CONCLUSIONES
FUNDAMENTALES DE LA COMISIÓN NACIONAL POR LA SEGUNDA REFORMA UNIVERSITARIA EN EL PERÚ
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Esta
comisión fue creada por Resolución Suprema 305-2001-ED, con el fin de elaborar
un anteproyecto de Ley Universitaria para que el Poder Ejecutivo lo proponga al
Congreso. Entre sus objetivos principales consignó los siguientes: Promover una
evaluación global de la situación en que se halla la universidad peruana;
modernizar el régimen académico e inducir procesos de calidad académica integral, abarcando los ingresos, el proceso y
los resultados; y crear la función de acreditación, regulación y supervisión de
los servicios educativos que prestan las universidades para garantizar a la
sociedad una buena calidad en los resultados.
Del
referido documento se puede extraer algunas conclusiones fundamentales como las
siguientes:
· Persiste
el crecimiento inorgánico del ámbito universitario, sin que la mayoría de las
universidades creadas y en funcionamiento muestren niveles de calidad mínimos
que garanticen una adecuada enseñanza y generación de conocimiento.
· Hay
un grado de inconsistencia de la oferta profesional en relación a las
necesidades del país.
· Inexistencia
de instancias nacionales que definan las políticas en la Educación Superior ,
la coordinen y fiscalicen –indicador del desenganche entre el Estado, la Sociedad Civil y las
comunidades universitarias-, ha dado lugar tanto a una situación de dispersión
como a una oferta incontrolada de grados y títulos.
·
La
participación del sector público en lo que respecta al número de alumnos
universitarios, se ha mantenido en los últimos años en alrededor del 60 % a
pesar del incremento ostensible de universidades privadas.
·
En
el proceso de selección de estudiantes en las universidades privadas hay un
relajo ostensible: hasta 4 oportunidades de ingreso en un mismo año académico.
· En
la Universidad
los estudiantes no reciben una formación multidisciplinaria que les permita
tener una visión global del entorno.
· La
enseñanza universitaria en el pre-grado ha tomado un sentido estrictamente
profesionalizante.
·
El
divorcio existente entre la Educación Básica
y la Universidad
ha generado la proliferación de instituciones intermedias –no reconocidas
oficialmente- para la preparación acelerada conducente a los exámenes de
ingreso a la universidad.
·
En
la actualidad el nivel de exigencia para obtener el Grado Académico y el Título
Profesional se ha rebajado, cediendo paso a mecanismos que privilegian los
recursos financieros, más aún cuando por D.L.739 (1991) se otorga el
Bachillerato de manera automática a los egresados de la Universidad.
·
La
universidad peruana ha permanecido en lo fundamental de espaldas a sus
tradiciones raigales, cuando no reproduciendo una estructura epistémico
colonial.
· Lentitud
en la renovación de los currículos que, en algunos casos se mantienen sin mayores
cambios por dos décadas o más aún.
· La
importancia a las ciencias básicas y la producción de conocimientos están muy
relegadas en las universidades públicas y ausentes en el ámbito privado.
·
La
universidad es productora de profesionales o más exactamente de títulos
devaluados.
· Carencia
de lineamientos de política de investigación coherente. Cada universidad investiga
en áreas que elige por cuenta propia, cuando no obedeciendo a la reproducción
interna de cuotas de poder. El posgrado tampoco está contribuyendo
significativamente a la investigación y producción de conocimiento.
· Las
maestrías han devenido una instancia profesionalizante, dejando de lado las
exigencias de investigación que le competen.
·
La
presencia gravitante de las corrientes políticas mesocráticas y populares en el
contexto abierto por la Reforma
Universitaria después de los años veinte del siglo pasado, en
un medio caracterizado por un débil desarrollo de la sociedad civil, convirtió
a la universidad en un espacio privilegiado de politización y reproducción de
cuadros partidarios, en detrimento progresivo de la calidad académica.
· Los
actuales patrones de representación estudiantil son de carácter asambleístico y sólo favorecen el corporativismo y el
clientelaje político-partidario (sean de izquierda, centro y derecha), siendo
por ello nocivos para la democratización y eficiencia de la gestión.
· La
gestión de las universidades públicas muestra un alto grado de dispersión por
la multiplicación y atomización de las facultades. Hay una gran lentitud en las
decisiones como resultado de un asambleísmo inoperante.
·
La
cultura de planificación, estadística y evaluación es débil o inexistente, lo
cual bloquea la adopción de estrategias de largo plazo y afecta la optimización
de los recursos.
·
La
carrera docente –incorporación y promoción de cuadros- no se rige por criterios
prioritariamente académicos que induzcan procesos de calidad, situación que
acentuado una “cultura del relajo” en los docentes. En la universidad pública
la mayoría de docentes proviene de las últimas tres décadas pasadas en que los
criterios de selección se hallaban considerablemente politizadas, subordinando
consideraciones relativas a la calidad académica.
·
La
universidad pública padece de una fuerte tendencia a la endogamia,
empobrecedora académicamente, manifiesta en un tipo de captación de cuadros
docentes que privilegia egresados de la propia universidad con mecanismos
discriminatorios y excluyentes frente a los “extraños”.