EL
APRISMO POLÍTICAMENTE
Escribe: Eudoro Terrones Negrete
Políticamente, el aprismo
constituye la verdadera izquierda latinoamericana del siglo XX y siglo XXI en
defensa de nuestras clases consumidoras y productoras, en lucha frontal contra los usurpadores del
poder, los grupos de poder económico y los gobiernos extranjeros que tratan de mantener divididos a nuestros
pueblos.
Políticamente, el aprismo es un
partido con ideas y filosofía propia, partido doctrinario y programático en
permanente pie de lucha contra la miseria, la desocupación, el desempleo, la
injusticia, el coloniaje mental, la opresión y explotación, por una vida digna y justa de todas las
clases sociales.
El aprismo no nació como movimiento
político moderno para repartir puestos públicos, hacer falsas promesas y
servirse del Estado. Nació para ser ejemplo de organización y de liderazgo
político. Nació para servir al Estado, no para servirse del Estado. Nació para
exigirle al pueblo sus deberes y defender sus derechos. Nació para rescatar lo
perdido moral y materialmente para la Nación. Nació para levantar la bandera
del gobierno científico, basado en la economía,
en el método, en la investigación y
en la moralización a fondo.
El
aprismo es el primer partido político mejor organizado y disciplinado de
América y partido mayoritario del Perú, partido político sin caudillo ni
nombres propios, que nació con una filosofía original, un programa máximo
y programa mínimo de gobierno que
responde a un anhelo de renovación y de justicia social con Pan y Libertad.
No
representamos demagogia ni fomentamos ateísmos peligrosos. Nuestro partido no
pretende imponer ni atacar credo religioso alguno. Antes bien, preconiza la
m{as absoluta libertad de conciencia desligando las actividades religiosas de
las actividades políticas.
El
aprismo como partido político nació para ser ejemplo de organización y de
liderazgo político; para servir al Estado, no para servirse del Estado; para
exigirle al pueblo sus deberes y defender sus derechos; para rescatar lo
perdido moral y materialmente para la Nación; para levantar la bandera del
gobierno científico, basado en la economía,
en el método, en la investigación y
en la moralización.
El
aprismo es el único partido político que surge en el siglo XX llevando en su
Programa el principio de la Integración política y económica de los pueblos de
América Latina. “El indiscutible mérito histórico de la concepción aprista es
el del rescate de la esencialidad política unionista que fue la doctrina de los
patricios de la Independencia: Miranda, Belgrano, Hidalgo, Santander, San
Martín, O´Higgins, y Bolívar, como realizador, profesaron el principio de la
unidad política – y por ende económica- de nuestro continente” (Manuel
Villalobos Vargas).
El
aprismo es el único partido político cuya filosofía plantea la estrecha
vinculación, característicamente latinoamericana, entre patriotismo y
continentalismo, como conceptos, ideales y deberes complementarios e
inseparables.
El
aprismo es una doctrina completa y un método de acción realista. El aprismo es
el primer partido político que trajo al Perú un completo ideario y un
coordinado programa científico de gobierno, un nuevo enfoque su realidad
económico-social que no ha sido hasta ahora igualado y menos aún superado por
ningún otro partido.
El
aprismo es el único partido político en América Latina y en el Mundo, que
periódicamente se disuelve: que a través de los llamados “jubileos apristas”
libera a cada afiliado de sus obligaciones de fidelidad y militancia y que abre
nuevos registros de inscripción en los que quien quiere renueva su adhesión y el
que no quiere se marcha.
El
aprismo es el único partido político en Perú y América Latina que más ha
sufrido terror, persecución, martirio y cuyas victorias electorales le han sido
desconocidas por el atropello, el veto o el fraude con el único propósito de
impedir su ascenso al Gobierno. El aprismo como partido político ha demostrado
al Perú y al Mundo que se puede y se debe ir al Martirio en defensa de los
sagrados ideales de justicia y de libertad, con la verdad en el lenguaje, con
el corazón prendido de fuego justiciero, batallando con coraje, altura y
grandeza, con ideas y principios, con cultura política, anteponiéndose a
personalismos, mezquindades, acrimonia y bastardas envidias.
El
aprismo es el único partido político en el mundo que ha sido llevado ante la
Corte Internacional de La haya, en la persona de su Jefe y Fundador Dr. Víctor
Raúl Haya de la Torre, acusado de “crímenes comunes” para ser después absuelto
y salir triunfante por cuanto “el Gobierno del Perú no ha podido demostrar que
los delitos de que acusa a Haya de la Torre sean delitos comunes” según el
fallo de la Corte Mundial del 20 de noviembre de 1950, ratificado por el
segundo fallo del 27 de noviembre del mismo año y el 13 de junio de 1951.
El
aprismo es el único partido político de mayor duración existencial que jamás se
doblegó frente a las tiranías ni ante el Oro y el Hierro de los opresores y
defendieron sus principios ofrendando inclusive sus vidas, terciando a su
espalda el rifle revolucionario en las jornadas heroicas de Chan-Chán
(Trujillo), o supieron morir abrazados y valientemente en los fusilamientos de
Huaraz y se desangraron unidos en las calles de Lima sellando heroicamente la
unión de los trabajadores manuales e intelectuales. Supieron adelantar su
misión histórica por un nuevo Perú como “hombres que respaldan sus palabras con
las gotas de su propia sangre y para los que la muerte no fue obstáculo ni
barrera, porque supieron pensar y prever cuál habría de ser la prueba que
debíamos sufrir antes de la victoria” (Haya de la Torre).
El
aprismo a través de sus ochenta y cuatro años de lucha inclaudicable es el
único partido político que “fue grande en la concepción doctrinaria original,
grande en la lucha y grande en el perdón generoso y heroico del adversario, del
verdugo, del perseguidor de otrora” (Antonio Di Salvio).
El
aprismo es el primer partido político de Perú y de América Latina que nace
postulando un nuevo tipo de estado denominado Estado Antimperialista.
El
aprismo es el primer partido político de Perú y de América Latina que introduce
un nuevo lenguaje: Indoamérica, Estado Antimperialista, Espacio-Tiempo
histórico, democracia funcional, Frente Único de Clases, Izquierda democrática,
ambivalencia del imperialismo, Plan de Acción Inmediata o Programa de Gobierno,
Conaplan (Comisión Nacional de Plan de Gobierno), Congreso Económico Nacional
(CEN), colonialismo mental europeo, dictadura sindical, etc.
En
América Latina el aprismo sostiene el principio de la acción autónoma de
nuestros pueblos en su lucha por resolver en democracia sus propios problemas,
aprovechando la experiencia de la historia sin caer en la imitación servil pero
sí afirmándose realistamente en la dialéctica de los hechos. Como movimiento
revolucionario, el aprismo nunca ha luchado por la implantación de una
dictadura, sino que ha exigido siempre la práctica de la más auténtica
democracia de mejor clase.
El
aprismo es un movimiento político autónomo, sin ninguna intervención ni
influencia extranjera; no es un
movimiento político convertido en imitador servil de realidades ajenas a la
nuestra o que sigue la línea de un nuevo colonialismo dependiente; no es un movimiento político dependiente o
súbdito de ninguna ideología o potencia extranjera. El aprismo es un movimiento
que nació como algo auténtico y genuino, algo propio e intransferible y vive
por sus propios caminos de acción y métodos de lucha exento de toda sumisión y
dependencia a las consignas, modelos,
enseñas, mandatos o dogmas extranjeros no recibe financiamiento de Venezuela,
de Rusia, de Estados Unidos, de Cuba, de Italia, de Inglaterra, de Francia,
etc., o de las arcas de la plutocracia limeña.
El
partido aprista lucha por el ejercicio de las cuatro libertades: Libertad de
expresión, libertad religiosa, libertad económica y libertad política. La
revolución democrática va dirigida a resolver el gran problema de la injusticia
social sin el sacrificio de la libertad. El aprismo no apoya componenda sino
que exige el restablecimiento de las libertades constitucionales y de la
efectividad del sufragio.
Considera
el aprismo que la democracia y el capitalismo brindan la solución más segura a
los problemas mundiales a pesar de que el capitalismo todavía tiene sus fallas.
Toda fórmula política fuera de la órbita de la democracia es inoperante.