Artículos periodísticos y de investigación

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15 de julio de 2019

EL APRISMO ES EL PARTIDO DE LA REFORMA SOCIAL


EL APRISMO ES EL PARTIDO DE LA REFORMA SOCIAL

Escribe: Eudoro Terrones Negrete

Somos el disparo histórico, la fuerza telúrica  que le marca al Perú su destino.
Haya de la Torre.

El aprismo es un partido político que establece por vez primera en el Perú las bases modernas de una nueva economía nacional, con base técnica y científica, debidamente planificada, y que destierra el empirismo, la improvisación, el aventurerismo como forma de gobierno y consolida la planificación en las diversas áreas del quehacer humano.
El aprismo para cumplir con su misión promotora de la reforma social lucha contra la anarquía de la producción y del sub-consumo a fin de evitar la crisis económica, explotar, producir y distribuir la riqueza, con mayor equidad, eficiencia y espíritu de justicia entre los más necesitados o los que menos tienen.
El mecanismo de la planificación económica, política, educativa y cultural como forma de buen gobierno permite descubrir e inventariar nuestra realidad, formar conciencia y mística de previsión de los retos y respuestas a los problemas y necesidades de la población.
Un gobierno aprista en estas condiciones y calidades seguro que acabaría con la corrupción e inmoralidad en la administración pública, acabaría con las coimas, los peculados, los puestos de favor, las tarjetas de recomendación y con la mendicidad en las puertas de los ministerios y dependencias públicas.
El aprismo, como partido de la reforma social en el Perú determina sus propios planes y programas de acción y que deberá aplicarse y cumplirse a corto, mediano y largo plazo; a través de sus cuadros técnicos diagnostica y evalúa la realidad socioeconómica y educativo-cultural del país, formula el Proyecto Nacional Aprista y elabora los planes de gobierno.
Para impulsar las grandes reformas sociales y el mejor cumplimiento de sus fines históricos cuenta con una ideología y una praxis ricas en antecedentes planificadores. Desde el primer Plan o Programa Mínimo de 1931 hasta el Programa de Emergencia para 1980, pasando por el Plan de 1962, las Bases del Plan de Gobierno para 1980-1985 y toda la vasta planificación del segundo gobierno aprista 2006-2011.
El aprismo cuenta como soporte técnico-político a la denominada Comisión Nacional de Plan de Gobierno (CONAPLAN), cuyos objetivos son: preparar y mantener permanentemente actualizado el diagnóstico socioeconómico del país; formular el proyecto nacional aprista, elaborar los planes de gobierno en sus distintos horizontes y modalidades, preparar de manera periódica los análisis sociales, económicos y políticos de coyuntura, asesorar a la dirigencia y a la representación parlamentaria del Partido Aprista y a los representantes de los gobiernos regionales y gobiernos locales, respectivamente.
A través del Programa máximo y programa mínimo del Apra se lograron importantes conquistas sociales, laborales, educativas y derechos ciudadanos: la planificación de la economía peruana, la descentralización y regionalización del país, la implantación del seguro social, la educación gratuita en todos los niveles y modalidades, los derechos políticos de la mujer en igualdad de condiciones que las del hombre y el reconocimiento de su facultad para desempeñar todos los cargos públicos obtenidos por elección o nombramiento.
Por vez primera se habla  del derecho al voto de los mayores de 18 años, por su capacidad económica creadora; el voto de los analfabetos; la separación de la Iglesia del Estado y la ciudadanía latinoamericana.
Entre los argumentos esgrimidos para justificar el voto de los analfabetos se decía, por ejemplo, que “Las cargas del Estado obligan por igual a todos los miembros del Estado entre los cuales no hay distinción entre alfabetos y analfabetos. Si para el pago de contribuciones, el servicio militar, etc., no hay diferencias, menos las debe haber para el derecho a voto”.
Con el aprismo se aprueba la reforma tributaria, el fomento del cooperativismo, la creación del Banco de la Nación,  el impulso de la reforma agraria y la nacionalización de la minería, entre otros.
En la sesión del pleno del Congreso, el 14 de enero de 1932, el c. Luís Alberto Sánchez solicitó a nombre de la Célula Parlamentaria Aprista el voto para los miembros de las Fuerzas Armadas (FF.AA.). Sánchez argumentó así: “El voto para los miembros de las FF.AA. se funda en el concepto de trabajo…Dentro de la doctrina del partido, es repetido que el derecho político es consecuencia del derecho económico. El miembro de las FF.AA. es en último término un trabajador que presta servicios en funciones que demandan un trabajo evidente, lo mismo que no los desliga a pertenecer a la clase campesina, proletaria o media”.
Con el Apra se crean las universidades populares González Prada, se incorpora al indio al proceso económico y desarrollo del país, se moderniza la comunidad indígena, el Poder Legislativo efectúa control sobre las acciones del Poder Ejecutivo.
Con el Apra se hace realidad la jornada máxima de las ocho horas diarias para cualquier tipo de actividad humana, el descanso de un día y el derecho de la mujer a ganar el mismo salario por el mismo tipo de trabajo, el pago del salario dominical para todos los trabajadores que hubiesen cumplido con su función los días hábiles de la semana. Los periodistas obtienen una serie de derechos fundamentales.
Con el Apra se conquista la igualdad de derechos entre hijos legítimos e ilegítimos, por cuanto éstos de padre y madre no casados se encontraban en inferioridad respecto a los legítimos, no sólo por la situación natural de la inexistencia de un hogar unido que vele por ellos, sino porque la ley los castigaba por el hecho éste que no han provocado.
La creación de las oficinas de Beneficencia Pública, los Botiquines Populares, la exoneración de impuestos a los asilos de ancianos, la creación de Colegios Profesionales y la construcción de cientos de escuelas técnicas en todo el Perú es también obra del aprismo
Lo dijo ya el maestro Haya de la Torre: “Nosotros como Partido, autor e iniciador en el Perú de todas las reformas fundamentales que se ha planteado y se ha proyectado, no queremos ir atrás, queremos progreso, reforma, desarrollo, pero queremos que el pueblo participe en la ejecución de estos planteamientos y que la Democracia se establezca. Somos el disparo histórico, la fuerza telúrica que le marca al Perú su destino” (Obras completas, Tomo 7:416).




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