lo que fue en nosotros sueño, esperanza, ilusión, señuelo. Porque nosotros necesitamos una nueva juventud, no una juventud que se pierda en la falsa palabrería seudorrevolucionaria que nos traen los folletos importados de Rusia o de China; ¡no!. Sino una nueva juventud que descubra el drama de nuestra recóndita realidad peruana y americana, y que diga, como seguramente pensaron los padres de la civilización andina: Vamos a hacer un mundo nuevo en esta tierra abrupta y reacia que nos desafía y a cuyo reto debemos responder. (117)


XVIII

EL APRISMO ES UN PARTIDO DIALECTICO Y ANTIDOGMATICO

Los apristas son marxistas desde el punto de vista filosófico dialéctico, pero marxistamente rechazan el marxismo como dogma. (118)

Desde el ángulo filosófico el Aprismo está con la dialéctica marxista o hegeliana e interpreta el principio de la «negación de la negación», de Hegel y Marx, aplicándolo también al marxismo como Marx aplicó el hegelianismo. Con la dialéctica de Hegel, Marx negó el hegelianismo y al negarlo afirmó la continuidad del sistema filosófico de aquél. Los apristas aplican el principio de la negación de la dialéctica hegeliana adoptada por Marx a Marx mismo y sostiene que para mantener la perennidad del marxismo hay que negarlos en todo aquello que determine la realidad histórica de la América Latina como imperativo.

¿Son y no son marxistas los apristas?. El profundo principio de Hegel, fundamento dialéctico de Marx, - oposición de contrarios entre el ser y el no ser, tesis y antítesis, cuya síntesis es el devenir -, parece aplicarse en la esencia de la oposición aprista. Por eso, los apristas son filosóficamente marxistas, vale decir dialécticamente hegelianos, pero superan al marxismo negándolo y continuándolo al mismo tiempo, sin aceptarlo como dogma inmóvil, como ortodoxia congelada. (119)

El Aprismo, desde su enunciación hace 30 años, declaró su negación del marxismo dogmático, ortodoxo, inconmovible. Y afirmó nítida y reiteradamente que adoptaba la dialéctica marxista como un hilo de Ariadna en el laberinto de teorías contradictorias y confusionistas que pululaban desde Europa. Hilo pero no brida, andadera pero no traba, el marxismo fue adoptado por nosotros en su móvil elasticidad filosófica, como una doctrina que - al igual que todo en la naturaleza y en la historia - debe ser negado y superado por nuevas concepciones. En ese sentido y preferentemente por el carácter de su dialéctica, el Aprismo ha sido y es marxista: para negar dialécticamente al marxismo; para recusarlo y superarlo. Porque desde su iniciación el Aprismo nació esgrimiendo tal negación, desde el momento que opuso a la realidad económico-social europea las características de la realidad económico-social indoamericana, y rechazó la idea de partidos o dictaduras clasistas y reconoció en el imperialismo la primera y no la última etapa del capitalismo. Es decir, no aceptó jamás al marxismo como un dogma. (12O).

XIX

EL APRISMO ES UN PARTIDO DE LUCHA Y CON DISCIPLINA

Nosotros, como Partido Democrático, sabemos también que en un país en que no ha existido la democracia, somos un Partido de lucha. Consecuentemente, como Partido de lucha, mantenemos nuestra disciplina, que es forma de agrupación, forma de adiestramiento, forma de preparación, forma de cooperación ciudadana. Eso es lo que hemos hecho y lo que hacemos y lo que mantiene firme nuestra disciplina política. Esta disciplina nos conforta, nos educa, nos estimula y prepara, porque la disciplina del Partido no excluye la libertad de discusión. (121)

Así, tras de esta dura prueba, nosotros, por nuestra parte, obtuvimos del enemigo un beneficio. El nos llevó, en cierto modo, y por negación, a enseñarnos que éramos el pueblo fuerte e indoblegable ante el oro y el hierro que amparó a la reacción; de esa lucha desigual, nosotros obtuvimos, como quien pasa un examen decisivo, el resultado enorgullecedor de que el pueblo peruano está perfectamente apto para ser una Democracia que se gobierne a sí mismo; para ser una colectividad leal a sus principios; para ser una ciudadanía incapaz de arredrarse o arrodillarse ante la tiranía, la amenaza o el abuso. (122)

Nosotros sufrimos todas las violencias de la reacción y están en las colecciones de los diarios más conservadores de Lima los documentos fehacientes de cómo fue nuestro vía crucis y cómo supimos padecer nuestro ideal con entereza y espíritu de sacrificio. (123)

La unificación gradual, económica primero, política después, o total de súbito - caso más difícil, pero no por eso menos anhelado -, tendrá que realizarse, también, por política de frente único, a través de un Partido disciplinado y poderoso. (124)


XX

EL APRISMO ES UN PARTIDO ANTICAUDILLISTA

Y el Aprismo no es un Partido para mí, cosa que jamás pensé ni a la que jamás aspiré. Es un Partido para el pueblo y allí está. (125)

Partido sin caudillo, ni nombres propios, el nuestro debe ser un Partido de principios y no de personas. Sin duda el primero que aparece en el Perú de nuestro siglo. (126)

El movimiento aprista no se formó alrededor de una persona, sino al conjuro de ideas surgidas de nuestra realidad latinoamericana. Por eso, nuestro movimiento no lleva nombre de persona alguna: su nombre es el nombre de las ideas. (127)

Por paradoja, compañeros, no olvidarlo: Desde que el Partido aparece, tiene frente a sí al comunismo actuando en el escenario peruano, en el cual no ha habido la experiencia de la lucha política doctrinaria porque hasta que el Aprismo aparece, los partidos surgidos habían sido hordas caudillistas que llevaban un nombre propio: pierolismo, cacerismo, gamarrismo, orbegosismo, etc. Nosotros somos, pues, un capítulo nuevo en la historia política del Perú, cuando aparece un Partido que no lleva el nombre de una persona, pero que tiene su partida de bautismo heroica en un nombre y apellido que representa a la familia peruana, que quiere justicia y libertad. (128)

Sólo soy un soldado del Aprismo. El haberme designado candidato a la Presidencia de la República, es una responsabilidad más que acepto consciente de sus consecuencias. En el Aprismo, no hay caudillos sino la voluntad de las mayorías, y soldados sumisos que cumplimos las órdenes de las mayorías. (129)

Nuestro Partido no necesita caudillos ni hombres providenciales; hemos contexturado un frente de explotados que combaten por la libertad de América, por la Justicia Social. (130)
  
XXI

EL APRISMO ES UN PARTIDO LIDER

Y, en esta situación, debemos ser un movimiento rector. Un movimiento, repito, líder, y enfocar todos los problemas que les corresponden. (131)

Para eso hay que trabajar pero sin vanidad. Sin creer que se ha descubierto la pólvora. Hay que trabajar con un gran sentido de responsabilidad colectiva. (132)

Hay que dejar que los comunistas criollos griten y se entreguen a su bohemia anárquica y a sus sueños de opio; hay que darles de vez en cuando su cocacho aprista, pero no hay que malgastar demasiadas energías, porque ellos tienen como destino el gritar y el ser histéricos, y nosotros la enorme responsabilidad de dirigir. Para esto, es necesario tener el cerebro como en refrigerador: bien nutrido y bien fresco. (133)

¿Cómo vamos a temer cuando somos ya adultos con larga existencia y larga historia?. ¿Y cómo vamos a temer a partidos adversarios cuando estamos tan seguros de nuestra doctrina; tan firmes en nuestra filosofía y tan alta está en nuestro corazón la fe política que animó la fundación de nuestro movimiento?. No, compañeros, nosotros estamos justamente desempeñando el papel de las grandes organizaciones que orientan, que dirigen, que conducen y que saben ser generosos con los jóvenes. (134)

Mi anhelo como fundador del Apra ha sido siempre que ella oriente a los pueblos latinoamericanos hacia sus verdaderos problemas. Que no nos desviemos con demagogias ineficaces, con gritos inútiles, con arrogancias de gesto que nada construyen. (135).

Y nuestro deber de lucha no es otro: organizarnos, disciplinarnos, orientar al Aprismo en cada país según sus propios problemas característicos, según su propia realidad. (136)


XXII

EL APRISMO ES UN PARTIDO CON VOCACION PACIFISTA

Demostremos que queremos paz y cooperemos a que exista esa paz: Paz con Justicia, Paz con Democracia, Paz sin abuso, paz sin recelo, paz sin desconfianza, paz sin creernos los peruanos enemigos unos de otros. Nosotros queremos una paz constructiva, una paz democrática, una paz legítima. (137)

Nada más que eso. Somos pacíficos. No queremos pelear con nadie. Queremos luchar contra el mal, contra la injusticia, contra la mentira, contra la demagogia, contra la falsificación de una justicia que en realidad no existe. ¡Nada más!. (138)

Situándose en el ángulo relativista, que es el más seguro, acaso, para una apreciación certera de la dialéctica de los hechos históricos, vale desear y trabajar ardientemente por una paz si no perpetua, muy prolongada; por una paz sin desengaños, sin represalias y sin sobresaltos; por una paz duradera que nos encamine hacia la deseada Justicia Social y hacia una estable Libertad democrática. (139)
  

XXIII

EL APRISMO ES EL PARTIDO DE LA REFORMA SOCIAL EN EL PERU
Con este concepto, nosotros insistimos, pues, en un planteamiento que es absolutamente indispensable formular. Repetimos, como lo hemos dicho muchas veces, que nosotros como Partido autor e iniciador en el Perú de todas las reformas fundamentales que se ha planteado y se ha proyectado, no queremos ir atrás, queremos progreso, reforma, desarrollo, pero queremos que el pueblo participe en la ejecución de estos planteamientos y que la Democracia se establezca... (140)

Somos el disparo histórico, la fuerza telúrica que le marca al Perú su destino. (14l)


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