EL
APRISMO Y EL FUTURO DEL PERÚ
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Ahora el futuro del Perú está en
manos de todos los peruanos. Y el aprismo como movimiento que integra en su
organización a trabajadores manuales e intelectuales, estudiantes, obreros,
campesinos, profesionales, comerciantes, industriales, empresarios, etc., está
llamado a cumplir su rol protagónico mediante la construcción de una democracia
funcional (social, política, económica, educativo-cultural y moral) que depare
mayores niveles de justicia distributiva,
de libertad plena, de solidaridad
social y de respeto a los derechos humanos.
Hoy como ayer, está llamado a
defender los derechos de la inmensa mayoría nacional para mejorar sus condiciones de vida con un
pan más en la mesa, con un trabajo permanente y estable, con remuneración
digna, vivienda cómoda y decorosa, educación gratuita en todos los niveles y
modalidades educativas, etc.
El aprismo aspira a erradicar
políticas de gobierno de corte populista, demagógico o que están al servicio de
los grandes grupos de poder económico, de empresas oligopólicas transnacionales
y de la nefasta oligarquía plutocrática nacional.
Este histórico movimiento político
no se cansará de realizar todos los esfuerzos y las iniciativas posibles, para
resolver, progresivamente, los problemas fundamentales de desempleo, subempleo,
oligopolio, contaminación ambiental, inseguridad ciudadana, analfabetismo, salubridad, corrupción e inmoralidad en la administración
pública, narcotráfico, terrorismo, etc.,
y superar definitivamente la auto-explotación del hombre, la explotación del
hombre por el hombre y la explotación del hombre por el Estado.
Mal hacen, entonces, aquellos
voceros y dirigentes de la izquierda totalitaria e irresponsable o de la
derecha reaccionaria y conservadora, que se tapan la cara y los oídos para no
ver ni escuchar el eco resonante por doquier de los triunfos apristas, que tratan de negar irracionalmente la
vigencia de la filosofía, doctrina e ideología del aprismo fundado por Víctor
Raúl Haya de la Torre.
El aprismo se mantiene vigilante
ante las intrigas, mentiras y maquinaciones de los enemigos políticos; permanece
alerta a las malintencionadas e injustas críticas de algunos medios de
comunicación comprometidos con los tradicionales o renovados grupos de poder
económico.
El aprismo, en su compromiso
histórico con el futuro del país, no claudicará jamás su consigna de lucha por
la defensa de la libertad, la democracia funcional, el Estado de Derecho, el
derecho de los trabajadores manuales e intelectuales y la justicia social para
todos los peruanos e indoamericanos.