Artículos periodísticos y de investigación

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20 de abril de 2016

Libro: EL APRISMO SEGÚN HAYA DE LA TORRE

V

EL APRISMO ES UN PARTIDO ESCUELA

El Aprismo no es un movimiento político de contubernios, de negociados, de empresa, electorero o de intereses subalternos. Es un Partido en el cual todo ha sido para nosotros: escuela, educación, sacrificio, y forma superada de ascender a las más altas categorías de los valores de un pueblo y de las capacidades de un ciudadano. Esto es prueba de uno mismo en el padecimiento y en la educación de la lealtad. Y esto es - repitámoslo - lo que el Aprismo ha ganado con el tiempo: La selección de los más aptos; la eliminación de los que no tenían capacidad de seguirnos, y de marchar en la misma línea que nosotros y a la misma altitud de nuestro paso (41).
Nosotros formamos el Partido que ha preconizado y preconiza la ciencia y la tecnología, como función del estadista y del político. Somos el Partido Escuela que le ha dicho a cada aprista, desde sus orígenes: Si sabes poco aprende, si sabes mucho enseña. Pero no te estés quieto, cambia, evoluciona, distribuye lo que tengas de conocimientos y de riqueza con los demás (42).

Nuestro Partido es una Escuela, es una Universidad Popular; nuestro Partido es una experiencia vivida, es un ideal padecido, es un esfuerzo trabajado en el diario empeño, en el esfuerzo cotidiano, en la fe mantenida sin claudicaciones ni debilidades, en el gran propósito de darle al Perú libertad y justicia. Eso es lo que significa para nosotros el Aprismo. Además, nuestra fe en el futuro de América (43)

Vamos a recordar que el Aprismo, título y honor de su organización política, no se fundó como Partido, se fundó como Escuela, como Universidad, y fue la persecución de la tiranía la que nos obligó a ser políticos para defender nuestra obra cultural y sindical (44).

En la escuela del Aprismo, quien quiera ser un gran dirigente y capacitarse, tiene los caminos abiertos, con tal que dentro de esos caminos pueda recoger este gran llamado, este gran imperativo: «denos usted soluciones y no nos recuerde problemas». Los problemas los sabemos de memoria, la cuestión fundamental es hallar soluciones, es y crear en nosotros esa capacidad de solución (45).


VI

EL APRISMO ES UN PARTIDO CON CONCIENCIA Y MISION DE GOBIERNO

En primer lugar, debemos señalar sin jactancia que somos el primer Partido político del Perú. Somos un Partido con conciencia y misión de gobierno pero hemos sido condenados por la persecución y el veto al rincón de la oposición forzosa, cuando nuestra tarea y nuestro destino es gobernar al Perú en nombre del pueblo peruano, que nuestro Partido mayoritariamente representa. (46)

¡No somos Partido hostil!. Somos Partido de oposición constructiva y necesaria, somos Partido que quiere cooperar porque nuestro designio, nuestra potestad, nuestro destino histórico es el Gobierno. (47)

Compañeros: Nuestro Partido fue un Partido formado para Gobernar. No fue un Partido formado para ser un opositor consuetudinario. Es el Partido del Pueblo que por su dimensión, por su magnitud, por su trayectoria, por su sinceridad, está llamado a Gobernar este país. (48)

Es la filosofía de un pueblo que se ha visto obligado a ser oposicionista. Pero el Partido a pesar de los largos años de oposición e ilegalidad, no ha perdido su capacidad creadora y conductora de Partido gobernante. (49)

Necesitamos mover el Partido, convertirlo en una verdadera Escuela de hombres de Gobierno. (50)

El Partido Aprista Peruano, desde su fundación en 1924, se ha empeñado en la preparación técnica de sus dirigentes. Para este propósito, el destierro de tantos apristas ha permitido, aunque a costa de grandes sacrificios, que en las mejores universidades de Europa y América, se hayan preparado numerosos jóvenes, no para ser excelentes profesionales y obtener grandes beneficios de sus conocimientos, sino para ponerlos al servicio del país, dentro del Plan de Acción Política del Aprismo. (51).

VII

EL APRISMO ES EL PARTIDO DEL PERU Y PARA TODOS LOS PERUANOS

Digo esto, compañeros, porque en un país como el nuestro donde no han existido nunca partidos de principios - porque los que existieron corresponden a los tipos partidarios del pasado siglo que fueron organizaciones unidas siempre al nombre propio de un caudillo, y dirigidas desde Lima - ésta es la primera vez en el Perú republicano que adviene un Gran Partido de masas populares surgido desde las provincias, desde los trabajadores, desde el pueblo mismo en una verdadera eclosión democrática de abajo arriba. (52)

El Aprismo, pues, no es sólo una bandera política; el Aprismo, todos los sentimos, es una fuerza que responde a un anhelo nacional. Es una fuerza que responde a un viejo dolor del Perú. El Aprismo significa el Perú nuevo, que insurge, que quiere tomar su puesto, que quiere peruanizarse, según reza nuestro apotegma. El Aprismo significa la movilización de todos aquellos que permanecieron a espaldas de los asuntos del Estado y que hoy quieren exigir su derecho y quieren que su derecho se respete. (53)

De modo que, como el Partido está formado por peruanos cuya psicología en política no escapa a los vicios y virtudes nacionales, no debemos sorprendernos de que, fuera del control directo del Partido, haya habido o pueda haber quienes malinterpreten sus objetivos. (54)

El Aprismo, como Partido nacional, como Partido peruano, como Partido mayoritario, ha vivido una larga y patética historia de resistencia a las oligarquías y al imperialismo, y de defensa de la agresión artera del comunismo infiltrado que pretende solucionar nuestros problemas pero que no se entiende consigo mismo. Nosotros hemos dicho y sostenemos que en la etapa en que vive nuestro país es preciso aplicar los principios y las normas programáticas que el Aprismo ha enunciado. (55)

Yo quiero decirles a todos los peruanos con la autoridad no personal sino de representante de un movimiento que ha demostrado visión, si no clarividencia, del país, quiero decirles a todos los peruanos que al fundar nuestro Gran Partido nosotros dijimos que abríamos los brazos a todos los ciudadanos que quisieran cooperar con nosotros en el esfuerzo unánime de transformar al país; yo quiero decirles que nuestro llamamiento está en pie; y que nosotros mantenemos nuestra voz de fraternidad y que esa fraternidad no excluye la discrepancia o la disidencia; pero sí rechaza y recusa el odio y el golpe proditor y el juego sucio en la política. (56)

Y una vez más he de decirlo, como soldado de esta gran cruzada nacional que avanza hacia la conquista de un Perú renovado por la obra empeñosa de sus hijos que trabajan: nuestro Partido no excluye de sus rangos a nadie que esté listo al servicio sacrificado y altruista del país. Sólo no caben en él los egoísmos y los traficantes, los fariseos de la Democracia y los sórdidos servidores del despotismo y la injusticia. (57).

VIII

EL APRISMO ES UN PARTIDO HISTORICO

El Aprismo es peruano y peruanísimo. La razón de ser del Aprismo está demostrada en su supervivencia. Los movimientos de accidente, los partidos de episodio, las agrupaciones de carambola política... no miran que nuestro Partido ha venido a ser un Partido histórico. (58)

El Aprismo es, en consecuencia, una entidad vital dentro de la orientación del país. Nadie podrá quitar ya a nuestro movimiento su misión de creador de historia, de forjador de nuestro movimiento y no por accidente porque están aquí los abuelos, los hijos y los nietos de los apristas de 1931. (59)


IX

EL APRISMO ES EL PARTIDO DE LA JUSTICIA SOCIAL

El APRA es desde su origen un movimiento que quiere justicia social y lucha por ella. (60)

Porque el Aprismo, que es justicia, que es redención, que es pureza y es sacrificio, rechaza a los claudicantes y a los oportunistas, a los que en las horas de buena expectativa nos brindaron su ayuda para abandonarnos después. (61)

El Aprismo ha respondido a su fe y ha hecho de ella la enseña promisoria del Perú nuevo, redimido y justo. El camino de su marcha tiene las huellas de su sangre, porque es el camino de los fuertes. Lo conocemos. Ha sido abierto por la energía joven que nació estremecida, de una vieja esperanza. Vibra y anima la conciencia de un pueblo que ya no quiere esperar. De un pueblo que cura sus hondas heridas y se apresta a la obra de sus propias realizaciones. De un pueblo que no importó su credo ni pidió prestadas sus consignas, porque se las dio a sí mismo, recogidas del suelo que pisa. Y el Aprismo es eso: dolor viril que brota de la propia tierra. Es el Perú que renace animado por lo que hay de eterno y de profundo en el Perú que fue. Es la obra truncada de los Incas, que resurge a través de cuatro siglos de yugo sobre su raza. Por eso, con el Aprismo retorna la Justicia Social del Tahuantinsuyo. Nosotros la hacemos nuestra, y, como una vieja bandera gloriosamente rendida, la izamos en los mástiles nuevos de nuestras rebeldías de hoy. (62)


El Aprismo quiere que el Perú base su progreso en el aumento creciente de riqueza para fines de desarrollo espiritual, de libertad, en buena cuenta, de justicia, porque juzga que no hay felicidad, ni bienestar ni progreso si hay injusticia; e inversamente, no hay injusticia que pueda ser base efectiva y perdurable de felicidad. Por esto, el Partido Aprista se llama Partido de Justicia Social, términos también relativos en cuanto a su aplicación o interpretación en cada país porque lo que es injusticia social en un pueblo, ya no lo es en otro; ejemplo, la lucha contra el analfabetismo, problema de justicia social para el Perú, no lo sería ya para Alemania o Inglaterra, donde la justicia social ya impone otros problemas. (63).
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