EL RETO DE LA CALIDAD DE LA
EDUCACIÓN SEGÚN LA UNESCO
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
“El
reto de la calidad – señala la
UNESCO- no puede disociarse de la búsqueda del rendimiento
y del establecimiento de criterios de
evaluación. Es conveniente que esas normas y criterios tomen en cuenta la
variedad de las situaciones. La necesidad de desarrollar una cultura de la evaluación es inseparable
de la noción de calidad, que a su vez está íntegramente vinculada a una democratización efectiva del sistema de
educación superior”.
Pero
también, ante la presencia de conflictos y paradojas (expansión y dispersión de
la demanda; el paro que afecta a un número creciente de diplomados, el deber de
igualdad y de justicia y los límites financieros de una masificación educativa,
el deber ético y las tentaciones de abuso de los conocimientos y los
descubrimientos), la UNESCO
recomienda que “la educación superior debe elaborar una nueva ambición, recurrir
a su adaptabilidad, su flexibilidad y su imaginación para desarrollar
capacidades de resolución de problemas y de anticipación, armarse de un
espíritu crítico constante, y promover el trabajo de equipo, sin abandonar
jamás su filtro ético”, “compartir las responsabilidades con el conjunto de los
interlocutores”, “instaurar nuevas formas de gestión que fortalezcan el trabajo
colegiado y la transparencia”, “desarrollar sus relaciones con el mundo
económico evitando adoptar una actitud mercantil”, “mancomunar esfuerzos con
las empresas en proyectos de investigación”, “tomar conciencia de la necesidad
de cambio”, “respetar la autonomía de los establecimientos y el ejercicio de
las libertades académicas”.
En
la actualidad la materia gris está
desplazando en importancia y trascendencia a la materia prima, por el predominio de la inteligencia y del
conocimiento, del capital intelectual, de las industrias de la información y
del saber. El carácter abierto de las economías, el aumento en el grado de
internacionalización, los conocimientos teórico-prácticos y las competencias de
los individuos (aptitud para la comunicación oral y escrita, capacidad para el
trabajo en equipo, disciplina personal, creatividad y espíritu inventivo e
innovador, capacidad de conceptualización, etc.) constituyen algunos factores clave para
asegurar una mano de obra cualificada y flexible, para lograr el mejoramiento
de la productividad, alcanzar el rápido éxito de las instituciones educativas y
el progreso social, económico, político, educativo-cultural y moral, a tal
punto que, según la OCDE
(1989), en un futuro próximo el ciudadano genérico se verá obligado a cambiar
de profesión varias veces a lo largo de su vida activa.
La
mejora de la eficacia y de la eficiencia del sistema educativo es posible
mediante la mejora del paradigma de la gestión
de calidad de los servicios que ofrecen a la sociedad las instituciones
educativas en sus diversos niveles y modalidades, a través de la aplicación de
políticas y de estrategias educativas como por ejemplo la medición de la satisfacción
de los usuarios del servicio educativo y la de competir sobre la base de una mejora
continua.
Al
respecto concluimos puntualizando lo siguiente: A mayores niveles de calidad educativa en todos los niveles y modalidades educativas habría mayores niveles de desarrollo social, económico y moral de
las personas y de los países, y, consecuentemente, menores niveles de inequidad y exclusión.